“Como si de un agente del ministerio del tiempo se tratara, viaja a los distintos periodos históricos, recreados, toma fotos y luego hace su magia”.

Son palabras que Daniel Aquillué ha escrito para prologar este magnífico trabajo del fotógrafo Jordi Bru, un viaje inmersivo a lo largo de la historia de los ejércitos españoles que han batido el sable o han quemado pólvora en múltiples escenarios y territorios, tanto de la geografía española como allende las fronteras. A menudo una imagen vale más que mil palabras, y tal vez por eso, para reforzar ese axioma tan ligado a las artes gráficas, pero sin descartar por ello la descripción prosística de los acontecimientos, el tándem Bru & Aquillué nos ofrece un recorrido histórico en el que imágenes y palabras se entreveran, a lo largo de la historia bélica española.

Jordi Bru “hace su magia”, dice Aquillué. Y en efecto, es mágico el efecto que produce observar sus composiciones visuales: magia porque se viaja en el tiempo y casi se respira el ambiente y se palpa la realidad que aparece plasmada en ellas. Pero, paradójicamente, no existe nada en las fotos de Bru que deba su presencia a la magia: lo que hay es mucho tiempo, paciencia, dedicación y trabajo. Es otra forma de hacer magia.

“Fotoperiodista de la historia” es una buena etiqueta para el oficio que ha desempeñado Jordi Bru en la elaboración de Soldados. Como ya hiciera en otro de sus libros, Los tercios, publicado también por Desperta Ferro, el fotógrafo navarro retrata escenas y pedazos de historia empleando la cámara y herramientas de diseño y retoque fotográficos. Para ello han jugado un papel importantísimo los numerosos grupos de recreación histórica que existen por la geografía española y europea, gente que, por amor a la historia, se visten de época y recrean una batalla que tuvo lugar en algún momento, una situación dramática, un escenario histórico. Bru fotografía sobre el terreno y luego, con infinita paciencia, retoca elementos, añade, modifica y quita, hasta convertir la foto en una obra de arte. El resultado son imágenes de altísima calidad, absorbentes y crudas.

Bru cuida los más mínimos detalles para alcanzar un resultado óptimo: el color, los tonos, la atmósfera, los uniformes, el armamento, la sangre… El realismo es asombroso: los rostros son reales, puesto que pertenecen a las personas que están recreando la escena y que la representan con pasión, ya que ese es el objetivo de los grupos de recreación. Hay imágenes de gran fuerza y dinamismo, retratos de acción pura en los que se aprecia la violencia, el patetismo y la aspereza de la guerra (realmente los recreacionistas viven lo que hacen), y también otros en los que un soldado posa relajado, de pie con escenarios agrestes a su espalda.

El viaje comienza en América cuando los españoles llegaron a aquellas tierras vírgenes e iniciaron el proceso “civilizador”. Los tercios, ejército invencible, también aparecen en las páginas de Soldados, en un tiempo en el que no había fuerza que los igualara. La guerra de sucesión, el sitio de Barcelona y algunas batallas en territorio europeo en las que, de modo insólito, hubo presencia de tropas españolas, son el preludio de un capítulo dedicado a la guerra de la Independencia contra el invasor francés. Las guerras carlistas, en las primeras décadas del siglo XIX, y las coloniales en las últimas, despachan esa centuria y anuncian lo que vino en la siguiente: el desastre de Annual en 1921 y la guerra civil, del 36 al 39. Sobre esta, ambos bandos son retratados con igual imparcialidad, ya que Bru no habla en sus fotos de ideologías sino de la crudeza de la guerra.

También se acuerda Bru de la escasa pero real intervención de tropas españolas en la segunda guerra mundial (en la Unión Soviética o en Francia). Y aquí, el libro hace un salto de varias décadas para abordar ya los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI: Bosnia, Líbano, Afganistán y Letonia son los conflictivos escenarios en los que los soldados (hombres y mujeres) españoles han intervenido.

Los textos de Daniel Aquillué, conviene decirlo, no son mero relleno: además de describir la acción, el momento, la batalla o la guerra, funcionan como perfecto elemento de contextualización para las imágenes de Bru, y a menudo incluyen detalles de grano fino y deliciosa lectura. A salto de mata por la historia, como las propias fotografías, el historiador se las arregla para componer unos capítulos de gran amenidad y plagados de datos, fechas, cifras, nombres y lugares.

Se trata, en resumen, de una obra de excelente factura, tanto por el elemento gráfico como por los textos. Jordi Bru continúa así su colaboración con la editorial Desperta Ferro, en la que se cuenta el presente libro, el ya mencionado Los tercios y Sangre en la frente. Esperemos que sigan viniendo más libros como estos.

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Jordi Bru & Daniel Aquillué, Soldados. Madrid, Desperta Ferro Ediciones, 2022, 207 páginas.

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