LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA – José Martínez Millán

LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA - José Martínez Millán«Desde este punto de vista, el establecimiento de la Inquisición fue expresión de la voluntad popular, como afirmaba Menéndez Pelayo, ahora bien, no apuntaba a ningún alto fin religioso, sino a eliminar una elite de poder que ocupaba los cargos más importantes de una monarquía que no habían contribuido a crearla, en opinión de los cristianos viejos, pues no habían participado en la lucha contra el infiel ni compartían la idea de cruzada que había impregnado la Reconquista».

Si existe alguna leyenda negra que todo el mundo conoce, sobre la que todo el mundo opina, instrumentalizada por tirios y troyanos, y que como un sambenito llevamos los españoles, ésa es la leyenda negra que rodea a la Inquisición española.

Si alguien quiere acercarse desde el rigor científico a esta institución, el estudio al que me refiero me parece una muy buena opción. Al menos, a mí me lo ha parecido, y digo esto poniendo por delante que opino como profana en la materia. Desde esta perspectiva, el libro me ha resultado formativo y clarificador.
Esta obra se centra en los orígenes y la historia de la Inquisición en España. Porque resulta que la Inquisición no nació en España, como muchos piensan, sino que en realidad nació en 1184 en Verona (Italia) a instancias del Papa Lucio III, con el objetivo de luchar contra las corrientes heréticas de valdenses y cátaros, aunque los antecedentes más remotos se remontan al Concilio de Tours de 1163. Pero por determinadas razones en España se desarrolló de una manera peculiar. No mejor ni peor que en otros países, ni con más saña (el debate no es si aquí procesaron a más o menos herejes que en Alemania o Italia, eso pertenece al mundo de lo anecdótico) sino con una regulación específica y diferente.

En mi opinión, una de las partes más interesantes del libro se encuentra en la Introducción. Sin el prólogo, nada de lo que a continuación se expone tiene el mismo sentido. El autor, José Martínez Millán, expone las que a su juicio han sido algunas de las razones por las que seguimos arrastrando, como los fantasmas de los tebeos sus cadenas, los estereotipos sobre «la institución más debatida de la historia de España». Y además, apunta algunas circunstancias -como la falta de conocimientos de latín, paleografía o teología- imprescindibles para abordar un estudio serio de la Inquisición sin vaciarla de contenido, que desgraciadamente no han sido tenidos en cuenta en estudios precedentes en el tiempo.

El Santo Oficio fue un tribunal concebido por la Iglesia católica para juzgar la ortodoxia religiosa y luchar contra la herejía. No es preciso recordar que el cristianismo fue un elemento esencial en la construcción de la monarquía hispana. «Desde que España surgió como nación, en el siglo XIX, muchos de los intelectuales y políticos han creído y defendido que uno de los elementos clave que articuló la nación española fue la religión católica, mientras que otros lo han rechazado». Este debate ha sido el germen de esa constante discusión sobre el papel de la Iglesia católica en la historia de España, y desde esa perspectiva se ha utilizado a la Inquisición para criticar ese papel. Así se coló frecuentemente el Santo Oficio en los debates sobre la historia de España.

Y de esta clarificadora, aunque densa, «Introducción», el autor ya se mete en materia analizando diferentes elementos que participaron de la génesis de la Inquisición, sus orígenes remotos. Entre ellos, el conflicto de competencias entre el Papa y los soberanos medievales (consecuencia de la proclamación de la religión cristiana como la oficial del imperio en el siglo IV) o la trascendencia religiosa y política de determinados movimientos heréticos o sectas aparecidos en la Edad Media.

La autorización papal en 1478 a los Reyes Católicos para que nombraran a varios inquisidores supuso el inicio de las actividades de la Inquisición en España, cuando en el resto de Europa llevaba ya casi dos siglos de funcionamiento, y marca la peculiaridad de la Institución en España: su subordinación al poder de la monarquía –frente a la dependencia papal o eclesiástica- y su carácter de permanencia, frente a la constitución de Tribunales extraordinarios.

