SANGRE EN LA FRENTE. LA GUERRA CIVIL EN COLOR – Jordi Bru y Jesús Jiménez

“El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—”.

Antonio Machado, El crimen fue en Granada.

Hay quien dice que sobre la Guerra Civil española se ha escrito ya todo. No sé si es posible escribir tanto sobre un tema hasta el punto de que este quede agotado; en cualquier caso, lo que sí es seguro es que todavía no lo hemos visto todo. En ese sentido, el libro que publica Desperta Ferro viene a aportar su grano de arena: se trata de una obra que ofrece una recopilación de fotos del conflicto, con la particularidad de que estas no son en blanco y negro, como es habitual, sino en color, o mejor dicho: coloreadas. Podemos ver así en ellas el color de la guerra, el color de la muerte. El color de la sangre.

La sangre es escandalosa; unas pocas gotas bastan para generar sobresalto. Tal vez por eso, y pese al título escogido, los autores de Sangre en la frente. La Guerra Civil en color no han elaborado un libro con imágenes especialmente duras, asumiendo por supuesto que cualquier fotografía en un contexto bélico es dura de por sí. Pero, tomando prestadas las palabras escritas en junio de 1937 por un cronista del conflicto, la selección que presentan Jordi Bru y Jesús Jiménez, reúne

“fotografías de hechos ligados al sentido humano de la civilización, a salvo de las  feroces y crueles realidades de la guerra (…) Hay que buscar otros detalles más expresivos, en los que el espíritu asoma su lucecita azul al margen de la barbarie primitiva que los hombres llevan dormida en la raíz del subconsciente”.

En efecto, y tal y como explican los autores, las 180 fotografías pretenden ofrecer “un recorrido visual por la sociedad española que protagonizó la Guerra Civil”, un recorrido que busca reflejar, dentro de lo posible, cómo se pensaba, se sentía y se vivía en los casi 1000 días que duró el enfrentamiento armado, y generar reflexiones acerca de todo lo que de negativo acarrea una guerra: la deshumanización, la violencia, la muerte, pero también lo positivo, como el espíritu de superación o la resistencia a la adversidad. El coloreado de las imágenes no es sino una herramienta narrativa más, un elemento que ayuda a representar mejor el escenario, el contexto y el mundo de barbarie en el que fueron tomadas esas fotos, un mundo que casi ninguno de los que estamos vivos conocimos de primera mano. Casi: un familiar lejano mío, que supera el siglo de vida, combatió en esa guerra; no habla nunca de ella, y no sé qué efecto le produciría tener este libro en las manos.

Un libro en el que aparecen muchos personajes célebres del conflicto; iba a decir que ellos fueron los protagonistas, pero no: el verdadero protagonista fue el pueblo, la gente anónima que se vio obligada, con mayor, menor o nula convicción, a tomar un arma y combatir en uno u otro bando. También ellos, principalmente ellos, tienen cabida en este volumen, no hay más que ver la cubierta para comprobarlo. Sin embargo, no está de más mencionar algunos de los nombres propios que se ven reflejados en una o más fotografías. En las páginas podemos encontrar a Queipo de Llano, a Durruti y a Francisco Franco; a Unamuno, Milans del Bosch y Lluís Companys; Largo Caballero, Juan Negrín, Indalecio Prieto y Manuel Azaña; Miguel Hernández «poeta del pueblo», Dolores Ibárruri la “Pasionaria”, Valentín González el Campesino; Juan Modesto, Vicente Rojo, Enrique Líster, Hitler, Mussolini, Millán Astray… Junto a ellos, vemos también a milicianos desfilando o posando, rebeldes uniformados, campesinos con la hoz en la mano, ciudadanos apiñados en el metro de Madrid (improvisado refugio antiaéreo); armamento pesado y ligero, barcos y aviones militares, cráteres y trincheras… Las Brigadas Internacionales, los requetés, la Legión Cóndor; un barco ruso atracado en el puerto de la ciudad condal, carros de combate alemanes cerca del Ebro, la destrucción de Guernica, los bombardeos sobre Barcelona… Todo eso tiene cabida en el libro, pálido reflejo de la desolación en cuerpo y alma que debieron de sentir todas esas personas que hubieron de vivir y convivir con el conflicto bélico. “Me voy a la guerra, pero la partida es muy distinta de como la había imaginado. No hay romanticismo alguno, en absoluto”, dejó escrito Hannes Trautloft, aviador de la Luftwaffe alemana cuando se le destinó a la Legión Cóndor. Más tarde combatiría por su país durante la Segunda Guerra Mundial, quién sabe si sus sensaciones fueron las mismas.

