Presentación de ROMA.
TRES VERSIONES:
Presentación de la novela Roma, de Steven Saylor.
Hislibris… estuvo allí.
VERDOY
Madrid, nueve y veinte de la noche en las cercanías de Plaza de Castilla. Hace frío para un malagueño, pero se lleva bien con el estómago lleno por el yantar compartido con Koenig como aperitivo previo a la esperada presentación del libro Roma de Steven Saylor.
En la plazoleta de entrada al Canal nos preguntamos si habrán llegado ya Pepe y Milagros, el resto del comando Hislibris. La recepción parece ambientada, así que decidimos entrar. En la puerta confirmamos: somos Koenig y Verdoy de Hislibris. “Muy bien, todo correcto. Pueden pasar”… Tras lo que, dados unos pasos en el interior nos encontramos todos.
Pasados unos minutos, la maestra de ceremonias del evento se sube a una especie de pedestal dispuesto para la ocasión y comienza la presentación del autor a viva voz y leyendo de un folio los párrafos allí escritos.
Tras la breve introducción se sube el Señor Taylor al pedestal y comienza la exposición de su libro en inglés y con intérprete. Parece un tipo jovial y con sentido del humor. Destaca el libro como una de las grandes empresas que ha acometido en su carrera profesional por las dimensiones de la obra y el trabajo consumido en llevarlo a cabo.
Se trata de la historia y saga de dos familias romanas ficticias que conviven con personajes reales de la legendaria Roma a través de los siglos, lo que promete la inmersión en la historia de Roma a través de ambientes ora ficticios ora reales, que seguramente serán la delicia de los amantes de la Historia novelada.
El fotógrafo llega 10 minutos tarde, pero en gran estampida y apartando a las personas de su trayectoria, logra encontrar el ángulo ideal para sacar las instantáneas del “autor libro en mano” como mandan los cánones.
Tras la breve presentación del libro se forman grupos con los asistentes y nos sumergen en el maravilloso mundo romano unas guías simpatiquísimas y sapientísimas que nos van cantando los pormenores de las piezas de la exposición.
En definitiva, una agradable velada en compañía y entorno incomparables. Hislibris estuvo allí.
KOENIG
El pasado lunes por la noche, en el centro de exposiciones del CYII, la editorial “La Esfera de los Libros” realizó la presentación de la última novela del autor Steven Saylor: ROMA.
La primera buena impresión se la llevaron los invitados nada mas llegar. Todo está muy bien organizado. Nada de dudas y corrillos entre los organizadores, nada de carreras apresuradas, nada de errores. En la puerta lo esperan a uno con su nombre, y una vez dentro lo saludan con amabilidad y lo equipan con un pequeño desplegable de la exposición, porque el gran acierto del acto fue que además de presentar el libro, los invitados pudieron disfrutar de una agradabilísima e interesantísima visita guiada por la muestra.
Pero no adelantemos acontecimientos. La primera parte del acto fue la presentación del libro en si. Una presentación demasiado literal tal vez por parte de la editorial, mas amena y divertida por parte del autor, que dirigió unas palabras a la concurrencia: una ligera referencia a su presencia en Madrid, un breve comentario sobre cómo se gestó el libro y a sus obras anteriores y mucho humor. Con la novela que presentaba, Saylor pretende narrar la historia de Roma durante mil años, desde su fundación hasta la crisis de la república, a través de la historia de dos familias ¿Una novela río? ¿Habrá espacio suficiente en un solo tomo? Eso son preguntas que deberá responder una futura reseña. En todo caso hay que resaltar que Saylor se preocupó por ser agradable y cercano, a diferencia de otras presentaciones mas envaradas.
Después de la presentación tuvo lugar la visita de la exposición. De nuevo puede decirse que estuvo bien organizado, y no hubo ningún problema a la hora de convertir los tres grupos de visitantes en cuatro. Cada uno con su guía. No puedo hablar de los tres primeros, pero si del cuarto. Se trató de una visita interesante, que se iba deteniendo en las piezas mas destacadas, que fueron comentadas por la guía sin eludir ni las explicaciones difíciles ni las palabras técnicas, es decir, sin tratar al público como si fueran niños. Dos horas de visita fueron como si hubieran pasado tan sólo diez minutos.
Finalizó la velada con un cóctel. No hay intención de poner los dientes largos a ningún hislibreño, pero nada de una copita de cava barato, como aventuraba uno de los presentes, sino un cóctel en plena regla. Bebidas variadas, canapés de muchas clases y postres. Un buen colofón para una velada cultural muy bien organizada. A la próxima me apunto.
PEPE
La presentación fue muy agradable, como han relatado muy bien mis compañeros, y no me extenderé sobre ella; fue un placer conocer a Verdoy y volver a ver a Koenig. La exposición merece la pena ser visitada, pero hubo dos detalles que no me gustaron. En primer lugar, las piezas se exhibían sobre unas estructuras que imitaban la madera, de un tono claro parecido al roble. Eso perjudicaba mucho la presentación, porque el color de la piedra es parecido y las figuras no se destacaban bien contra el fondo. En segundo lugar, la iluminación era excesiva. Es mucho mejor que cada pieza se ilumine por separado y se deje el resto de la sala en penumbra. En otras exposiciones en el mismo lugar, la de los egipcios y la de China, uno veía las columnas de ladrillo y no sabía dónde acababan, lo que le añadía un toque catedralicio y de misterio al entorno que favorecía mucho la visita. En esta ocasión, teniendo el techo gris perfectamente a la vista, la sala se vuelve más vulgar. Con todo, disfruté mucho de la velada y también a la mañana siguiente, cuando todo el mundo me preguntaba, con gesto de hastío y quejándose por la pérdida de tiempo, si había visto el debate. Pues no, respondía con una sonrisa: yo estuve en la presentación de un libro.