A continuación, entre los antecedentes de la inquisición española, se aborda el tema del problema judeoconverso. A este capítulo pertenece el texto que inicia esta reseña, y que nos da una pista acerca de algunas de las razones por las que grandes grupos sociales clamaban por el establecimiento de la institución en España: la ambición de ocupar los codiciados puestos públicos que habían conseguido ocupar los judíos, mientras los denominados «cristianos viejos» se dedicaban a reconquistar la península.

El libro aborda en una estructura lineal temporal las vicisitudes de la institución y su relación, por un lado, con la monarquía, y por otro lado, con las distintas corrientes religiosas: la Reforma en España, el proceso de confesionalización de Felipe II, las regalías de Felipe IV y Carlos II, o las reformas nacidas al albur del absolutismo ilustrado.

Pero el libro también bucea en el interior de la Inquisición: su estructura, su hacienda, el sostenimiento económico, sus fueros y privilegios, y su relación con la sociedad o con sus propios empleados. Sin olvidar el capítulo centrado en su actividad procesal, donde se analizan las diversas herejías o comportamientos perseguidos, entre las que nos llevaremos más de una sorpresa, como puede ser el descubrimiento de que la bigamia era una de las causas más instruidas, la persecución de la «sollicitatio» (acción por el que un confesor utiliza su ministerio para atraer, incitar o provocar a su penitente a cometer un pecado grave contra la castidad) o las distintas argumentaciones para perseguir la masonería según las diferentes épocas. Como puede comprobarse, todo ello muy lejos de los datos habituales que se dan a conocer sobre el Santo Oficio, que suelen centrarse en términos cuantitativos o comparativos.

Quien afronte esta lectura descubrirá que hay mucho más sobre esta Inquisición que desconoce de lo que pensaba. Pero sobre todo será capaz de situarla en el marco de la compleja realidad social, política y religiosa que la moldeó, así como comprobar la manera en que la institución influyó en la sociedad y en el momento histórico en el que se incardinaba, y viceversa.

Resaltaría, entre otros muchos temas, algunos que me han llamado la atención más especialmente: la utilización por parte de príncipes y nobles feudales de movimientos heréticos para alcanzar objetivos políticos, que la propia articulación de la cristiandad obstaculizaba; la utilización de esta Institución por Fernando el Católico y muchas otras «facciones» en la historia de España como instrumento de reorganización política; el gran apoyo social con que contó para su establecimiento; la evolución del concepto de «limpieza de sangre», que exigía la Inquisición a quien ejerciese sus oficios y acabó siendo sinónimo de hidalguía y nobleza, la figura de los «familiares» o colaboradores laicos, o la formación del Catálogo de Libros Prohibidos.

El libro cuenta también con el apoyo de numerosa bibliografía y también de datos económicos y estadísticos detallados, incluso gráficas.

En resumen, y como señala la contraportada del libro: una obra no sé si fundamental, pero sí necesaria para el conocimiento de la Inquisición española, lejos de los perjuicios, estereotipos y dogmatismos con los que en numerosas ocasiones se aborda su estudio.

Sólo le puedo poner un «pero»: la edición que he leído, de bolsillo, tiene una cierta tendencia a deshacerse. No trato tan mal a los libros como para que casi cuarenta páginas hayan decidido independizarse del lomo.

LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA
José Martínez Millán
Alianza Editorial Bolsillo (Humanidades e Historia)
460 páginas.

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20 comentarios en “LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA – José Martínez Millán

  1. Clío dice:

    Tendrían miedo esas 40 páginas, buena reseña, Valeria, y curioso lo de la bigamia.

  2. cavilius dice:

    Hace poco leí un ensayo sobre cierto personaje del siglo XVI, en el que la Inquisición aparecía formando parte importante del trasfondo histórico. No recuerdo bien, pero me suena que allí se decía que la «Inquisición» propiamente dicha era la española, dedicada en principio a los problemas derivados del sometimiento de dos fes a una tercera (judíos o musulmanes mal convertidos al cristianismo, o cristianos que en realidad son judíos o musulmanes), y que surgió algo después en Roma el «Santo Oficio», que se ocupaba más bien de herejías, brujas, prohibición de libros y cosas similares. Ya digo que hablo de oídas (de leídas, mejor dicho). ¿En este libro se menciona algo de todo esto, Vale?

