LOS MITOS GRIEGOS Y NOSOTROS. VIAJE A LOS CIMIENTOS DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL – Joan Solé

“Tal vez resulte más fácil contar los grandes temas que están ausentes del mito que los que están incluidos en él”.

Las estanterías de las librerías suelen contar con abundante material bibliográfico dedicado a  los mitos griegos. Nunca está de más dar un repaso a esas historias que se sitúan en los fundamentos de nuestra cultura; nosotros los vemos como una ficción a menudo irracional, pero para los antiguos griegos eran narraciones de hechos que no solo sucedieron realmente, sino que además constituían una enseñanza, un saber. “¿Creyeron los griegos en sus mitos?”, se preguntaba Paul Veyne en una de sus obras. Desde luego, creían (en general, hemos de suponer) en la existencia de Teseo, de Edipo y hasta de la Medusa, así que ¿por qué no iban a creer también en lo que de ellos se contaba, en sus hechos, en sus hazañas? Bien estará, por tanto, si nosotros también creemos en ello, aunque solo sea de vez en cuando.

Los libros sobre mitos griegos a disposición del lector suelen estructurar la información en diferentes formatos y con distinto tratamiento. Bajo el método de engarzar un relato más o menos extenso de los mitos y con un estilo más o menos denso, no suele faltar en ninguna lista la obra de Robert Graves, ya sea en su versión corta o larga, Los mitos griegos, reeditada infinidad de veces desde su publicación en los años 60 del pasado siglo. También es habitual en los últimos años ver en los estantes de librerías y bibliotecas la magna obra El gran libro de la mitología clásica de Robin Hard, volumen de lectura accesible aunque quizá excesivo en su afán de exhaustividad (son 900 páginas en la edición española); Los mitos clásicos de William Hansen, traducido y publicado en castellano hace una década, realiza un repaso mucho más modesto y asequible; o el didáctico El universo, los dioses, los hombres del helenista Jean Pierre Vernant. Recientemente se han reeditado obras de Edith Hamilton como La Mitología, libro que en 1942 abrió el mundo mítico de los griegos (y de otras culturas) al gran público; otros trabajos de excelente factura y agradable lectura son la excelente Mitología clásica de Mario Agudo, o los dos volúmenes Los dioses de los griegos y Los héroes griegos del gran estudioso húngaro de la religión griega Karl Kerényi, o los de Bernardo Souvirón El rayo y la espada. En formato diccionario también proliferan los libros, aunque quizá menos: el imperecedero Diccionario de mitología griega y romana de Pierre Grimal, o el menos conocido pero a menudo más preciso Diccionario de mitología clásica de Fernández Galiano, López Melero y Falcón Martínez. A veces uno se encuentra con monografías en torno a un personaje mítico, como El despertar del alma de Hernández de la Fuente (dedicado al dios Dioniso); Hécate. La diosa sombría de Mario Agudo; El mito de Orfeo de Carlos García Gual y Hernández de la Fuente; los libritos de Karl Kerenyi dedicados a Asclepio, a Hermes, a Prometeo y a los Cabiros; Sirenas: seducciones y metamorfosis, Prometeo. Mito y literatura, Prometeo. Mito y tragedia, La venganza de Alcmeón, todos ellos de García Gual. O se utiliza a un dios como excusa para hablar de muchas más cuestiones acerca de las creencias de los griegos: Apolo con el cuchillo en la mano y Los jardines de Adonis de Marcel Detienne, o Las bodas de Cadmo y Harmonía de Roberto Calasso. La lista, por suerte o por desgracia, sería infinita.

Pues bien: a esta lista se viene a sumar, y no para ser uno del montón sino con números para destacar en ella, el libro de Joan Solé Los mitos griegos y nosotros. En esta obra el autor realiza un repaso a una serie de mitos bien conocidos del imaginario griego, en el que se pretende mostrar, que no demostrar (pues es un hecho innegable), cuán profunda es la huella que dichas historias han dejado en la cultura occidental, tanto en el ámbito conceptual como artístico. Los mitos que Solé decide abordar se reparten a lo largo de toda la cronología mítica griega (si es que tiene sentido hablar de «cronología» en este contexto), la cual tiene su inicio con la creación a partir del Caos primigenio, y concluye con las aventuras de los héroes a su regreso de la guerra de Troya. Es probable que el autor haya querido centrarse en las figuras o historias más conocidas en la cultura occidental, o tal vez las que a su criterio han tenido mayor repercusión cultural. En cualquier caso, los mitos que Solé recupera y desmenuza se ajustan perfectamente a la certera definición que en su momento dio Carlos García Gual, y que ya ha sido citada alguna vez por estos lares: “Mito es un relato tradicional que refiere la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano”. En efecto, las historias que aparecen en el libro eran conocidas desde siempre por los antiguos griegos, son destacadas y dignas de memoria, sus protagonistas son seres que están más allá de los límites propios del ser humano, y han tenido lugar en un tiempo previo y al margen de los registros históricos.

