PASAJE AL NOROESTE – Kenneth Lewis Roberts

51Zon2oxmBLEl título del libro que nos ocupa puede despistar a más de un lector, porque realmente en esta narración el famoso «Pasaje» es una idea, una ilusión, un proyecto, un hilo conductor, eje alrededor del que gira una vida: la del mayor Rogers, personaje histórico y real.

El Pasaje al Noroeste, en la imaginación de todas las personas libres, es un atajo que nos conduce a la fama, a la fortuna y al amor (…) En todos los rincones del mundo encontramos a hombres que buscan incansablemente su Pasaje al Noroeste personal, sacrificando a menudo su salud, su fuerza y la vida misma en aras de esa búsqueda.

Con este texto, el autor ya nos da una pista. 

No obstante, la ficción toma como excusa las aventuras de un imaginario aprendiz a artista, luego artista consumado, cuyo más ferviente deseo es plasmar en imágenes a los indios en su hábitat natural, su vida, costumbres, vestimentas, figuras y acciones. Y para ello, su relación con Rogers era fundamental. El mayor Robert Rogers (1731-1795) creó y dirigió una unidad de Rangers durante la guerra franco-india (1754-1763) desarrollada en América del Norte entre británicos y franceses y también distintas tribus de indios.

El narrador anuncia al principio de la novela que es de Rogers de quién quiere hablar:

Mi intención es menos ambiciosa. El destino ha querido que conociera a un hombre tan extraordinario como misterioso (…) A veces, se me antojaba como un dios: en otros momentos, me parecía poseído por los demonios. A pesar de todo, creo que su virtud radicó en servir al país de manera más provechosa que los soldados, los hombres de Estado o los escritores de éxito; en su lado oscuro, sospecho que no cayó más bajo de lo que cualquiera de nosotros habría caído si hubiéramos gozado de su visión y energía, y si hubiéramos vivido los mismos esfuerzos, las mismas tentaciones, las mismas ingratitudes y desengaños que él tuvo que sobrellevar. Por lo tanto, creo que merece la pena rememorar por escrito esos días en los que él me fascinó como ningún otro hombre me ha fascinado en la vida.

La novela se divide en dos partes muy diferentes, por la acción, tempo y clima creado. La primera, brevemente precedida de una descripción introductoria del protagonista, gira alrededor de una epopeya histórica: la vivida por los Rangers en su expedición punitiva a St. Francis,  descrita con todo detalle, una emocionante narración de aventuras.

La segunda parte comienza con la etapa londinense del joven artista ex-ranger y la coincidente presencia en Londres de su antiguo jefe, el mayor Roberts, tratando de financiarse una nueva expedición al Paso al Noroeste. El intento infructuoso de encontrar del famoso paso y el retorno final a Inglaterra ocupa toda esta parte, que refleja las relaciones entre la metrópoli y el hervidero de protestas americano, al borde de la rebelión, que finalmente tendrá lugar, aunque solo se citará de pasada al final del libro.

Narrada toda la novela en primera persona por el protagonista de ficción, Langdon Towne, cuya familia está asentada en Nueva Inglaterra, cuenta sus aventuras, ilusiones y proyectos, a la vez dibuja la conflictiva figura del mayor Rogers y sus Rangers, pintando un fresco del panorama colonial, tan diverso y complejo conforme se adentra hacia el Oeste y aumenta la población indígena. Personajes reales se mezclan con los de ficción de modo natural. Los problemas de la relación metrópoli / colonias se hacen muy evidentes y presagian un futuro explosivo.

Langdon Towne relata la historia de sus años juveniles expedicionarios desde mucho tiempo después. Desde su infancia, desarrolla un especial talento para el dibujo, induciéndole a pensar que podría ser su futura profesión. Esto generará tensiones en su familia, que lo manda a Harvard a estudiar,… siendo expulsado por un incidente casual. Otro incidente asimismo casual con la justicia le obliga a alejarse por un tiempo de su comarca, y aquí es cuando entra, también por azar, en contacto con un Ranger. El joven Langdon es presentado, pues, a Rogers y aceptado en los Rangers, partiendo casi de inmediato a una misión. Conocido su paso por Harvard, es requerido por Rogers para que lleve el diario de la expedición, dibuje algunos paisajes y levante mapas de diversas zonas, muchas de ellas apenas exploradas.

La expedición tenía por misión acabar con el poblado llamado Saint Francis junto al río que lleva su nombre. Una zona abrupta, pantanosa, plagada de indios y de franceses, y con un clima demencial. A pesar de las dificultades, la misión es cumplida. La figura de Rogers destaca en esta parte como la de un verdadero héroe legendario, que crece ante la adversidad y sabe llevar adelante su objetivo contra viento y marea. La relación detallada de la expedición ocupa casi toda esta primera parte, que acaba con la marcha a Londres del protagonista y narrador, (tras un desengaño amoroso).