    Por cierto, hace muuuuchos años compré (e incluso leí) un breve libro sobre la Inquisición española en el cual, si no recuerdo mal (qué triste esto de depender continuamente de la mala memoria), se hacía una desmitificación y/o apología de la Inquisición española. El autor era español, ya lo buscaré si a alguien le interesa.

  3. Akawi dice:

    Gracias Valeria por tu aportación, me resulta muy interesante. Es cierto que sabemos de la Inquisición por oídas y leídas en libros que apoyan sus relatos en ella para abordar su tema principal, pero que pocos son los que han leído textos en los que se analicen de forma histórica los pormenores de la Santa Inquisición.

    De hecho yo compré un libro (que aún no he leído), porque me atrae este tema.
    A ver si pudiera pronto. Aunque éste de tu reseña me parece mejor.

  4. JJSala dice:

    Felicidades por tu reseña Valeria.

    Creo que una de las características diferenciadoras de la Inquisición española, es su duración en el tiempo, ya que no fué abolida definitivamente hasta bien entrado el siglo XIX.

    Tengo un par de libros sobre la Inquisición, «Los secretos de la Inquisición» de Edward Burman y «La Inquisición» de Luigi Sanzoni, pero que no he leído hasta el momento.

    El primero es una historia de la Inquisición, que empieza, como dice Valeria con las cruzadas contra cátaros y valdenses.

    Saludos

  5. ARIODANTE dice:

    Valeria, muy buena reseña y libro interesante habemus. Efectivamente, la Inquisición es anterior a los Reyes Católicos, y recordad, simplemente, El nombre de la Rosa, donde ya hay un juicio inquisitorial, uno o dos siglos antes, ya no me acuerdo de las fechas.

    Casualmente acabo de terminar la lectura de una novela sobre Colón y su primer viaje, y la primera parte describe con largueza la época y los problemas políticos y sociales con los que bregaron los Reyes Católicos y sus abnegados súbditos: el problema de la limpieza de sangre, ligado a la expulsión de los judíos, y la revolución económica y social que supuso este hecho y de qué modo mantenían a raya a la población para que no se les desmandara: la Santa Hermandad, y, lógicamente, la Inquisición. Pero sí, es curioso, a veces les preocupaba más la bigamia o el llamado «pecado nefando» (es decir, las relaciones «contra natura»), pero también, lógicamente, la herejía con lo que suponía de libertad de pensamiento. Comprendemos que el Almirante fuera tan precavido borrando sus huellas del pasado y envolviéndose en un halo de misterio. Ojos que no ven…

    Por lo que dices de la edición, Alianza ya me tiene frita con lo del desprendimiento de páginas, incluso en librillos de mucho menos volumen que el que nos cuentas. Y es odioso pasarte una parte de la lectura persiguiendo páginas voladoras para que no se pierdan. Alguien debería recomendarles un buen pegamento…

  6. Xeo dice:

    «Desde que España surgió como nación, en el siglo XIX, muchos de los intelectuales y políticos han creído y defendido que uno de los elementos clave que articuló la nación española fue la religión católica, mientras que otros lo han rechazado»

    ¿En el siglo XIX?

  7. Rafa dice:

    Polémica palabra. No se si es del todo correcto utilizar el término nación, en su sentido político, antes de la Revolución Francesa.

  8. juanrio dice:

    Muy interesante el tema, por lo que nos ha marcado de cara al exterior y hacia el interior. Posiblemente una de las causa de que se una España con inquisición se deban a la presencia musulmana y judía en España durante 7 siglos y el empeño en expulsarlos definitivamente usando para ello cualquier método al alcance de la Corona. No olvidemos que pese a su origen religioso, el Santo Oficio se uso también como un poderoso ariete político y de eliminación de adversarios. Además parece ser algo que le viene al pelo a este país tan dado al cainismo.

    Leí hace años, no se si es el libro al que se refiere Cavilius, La leyenda negra de Ricardo García Cárcel, breve pero interesante libro acerca de la Inquisición.

