MUJERES EN ROMA. TERTULIA EN LA HISLIBRIS TABERNAE – HEA

Hislbris TabernaeComo en otras ocasiones, nos reunimos ayer en la tarde-noche madrileña, esta vez sin lluvia, un nutrido grupo de asistentes a la tertulia sobre las mujeres romanas. Para mí esta ha sido la primera tertulia desde la reforma y renovación de la nueva Tabernae hislibreña, que por cierto está quedando de cine; aún le faltan algunas cosillas de detalle, pero el local ha cambiado de signo… y por cierto: destacar que hubo traducción simultánea en el lenguaje de signos, ya incorporada habitualmente a estos actos, y en este caso de la mano, nunca mejor dicho, de Laura Flores.

Aunque en el evento del jueves, la presentación del libro La muchacha de Catulo, también se tocó el tema del estatus de las mujeres romanas, fue de pasada, ya que las intervenciones se centraron, obviamente, en la novela.

En este caso, tanto Isabel Barceló como Olalla García ofrecieron un verdadero recital de conocimientos, anécdotas, informaciones históricas y curiosidades que hicieron las delicias del público, que acogió con muestras de interés y de evidente disfrute, prolongándose la velada hasta las diez de la noche, en que ya algunos partimos y otros se quedaron a degustar los deliciosos caldos y viandas del lugar.

Comenzó Isabel, aclarando que, en la medida que Roma es mucha Roma, es decir, que abarca un larguísimo periodo de tiempo, las costumbres fueron, lógicamente evolucionando y cambiando las leyes según el periodo político. Sin embargo, y como norma general, comparando con civilizaciones anteriores como por ejemplo la griega, la mujer romana libre (es decir, no esclava) disfrutó de gran prestigio y de bastantes derechos, si eliminamos el campo de la política y el militar, que les estaba vedado (aunque, curiosamente, no el de los gladiadores…).

MUJERES EN ROMA. TERTULIA EN LA HISLIBRIS TABERNAE - HEALa matrona romana, la mujer casada y las vestales en su calidad de mujeres de virginidad obligatoria, podían administrar su patrimonio, su casa y su familia, eso sí, siempre sujetas a una última supervisión del Paterfamilias. Pero mientras los hombres (maridos, hijos, padres) estaban en la guerra o en el servicio militar (o discutiendo en el Senado), lo cual ocurría casi constantemente ya que el estado romano daban una altísima importancia al ejército, las mujeres se ocupaban de que la vida siguiera adelante; dirigían el negocio o los asuntos familiares, controlaban a los criados y esclavos, criaban a sus hijos y llevaban sus casas. Incluso participaban indirectamente en algunas guerras con el apoyo económico, ofreciendo sus joyas y pecunio personal para ayuda del ejército. Eso siempre que se tratase de guerras contra enemigos externos. En las guerras civiles, las mujeres, por boca de la oradora Hortensia (caso poco común, el de la oratoria pública femenina) se manifestaron contrarias a apoyar una lucha fratricida. En otra ocasión, en la que las mujeres se sintieron discriminadas en una ley que se promulgó tras las guerras púnicas, se produjo una insólita manifestación: una multitud de matronas ocuparon el foro (lugar, por otra parte, reservado a los hombres para hablar de política) en un silencio también insólito, que duró ¡tres días! Al parecer, Catón el Viejo, que era el cónsul del momento, pronunció un discurso quejándose de que los maridos no supieran mantener en casa a sus esposas, advirtiéndoles que, si se les daba igualdad absoluta, las mujeres «siempre serían superiores».

Lo cierto es que las mujeres aunque no participaban directamente de la política, tenían mucha influencia en sus esposos, y difícilmente se promulgaban leyes que no tuvieran una amplia aceptación femenina. Porque el papel de la mujer era importantísimo en un país cuya base era la familia, la gens, y que dedicaba tanto tiempo de los hombres a la milicia y/o la guerra .

Intervino por su parte Olalla para hablar de la importancia de las fuentes de las que recabamos toda esta información. Obviamente los datos de que disponemos se obtienen de las clases altas, los patricios o los más nobles de los artesanos o comerciantes. Los esclavos suponían cero absoluto: no había derechos para hombres ni para mujeres. Sólo los ciudadanos libres eran portadores de derechos. Las clases menores se regían por las mismas leyes. El divorcio, por ejemplo, era una institución reglamentada desde muy pronto, así como la educación básica, hasta los 11 años, que estaba instituida para todos. La educación superior ya quedaba para los patricios, pero el resto de la población tenía garantizados los rudimentos de la lectura y escritura y cuentas.

