OPERACIÓN BARBARROJA. LA DERROTA DE ALEMANIA EN EL ESTE – David Stahel
El pasado mes de abril, los compañeros de Ediciones Salamina publicaron el último volumen (que es el primero) de la fantástica pentalogía escrita por el investigador y profesor David Stahel. Esta colección de ensayos, de los que tenemos reseña en este portal, aporta una nueva forma de ver los acontecimientos que ocurrieron en el campo alemán en el marco del primer año de guerra en el este contra la Unión Soviética. Operación Barbarroja es el volumen que inició esta saga que ya ha llegado a cinco publicaciones. No obstante, y debido a los azares del mundo editorial, el título se ha publicado en último lugar. Aunque esto es una simple anécdota, ya que lo importante es que por fin esta publicado en español. Por ser el volumen que es trata los aspectos que nos faltaban en siguientes trabajos: planificación alemana de Barbarroja, operaciones iniciales de junio y de los meses centrales del verano. Hay que decir, que este ensayo deriva por completo de la tesis doctoral que defendió en su momento Stahel. Una tesis que mantiene toda su frescura y originalidad pese a haber sido defendida hace más de diez años.
Entrando al lío, como se suele decir, Operación Barbarroja mantiene el estilo al que nos tiene acostumbrados este autor británico. La traducción de Hugo A. Cañete como siempre es muy limpia y permite disfrutar de un texto concienzudo de modo ameno. Stahel, tras una introducción donde valora todo lo que se había escrito hasta entonces sobre Barbarroja. Una revisión historiográfica muy interesante y que nos pone sobre la mesa las perspectivas que han tenido otros historiadores sobre esta gran operación militar del siglo XX. Seguramente, la operación militar más decisiva de la historia reciente por todas las consecuencias que trajo a posteriori. El libro en concreto se divide en dos enormes partes. La primera trata de cerca los planes estratégicos y las concepciones teóricas que desembocaron en la propia operación. La segunda, y última, desarrolla la propia guerra hasta agosto de 1941, justo hasta el momento en que Adolf Hitler decide llevar la guerra al sur, a Ucrania, rechazando los consejos y proposiciones de marchar directamente hacia la capital soviética: Moscú.
Los dos capítulos con los que empieza el volumen estudian de manera pormenorizada esa concepción teórica y los planes. La Alemania nazi, tras la victoria contra Francia, está en la cúspide de su poder militar. Es hora de acabar con la irredenta Inglaterra que no quiere doblegarse. En este periodo de finales de 1940 Hitler ya lanza la idea de derrotar a la URSS para que el Imperio Británico se vea sin opciones ni aliados en el continente. La idea cala hondo y los mandos comienzan un estudio de cómo llevar a cabo los designios del Führer para la siguiente campaña. Ya aquí, desde el minuto uno, Stahel muestra que las ideas y la propia planificación de Barbarroja son erráticas y parciales. Usando amplio material de archivo quedan pocas dudas de los mitos de Barbarroja que se extendieron en la Guerra Fría.
Antes de comenzar la segunda parte, tercer y cuarto capítulos se dedican al estudio de las propias fuerzas armadas del Tercer Reich y el día D de la operación. Nuestro autor desgrana como los carros de combate tenían deficiencias, y, sobre todo, que no conocían bien lo que habría al otro lado de la frontera. Es verdad que Stahel no se centra demasiado en aspectos militares soviéticos, pero cuando lo hace demuestra que el Ejército Rojo –pese a las purgas de Stalin– mantuvo su capacidad de maniobra (algo reconocido por los propios nazis). Así pues, disfrutaremos de las capacidades que mostraron los carros pesados soviéticos y su impacto en las experiencias de los combatientes alemanes. Porque esta es otro de los puntos fuertes del texto, que no solo hay operaciones militares en su forma clásica, también decenas de testimonios de los protagonistas, de sus pensamientos y reflexiones. Así como pequeñas visiones de Barbarroja a nivel internacional y como afectó a los aliados del Eje.
Una vez dentro ya del conflicto, en la segunda parte, el historiador desarrolla de modo maravilloso todos los detalles del avance alemán en los grupos de ejércitos, ejércitos panzer y divisiones mecanizadas. Parece que la información nos va a desbordar, pero no, ya que el autor sabe guiar al lector y apoyado en los mapas es una lectura intensa pero fácil. David Stahel pone su mirada, más que en las tácticas, en las operaciones de embolsamiento y en la logística y las comunicaciones. Estas últimas muy importantes para entender el fracaso de Barbarroja, al igual que la obstinada resistencia del Ejército Rojo que no se dejó amilanar por la potencia militar del Tercer Reich. Poco a poco, de nuevo gracias a ese material de archivo, vamos a ver como el avance alemán pierde fuelle a costa de las pérdidas, averías y bajas de personal. Todo ello con el telón de fondo de una ineficiente planificación a todos los niveles.