  9. Valeria dice:

    Cavi, la palabra «Inquisición», según el autor, proviente del la palabra «Inquisitio», del latín inquerire. Hacía referencia a las peculiaridades del procedimiento acusador canónico utilizado, con diferencias respecto al procedimiento acusador romano que se utilizaba hasta encontes.( Por cierto, y al hilo de esto, has de saber que en el procedimiento inquisitorio, ya en el siglo XII, se exigía la presencia de un abogado del reo, un letrado que se comprometía bajo juramento a ayudar fielmente al acusado). Pero la Inquisición, llamada así o llamada Tribunal del Santo Oficio, no es invento español ni nació aquí. Simplemente la de aquí tenía la peculiaridad de su sometimiento a la monarquía. Ni siquiera es peculiaridad española el problema judeoconverso, aunque en España esta fue la principal argumentación para que, con gran apoyo popular, se solicitase reiteradamene su implantación. Pero su nacimiento tuvo su razón de ser en juzgar la ortodoxia religiosa y luchar contra la herejía. En el libro sí se mencionan algunas de las herejías perseguidas, como ya he señalado, haciendo un somero resumen de las mismas, y otros hechos perseguidos.

    Xeo, lo del siglo XIX no lo digo yo, es copia textual de una frase del libro.

    Ario, hablar de limpieza de sangre durante el reinado de los Reyes Católicos, a la luz de lo aportado el autor, me parece una incorrección. Este término lo empezó a utilizar la Inquisición para seleccionar a sus «funcionarios», por así decirlo, para quienes sirvieran en sus oficios, y sólo en siglos posteriores devino en sinónimo de nobleza. En la época de los reyes católicos -según creo recordar señalaba el libro- se mencionaba solamente el término de cristianos viejos, pero no con las connotaciones que después tuvo la expresión “limpieza de sangre”. Curiosamente en esa definición la Inquisición tuvo mucho menos que decir que la monarquía (que imponía requisitos sociales como linaje y ascendencia).

  10. ARIODANTE dice:

    Pues tienes probablemente toda la razón: lo que yo he leído era sobre los cristianos nuevos o viejos, ciertamente. El término «limpieza de sangre» se me ha colado en cuanto al significado, o sea, que se miraba mucho o se tenía muy en cuenta en esa época si el cristiano era de toda la vida o recientillo.

  11. Clodoveo11 dice:

    Muy buena reseña de Valeria de un libro documentadísimo sobre el tema. Lo leí hace cosa de 5 meses y aún reconociendo su profusión de datos deben advertirse dos cosas. Primero, que quien espere un libro ameno de divulgación sobre el tema vaya buscando otra cosa. Es un ensayo denso, plomizo y riguroso apropiado para muy interesados en el tema o estudiantes del mismo en busca de documentación: osea, no apto para metro o cabecera de cama. Supongo que el autor lo escribió así intencionadamente y no con ánimo divulgativo, porque si lo hizo con este último fin no consigue ni de lejos su objetivo. Para eso son preferibles los textos de Pérez o el ensayo de Burman que comenta JJSala, erudito sin dejar de ser entretenido.

    Y segundo, eché en falta una separación de secciones y epígrafes más definida y clara para un libro orientado a interesados. La narración asemeja un engrudo del que hay que decantar la información, a menudo repite conceptos casi literalmente y da excesivos saltos y retrocesos temporales: yo mismo, acostumbrado a no tomar notas a pie ni hacer esquemas en los libros, tuve que ponerlo perdido para organizar y resumir las ideas del mismo. Quiero decir con ello que el autor podía haber expresado lo mismo pero de una manera más limpia y organizada, que resultase más evidente y consecuente conforme se va leyendo y ayudase a la comprensión de conceptos a veces difíciles por su tecnicismo propio. Por eso decía antes que si intentaba la divulgación con este ensayo fracasa rotundamente, puesto que el texto es muy farragoso, pero que si se orienta a un público específico ofrece una estructura demasiado narrativa para resultar provechosa, todo ello sin dejar de reconocer la abundancia y exhaustividad de su documentación.

    Es algo de lo que a menudo pecan los profesores universitarios españoles y que los diferencia negativamente de los anglosajones: que cuando quieren hacer divulgación son excesivamente fríos, espesos y monocordes; y cuando quieren hacer erudición no saben presentarla de un modo didáctico y organizado a la vista.

