LOS NOMBRES PRESTADOS – Alexis Ravelo

“Ya no le cupo ninguna duda de que el señor estaba muerto. No, definitivamente, no estaba vivo. Había estado vivo, pero ya no lo estaba. Y él sabía lo que hay que hacer cuando un ser vivo deja de estar vivo”.

Qué remotos parecen aquellos tiempos en que eran tristemente habituales en España los atentados realizados por la organización terrorista ETA. Los noticiarios arrancaban demasiado a menudo con coches bomba, secuestros o asesinatos a sangre fría, y en los medios de comunicación, comisarías y organismos públicos era normal ver colgado en las paredes el mosaico de rostros de los terroristas más buscados. Mucho (no todo) de eso sucedió en otra época, en otro siglo, incluso en otro milenio. Y sin embargo, el cese de su actividad criminal se produjo hace menos de tres lustros. Tan lejos y tan cerca.

La obra de Alexis Ravelo Los nombres prestados nos traslada al ambiente y el tiempo de la España de los años ochenta, cuando la democracia se asentaba como un soplo de aire fresco después de décadas de dictadura, pero también persistía la nefasta herencia de los tiempos de la represión, bajo la forma del terrorismo. Por aquel entonces no había ordenadores, ni internet, ni móviles (algún teléfono inalámbrico y poco más), la gente fumaba en todas partes y la globalización no existía ni siquiera como concepto. Pero los comportamientos humanos, las pulsiones, los sentimientos, eran los mismos que ahora. Cuando del ser humano se trata, puede cambiar el entorno y el contexto pero el contenido es siempre el mismo. Tan lejos y tan cerca. Y el contexto es el que se ha indicado antes, pero conviene no decir mucho más para no revelar nada de la trama, ya que se trata de una novela en la que el lector va descubriendo elementos y piezas a medida que avanza en su lectura. Ese contexto tarda en hacerse explícito (y es una lástima haber tenido que hablar de él en esta reseña, pero algo había que decir) y cuando lo hace empieza de modo sutil y poco a poco se va haciendo cada vez más presente.

Los protagonistas de la historia son seres con un pasado que ha marcado sus vidas, están desgastados por la lucha entre el bien y el mal que se ha librado en su interior y también a su alrededor, y sus acciones actuales son consecuencia de las pasadas. Una mujer joven, un hombre maduro, un niño autista y un perro llamado Roco, refugiados en la pequeña y olvidada población de Nidocuervo, un lugar donde el tiempo pasa despacio y nunca sucede nada. Personajes oscuros que ocultan más que muestran, cansados pero conscientes de que aún no pueden descansar, y quizá nunca lo logren. Estas son las mimbres para que el autor construya una novela serena, sosegada, pero con intriga creciente,que se resiste a caer en tópicos y que mantiene su sobriedad a lo largo de todas las páginas, encaminando al lector hacia el clímax final que se hace inevitable.

El escritor canario (“escribidor calvo”, como se definió él mismo en una entrevista) Alexis Ravelo, quien por desgracia falleció el año pasado, mantiene en su novela un ritmo pausado, sin extravagancias, y con habilidad narrativa hace que este estilo sea compatible con el suspense y la incertidumbre. La violencia se intuye más que se explicita, y la intensidad aumenta hacia el final, como mandan los cánones. No es una novela de acción, aunque la tiene; no es policíaca, aunque aparecen policías; no es un thriller, aunque el miedo se siente; si es algo, es una novela de personajes. Complejos, con problemas, dudas y certezas, un pasado que les lastra y un presente que han de sobrellevar para poder encarar el futuro.

Que es una novela de personajes más que una narración histórica se aprecia bien en el hecho de que el autor no incide en los aspectos del contexto histórico en el que sitúa su relato. El nombre de la organización terrorista ETA no aparece apenas, pese a que la narración se presta continuamente a ello; en su lugar se cita a la ficticia FRADA. El autor no juzga, no valora, se limita a contar una historia. Una historia cuyo interés no depende de la complejidad de los hechos o de la trama, que es más bien lineal y sencilla, sino en los comportamientos del hombre y la mujer, lo que saben y lo que ocultan, y en una serie de personajes secundarios bien definidos cuyo papel es determinante. La novela tiene un cierto aire crepuscular, y también hay ecos de western. En algún momento puede uno pensar en Sin perdón, o también en Solo ante el peligro. La primera, por el peso del pasado; la segunda, por la incertidumbre ante lo que de forma inevitable ha de suceder.

Con esta novela negra su autor se alzó con el Premio de Novela Café Gijón el año 2021, y desde entonces se han publicado varias ediciones. El malogrado Alexis Ravelo, quien ya había ganado el Premio Hammett de novela negra en 2014 con La estrategia del pequinés, nos ofrece en Los nombres prestados una excelente muestra del género, una novela emocionante que se lee con creciente interés y que no defraudará.

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Alexis Ravelo, Los nombres prestados. Madrid, Siruela, 2023, 320 páginas.

     

5 comentarios en “LOS NOMBRES PRESTADOS – Alexis Ravelo

  1. Derfel dice:

    Yo pertenezco a la generación que se levantaba cada dos por tres mañanas con imágenes en directo de un tipo tirado en la calle tapado con algo y junto a un paraguas aún abierto.

    Es el día de hoy que no soy capaz de ver o leer nada de ese tema.

    Intenté ver la serie de «Patria» y duré exactamente hasta el primer disparo.

    Nunca he sido una persona radical, ni en política ni en nada. Pero este tema me subleva.

    En todo caso, y al margen de eso, la novela no tiene mala pinta.

    1. Iñigo dice:

      ‘Patria’ la leí con gusto, pero no me atrevo con la peli. Demasiado a flor de piel.

  2. cavilius dice:

    Está claro que esta novela no podría haber sido escrita en los años que retrata, los ochenta, ni seguramente los noventa ni los dos mil. Con todo, el autor quiere contar una historia de personajes, alejándose de un contexto respecto al que cualquier persona de bien tiene claro qué pensar.

    Así que, tomando la novela como novela, ya digo que vale la pena.

  3. Rosalía de Bringas dice:

    Creo que es importante ir revisando aquellas vivencias, la literatura es una buena vía; el antecedente de los analisis historiograficos, quizás.
    además, si a Cavilius le ha parecido buena lectura, se puede leer sin temor.

    Sobre Patria, a mi me pareció un gran libro, y su adaptación fue perfecta… pero es mi opinión 🤷

    1. Balbo dice:

      A mí también me gustó mucho «Patria», aunque luego «Los vencejos» no me gustaron nada.

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