Este libro de relatos de José Luís Sampedro, publicado en 1992 por Ediciones Destino, tiene su propia historia en cuanto a cómo y dónde lo encontré y compré. Corría el verano de 2021. Todavía con el virus de la Covid rondando por el mundo, decidimos en familia realizar un viaje en coche al sur de Francia y visitar Burdeos y sus alrededores. Uno de aquellos días de estupendo recuerdo, visitamos el mercadillo que tiene lugar una vez por semana, en el entorno de la plaza Meynar, bajo la sombra de la gran torre de la Basílica de San Miguel. Este mercadillo tiene cierto parecido al Rastro de Madrid. Puestos de objetos, ropa y chismes,  algunos realmente curiosos y otros directamente para tirar a la basura. Pero es innegable que el lugar tiene mucho encanto, más aún considerando la belleza del entorno, claramente medieval. Pues bien, como no podía ser de otra manera, me paré en un par de puestos con libros de viejo y segunda mano, y cual fue mi sorpresa cuando encontré esta edición española que hoy reseño. Fue leer quien era su autor y, más aún, leer que contenía una serie de cuentos y relatos dedicados a los mares que nos rodean, y quedarme prendado de este descubrimiento. Pues bien, lo leí en apenas dos tardes y toca echarle el máximo de piropos que me ha provocado su lectura.

Sampedro evoca con su narrativa, uno a uno los mares y océanos de nuestro querido planeta. Nos cuenta en sus relatos las historias profundamente humanas de una serie de personajes que, por distintas circunstancias y en distintos estados de ánimo, tienen una relación directa o indirecta con aquellas grandes superficies de agua salada que sirven de escenario y ambientación para estas bellísimas y sentidas narraciones. La imaginación y el espíritu soñador del autor nos lleva de viaje por los confines del mundo, rolando el viento en el Ártico, el Mediterráneo, el Báltico, el Índico, el mar de Cornualles, el Caribe, el Egeo, el Mar del Sur, el Mar Amarillo y el Antártico. Y en todos y cada uno de estos entornos, los protagonistas de sus relatos nos ofrecen visiones románticas, trágicas, aventureras o místicas, siempre afrontadas desde el más sentido y profundo espíritu de humanidad y en base a la presencia de tantos y variados sentimientos que acompañan la compleja y honda esencia del alma del ser humano.

Las historias de venganza, amor, búsqueda o huida, vienen perfiladas, adornadas, sometidas, a la magnífica narrativa, en ocasiones casi poética, de un José Luis Sampedro empeñado en conferir a cada uno de estos relatos una entidad, una lectura, en definitiva, un significado propio, marca de la casa. Sus protagonistas y circunstancias se acompañan de pura esencia literaria mediante la cual, el lector profundiza en la realidad, a veces cruel y otras esperanzadoras, de todos ellos, de un gran elenco de personajes casi universales. En cierta manera, su narrativa, a veces barroca y especialmente descriptiva en paisajes y personalidades, me recuerda a mi buen amado Joseph Conrad. Con Mar al fondo he viajado por todo un mundo dominado por los mares y océanos y las historias allí evocadas. Sampedro nos recuerda esos escenarios brumosos, brillantes, calmados o tormentosos que en tantas ocasiones han llenado páginas y páginas de historias orales o escritas absolutamente imperecederas. Y lo hace de una manera sobresaliente, tanto en fondo como en forma, ofreciendo al lector niveles literatura de alta calidad y demostrando que el género del relato y del cuento nunca deberían considerarse como un género chico, sino más bien todo lo contrario.