Hace un par de años, allá por 2022, un joven aficionado a la historia contemporánea se lanzó a publicar un ensayo titulado La batalla del Marne. La última batalla del siglo XIX en occidente, dedicado al gran enfrentamiento militar que abrió la IGM en septiembre de 1914. Aquel libro no solo fue el bautismo literario para el autor, sino que le abrió de par en par las puertas de las casas de cientos de lectores ávidos de nuevas visiones y puntos de opinión sobre todo el universo, especialmente militar, que marcó aquella terrible guerra. Resultó tan buena la respuesta de crítica y lectores, que Ismael, con el objetivo de ampliar la propuesta realizada en aquel su primer libro, ha publicado a principios de este año y de la mano de la editorial Ático de los Libros, un ensayo en el que engloba un completísimo estudio del frente occidental en toda su amplitud, durante aquella Primera Guerra Mundial.

Siguiendo los pasos y el desparpajo volcado en su primer libro, el autor afronta con valentía, acierto y criterio propio, el desarrollo bélico del frente occidental a lo largo y ancho de los cuatro años que ocuparon la guerra. Y lo hace desde dos grandes pilares, alternativos y intercalados en una acertada composición de los capítulos de su ensayo. Por un lado, afronta con conocimiento técnico todo lo que se refiere a los avances en armamento, tácticas y estrategias, muchas veces equívocas y casi siempre embarradas e inmovilizadas en la compleja, sucia y sangrienta guerra de trincheras. Por supuesto, no olvida acercarse con cierto detalle, a la estructura industrial que avanzó y creció a merced y servicio de los esfuerzos militares y bélicos de ambos bandos. A lo largo de los capítulos Ismael analiza, entre La utilización en la mejora de las armas automáticas como las ametralladoras, la potencia de la artillería, la aviación en sus inicios, el uso de los primeros carros de combate, la compleja e intrincada red de trincheras donde la ingeniería y la imaginación, solventaron y crearon mil y un problemas, tanto defensivos como ofensivos, y marcaron, desde el inicio hasta el final de la guerra aquellos años de confrontación. No olvida el autor, por supuesto, analizar la aportación de los EEUU a la guerra y el postrero agotamiento de una Alemania que se dirigía hacia la derrota.

Esto sirve de apoyo y mimbre para solventar el segundo gran pilar en el que se apoya el libro. Me refiero a la ingente tarea que ha empeñado en explicar y desarrollar todas y cada una de las batallas más importantes que tuvieron lugar en aquel frente, desde Marne, ya profundizada en su primer libro, como las ingentes y terribles Verdún, Somme o Kaiserschlacht. Si ya en ellas, las pérdidas, la efectividad de sus avances y retrocesos, y las propiamente consecuencias militares de las mismas, ocupan no pocas páginas de este libro, el universo social, económico y político no caen en el olvido de este historiador venido a más. Ante el gran monstruo bélico de tamaña proporción, la sociedad europea no podía dejar de sufrir en sus entrañas las consecuencias de todo tipo, provocadas por tanta sangre, barro y muerte. El hambre, la pérdida brutal de la economía agrícola, el cansancio físico y psicológico de quienes ven morir una generación completa en sus países, unos países que jamás habían sufrido tantas pérdidas, ni tanto dolor a nivel tan global, resulta inasumible para aquellas sociedades. Así mismo, Ismael no evita hablar y escudriñar en los perfiles de los políticos y militares que, como decía Christopher Clark en aquel indispensable libro titulado Sonámbulos, llevaron a Europa, sin remedio y cual sonámbulos, hasta una guerra que marcaría el final del siglo XIX y sembraría los desastres de la primera mitad del siglo XX, tan señalados para nuestro viejo continente.

Con una narración ágil y amena en la que no falta investigación previa y conocimiento del cómo y el porqué de los hechos, batallas y decisiones analizadas, el autor realiza un visión global y efectiva del frente occidental, con un componente crítico, heredero directo de aquel su primer libro, avanzando acertadamente en su profundización y posición como historiador, ahora en nuestro país de absoluta referencia. Solo con revisar el completo aparato bibliográfico incluido en el libro con el que ha trabajado el autor, tenemos una muestra de la labor desarrollada para construir y sacar a la luz este ensayo. Espero que, con ese ánimo y preparación, siga mostrando a sus lectores nuevas historias y batallas, con la misma pasión y capacidad de visión global como ha hecho hasta ahora.

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Ismael López Domínguez. La guerra de las trincheras. El frente occidental en la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918). Ático de los Libros, 2024, 959 páginas.

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