El culmen de la campaña inicial de Barbarroja va a ser, o al menos el autor lo sitúa, en la batalla de Smolensko. La enorme batalla fue una de las típicas bolsas que realizaron los alemanes a los soviéticos. Sin embargo, se puede ver como la Wehrmacht se ve incapaz de cerrarla y numerosos elementos escaparan para luchar un día más. Y es que el rápido avance de los panzer dejó atrás a la infantería que debía reducir las bolsas. Esta situación de descompensación produjo que en la retaguardia quedaran tropas enemigas que atacaban las columnas de suministro y que necesitaban de presencia militar constante que no podía usarse en primera línea. A partir de Smolensko las fuerzas germanas debieron conformarse con lanzar ofensivas más limitadas que lo ideado en un comienzo. Mas, Stahel demuestra como ya a finales de julio y en agosto Alemania debía luchar en el este en posiciones estáticas como en la Gran Guerra. Un ejemplo de esto se ve en el saliente de Yel’nya donde los soviéticos no cesaron su empeño de reconquistar la zona hasta que expulsaron de allí al enemigo con graves bajas.
Llegado mediados de agosto, en el mando alemán se había instaurado una crisis de percepciones. Las cosas no habían salido como se esperaban. Todos deseaban acabar aquello llegando a Moscú. Sus deseos no se verían cumplidos pues Hitler decidió desviar al ejército contra Ucrania y Kiev para, según él, asegurarse unos recursos naturales y materiales que necesitaba para continuar la guerra. Es la aceptación de facto de que la guerra iba a durar más que una campaña de verano. Con estas últimas órdenes y discusiones, y mucha desesperación, el libro finaliza dejando la puerta abierta a las operaciones en el sur de la URSS. Un final que, aunque Stahel siempre insiste en que los volúmenes son independientes, deja las ganas de volver a empezar a leer Kiev 1941, Operación Tifón, Moscú, etc. Las conclusiones de las páginas finales no podrían ser, en mi opinión, más acertadas. Un gozo poder disfrutar ahora en español de unas reflexiones tan redondas que dejan lugar a pocas dudas sobre el desastre que fue Operación Barbarroja para Alemania y el régimen de Adolf Hitler.
Para terminar, y tratando cuestiones técnicas, el libro esta magníficamente maquetado y contiene numerosos mapas e imágenes en blanco y negro. La tipografía es la típica de Ediciones Salamina, de buen tamaño para no dejarnos la vista. Publicado en mitad de la crisis de papel, los compañeros han hecho un esfuerzo por mantener la calidad del material y se nota. En definitiva, una obra muy recomendable. Leída, subrayada y trabajada luce estupenda en la biblioteca. Ahora a esperar si Salamina trae nuevos trabajos que Stahel escriba o sus colaboraciones. El tiempo dirá.
David Stahel. Operación Barbarroja. La derrota de Alemania en el este. Málaga, Ediciones Salamina, 520 pp.
Buena reseña de un gran libro que completa la extraordinaria pentalogía de Stahel. Por cierto, pone a caer de un burro a Halder, Jefe de la OKH alemana, y a los mandos alemanes en general, por querer llevar cada uno su ritmo y estrategia de guerra… para luego seguir los dictámenes de quien realmente mandaba, Hitler. Interesante como marca el cerco a Smolenko como el principio del fin del ejército alemán…
Coincido plenamente con tu comentario amigo, la verdad es que el libro completa la pentalogía y pone la guinda sobre el pastel. Toda una suerte tener esta colección en español
Gran reseña. A ver si me animo con la tetralogia de Stahel. Ahora estoy con la tetralogía que David Glantz ha dedicado a Stalingrado (Editorial Despertaferro). Leído el primer libro y comenzado el segundo: Aramgedón en Stalingrado. Muchas de las reflexiones de Stahel que recoges en tu reseña también las efectúa Glantz.
Rusia y Alemania en la Segunda Guerra Mundial, desde el pacto Ribbentrop-Mólotov a la Operación Barbarroja y el fin de la guerra… cuanta tela que cortar y cuanto por contar. Muy bien por este autor que parece hacerlo de forma estupenda.
La verdad es que es una pentalogía que me ha encantado, y parece que no solo a mí. Todas las personas que se han acercado a Stahel han quedado encantadas. Algunas cuestiones no estoy del todo de acuerdo, pero supongo que eso es cosa mía. ¡Dale una oportunidad Vorimir! Lo merece.
Imprescindible y muy entrentenida.