La segunda parte del libro discurre al principio en los años londinenses, donde coincidirá con Rogers y su secretario Potter, un desaprensivo personaje por medio del cual entrará en contacto con la dulce Ann, personaje femenino que ganará gran importancia. Después narra el retorno de Rogers y Towne a América, el primero con el propósito de descubrir el paso del Noroeste y el segundo, de pintar nuevas tribus indias. Rogers consigue del rey el cargo de gobernador de Michilimackinac, (cerca del actual Michigan), lo que le granjea la enemistad de todos los oficiales y cargos coloniales, empezando por Sir William Johnson, superintendente británico para los Asuntos de las Indias Occidentales, que discrepa de su manera de llevar las cosas, demasiado democrática, y por su relación amistosa y pacífica con los indios. Atado por sus obligaciones y por la ausencia de financiación, Rogers queda en su puesto, pero envía a varios oficiales de su confianza como Carver, Tute, Goddard, y con ellos a Towne, para que inicien la expedición al Noroeste.  A partir de aquí, surgirán toda una serie de complicaciones, historia de amor incluida,  algunas de ellas coincidentes con los hechos históricos, y otras pura ficción, desembocando en el accidentado retorno de Towne, un desesperante viaje que finaliza en Londres.

En suma, una novela muy variada en sus registros, que hilvana muy bien la ficción con la historia, trazando la situación de los años previos a la independencia, con muchas reflexiones sobre la naturaleza humana, sobre las diferencias entre los colonos y la metrópoli, contraponiendo los intereses de los nacidos en América frente a los de políticos y militares británicos. Las descripciones del paisaje son muy detalladas, creando a veces una sensación de estar inserto en la naturaleza más agresiva y salvaje. La mirada es la de un artista, aunque también la de alguien que ama los grandes espacios naturales. Sobre toda la narración, planea la interesante figura del mayor Rogers, el protagonista real. Una novela recomendable. La traducción de Carme Font, eso sí, muy mejorable.

Kenneth Lewis Roberts (Kennebunk, Maine,1885 –Kennebunkport, Maine,1957) fue un escritor americano, autor de novelas históricas. Estudió en la Cornwell University y se inició en el periodismo como reportero del Saturday Evening Post. Sirvió en la primera guerra mundial como oficial de Inteligencia Militar, y posteriormente emprendió una carrera literaria en la que alternó la novela histórica con el ensayo literario. En 1957 obtuvo el Premio Pulitzer por «su extraordinaria contribución al conocimiento de la historia».

 

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7 comentarios en “PASAJE AL NOROESTE – Kenneth Lewis Roberts

  1. juanrio dice:

    Lo conseguí hace poco, en un tomo conjunto con otros premios Pulitzer, a ver si adelanta puestos en la pila, tiene una pinta excelente. Gracias Ario.

  2. Rodrigo dice:

    Un autor y una obra que desconocía por completo. Deduzco que tiene algo de novela de formación, ¿no?, por lo que se refiere a Langdon. Llama la atención su ambientación tan peculiar, con su trasfondo aventurero e histórico. También aquello de plasmar la maravilla del entorno, en parajes que todavía eran “naturaleza virgen”. Parece realmente una novela de contornos y registros muy variados. Interesantísimo, Ario.

  3. Fran dice:

    Comencé a leerla hace varios años, pero no debía de ser el momento, porque la aparqué al poco. Tu reseña me anima a darle una segunda oportunidad, reconozco que había leído unas pocas páginas nada más y el argumento es de lo más apetecible.

  4. ARIODANTE dice:

    A ver, como digo en la reseña, hay dos partes muy diferenciadas en la novela. Mientras leía la primera parte, me hice una idea algo falsa del conjunto. Me acordaba de la película, y pensaba que iba todo de la expedición a St. Francis, que en algunos momentos llega a ser angustiosa, por lo detallado de la acción…Pero no. Una vez se supera esa parte, te vas dando cuenta que es una novela de formación, como bien dices, Rodrigo, aunque en paralelo sea una peculiar biografía de Rogers.

  5. Pintaius dice:

    A mí la película protagonizada por Spencer Tracy siempre me ha parecido muy entretenida por su condición básicamente de aventuras, pero por lo visto no es del todo fiel al libro, ya que no recuerdo que recoja nada de esa otra segunda parte que apuntas, Ariodante. Lo que sí recuerdo es que plantea el personaje de Rogers como el de un hombre con ciertas contradicciones humanas.

  6. ARIODANTE dice:

    Efectivamente, Pintaius. La película solo está basada en la primera parte del libro. De la segunda, nada da nada. Efectivamente, Rogers era visto como un un héroe, pero también era un hombre muy contradictorio, quizás por ese carácter tan impulsivo.

  7. Jorge dice:

    Una de las mejores historias que e leido.
    Muy chula.

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