LA ÉPOCA DEL LIBERALISMO – Josep Fontana y Ramón Villares. Vol. 6.

la época del liberalismo La Época del Liberalismo aborda la España del siglo XIX en el proyecto de Historia de España en 12 volúmenes dirigido por los profesores Josep Fontana y Ramón Villares. En concreto, se trata del volumen número 6 y está escrito por Josep Fontana, profesor de Historia Contemporánea e Historia Económica en varias universidades de Valencia y Barcelona.

El periodo decimonónico español es tratado a través de 12 capítulos que se corresponden a grandes rasgos con las distintas etapas políticas reconocidas en general por la doctrina, a saber: desde la Guerra de la Independencia hasta el fin de la Primera República.

Sin embargo, no se trata en este libro la Restauración borbónica del último cuarto de siglo (tratada en el volumen 7); y no acabo de entender muy bien la causa, ya que sería de justicia y de coherencia incluir en una Historia de España del siglo XIX, a la que el autor denomina La Época del Liberalismo, incluir la época más liberal de todas, donde se promulga una Constitución, la de 1876, que estaría vigente durante prácticamente 50 años y que permitió a los españoles vivir en paz por primera vez en décadas, lejos de las guerras civiles carlistas, los golpes, los contragolpes, las revoluciones y las contrarrevoluciones, así como los experimentos fallidos republicanos.

La obra está escrita en un estilo sencillo, divulgativo y de fácil comprensión, estando divididos los capítulos en secciones, lo que la hace muy útil para la consulta de aspectos concretos. En los apéndices incluye una cronología de la época y un apartado cartográfico que incluye mapas con las distintas campañas, (Guerra de la Independencia, Guerras Carlistas, los Cien Mil Hijos de San Luis, Cantonalismo, etc); así como un estudio socioeconómico denominado Las Cifras de la Historia.

Una última consideración o advertencia me gustaría hacer a los lectores potenciales que se quieran hacer con esta obra: No hay ánimo de imparcialidad. Los planteamientos socio-político-económicos están hechos desde un prisma determinado, lo que constituye un sesgo ab initio y así lo hacen constar los directores del proyecto en la Introducción General a la obra:

Esta Historia de España nace con vocación de síntesis, aun dentro de su extensión, pero no se concibe como un habitual estado de la cuestión. Se trata de establecer una visión de conjunto del pasado histórico español, inspirada en la renovación historiográfica que ha tenido lugar en España desde los años setenta, que sea digna heredera de la tradición democrática y progresista que inspiraba obras como las de Altamira, Artola, Tuñón, Vilar o Vicens.

Y para que no haya dudas de quien tiene la “legitimidad” historiográfica post-franquista, reniegan de corrientes de cualquier otro signo también surgidas ya en la Democracia actual:

El género de la Historia de España también fue abordado por obras de vocación divulgadora y, a veces, claramente revisionista, del que la presente obra se quiere separar claramente. A pesar de que la presente obra reseñada también es de vocación divulgadora.

Posteriormente, en el prólogo se reitera, no solo la cosmovisión progresista de la obra, sino, ya, la marxista:

Las páginas que siguen se han escrito con la intención de contribuir a la recuperación de este siglo calumniado y maldito, pero también con la de ir más allá de la imagen tradicional en blanco y negro que lo reduce todo al plano de las intrigas cortesanas, los pronunciamientos y los discursos en las cortes [sic] , para tratar de sacar a la luz los problemas, las luchas , las frustraciones y las esperanzas de una inmensa mayoría de españoles a quienes las reglas del juego del propio liberalismo condenaban a ser simples “habitantes” de un país donde sólo tenía derecho al voto una minoría de “ciudadanos” […]

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12 comentarios en “LA ÉPOCA DEL LIBERALISMO – Josep Fontana y Ramón Villares. Vol. 6.