Conclusión de la pentalogía: La primera derrota de Alemania ocurrió ya en junio/julio y su primera victoria en diciembre durante la retirada de Moscú. Ningún historiador sostiene eso, Suena descabellado y a contracorriente, pero como está de moda escribir historia llevando la contraria, sirve para hacer caja.
Por lo demás, el clásico surtido que suelen ofrecer otros como Beevor o Hastings, libros llenos de anécdotas y extractos de cartas y diarios sacados de contexto y muchas veces escritos por un soldado u oficial durante un instante de desesperación. Me quedo con Glantz. Ese que dicen que tiene un estilo «árido»
Ningún historiador ha estudiado tan de cerca los ejércitos panzer como Stahel. Autor que ha obtenido aplausos de toda la comunidad historiadora y académica del mundo anglosajón. Así que no creo que encaje en lo de «esta de moda». La investigación de estos cinco libros es un antes y un después, tal y como lo hizo Glantz en su momento a finales de 1980 y principios de los 90′. Compararlo con Beevor o Hastings es totalmente erróneo, ya que estos dos autores actualmente escriben otro tipo de literatura.
Lo de las anécdotas y diarios «sacados de contexto» me gustaría saber de donde lo sacas. Puesto que otros autores, como Glantz, Citino y compañía hacen exactamente lo mismo. Es lo que se conoce como Nueva Historia Militar.
En ningún momento de sus cuatro libros Glantz se pierde en anécdotas ni en recoger extractos de cartas escritas por soldados a la familia yque no aportan nada relevante al estudio táctico y estratégico de la campaña. Y si dices eso, me da por pensar que no lo has leído, porque no podían ser autores más diferentes. Ni tampoco hace los imprescindibles juicios de valor sobre Stalin y Hitler que no faltan en el resto de escritores anglosajones que han abordado la SGM.
Y por supuesto Glantz no sostiene que Alemania tuviera la guerra perdida en el verano de 1941.
Creo recordar que es en su segundo volumen donde, hablando de la campaña en el Caúcaso, cita que Alemania se quedó a escasos batallones de alcanzar sus objetivos en septiembre de 1942. Y solo el continuo traslado de esos batallones de un lado a otro impidió conseguir la meta con tiempo para desplegarse en un orden táctico que les permitiera repeler cualquier contraofensiva soviética de invierno y dar comienzo a la extracción del petróleo.
Los libros de Stahel no se pierden en anécdotas y tampoco se centran solo en el aspecto táctico-estratégicos (y operacionales). Los libros de Stahel pretenden ser algo más completo que eso y lo consigue a todas luces. No es solo la ofensiva alemana en sí misma, también como la vivieron los soldados y por qué se producen «esos instantes de desesperación» (que tú mencionas) y esas crisis dentro del seno del alto mando alemán. Gracias a las cartas y diarios Stahel nos brinda una Operación Barbarroja o Tifón, o retirada, más humana. Esto es la Nueva Historia Militar. Y como digo todo el mundo ha aplaudido su trabajo. Así que no son anécdotas si lo dices de forma despectiva, porque es un estudio que aborda también la parte «social».
Por otro lado, «dar comienzo a la extracción de petróleo». Este tema lo he hablado con los compañeros de Salamina y Desperta Ferro, y bueno, por ahí ya hay estudios que ponen sobre la mesa que eso hubiera sido técnicamente imposible. El llegar allí y sacar petróleo, trasladarlo a Alemania/Rumanía, refinarlo, etc. Cosa difícil…
Sobre no haber leído a Glantz, hombre, solo hay que ver que en los volúmenes también añade las impresiones de los mandos sobre como fue un ataque o un asalto, etc. ¿Eso son anécdotas? ¿o nos dan a conocer cómo vivieron esos hombres ciertos eventos?
Saludos.
Gracias por la reseña.
El trabajo de David Stahel es para disfrutar página a página, cada una de ellas es una lección de conocimiento y de claridad expositiva que ayuda a comprender con mayor criterio qué supuso Barabarroja en el devenir de la Segunda Guerra Mundial. Todavía me falta llegar al meollo del tema, pero parece claro para Stahel la existencia de suficientes informes operativos que debíeron haber llevado a Alemania a una posición más cautelosa en su intención de invadir la Unión Soviética. La arrogancia rezuma por doquier, la esperanza de superar esos “inconvenientes” parecía estar por encima de los informes que demostraban la dificultad logística a la que se enfrentaba y eso no podía acabar nada bien. Por cierto, las culpas están muy repartidas, hay para todos.
Sigo con esta lectura apasionante.
Saludos.
Como curiosidad hay una errata que al estar en el encabezado de página se repite decenas de veces a lo largo de un capítulo.