    Saludos

  12. Publio dice:

    Muy buena e interesante reseña Valeria. Opino que la peculiaridad de la inquisición española viene de su sometimiento a la monarquía y a que fue una de las escasas instituciones, por no decir la única, con la que los reyes podían intervenir en los diferentes reinos que constituían la corona sin tener que pasar por la fiscalización de los diferentes consejos de cada reino. De tal modo que fue un poderoso instrumento político en manos de los monarcas.

  13. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    Gracias Valeria: era hora de desmitificar tanto insulto contra lo español por medio de la inquisición.

    Saludos.

  14. pepe dice:

    La Inquisición fue una de las instituciones más perversas que hayan existido nunca. Lo fue en tanto a sus fines como a sus métodos. Minorías que son sistemáticamente perseguidas hasta conseguir su completa desaparición; denuncias anónimas, jueces que son al mismo tiempo acusadores y que previamente han sido policías; detenidos que no son informados de qué se les acusa y en cambio se les anima, a menudo mediante tortura, a arrepentirse y a confesarlo todo… Esto es lo esencial, y una vez dicho se puede empezar a discutir sobre su eficacia como instrumento en manos de la monarquía o sobre su impacto social, o sobre la posibilidad de que el Santo Oficio haya sido la causa de nuestro atraso científico con respecto a otros países de Europa. Estas son las cuestiones importantes. Volver al tópico de la leyenda negra y al argumento de que otros también tuvieron Inquisición, e incluso más cruel que nosotros, me parece un ejercicio que merece muchos adjetivos, siendo el de inutil seguramente el más suave de todos ellos.

  15. ARIODANTE dice:

    ¡Jolín, Pepe! ¿te acabas de levantar? ¿Con qué pie?¡Menuda manera de embestir! Sí, hombre, sí. Si nadie te lleva la contraria…

  16. ARIODANTE dice:

    Justito ahora estoy leyendo una novela sobre la vida y el proceso a que fue sometido Giordano Bruno por la Inquisición, en Roma. Por supuesto, Bruno fue quemadito y bien quemadito en el Campo dei fiori. No se retractó, como Galileo. Éste tenía otro carácter.

  17. pepe dice:

    El Campo dei fiori es una de las plazas con más sabor de Roma, con su estatua de Girdano Bruno
    http://terryinglese.com/wp-content/uploads/2009/08/Campo-dei-Fiori_-Bruno.jpg
    y sus terrazas por la noche. Uno de los resuerdos más claros que tengo de un viaje a Roma que hice con la mía muliere fue precisamente una noche en una de ellas, con una chica que andaba por entre las mesas tocando la guitarra. No le habíamos hecho mucho caso y de repente se arranca con esto:
    http://www.youtube.com/watch?v=rcVkgdd0mwk&feature=related

  18. ARIODANTE dice:

    Si, yo también he estado en esa placita en varias ocasiones. La verdad es que Roma no tiene desperdicio en cuanto a rincones históricos.
    Ya me he acabado la novelita de Bruno: esta tarde paso a despellejar al autor, porque le he encontrado bastantes fallos. Nadie tema: es norteamericano, y la escribió en los noventa. pero a mi no me quita nadie el placer de ponerlo de vuelta y media, jijijiji….

  19. Urogallo dice:

    Pepe, la Inquisición no buscaba la destrucción de la minoria, sino su integración en la mayoría, y el mantenimiento de la ortodoxia dentro de ese grupo.

    Aún criticable, la Inquisición carece de novedad u originalidad, puesto que todas las grandes sociedades no democráticas han desarrollado sus propios sistemas de imposición de la coherencia interna.

    Respecto al tema del frustrado desarrollo ciéntifico hispano…Hay que recordar que es abolida en 1824…Y que nuestra brecha tecnológica, por decirlo así, comienza más o menos en esa época…