  1. davide dice:

    Lo tengo en casa, y he leído trozos de él. Me parece excelente dentro de mi imparcilidad Fontana es un historiador al que admiro, y Villares, el otro coordinador de al obra, aparte de amigo, fue profesor mío en la universidad de Santiago de Compostela.
    Al hecho de no incluir la Restauración -volumen, por cierto, que firmará Villares- en esta obra, totalmente de acuerdo contigo Verdoy. Tal vez, debería haberse llamado «la construcción del Estado liberal», sería más exacto. Se entiende que la época de la Restauración merece un volumen por sí mismo.
    Gran reseña, para un gran libro.
    También me pillé el de la República y la Guerra civil de Julián Casanova. De todas maneras, no voy a hacer toda la colección. El de Villares, sobre la restauración, y el de Junco sobre la historiografía y la memoria nacional, caen seguro. Veremos cuándo los publican.

  2. Vorimir dice:

    En la facultad me tocó leerme «La historia de los hombres» de Fontana para un examen.

    Vaya por delante que me aburre mucho el marxismo histórico, pero mucho mucho.

    Aun así el libro no fue tan mortificante como creia.
    Eso si, tampoco guardo mucho recuerdo de él, la verdad.

  3. davide dice:

    Es cierto que Fontana, tiene esa parte de su obra especializada en Filosofía de la Historia, que a mí tampoco me atrae mucho, la verdad. Ahora, en capsulitas pequeñas, dice cosas muy interesantes.

  4. Incitatus dice:

    Estas grandes obras tienden a darme gran pereza… aunque reconozco su valía y más aún la de Fontana que es un gran investigador (aunque un poco pasadito en sus planteamientos, y sobre todo no me gusta que los historiadores renieguen absolutamente de la divulgación…) ya iré viendo que os parecen los otros volúmenes, por ahora se queda fuera de la lista

  5. pepe dice:

    El adjetivo liberal es uno de los que con más liberalidad se ha venido usando y, como consecuencia, su significado resulta -al menos para mí- un poco confuso. Tengo claro a lo que nos referimos cuando hablamos de liberalismo en el XIX, época en la que las ideas liberales eran progresistas y avanzadas. Sin embargo hoy en día, sobre todo si hablamos de liberalismo económico, estamos refiriéndonos a ideas conservadoras; en lo político, resulta que George Bush es tan liberal como Voltaire. No aspiro a que me disipes la confusión, Verdoy, sino a que me digas si el libro explica cuándo y a qué obedeció la aparición de los términos liberal y liberalismo, cuándo fueron aceptados, si son voces españolas o importadas. No me refiero, obviamente, a la acepción de liberal como generoso o tolerante, sino al significado político-económico-social.

  6. davide dice:

    «Los primeros liberales que se dieron a sí mismos ese nombre (aunque Napoleón utilizó esa palabra para su propio sistema), surgieron en España, entre ciertos adversarios de la ocupación napoleónica. La palabra pasó luego a Francia, donde significó oposición al realismo tras la restauración de los borbones en 1814.»
    Historia Contemporánea, de Palmer y Colton. (Pág. 176).
    Por otro lado te recomiendo eches un vistazo al diccionario «Conceptos fundamentales de Ciencia Política», publicado en Alianza. Es muy útil para este tipo de cuestiones y el precio está tirado.
    Como adelanto:
    «El hecho de que existan estas dos varientes del liberalismo, incidiendo una en la faceta individualista y la otra en la solidaria, explica que se pueda usar la etiqueta [liberal] con connotaciones opuestas. Mientras en Europa se designa así a los partidarios de la desregulación económica y de las formulaciones clásicas del capitalismo, en Estados Unidos es usual reservar esta denominación para quienes defienden ideas de izquierda. No ostante.aunque exista un liberalismo que pueda llegar a coincidir con la doctrina socialdemócrata, siempre será más difícil conciliar sus irrenunciables postulados universales e individualistas con otras doctrinas progresistas que ponen el énfasis en el comunitarismo»

  7. pepe dice:

    Gracias por la información, Davide. Los diccionarios son maravillosos
    aunque no sean literatura. Si tengo tiempo te respondo luego a lo del periodismo del hilo de Steinbeck.

    que el equipaje no lastre tus alas,
    que el calendario no venga con prisas,
    que el diccionario detenga las balas,

  8. Verdoy siempre llega tarde dice:

    Gracias Pepe por la inquietud y Davide por la pronta explicación. Lo cierto es que es un tema complicado porque los árboles no dejan ver el bosque. Por principio, liberal es el que defiende el Estado de Derecho (separación de poderes, derechos constitucionales del individuo, etc). Por eso, prácticamente todas las formaciones políticas defensoras del Estado de Derecho (principalmente en los estados democráticos) son liberales.

