LA RUTA DE LA SEDA. UNA HISTORIA MILENARIA ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE – Franco Cardini y Alessandro Vanoli

En noviembre de 2019 la Editorial Crítica publicó Las nuevas rutas de la seda: presente y futuro del mundo de Peter Frankopan (ed. orig.: The New Silk Roads: The Present & Future of the World, Bloomsbury, 2018): un libr(it)o en el que el autor retoma ideas apuntadas al final de su anterior libro, El corazón del mundo: una nueva historia universal (Crítica, 2018; ed. orig: The Silk Roads: A New History of The World, Bloomsbury, 2015), acerca del desarrollo de un nuevo panorama internacional, geopolítico y económico, en el que los países asiáticos, con especial relevancia de China como emergente superpotencia, la India, los países petrolíferos del Golfo Pérsico (Qatar, por ejemplo), Irán, Turquía y una renacida Rusia (así como antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central), asumen cada vez más una mayor relevancia, mientras que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) se estancan. En pocas palabras, un análisis pormenorizado y a escala global de lo que ya ofreciera en las últimas páginas de su anterior volumen. Y un escenario que, en un par de milenios, por no decir algo más, apenas ha variado: la(s) Ruta(s) de la Seda. Uno de los capítulos del libro de Frankopan ttrata en detalle la llamada Iniciativa del Cinturón y la Ruta [de la Seda] (Belt and Road Initiative, BRI en sus siglas en inglés). En China se le llama yi dai yi lu (“un cinturón, una carretera”), y por ello en inglés se ha traducido literalmente como One Belt, One Road (OBOR), aunque BRI y OBOR, da igual las siglas, remiten a lo mismo: el proyecto faraónico del presidente chino Xi Jinping –que acaba de ser “reelegido” para un tercer mandato para “liderar” el país, algo que no se veía desde los tiempos de Mao Zedong– para conectar Europa, Oriente Medio, Asia Central y el Sudeste Asiático mediante un modelo económico (y en última instancia político) por parte de China, y que fue anunciado en septiembre de 2013 en Astana, capital de Kazajstán. 

Al final del presente libro, sus autores, Franco Cardini y Alessandro Vanoli, resumen qué es el yi dai yi lu/BRI/OBOR: «una iniciativa que tiene en cuenta las dos grandes “rutas” comerciales antiguas: las rutas terrestres de la “zona económica de la Ruta de la Seda” y la “Ruta de la Seda marítima del siglo XXI”»; es decir, una «compleja iniciativa con el plan estratégico de impulsar definitivamente el papel del país como gran potencia internacional a través de la gestión de las relaciones globales, favoreciendo no solo la producción china y la exportación de los productos, sino también su contextualización segura en el ámbito del flujo de las inversiones internacionales» (p. 301). No vamos a entrar en este tema en concreto (véanse las páginas 301-304), y si acaso remitimos a la bibliografía referida en la nota 373; añadimos por nuestra parte el espléndido estudio de Jonathan Hillman, The Emperor’s New Road: China and the Project of the Century (Yale University Press, 2020) en relación a lo que ya se define como el «proyecto del siglo». Pero, sin duda, estamos ante una iniciativa que retoma –revive y reinventa, además de que expande– un escenario que entonces se transitaba vía terrestre mediante caravanas a lo largo de Asia Central y que también se navegó por el Índico y el Mar Negro, y a través de estrechos como los de Malaca y Ormuz, a lo largo de siglos, milenios; es una historia, la de la Ruta de la Seda, «relacionada con nuestras raíces, y también con nuestro destino» (p. 304).

Y es que La Ruta de la Seda. Una historia milenaria entre Oriente y Occidente de dos medievalistas, Cardini y Vanoli, no circunscritos exclusivamente a este ámbito, recientemente vertida al castellano de la mano de Editorial Almuzara, trasciende el romanticismo con el que a menudo se asocia a este tema, con caravanas, camellos y muchas aventuras, en la óptica de los viajes de un Marco Polo o de un Ibn Battuta; y va más allá de la mera idea de un «camino», una ruta establecida que como tal en realidad eran muchas y que se organizaba no tanto por los productos –no solo seda, sino también papel, especias, cerámica china o cobalto iraní, entre otros muchos objetos transportados a lo largo de miles de kilómetros–, sino también, y especialmente, por las ciudades que crecieron a lo largo de y en torno a ella. Ciudades que sobrevivieron a imperios, rutas que pasaron por ellas y fueron el vehículo de impulsos económicos, políticos, culturales y religiosos, caminos que arrastraron a hombres, mercancías y conocimientos.

