Si en su anterior novela, Pat Barker encaraba la vida y situación de las mujeres protagonistas durante el asedio griego sobre Troya, ésta que hoy nos ocupa, nos traslada al mismo instante de la entrada en la ciudad del caballo de madera ideado por Odiseo, para terminar por vencer la resistencia troyana y derrotar, tras años de lucha, a las murallas que rodean y protegen a la bella Elena. Sin embargo, tras la victoria griega, los vientos contrarios no permiten hacerse a la mar a la flota. Mientras los vencedores intentan pasar el tiempo aciago a la espera de brisas favorables, los vencidos lloran a sus muertos abandonados en el campo de batalla y en las calles, casas y palacios de la ciudad derrotada. En este devenir de la trama, serán ellas de nuevo, las mujeres, las que, de la mano de Briseida, mostrarán ante el lector su precaria situación, en una posición desigual de matrimonios devenidos, esclavitud forzada y exilio programado.
Casandra, Hécuba, Andrómaca, Elena, la propia Briseida y una serie de mujeres troyanas, forman parte de un campamento griego en el que la tensión forma parte del día a día. Pirro, hijo de Aquiles, juega en una posición de fuerza al frente a los mirmidones, mientras el rey Príamo yace sin enterrar entre las arenas de la inmensa playa troyana, donde los barcos griegos y las representaciones de los dioses, plantados en aquellas tierras, son golpeados por los vientos que parecen castigar a los vencedores. Briseida va recorriendo los lugares donde se encuentran confinadas aquellas míseras mujeres prisioneras, situando al lector en la mente y sentimientos de aquellas, ahora a merced de los vencedores ebrios de vino. Ellas son los pilares de una novela que navega sobre los sentimientos de aquellas que han perdido maridos e hijos bajo las armas de a quienes ahora pertenecen y con quienes deben convivir, si no quieren perecer. Son botín de unos griegos a los que se les plantea la razón del porqué su vitoria no ha sido premiada por los dioses. ¿O es que estos dioses plantados sobre la arena en su homenaje les han maldecido?
Bajo esta mirada especialmente femenina y su visión trágica de los efectos de una larga y cruel guerra provocada por la siempre maldita Elena, sobrevuela sobre el honor de estas mujeres, valientes y honorables báculos sobre los que se han sostenido hombres henchidos de violencia y sangre, mientras la sombra de la trágica muerte del rey Príamo, abandonado a su suerte entre las arenas de la playa, se mantiene inmutable en aquellas playas. Es su figura y el recuerdo de su encuentro con Aquiles tras la muerte de Héctor, el detonante de una serie de posturas honorables tomadas por algunas de las protagonistas, que llevarán a desbloquear la situación de los griegos en aquellas tierras mediante sacrificios, enfrentamientos, reconocimientos y renuncias acontecidas con el fin de recuperar el honor perdido y sobrevivir en aquella situación.
Pat Barker impregna sus páginas de sentimiento y voz femenina, en la figura de unas supervivientes que se rebelan, en unos casos, y aceptan, en otros, su situación en un juego de narrativa remarcada por los mitos, los dioses y los héroes griegos y troyanos, humanizada hasta el último extremo en la figura de las protagonistas. Porque estas mujeres representan la fuerza y entereza de la feminidad en un mundo gobernado y tiranizado por los hombres, quienes son incapaces de captar el poder que ellas, desde sus personales prisiones, pueden ostentar en base a su personalidad y presencia. Su derrota las arrincona, cierto, pero su capacidad de supervivencia en su desgracia, las hace presentes en devenir de su destino, a pesar de que algunas de ellas sean sacrificadas en el camino. Si bien, algunas expresiones y situaciones resultan algo extemporáneas, bien es verdad que Barker, logra plasmar con acierto, mediante una narrativa directa y por momentos especialmente sentida, la figura de la mujer y su presencia en una historia de vencedores y vencidos tan propiamente masculina, en base a la voz femenina alta y rotunda de sus personajes.
