Ediciones Planeta a través de su sello editorial Temas de Hoy (TH Novela) lanza este mes de febrero una nueva publicación: se trata del libro de Carlos Clavijo El hijo de la vid. Su presentación se realizó el pasado día 18 en la forma y lugar que a continuación se narra, pues por deferencia de la Editorial hacia este blog y por su expresa invitación Hislibris Estuvo Allí.

Para comprender la elección del marco territorial en el que se llevaron a cabo los actos programados con motivo de la citada presentación es preciso adelantar sinópticamente el argumento de la novela. En las postrimerías del siglo XIX un muchacho riojano embarcado como grumete en uno de los navíos que transportaban el vino de su región al Nuevo Mundo es víctima de un naufragio frente a la costa de Veracruz. Tras este revés sólo una idea fija y determinante le guiará durante toda su vida hasta su exitosa culminación: regresar a su Rioja natal y fundar una bodega como otros emprendedores paisanos habían hecho y seguirían haciendo después. Ambientada la acción novelesca en la ficticia localidad de San Esteban cuyo emplazamiento habría que situar en el entorno de las villas -éstas muy reales- de Briones y San Vicente de la Sonsierra, era lógico que fuesen estos los lugares seleccionados -y con ellos Ollauri y Haro- para dar a conocer el libro en cuestión.

Un grupo de periodistas en el que se había integrado el enviado especial de Hislibris (no es que el enviado tenga nada de especial sino que fue especialmente enviado) partimos de Madrid en autobús a temprana hora para recalar a media mañana en Briones, más en concreto en el Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco. Allí nos esperaba Carlos Clavijo quien nos fue presentado por el anfitrión Rafael Vivanco, uno de los actuales propietarios del museo y de las bodegas, perteneciente a la cuarta generación de esta familia vinatera. Tras una primera y breve toma de contacto con el autor tuvimos la oportunidad de girar una visita al museo que, aunque rápida por la premura a que nos obligaba el extenso programa a que íbamos sometidos, no dejó de ser del máximo interés por la variedad y calidad de todo lo expuesto. Tal fue la falta de tiempo que este EEH (enviado especial de Hislibris) no tuvo ocasión de contemplar, como así le hubiera gustado, la magnífica crucería gótica de las bóvedas de la iglesia parroquial de Briones, las insólitas columnas fasciculadas que las soportan y la pila bautismal románica que aún se conserva en su interior. Otra vez será.

El Gobierno de La Rioja, consciente del valor promocional de la zona que puede llegar a tener El hijo de la vid por cuanto en él se rinde homenaje de admiración a la tierra y a su paisanaje, quiso sumarse al programa ofreciéndonos una espléndida comida en Casa Toni, un representativo restaurante en San Vicente de la Sonsierra. La Directora General de Turismo Mónica Figuerola estuvo presente en el acto gastronómico. También estuvo a la mesa Carlos Clavijo, quien nos acompañaría el resto de la jornada e incluso al día siguiente en el viaje de regreso a Madrid. El autor de la novela, malagueño de nacimiento y madrileño por residencia pero buen conocedor de los lugares por los que nos movíamos por constituir el escenario de su obra, había planeado tras la comida mostrarnos algunos de los atractivos de la medieval y fortificada población de San Vicente, en especial el mirador panorámico sobre el valle del Ebro, pero la brevedad del tiempo de que disponíamos (en La Rioja los días sólo cuentan con 24 horas) no nos permitió llevar a efecto tal visita como tampoco las que hubieran sido muy del agrado del EEH al recinto amurallado, a la parroquial gótico-flamígera de Santa María la Mayor, a la iglesia románica de Santa María de la Piscina, a la ermita, también de origen románico, de San Martín o a la capilla, románica asimismo, de la Vera Cruz. Más cosas a sumar para otra ocasión.

La tarde estuvo dedicada a visitar las bodegas que la firma Paternina posee en Ollauri, y como colofón, ya en Haro, realizamos un detenido recorrido por las instalaciones de Bodegas Bilbaínas en las que se nos sirvió una apetitosa cena en la que no faltaron los apreciados vinos que esta marca cosecha. Al día siguiente, regreso a Madrid acompañados por Carlos Clavijo con quien las largas horas de autobús y su disposición a la conversación nos dieron oportunidad de sostener interesantes charlas no sólo sobre sus escritos sino también en torno a los más variopintos temas.

Esta entrada fue enviada el martes, 23 d+02:00 febrero d+02:00 2010 a las 11:43 y está archivada bajo Varios. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.