Así, en Los mitos griegos y nosotros encontramos a Prometeo y Pandora, Perseo y la Medusa, Jasón y los Argonautas, Orfeo y Eurídice, Medea, Teseo y el Minotauro, Edipo, Antígona, Ifigenia y Ulises. Sus historias son sometidas a un esquema de análisis que Solé repite más o menos sin variaciones: primero hace una descripción del mito, aséptica y sin rodeos (los rodeos, cuando se trata de mitos griegos, son más peligrosos que el laberinto del Minotauro); a continuación dedica unas páginas a la significación del mito en cuestión, las fuentes clásicas en las que podemos encontrar referencias al mismo, otras variantes de la historia o mitos análogos, y los personajes que intervienen en él. Después, el autor conecta el mito con nosotros: hace un repaso por la pintura y escultura occidentales, por la literatura, la música, el cine y, finalmente, la astronomía, dedicándose en este último aspecto a identificar los catasterismos (transformaciones en astros) que los personajes míticos han sufrido y gracias a los cuales podemos encontrarlos en el firmamento en forma de constelaciones.

Resulta sumamente interesante descubrir la gran cantidad de piezas musicales que se han compuesto tomando como eje algún mito griego, o las obras de escultores como Cellini (Perseo con la cabeza de Medusa, en la Plaza della Signoria de Florencia); o de escritores  como Joyce (Ulises), o de cineastas como Pasolini (Edipo Rei, Medea) o Hitchcock (Vértigo, película que conecta con el mito de Orfeo y su descenso al Inframundo para recuperar a Eurídice); o recordar errores legendarios como el de la mala traducción que hizo Erasmo de Rotterdam del ánfora de Pandora, que tradujo como “caja” y así ha pasado a la historia.

Merece también destacar, pues comulgamos con esa idea, que para Joan Solé el corpus mitológico de los griegos no nace sino que se hace. Es decir: hay que esforzarse en hablar de “los mitos griegos” y no de “la mitología griega”, ya que no se trata de un bloque formado y estructurado de historias que suceden en un marco unívoco definido y delimitado de antemano. Las historias míticas de los griegos son ni más ni menos que relatos de sucesos que, estando interconectados muchos de ellos, conservan su independencia, y en su conjunto crean un contexto, un escenario, un mundo al que llamaremos mítico.

Los mitos griegos y nosotros tiene su punto fuerte en la conexión de los héroes griegos y sus hazañas, con la cultura occidental, pues aquellas se hallan en la raíz y origen de esta, forman parte del acervo de nuestra civilización, que se ha nutrido de ellos para desarrollarse. El libro contiene abundantes reproducciones de muchos de esos elementos artísticos y culturales (pinturas, esculturas, portadas de libros, fotos de representaciones teatrales…), aunque por desgracia son de formato pequeño y en blanco y negro. La obra cierra con una somera bibliografía fundamental, pero bastante más amplia que la que se cita en esta reseña.

Nunca está de más, decíamos, volver a los mitos, recuperarlos y ser capaces de identificarlos en el mundo que nos rodea, nuestro mundo. Bienvenido sea, por tanto, este libro y todos los que se escriban con el propósito de volver la vista al pasado para comprender y conocer el presente, pues ese pasado constituye los cimientos de nuestra civilización. Como dejó escrito Søren Kierkegaard, “Aunque la vida solo puede ser vivida mirando adelante, solo puede ser comprendida mirando atrás”.

 

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Joan Solé, Los mitos griegos y nosotros. Viaje a los cimientos de la civilización occidental. Barcelona, Shackleton Books, 2022, 303 páginas.

     

8 comentarios en “LOS MITOS GRIEGOS Y NOSOTROS. VIAJE A LOS CIMIENTOS DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL – Joan Solé

  1. Farsalia dice:

    Qué bien lo dejas… futurible lectura.

  2. cavilius dice:

    Sobre mitología hay mucha morralla escrita, y también mucho buen material. Este libro estaría entre estos últimos sin duda.

  3. hahael dice:

    ¡Fantástica reseña, Cavilius! Tomo nota, dan ganas de ponerse ahora mismo a bucear en el universo mítico de los griegos.

  4. cavilius dice:

    ¡A por ellos!

    A por los mitos, digo.

  5. Arturus dice:

    Siempre es bienvenida una nueva obra sobre un tema tan rico e interesante. Servidor ha leído la obra de Graves (la resumida, creo) y tengo el de Robin Hard y algún otro del que no recuerdo el autor. Larga vida a los mitos…

    1. cavilius dice:

      Como dijo alguien: «yo, al mito me remito. Si lo omito, yo dimito».

  6. Ángeles Pavía Mañes dice:

    Anda, este me lo pido sí o sí. Estoy volviendo a tocar temas de mitología y me interesa un montón, y más si me lo recomiendas tú.

  7. cavilius dice:

    Es una buena combinación entre el relato tradicional de los mitos y la influencia posterior en la cultura y el arte. No es exhaustivo ni mucho menos (harían falta varios volúmenes para eso), pero lo que cuenta, lo cuenta bien, hasta donde yo llego.

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