Quizá por ello sea necesario conocer de cerca los entornos por los que a lo largo y a través de ellos se organizaron estas Rutas de la Seda durante milenios, y es a lo que se dedica un primer capítulo que, en clave braudeliana, nos ayuda a situarnos en la larga duración de unos escenarios naturales perennes, inmunes incluso a los cambiantes viajeros que por ellos pasaron; espacios terrestres en Asia Central y en la estepa siberiana, atravesando las largas llanuras y desiertos que recorren Eurasia y que con el tiempo llevaría a los mongoles del norte de China a la llanura húngara; pero también rutas marítimas a lo largo del Océano Índico y con los monzones como catalizador de unas corrientes alternas que afectan a la navegación. Estepas, desiertos, mares, corrientes… y hombres, y caballos y camellos, y naves desde luego. Y productos que viajan de un lado del ámbito asiático a otro, mediterráneo, en el europeo, y que dan pie a esas rutas y a los imperios que las protegen, las controlan y se aprovechan de ellas. Una historia de movimientos, ciudades, comerciantes y reyes.

Mapa de la Ruta de la Seda en la Antigüedad… y grosso modo después (clicar encima para aumentar). Fuente.

El libro de Cardini y Vanoli retrata las culturas, imperios y ciudades que se forjaron a lo largo de las Rutas de la Seda, de la China de los Qin y Han en el extremo oriental a la Alejandría en el occidental a lo largo de los siglos III a I a.C., en algunos capítulos; del norte de la India con la expansión del budismo a la Constantinopla de Justiniano en otros; del Bagdad del Islam rabiosamente expansivo como centro de la visión circular que los abasidas tuvieron del mundo a lo que sucede en las aguas índicas y con pequeños enclaves estratégicos en unos capítulos; de la Sicilia árabe que pasa a manos normandas en el Mediterráneo a la planicie irania con Isfahán como gran centro político y cultural; de las estepas invadidas y controladas por los mongoles de Temuyin/Gengis Khan al camino que los Polo transitaron para llegar a la China Yuan de Kublai Khan un par de generaciones después; de la Samarcanda capital del efímero imperio timúrida a Babur y el establecimiento de los mogoles en la India, para bajar después al mar de la China, Java, Goa y la “llegada” de los portugueses, que en cierto modo significan el final de la Ruta de la Seda “tradicional” y el inicio de un mundo más globalizado en el siglo XVI; pero sin olvidar los grandes imperios asiáticos con sendas capitales en Estambul (otomano), Isfahán (safávida) y Agra (mogol), la perspectiva europea a través de la VOC o Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y más tarde el Gran Juego (o el Torneo de las Sombras) entre rusos y británicos por el control del tablero entre Persia y Afganistán.

Estos últimos acontecimientos (y algunos más) se tratan en los últimos cuatro capítulos, poco más de cincuenta páginas para los quinientos años que transcurren desde que el portugués Vasco da Gama circunnavegó África para llegar a la India; las doscientas y pico páginas anteriores recorren dos milenios en los que ciudades, imperios, dinastías, exploradores, monjes, peregrinos, navegantes, comerciantes y pinceladas a lo “breve historia de” que nos hablan de la seda, la pimienta, la brújula, el papel, la guindilla o el tulipán, se van sucediendo con amenidad y un encanto que aún hoy en día nos sigue seduciendo; en muchos sentidos este libro preludia una obra, también de vasto alcance, como es Storie del mare del propio Vanoli (Laterza, 2022), con un enfoque bastante similar –en esta ocasión aplicado a los océanos y la historia natural y humana construido en y a lo largo de ellos– y con una traducción castellana que recuerdo apalabrada para algún momento de este 2023. Y es mucho también lo que nos dejamos en el tintero, pues tampoco es plan de destriparle al lector los muchos temas y personajes que se desarrollan y mueven por un libro breve en páginas (apenas trescientas de texto), pero sustancioso en materia; con una traducción algo mejorable en algunos tramos y con algunas erratas a corregir –ese Alejandro “Mago” o ese “Veglio” de la secta de los Asesinos, por señalar un par–, y con detalles que chirriarán probablemente solo a este lector, como que en las notas bibliográficas a pie de página, ricas y que abren el apetito para profundizar en algunas cuestiones, en bastantes ocasiones no se hayan añadido las traducciones castellanas de libros que se mencionan  en el lógico italiano de sus autores, pero que pertenecen a autores muy conocidos también en nuestros lares.