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Pat Barker, Las mujeres de Troya; traducción de Victoria León. Madrid, Ediciones Siruela, 2022, 360 páginas.
Esta entrada fue enviada el lunes, 14 d+02:00 agosto d+02:00 2023 a las 08:30 y está archivada bajo Clásicos, Grandes contiendas, Historia de Grecia, Historia de Turquía, Mitología, Novela histórica, Varios. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0.
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Me convence más la reseña de lo que me convenció en su momento la novela. El lenguaje malsonante me sacaba continuamente de la trama, y el justito rigor histórico más todavía. Creo que la autora aprovecha el tema de Troya para contar lo que quiere contar, lo cual es lícito pero entonces aleja la novela de lo que cabe esperar en una novela histórica. Ahora bien, si la entendemos como otra cosa, no como novela histórica, no digo que la novela no funcione.
Idem. La novela no fue muy allá, tirando a mala. Coincido con Cavilius.
Mala tampoco, me perdonarás. Me tiras por tierra la reseña. Desarrolla…
¿Discutimos de nuevo y a estas alturas lo que es o no es novela histórica?
La novela, utilizando un contexto histórico, desarrolla en ficción lo que la escritora desea trasladarnos en base a las mujeres protagonistas… No veo el problema. Es cierto que no es una gran novela histórica según con que comparemos. Tiene sus defectos, muchos. El lenguaje, cierto empoderamiento, cierto también, pero no funciona tan mal como aparentemente parece en su primera parte. Logra presentar personajes fuertes y bien definidos. Tiene un sentido en cuanto a su mensaje y no me parece que funcione tan mal.
Me puse con ella hace un tiempo y se me cayó de las manos. A raíz del reciente concurso, lo volví a intentar (quizá me perdí algo en su momento)… y apenas aguanté 100 páginas, y no es precisamente una novela larga (que, además, tradujeran «Helen» como «Elena» en lugar de «Helena», en fin…). ¿Novela histórica? Sí, claro. ¿Una buena novela histórica? No, ni de lejos (al menos hasta donde aguanté, perdón, leí). Acaba siendo un quiero y no puedo, más una novela en la que la autora escoge unos personajes para sacarlos de su «contexto» y prácticamente «explicar» otro (o hacerlo en uno con la mentalidad de otro), que una novela que realmente te transporte a esos personajes del canon homérico.
Sin necesidad de retrotraernos a novelas ya clásicas de Laura Riding, Colleen McCullough o Christa Wolf, Natalie Haynes publicó un par de años antes una novela con también varios de esos personajes femeninos, y con mayor recorrido argumental (y hasta audacia, pues también plantea brevemente un «futuro» posterior a Troya): Las mil naves (Salamandra, 2022; ed. orig., 2019), y que le da mil vueltas a este texto. Haynes sí sabe llegar hasta el fondo con su retrato de unos personajes femeninos que, «más de tres mil años después» (o dos mil setecientos, según se mire), siguen emocionando y diciendo muchas cosas sobre sí mismas y el mundo que les rodea (y maltrata); os la recomiendo mucho. Barker dilapida lo que pudo ser una novela interesante y lo convierte en un pastiche que ni pude terminar (y por algo será). Lo mejor que tiene esta novela es la cubierta… y ya.
No coincido, pero gracias por argumentar tu opinión, majete.
Ya argumenté tras la lectura sus defectos y aciertos durante el concurso y fue obvio que no coincidíamos. Nada nuevo lo de vuestros comentarios. Esto es Hislibris y funciona. Larga vida.
¿Aciertos? Igual me los perdí, cachis…
No acabaste la novela.
Pena…
Efectivamente y ya lo comentaste, tengo que leer ‘Las mil naves’
Pues ya me habéis picado la curiosidad con vuestra polémica. Tendré que leerla, no queda otro remedio :). Gracias, Íñigo, por la reseña.
👏👏👏