Sin embargo, al margen de las leyes, habría costumbres mal vistas: en general, todas aquellas que suponían el exceso o abuso de algo. Y aquí a equiparaba tanto el abuso de la bebida o comida, como el abuso del sexo, al cual no le daban la valoración que tras el cristianismo tuvo y heredamos hasta la actualidad. Había, eso sí, las llamadas mujeres infames (de mala fama) que eran las prostitutas y las actrices. Pero hasta eso cambió con el tiempo, sobre todo al desposar el emperador Justiniano con la actriz Teodora, convirtiéndola en emperatriz.

Otro tema curioso a destacar era el de la soltería y/o virginidad. La soltería no se aceptaba: las personas estaban destinadas a procrear en familia, y por tanto, hombres y mujeres habían de cumplir su papel, casarse y tener los más hijos posibles. Aunque había una excepción, y eran las Vestales, sacerdotisas de Vesta, cargo de gran prestigio, al cual las mejores familias se enorgullecían de enviar a alguna de sus hijas. Las vestales tenían un estatus altísimo, incluso mayor que el de las matronas, poseían grandes privilegios, aunque, como contrapartida, eran terriblemente castigadas si infringían las normas a que estaban obligadas, principalmente la virginidad. Curiosamente, además de sus funciones religiosas en los rituales de Vesta, estas vírgenes tenían una misión casi notarial: eran las depositarias y guardianas de los testamentos.

En fin, se dijeron estas y otras muchas cosas, porque se habló hasta del legendario rapto de las sabinas y cómo estas se interpusieron en la subsiguiente batalla entre sus padres y ex maridos y sus ya de facto maridos y padres de hijos en curso, con gran sentido del realismo y el pragmatismo, del que más adelante hicieron gala las matronas romanas. Famosa es la pintura de Jacques Louis David, en el que una Sabina separa a dos guerreros con los brazos abiertos.

 Y con las Sabinas dejo esta crónica, que ya se alarga en demasía, porque creo que ya da por  cumplida su misión.

¡Salve, y usted lo pase bien! que diría Groucho.

HISLIBRIS ESTUVO ALLÍ

25 Octubre 2013

Por cierto, no queremos dejar de contaros los acontecimientos hislitabernarios que se avecinan:

Avisados quedáis de la celebración, el domingo 3 a las 17 ,00 horas, del X Aniversario de la web Leyenda.net, que incluirá presentación de concurso apropiado para las fechas, y no contamos más (que lo habrá):

Y el miércoles día 6, a las 19,30 h., presentaremos la novela ilustrada Alimañas, de Óscar Pérez Varela y de la editorial Saco de Huesos:

invitacion_alimanas_sacohuesos_web¡Os esperamos!

 

 

     

4 comentarios en “MUJERES EN ROMA. TERTULIA EN LA HISLIBRIS TABERNAE – HEA

  1. Farsalia dice:

    Quién pudiera haber estado…

  2. cavilius dice:

    … Quien hubiera podido estar.

  3. Lopekan dice:

    Que hagan galletitas de la fortuna conteniendo enrolladas las ocurrencias citables de ilustres hilsibreñ@s.

  4. Beatriz Betancur Castañeda dice:

    HOLA, SOY DE ENVIGADO, COLOMBIA Y ME ATRAE MUCHO ESE ESPACIO DE LITERATURA Y A LA VEZ DE ACONTECIMIENTOS POLÍTICOS O HISTÓRICOS QUE USTEDES TIENEN ALLÍ TAN DELICIOSO. EN ENVIGADO NOS HACE MUCHA FALTA Y LO ESTAMOS BUSCANDO EN LA PSÍQUIS DE LAS ALMAS FEMENINAS. VAMOS LOGRARLO. POR FAVOR NOS DICEN UN POQUITO DE LA HISTORIA DE ESTA IDEA, SUS INICIOS, SUS TROPIEZOS, SUS MAGIAS PARA QUE EL LUGAR PERMANEZCA VIVITO. MUCHAS GRACIAS. NOSOTRAS LO QUE QUEREMOS ES UN MÁGICO LUGAR PARA EL GOCE DE LA LECTURA Y EL CONVERSATORIO DE LOS ASUNTOS DE LAS MUJERES EN LA HISTORIA Y COMO DIABLOS VAMOS A CAMBIAR EL CURSO DE NUESTRA POLÍTICA.
    MA CAEN MUY BIEN USTEDES. HASTA PRONTO.

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