    Para poder diferenciar los matices de cada una, surgen una gran cantidad de vocablos:
    – socialdemócratas: liberales que ponen el foco en lo social desde la perspectiva del principio de igualdad.
    – conservadores: liberales que quieren un Estado más intervencionista
    – democrata-cristianos: liberales que enfocan lo social desde el punto de vista cristiano.
    – neoliberales: mal llamados neo, son aquellos que defienden la pureza del sistema: Estado mínimo y garante de los derechos de las personas, individualismo, libertad y apertura económica, supresión de trabas al comercio, dejar hacer dejar pasar, etc
    – anarquistas: contra lo que la gente cree, incluidos muchos anarquistas, éstos no son de corriente marxista, sino liberal: ponen el enfasis en el principio de libertad individual, llevado a tal extremo que niegan la existencia del Estado. Al tratarse de una quimera, persiguen una utopía.

    Esto es una descripción a grandes rasgos de las tendencias que hay dentro del liberalismo, esto es, de las ideologías y formaciones de los Estados Democráticos de Derecho.

    Luego, para añadir más confusión, vienen las denominaciones que se atribuyen en distintos sitios: Así, los liberales USA (partido demócrata) se asemejarían a los socialdemócratas europeos (socialistas, a pesar de que la palabra socialista es de origen marxista y nada tiene que ver en este invento). Los republicanos USA y conservadores británicos son liberales en política económica y conservadores en política exterior, etc, etc

    Yo creo que lo importante es saber distinguir el enfoque o la tendencia sin hacer mucho caso de la etiqueta, que es lo que en definitiva nos confunde. Hace unos años ganó en Austria el partido «Liberal» y resulta que era un partido de extrema derecha, simpatizante neo nazi y, por tanto, contrario al Estado de Derecho, lo que les niega el término liberal ab initio.

    En fin, cuando los márgenes ideológicos son estrechos, nos movemos en un bosque de matices que reciben diferentes denominaciones en distintos sitios y que solo sirven para confundir aún más al personal.

    Saludos

  9. victoria toro torres dice:

    hola necesito urgente que me envien aspectos positivos
    y aspectos negativos del liberalizmo por favor se los agradeseria muchisimo.

  10. marbenes dice:

    Verás Victoria, esta actitud empieza a indignarme. Lee un poco sobre ello y verás que fácil te resulta sacar conclusiones a ti solita.

  11. Alfonso dice:

    Personalmente el libro me ha gustado mucho, aunque eso sí, de Fontana me esperaba algo más, ya que el libro es mucha historia política, aunque eso sí contada desde abajo. Con respecto a la reseña hay alguna cosa que no entiendo, entre otras el por qué se incide en la imparcialidad del autor. Y es que siempre que un historiador se dice seguidor del materialismo histórico surgen los que dicen que no es imparcial, que no es objetivo… Ahora bien, que si escribe Seco Serrano o Tusell, que tienen unos planteamientos bastante clasistas, seguro que nadie dice nada sobre su subjetividad. La historia la hacen los hombres y no los objetos. Y ojo! con esto no reivindico el panfleto ni mucho menos. Una cosa es ser subjetivo -que todos lo somos- y otra ser panfletario. En fin, un buen libro de historia, aunque me hubiera gustado que se incidiera más en la historia social. Imprescindibles para la historia de España los de Tuñón de Lara.

  12. Ebuarbo dice:

    Es muy aburrido y no viene sobre la época del liberalismo

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