  20. Wallbertto dice:

    Un registro que deshonra a Dios
    El clero de la cristiandad es más reprensible que otros líderes religiosos por el derramamiento de sangre. ¿Por qué? Porque además de haber tomado sobre sí el nombre de Dios han tomado el de Cristo. Así han asumido la obligación de seguir las enseñanzas de Jesús. (Juan 15:10-14.) Pero no han seguido esas enseñanzas, y así han acarreado gran vituperio tanto a Dios como a Cristo. El clero ha sido culpable de derramamiento de sangre tanto directamente —en las Cruzadas, otras guerras religiosas, inquisiciones y persecuciones— como indirectamente, al dar su aprobación tácita a guerras en las que miembros de las iglesias han matado a su semejante en otros países.
    Por ejemplo, desde el siglo XI hasta el XIII el clero de la cristiandad introdujo las Cruzadas. El resultado de estas fue derramamiento de sangre y saqueo horrendos en el nombre de Dios y de Cristo. Se dio muerte a centenares de miles de personas. Entre las Cruzadas estuvo la Cruzada de los niños, en el año 1212, que terminó en la matanza insensata de miles de niños a quienes se indujo a participar en ella.
    En el siglo XIII la Iglesia Católica Romana aprobó oficialmente otro horror que deshonraba a Dios: la Inquisición. Esta institución comenzó en Europa y se extendió a las Américas; duró más de seis siglos. Creada y apoyada por el papado, con ánimo asesino se usó para torturar y eliminar a todo el que no concordara con la iglesia. Aunque la iglesia había perseguido previamente a los no católicos, la Inquisición pasó a hacer mucho más que eso.
    Peter De Rosa, quien afirma que es “católico patriótico”, dice en su libro reciente Vicars of Christ—The Dark Side of the Papacy (Vicarios de Cristo… el lado maligno del papado): “La iglesia fue responsable de la persecución de los judíos, de la Inquisición, de la matanza de millares de herejes, de volver a introducir la tortura en Europa como parte del proceso judicial. […] Los papas nombraban y destituían hasta a emperadores, exigían que estos impusieran el cristianismo a sus súbditos bajo amenaza de tortura y muerte. […] El efecto que esto tuvo en el mensaje del Evangelio fue horrendo”. El único “delito” de algunos que fueron asesinados fue que tenían una Biblia.
    Respecto al papa Inocencio III, de principios del siglo XIII, De Rosa dice: “Se ha calculado que en la última y más violenta persecución por el emperador [romano] Diocleciano [del siglo III] por todo el mundo perecieron unos dos mil cristianos. Durante la primera atrocidad de la Cruzada del papa Inocencio [contra los “herejes” de Francia] se dio muerte a diez veces más personas. […] Alarma el descubrir que, de un golpe, un papa mató a muchos cristianos más que Diocleciano. […] [Inocencio] no tuvo reparos en usar el nombre de Cristo para cuanto Cristo mismo desaprobó”.
    De Rosa menciona que “en el nombre del papa [los inquisidores] fueron responsables del más violento y continuo ataque contra la decencia en la historia de la raza humana”. Del inquisidor Torquemada, un dominico español, dice: “Nombrado en 1483, gobernó tiránicamente por quince años. Sus víctimas fueron más de 114.000, de las cuales 10.220 fueron quemadas”.
    El escritor citado llega a esta conclusión: “El registro de la Inquisición sería vergonzoso para cualquier organismo; para la Iglesia Católica es aplastante. […] Lo que muestra la historia es que, por más de seis siglos, sin interrupción, el papado fue el enemigo jurado de la justicia elemental. De una línea de ochenta papas, desde el siglo XIII en adelante, ninguno de ellos desaprobó la teología de la Inquisición ni su sistema represivo. Por el contrario, uno tras otro fueron añadiendo sus propios rasgos crueles al funcionamiento de esta mortífera maquinaria. Lo que uno no se explica es: ¿cómo pudiera ser que unos papas continuaran por generaciones en esta virtual herejía? ¿Cómo se les hizo posible repudiar todo punto del Evangelio de Jesús?”. Contesta: “Los pontífices prefirieron contradecir el Evangelio a contradecir a un predecesor ‘infalible’, pues eso abatiría al papado mismo”.
    También fue desaforado el papel que el clero desempeñó en la institución violenta de la esclavitud. Las naciones de la cristiandad secuestraron a millones de africanos, los llevaron a lugares remotos y por siglos los maltrataron física y mentalmente como esclavos. Relativamente pocos miembros de la clase clerical se opusieron con vigor a ello. Algunos hasta afirmaron que era la voluntad de Dios. (Véase Mateo 7:12.)

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