Sangre en la frente admite sin esfuerzo dos itinerarios, dos modos de lectura: uno consiste en el simple recorrido visual por las imágenes dejando que estas nos hablen con el lenguaje que les es propio: las miradas de los retratados, los escenarios inmortalizados, los momentos capturados al vuelo, permiten al espectador imaginar tantas cosas en torno a las fotografías, que se trata este de un recorrido de casi obligado cumplimiento. Las imágenes han sido seleccionadas de numerosos archivos, tanto nacionales como internacionales, y están repartidas de modo cronológico a lo largo del libro, construyendo así un relato de conjunto y ordenado de la guerra, desde el alzamiento en julio de 1936 (“el 17 a las 17”), hasta los últimos combates y el desfile de la victoria en Madrid, el 19 de mayo de 1939.

El otro itinerario de lectura es el que establecen los textos que acompañan cada fotografía, describiéndolas y contextualizándolas. Unos textos alejados de toda tendenciosidad y favoritismo, pues de lo que se trata es de plasmar la vivencia del fenómeno de la guerra, no el signo de esta. Además, cada uno de los 9 capítulos se abre con un texto a modo de resumen cronológico (de hecho, lo acompaña una sucinta cronología) que contribuye más si cabe a ubicar lo que en las páginas siguientes va a ser mostrado a través de las imágenes. Es en estos textos donde descubrimos, por ejemplo, cómo entendía el general Franco la guerra que acababa de iniciar, contradiciendo con su opinión la expresada por el propio Mussolini: “En una guerra civil, es preferible una ocupación gradual y sistemática del territorio, acompañada por una limpieza necesaria, a una rápida derrota de los ejércitos enemigos que deje el país infestado de adversarios”. Textos que también se hacen eco del pacto internacional de no intervención en la guerra española por parte de las naciones europeas, pacto que Hitler y Mussolini no respetaron en absoluto al ayudar al bando rebelde, ni tampoco los rusos con su ayuda a los republicanos. Textos que nos ayudan a (re)descubrir la llamada “desbandá”, el éxodo de decenas de miles de malagueños que abandonaron su ciudad ante el inminente peligro, y recorrieron a pie de modo penoso y desorganizado cerca de 200 kilómetros por la carretera de la costa hasta Almería. O que nos recuerdan el terrible fin que tuvieron cerca de 100.000 soldados, 50.000 en cada bando, en la cruenta batalla de Teruel; o la más terrible y sangrienta matanza que se produjo en la interminable batalla del Ebro, en la que a lo largo de 100 días se produjeron 60.000 bajas por bando.

Al margen del relato histórico, Sangre en la frente es un libro que no puede dejar indiferente, a poco que uno se abandone a los sentimientos propios del ser humano. No siendo la mayoría de las fotografías truculentas ni sangrientas (aunque una de las últimas del volumen es terrible), la sensación que queda después de recorrer sus páginas es la de desolación ante la capacidad del hombre de destruir lo que construye. Ojalá, a fuerza de recordar la barbarie de que es capaz la raza humana, seamos entre todos capaces de no repetirla. Aunque solo sea por esto, este libro ya vale la pena.

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Jordi Bru y Jesús Jiménez, Sangre en la frente. La Guerra Civil en color. Madrid, Desperta Ferro Ediciones, 2022, 400 páginas.

     

6 comentarios en “SANGRE EN LA FRENTE. LA GUERRA CIVIL EN COLOR – Jordi Bru y Jesús Jiménez

  1. Farsalia dice:

    Pinta muy bien, «leí» el tomo que publicaron sobre el período 1900-1945 con las fotografías en color y es muy interesante «ver» las cosas de otra manera. A ver si cae este…

  2. cavilius dice:

    Sí, es un libro que no deja indiferente. En muchas de sus imágenes se muestra el auténtico rostro de la guerra, que no es otro que la desolación de los que la padecen.

  3. Balbo dice:

    Este verano leí el libro de El mundo en llamas (1914 -1945), de Marina Amaral y Dan Jones (tomazo con el que puedes hacer pesas) y me gustó bastante. Algunas fotos las conocía, otras no y me impactaron, la verdad, y es que el color en algunos casos hace que veas esas fotos más cercanas en la memoria (por lo menos a mi me pasa). Este de La Guerra Civil en color lo tengo en el punto de mira (aunque hay un pesado en la biblio que hace una semana tenía que haberlo devuelto, a ver si se da prisa en hacerlo) y me lo empapo, esperando que sea tan bueno como de el El mundo en llamas… y viendo esta excelente reseña creo que va a ser así. Saludetes.

  4. Antonio Penadés dice:

    Lo pido ya, me parece un proyecto magnifico. Recomiendo un episodio de Histocast en el que intervienen los autores junto con Javier Veramendi.

  5. Soldadito Pepe dice:

    Un libro excelente. Me parece un hallazgo extraordinario.

  6. cavilius dice:

    Lo es, desde luego.

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