«Ninguna mujer de la edad moderna ha sido tan maltratada por la historia como Lucrecia Borgia» Así comienza Isabel Barceló la introducción del presente libro. Desafortunadamente, fue la literatura la que crearía esa imagen perturbadora de la dama: perturbadora y… falsa. Víctor Hugo la denigró en su drama romántico, y le siguió un gran músico como Donizzeti. «Más de tres siglos ha creído la gente en los crímenes de esta mujer, que fue dulce de carácter» (Blasco Ibáñez, «A los pies de Venus»).

Isabel Barceló, gran estudiosa de Roma, de la historia y cultura italianas, ha revisado una novedosa y reciente documentación, procedente del Archivio di Stato di Modena, impulsor de la reciente (2020) transcripción y publicación de sus cartas, así como del inventario del guardarropa y de joyas de la duquesa de Ferrara. Textos con datos, anécdotas y situaciones que nos muestran la vida real de Lucrecia desde una perspectiva mucho más innovadora. Isabel Barceló ha tenido felizmente acceso a esa amplísima documentación, que ha podido consultar en italiano, idioma que domina. La mayor parte de las citas textuales incluidas en el libro han sido traducidas del italiano por la autora. Es decir, disfrutamos de una primicia con esta biografía.

Escrita con gran elegancia, sin caer en el academicismo y apostando por la divulgación, recrea escenas que recompone con gran detalle literario, por el atento estudio de la correspondencia, ropajes, comidas, ornamentación, libros, etc. por lo que podemos considerar esta biografía como la más actualizada de las publicadas hasta ahora, presentando la personalidad de Lucrecia bajo una luz muy distinta a la que Hugo y Donizzeti quisieron mostrar. La imagen de una mujer frívola y casquivana, irresponsable y conflictiva desaparece por completo al leer esta biografía.

La autora afirma que «acercarme a esta figura histórica a contracorriente de la leyenda negra –aun sabiendo lo difícil que es de combatir–ha constituido un empeño emocionante, necesario también.» Y, sobre todo, lo que cuenta Isabel Barceló no son –solo– los hechos más conocidos de Lucrecia Borgia, los documentados públicamente, sino que descubre y desvela toda esa vida cotidiana que se muestra en las cartas, donde con su propia voz Lucrecia revela sentimientos, pensamientos e intimidades cotidianas que dibujan –por primera vez, podríamos decir–mucho mejor su perfil.

La vida de Lucrecia tiene dos escenarios, y en dos partes se divide el libro: la de Roma y la de Ferrara.

La etapa romana (1480-1501): hija predilecta del cardenal Rodrigo Borgia (después papa Alejandro VI), una jovencísima y casi impúber Lucrecia de 13 años es prometida en matrimonio –en función de las alianzas políticas– con Juan Sforza, señor de Pésaro. Cuando dejó de serle útil al Papa, fue obligada a anularlo a los diecisiete. Anulado, fue destinada a otra alianza, esta vez con Nápoles, y casó con Alfonso de Aragón, atractivo joven algo menor que ella del cual se enamoró inmediatamente y fue correspondida. Dos años después Alfonso fue asesinado. Lucrecia a sus veinte años, viuda y con un hijo, fue destinada por Alejando VI como gobernadora de dos provincias pontificias, e incluso con sólo 21 años, sustituyó ocasionalmente al Papa, ausente, en el gobierno del Vaticano. La siguiente alianza matrimonial fue la definitiva, y en este caso Lucrecia influyó en la decisión final:  Alfonso de Este, heredero al ducado de Ferrara.

La segunda parte (1502-1519), ya convertida en duquesa de Ferrara, es la que mejor describe el carácter y la fortaleza moral de Lucrecia. Desde el momento en que asume su puesto, se convierte de facto en regente, ya que su esposo el duque, principalmente se ocupaba de las relaciones –siempre belicosas– con los Estados circundantes, de mantener el ejército y proveerlo de cañones, viajando muy frecuentemente. La duquesa, además de engendrar de continuo posibles herederos (de quince embarazos le sobrevivieron solo ¡cuatro hijos!) gobernaba sus territorios ocupándose de mejorar la economía, la salubridad, el mayor bienestar de sus súbditos, así como de promover las manifestaciones culturales. La unión con su esposo fue profunda, se entendían políticamente y se amaban con profundidad. Así, durante su breve vida (murió con treinta y nueve años) su protagonismo como gobernante, como madre y como esposa fue destacadísimo y de él tenemos un gran testimonio en esta biografía, descubriendo a una mujer inteligente, sensible, dulce y de buen carácter, además de una gran mecenas, tanto de las artes como de la literatura.

La edición es muy cuidada: mapas, numerosas ilustraciones, cronología, así como abundante bibliografía, añaden valor a este texto que garantiza no solo información sino también disfrute por su cuidada escritura y elegante discurso.

Isabel Barceló, Lucrecia Borgia (1480-1519). Bajo una nueva luz. Editorial Sargantana, 2021, 456 pp.

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