Presentación de LOS AÑOS DEL MIEDO, de Juan Eslava Galán
Esta misma mañana, en la sede de Planeta, ha tenido lugar la presentación del último libro de D. Juan Eslava Galán: “Los Años del Miedo”, a la que Hislibris fue amablemente invitado.
Poco se puede decir sobre el autor que no sea conocido. Nacido en Arjona en 1948, se dio a conocer al gran público con una interesantísima novela: “En Busca del Unicornio”, con la que ganó el premio Planeta en 1987. Desde entonces su trayectoria incluye muchísimos títulos, tanto de novela como de ensayo, entre ellos “Una Historia de la Guerra Civil que no va a Gustar a Nadie”, cuya continuación podría ser este libro. También tuvo la amabilidad, no hace mucho, de someterse a una de las entrevistas de esta página, con friki-test incluido.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, y sin meterme en el libro, que ya quedará reseñado a su debido tiempo, decir que la presentación de hoy ha sido interesante. Mucho. El Señor Eslava Galán se expresa con facilidad, humor y amabilidad. Recuerda a ese profesor de historia que probablemente muchos de los que estamos aquí tuvimos, con gusto por la asignatura, con preocupación por hacerla interesante y con interés por transmitirla a quienes le escuchan.
En el Friki-Test le preguntábamos qué libro escrito por él consideraba más valioso, y él contestaba que estaba aún por escribir ¿Tal vez sea este? El autor ha calificado este libro como uno de sus más queridos, una obra que lleva escribiendo, tal vez, cuarenta años, pues lleva muchísimo tiempo coleccionando todo tipo de testimonios de la posguerra, desde antes de que naciera el proyecto de escribir sobre ello.A la hora de explicar su satisfacción por este libro comparó un escritor con un arquero, que dirige su flecha hacia la diana, que es su objetivo, y acierta mas o menos cerca, una vez terminada la obra. Situó al lector en el lugar de quien no ve la diana. Ve clavarse la flecha y piensa que es justo allí donde el arquero la quería. Pero no siempre es así, no siempre coinciden la intención inicial del escritor y su resultado final, aunque sin embargo en este caso confesó que sí.
La presentación fue breve, ya que el Sr. Eslava Galán prefirió pasar de inmediato al turno de preguntas. Las hubo sobre muchos temas y mas o menos intencionadas.
Sobre si España había superado la guerra civil, consideró que si, y sobre las recientes pugnas en torno a su historiografía contestó, lisa y llanamente, su opinión sobre nuestra actual clase política (en general): escaso nivel. Sobre si la escasa catadura moral de las clases dirigentes propició la pobreza de estos años (pregunta con mas segundas que primeras), contestó con la anécdota de aquella nota pintada en un retrete que decía que “Quien no roba es porque no puede”, extendiendo la poca moral a la casi totalidad de la población de entonces, mas preocupada por la supervivencia que por los valores ¿Se extendió dicha baja moral al clero católico? (Pregunta tal vez con segundas, que salta desde el otro lado de la mesa) Pues claro, desde el Siglo I d.C., contestó el autor con sentido del humor.
Terminar diciendo que fue muy interesante su interpretación de la portada del libro, a raíz de una pregunta sobre si no era un tanto incongruente con el título. Brevemente dicha portada muestra un grupo de mujeres, un niño y en segundo plano un varón, sonrientes. Las mujeres y el niño llevan comida: panes y conservas, y hacen el saludo fascista ¿Se corresponde la alegría que muestran los fotografiados con “los Años del Miedo”? Eslava Galán nos explicó la foto: hecha en los primeros años de la dictadura, cuando para ser periodista había que ser adicto al régimen, el fotógrafo busca la propaganda y una foto de mujeres sonrientes con comida indica claramente la munificencia del caudillo. Pero… ¿Es alegría lo que muestran las sonrisas de los fotografiados o es obligación? ¿Sonríen por miedo?
La presentación estuvo salpicada con anécdotas de la época, todas incluidas en el libro: estraperlo, alpargatas, horas y horas de camino en busca de comida, publicidad (de entonces); todas ellas un adelanto de lo que espera al lector, pues una vez mas ha utilizado el humor, negro, para amenizar las realidades que narra, pero eso si, sin quitarles una pizca de tragedia ni tomárselas a broma. Así lo asegura el autor, pues así se lo han dicho quienes, en fase de prueba, han leído el libro. También aseguró que en el libro se trataban cuestiones nunca tratadas antes, por ejemplo la concentración de tropas ordenada por Franco en el campo de Gibraltar, mientras sobre el cielo inglés se dirimía la batalla de Inglaterra. Pero he prometido no hablar de guerras.
Todo ello narrado y comentado en un ambiente cordial, de tertulia, pues seríamos pocos mas de una veintena, aunque, para este reseñador al menos, incómodamente lleno de cámaras y micrófonos. Pero como siempre que es posible, Hislibris Estuvo Allí.
Saludos a todos.
Muchas gracias, Koenig. Magnífico trabajo en el haber de H.E.A.
Ahora sólo queda leer el libro de Eslava Galán, que es un figura.
Suscribo. Da gusto (y envidia) leer estas crónicas. Algún día Atilio Estará Allí.
Gracias, reportero dicharachero.
¿No me digas que hemos fichado a Gustavo?