Caballo romano con ínfulas senatoriales sufre enormes ataques de dientes largos STOP
¡Que envidia, chicos!
Hay que reconocer que la capital, de vez en cuando, tiene alguna ventaja sobre las provincias.
Por cierto, debo estar espeso hoy pero…¿quien es H.E.A.?
No será H islibris E stuvo A llí, ¿no? ?????????????
Al senador verde de envidia le parece que sí
H.E.A. es un seudónimo colectivo tras el que se esconden diversos artistas y performers de Hislibris que han puesto en marcha el ambicioso proyecto de asistir a todos aquellos eventos culturales que cuenten con un ágape como Dios manda, con el fin de darles la adecuada cobertura informativa. Por cierto, Koenig, ¿dónde es el próximo?
Pues, no sé, pero hay que estar al tanto.
Por cierto que todos los que quieran ser miembros del «JÉA» deberán presentarle una solicitud por triplicado a Verdoy, el cual se la pasará a Pepe para que evalúe la tasa a ingresar. Una vez ingresada la tasa, lo que se acreditará con el correspondiente recibo, todo el expediente pasará a Javi_LR, que es quien se encarga de estudiar si hay plazas disponibles y hacer una propuesta de admisión o de inadmisión, la cual es atendida o no en reunión plenaria del «JÉA» según el nivel de «comprensión» que se haya ganado el peticionario.
Hala. Saludos.
Koenig
¿JÉA? ¿Hay que aspirar la hache? Pensaba que, siguiendo la política de la nueva institución, os la comeríais…
Ja, ja, ja…
O diría…: ha, ha, ha…
Pues tiene narices la cosa. ¡Un JÉA dentro de JISLÍBRI!
Es que me estaba arreando un bocata morcilla y no me quedaba «jambre» como para comérmela.
Pero todo es circunstancial.
Saludos.
Una vez admitido el neófito, y después de un periodo de apredizaje que incluye lenguas vivas y muertas, artes marciales, protocolo, psicología aplicada, gastronomía cultural, informática avanzada, veterinaria y biblioteconomia, y que puede variar entre tres y veinte años, dependiendo de las aptitudes y habilidades que demuestre el aspirante, éste entrará a formar parte del JÉA como miembro de pleno derecho y podrá convertirse en un icono cultural como el que aparece en la fotografía:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/26/cultura/1204030867.html
He visto a algún que otro miembro del JÉA por esa presentación.
¡Dioses, Pepe! Y no tenías la guía al revés… Eres una eminencia y una luz en el desierto.
El protocolo y la cultura gastronómica se me dan de cine… pero lo de las artes marciales a menos que valgan coces y mordiscos me parece que lo llevo crudo.
Pepe, se te olvida mencionar que los neófitos deben conocer a la perfección el organigrama del grupo, y su posición en él, que será siempre por debajo de los fundadores, a los que deberán alabar, regalar y dar la razón en toda circunstancia.
Saludos.
¡Chicos! esto es mucho, Pepe eres único, más que icono cultural, eres «iconográfico», clarificadoras las tres versiones.
Ah! el jueves hay tambien cita para ver a la pintora sueca amiga de Ariodante, con cóctel no sé si tan bueno como el de Saylor, a ver si os animais…
Sé que me voy a arrepentir pero… ¿JÉA?… esto… ,reverendos fundadores
No solo eso, los conocimientos de biblioteconomía y mesoterapia deberán ser como mínimo de nivel cinco, o décimo Dan si hablamos de la escala chu-lin. Los postulantes deberán acreditar una formación equivalente a 50 créditos en el uso de baipai.
saludos
No entiendo bien tu comentario, Aretes. ¿Te refieres, quizá, a porqué JÉA y no JETA (Jislibris Estuvo También Allí), que es un seudónimo más acorde con la personalidad colectiva de este grupo de artistas?
Básicamente es que no entendía las siglas, aunque ahora que lo dices…
Y sigo sin entender la tilde
Peero bueeeeno! ¿dónde hay que suscribirse para que a una le avisen de los eventooooos?¿coomo lo lllevais tan calladitoooo? A ver: esto de la JEA, HEA, o LO QUE SEA, ¿de que va? A mi me encantan las presentaciones de libros y los cócteles y ahora que ya me he trasladado, suelo estar diponible, asi que ¿dónde hay que firmar?
Menos mal que ya no estoy en moderación!
Yo me apunto desde ya a la JEA y la JETA también.
Cumplo todos los requisitos solicitados y estoy dispuesta a pagar tasa en especie (tochos librescos) o especias (sé que a Koenig le encanta el jengibre).
¡Ya estáis tardando en enviarme el carné!
¡Jó, la que se ha montado con la preguntita de marras!
Lo llego a saber y me callo.
Sigo sin encajar la tilde… bueno, tampoco las siglas…
¡Qué suertudos! Divertida crónica informativa. Eso sí, me ha encantado lo de la acreditación… «En la puerta confirmamos: somos Koenig y Verdoy de Hislibris. “Muy bien, todo correcto. Pueden pasar”… Jajaja. Por un momento os he imaginado a ambos de esmoquin y a punto de pedir un martini seco mezclado, no agitado.
Un saludo.