Pero, deméritos estos (que afean un poco el libro pero no lo deslucen como para que el lector abandone su lectura) al magen, nos hallamos ante un interesantísimo libro, epítome de muchas imágenes y amplio caudal de un tema tan vasto como el de, más que la propia Ruta de la Seda, un mundo euroasiático en permanente comunicación y (des)conocimiento mutuo, de “bárbaros” invasores en función del punto de vista que se asuma en un punto u otro de esta ruta, de religiones y culturas, de libros y mensajes, de viajeros y cartógrafos, de navegantes y misioneros, de comerciantes y esclavos… de historia, pura, viva y milenaria, que aún en día nos sigue definiendo como lo que somos. Un libroi ideal para introducirse de lleno en el mar de culturas que han transitado por un camino que hoy en día continúa tan transitado como siempre.

Una delicia.

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Franco Cardini y Alessandro Vanoli, La Ruta de la Seda. Una historia milenaria entre Oriente y Occidente; traducción de Raquel Luque Benítez. Córdoba, Editorial Almuzara, 2022, 320 páginas.

     

12 comentarios en “LA RUTA DE LA SEDA. UNA HISTORIA MILENARIA ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE – Franco Cardini y Alessandro Vanoli

  1. APV dice:

    ¿Qué tal es en relación al de Susan Whitfield de Blume?

  2. Farsalia dice:

    Pues muy diferente en enfoque, aparte de lo visual, aquí inexistente (solo unos mapas al final), y que es el fuerte del volumen en Blume.

    1. APV dice:

      ¿El de Blume complementario de este o a la inversa? ¿Cuál destaca más?

      1. Farsalia dice:

        Cardini y Vanoli elaboran un relato diacrónico, mientras que el volumen que coordina Whitfield en Blume es más temático… a la par que «clásico » y vistoso. Diría que Whitfield complementa este volumen, aunque los autores italianos también tocan algunas cuestiones del volumen de Blume.

  3. Vorimir dice:

    Justo me he estado viendo una serie de conferencias sobre la ruta de la seda (aún no las he terminado) porque siempre me ha parecido un tema muy interesante. Buena reseña, el libro pinta bien.

  4. Farsalia dice:

    Es un tema muy sugerente, que en esta ocasión se presenta como una relación entre Oriente y Occidente.

  5. Juan dice:

    Sin duda, una renacida Rusia… Francpan dixit. Una Rusia que terminará de satélite girando en la órbita china. Irán dará estabilidad a Oriente Medio. Francopan dixit. Menos mal que sus conclusiones ( de 2013) las ha derribado esta última década. Pocos ensayos históricos con conclusiones tan burdas y a la vez tan poco duraderas.

  6. Rodrigaz dice:

    Gracias por la reseña. Estupenda, que unida al precio del libro en Kindle, hace imposible que no lo lea.

  7. Paco dice:

    a ver si cambiáis el diseño de la web que está desfasadisimo: todo es pequeño, las fuentes no se ven, no se puede leer bien a no ser que te pongas el zoom al 300% ¿no sería mejor que estuviera mejor adaptado de serie? en móvil ni hablamos. una pena pero yo vuelvo

    1. Farsalia dice:

      De los creadores de Ante el vicio de pedir… y de Las cosas en palacio… , y parafraseando al Chuache en Terminator: Génesis, somos viejos, no obsoletos.

  8. Caín dice:

    Gran reseña mi estimado Farsalia. En todo caso y habiéndome devorado dos veces el libro de Frankopan de las Rutas de la Seda (el grande) me gustaría saber qué aporta éste que reseñas en comparación con aquel.

    1. Farsalia dice:

      Gracias. Habiendo leído el libro de Frankopan dos veces (y conociendo sus puntos fuertes), y ahora leída esta reseña, supongo que podrás hacerte una idea de lo que trata el libro, y en comparación con el otro. No es que no quiera contestar, pero es que sería repetirme. Ten en cuenta la extensión, el enfoque, lo que menciono, etc., y con Frankopan en la memoria me parece, como decía, que podrás hacerte una buena idea al respecto. Siempre queda acercarse a una librería y hojearlo…

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