Peeero bueno: ¿es que siempre decís las cosas a posteriori? Alguna vez podríais avisar…para que vayamos alguno/a que otro/a más. Desde luego, H.E.A. es una buena representación, pero jolín, avisad por si acaso. De todas formas, enhorabuena por el aprovechamiento de la oportunidad, y por representarnos a todos. Debió de ser estupendo, a mi me cae muy bien Eslava Galán y los libros que he leido suyos me han gustado mucho. Supongo que si, que habrá que echarle le visual a la obra en cuestión.
Un diez por Hislibris !!. Me siento orgulloso de pertenecer a este «grupo»que es capaz de representarme en una conferencia de mi autor de cabecera, Eslava.
¡¡ Dios, qué agusto me siento !!
Estupendo como siempre Koenig, un placer que nos pongas al corriente de actos de esta índole.
El libro tiene buena pinta, ya nos harás la reseña.
Todos tus fans, Koenig, nos morimos de ganas por saber si le hiciste alguna pregunta a Eslava Galán. No sé, algo así como» Aquí, Sr. Eslava. Koenig, reportero de Hislibris. Quiero preguntarle…».
Magnífica crónica Koenig. No hemos estado allí, pero con tu reseña casi podemos afirmar que todos los hislibreños estabamos presentes en el acto.
Un saludo.
Aplausos Koenig, y un apabullante Viva!!, por nuestra Casa Hislibris.Esto merece unas cuantas copas Javi.Y si se crea filiales para todos los escritores expositores por todos lados?.Total la casa esta mas grande y mucho mas importante ahora.
Salud!!!!
Gracias, Galo, estupenda crónica y yo tambien ando curiosa, ¿le hicistes alguna pregunta?
Buenos días.
En primer lugar darle toda la razón a Ariodante. Culpa mía, te tendré en mi lista para posteriores situaciones de este tipo.
Preguntas. Es mejor callar y parecer tonto, que abrir la boca y demostrarlo.
Ahora en broma. La verdad es que alguna se me ocurrió. Pero allí había una cámara con el logo de Antena 3, y un micro de Radio Nacional de España, y un montón de gente que parecían periodistas. Y la verdad es que me intimidé un poco al principio. Para cuando me desintimidé ya le habían hecho las preguntas en las que yo había pensado. Así que me di por satisfecho. Pero prometo esforzarme mas…
Saludos.
En la solapa del libro hemos leído que en aquellos «años del miedo», para aprobar las oposiciones a maestro nacional la respuesta correcta a «¿Quién descubrió América?», «¿Quién escribió el Quijote?», y «¿Quién pintó Las Meninas?» es la misma: Francisco Franco». Indudablemente, el señor Eslava, que nació antes de ayer, no vivió aquellos tiempos miedosos y por lo tanto escribe de oídas. Esa gracia sobre los exámenes es una falacia que el señor Eslava sabe que es una falacia, pero ahí va, porque el lector, que debe de ser tonto por definición, se la tragará. Yo sí viví esos años y reto al autor a que me lo demuestre, yo, casualmente, sí puedo demotrarle lo contrario.
¿Falta mucho para que la gente escriba sobre nuestra Historia reciente con cierta dignidad?
Buenas tardes.
Estimado señor Blas de Lezo. Entendiendo que es usted quien lanza una acusación de falsedad, y entendiendo que es quien acusa quien debe probar su acusación. Y tras leer su afirmación de que puede usted, casualmente, demostrar que la afirmación sobre los exámenes es falsa. No entiendo demasiado bien porqué no lo ha demostrado ya.
Atentamente.
Sinceramente despues de ver la pagina web de Blas de Lezo me es completamente indiferente lo que pueda demostrar. No se si esas eran las respuestas para ser maestro nacional, lo que si se es que el colectivo de maestros fué brutalmente depurado, encarcelado, apartado de la enseñanza y asesinado. Tambien se, y cuando murio Franco yo tenía 11 años, que el grito de «Franco, Franco, Franco» era constante y para cualquier ocasión, desde la pseudopolítica hasta el deporte, desde la iglesia hasta los toros, era un constante griterio para ensalzar al dictador y su régimen.
A mi también me cuesta mucho creer que una persona cualquiera pudiera aprobar los exámenes con esas respuestas. Sin embargo, si la persona en cuestión llegara vestida con una camisa azul y llevara en el bolsillo una carta de recomendación escrita por otra persona con el mismo color de camisa, me inclino a pensar que su aprobado no dependería de sus respuestas y que, por tanto, estas muy bien pudieran ser las que sugiere el libro. Estupendo reportaje, Koenig.
Si lees el libro, verás que la anécdota explica bien lo de las preguntas. En un examen EN CONCRETO, el estudiante contestó «Francisco Franco» a todas las preguntas, y el examinador lo aprobó por miedo a parecer poco entusiasta del régimen. Es una anécdota que demuestra lo surrealista de la situación y el nivel de intimidación colectivo que existía. Por supuesto, no era la norma de los exámenes. La confusión puede venir por el texto de la contraportada del libro, donde la anécdota no se explica bien por falta de espacio y puede dar lugar a una mala interpretación. Punto negativo para el redactor de la contraportada -tarea poco valorada, mal pagada y mucho más importante de lo que parece- y para el señor que ha criticado al autor y al libro sin leer más que la solapa.