“Un legado, en suma, de dos caras bien distintas que deben considerarse al unísono si pretendemos entender de la manera correcta la importancia y el significado de su paso por la historia”.

“Todos somos griegos”, decía el poeta Percy Shelley hace unos 200 años. Nos lo recuerda ya en su primera página el nuevo libro de Francisco Javier Gómez Espelosín que publica Shackleton Books. En la medida en que conservemos ese legado al que se alude en la cita, seremos griegos. También nos recuerda el autor que no todo lo griego es luminoso y admirable, que toda luz tiene sus sombras y que conviene valorar ambas dimensiones para tener una perspectiva correcta y mesurada del fenómeno griego. Esto supone un cambio de enfoque respecto a la visión tradicional. Ese es el empeño de este libro.

De todos modos, conviene matizar un par de cosas. En primer lugar, la desmitificación del llamado “espejo griego” no la ha inaugurado Espelosín, ni mucho menos. Por decir algo, ya Nietzsche comenzó a cargar contra la imagen de un mundo griego idílico e inmaculado, imagen la cual se construyó gracias al pensamiento y la obra de Johann Wincklemann, entre otros muchos personajes ilustrados del siglo XVIII y XIX, como Goethe, Schiller, Hölderlin o Lord Byron, que veían en Grecia la perfección de las formas, el arte, el pensamiento y la cultura humanas. Regresando al tiempo presente y a nuestro país, se me ocurre por ejemplo la reciente obra de César Fornis El mito de Esparta, en la que el mayor especialista hispano en el kosmos espartano recorre y desmonta la idealizada imagen del invencible guerrero espartano, cultivada durante tanto tiempo. En segundo lugar, tampoco el libro de Espelosín dedica tan fuerte empeño a la tarea de deconstrucción. La pone de relieve, eso sí, en la introducción, para que el lector tenga en cuenta qué tipo de obra se dispone a leer. Y va a leer un libro en el que los hechos y las obras de los griegos son contados con objetividad y perspectiva histórica.

Francisco Javier Gómez Espelosín, catedrático emérito de Historia Antigua en la Universidad de Alcalá de Henares, es un auténtico especialista del mundo griego, como lo atestigua la cantidad de obras que llevan su firma bien sea como autor, editor o colaborador. Durante varias décadas los interesados en el mundo griego hemos podido contar con su erudición, que comenzó a conocerse hace cuarenta años cuando la Universidad de Alcalá de Henares en colaboración con la de Zaragoza publicó la adaptación de su tesis doctoral Rebeliones y conflictos internos en las ciudades del mundo helenístico. Desde ese año 1984, Espelosín no ha dejado de trabajar y publicar. Sus libros dedicados a la historia griega son ya clásicos: Introducción a la Grecia antigua, Historia de Grecia en la Antigüedad, Historia de Grecia. Planteamientos y recursos didácticos, El milagro griego. Luces y sombras. Otro campo de interés en el que el autor ha volcado sus esfuerzos es el estudio de los otros mundos que coexistieron con los antiguos griegos, y las conexiones entre unos y otros: El descubrimiento del mundo. Geografía y viajeros en la Antigua Grecia, Memorias perdidas. Grecia y el mundo oriental, Geografías de lo exótico: los griegos y las otras culturas, Relatos de viajes en la literatura griega antigua. Pero si hay un tema con el que Gómez Espelosín parece haberse visto especialmente obsesionado (así reza uno de los títulos), ese es Alejandro Magno. Como autor, coautor o editor, los trabajos de Espelosín en este ámbito son más que destacables: En busca de Alejandro: historia de una obsesión, Las geografías de Alejandro, La leyenda de Alejandro. Mito, historiografía y propaganda, Alejandro Magno de la historia al mito (escrito a cuatro manos con Antonio Guzmán Guerra), El Imperio de Alejandro. Aspectos geográficos e historiográficos (editado con Borja Antela-Bernárdez).

Cuarenta años después de aquel primer trabajo sobre las ciudades helenísticas, el autor nos ofrece La antigua Grecia. De los orígenes legendarios a Alejandro Magno. Los que hemos leído anteriores trabajos suyos reconocemos el estilo de Espelosín, e incluso la estructura y composición de la obra se asemeja a algunos de aquellos. Después de todo, la historia griega es la que es. El autor compone un relato en diez capítulos que se subdividen en apartados cortos y concisos, en los cuales aborda los puntos esenciales de cada época de la historia griega. La prosa calmada y sobria del autor abre el libro con dos capítulos en los que define y delimita los parámetros de la cuestión: ¿quiénes fueron los griegos, qué idea tenemos de la “Grecia antigua”, con qué fuentes contamos para descubrirlos, qué legado nos han dejado? A continuación comienza el relato de los hechos de los griegos, tratando de dar, en el poco espacio que permite un volumen de las características que tiene este (está enmarcado en la colección Historia Brevis de Shackleton Books, libros de formato bolsillo que pretenden presentar los temas que abordan de manera clara y condensada), las pinceladas más precisas posibles acerca de la historia política, militar, social, económica y cultural del pueblo heleno.

Con un estilo claro y sucinto, el autor comienza hablando de los primeros griegos, los micénicos, de su expansión por el Egeo y las costas asiáticas, la guerra de Troya y el colapso final de esa civilización, haciéndose eco de las diferentes teorías que tratan de explicar su caída. Le sigue la “época oscura”, un período en realidad no tan oscuro como la tradición historiográfica ha pintado habitualmente. En ese cambio de perspectiva Espelosín se alinea con las nueva manera de entender esos “siglos oscuros”, que conceden la importancia que merecen a las creaciones artísticas del arte protogeométrico, los primeros movimientos migratorios por el Mediterráneo, las primeras construcciones templarias o la composición de los poemas homéricos.

El brillo de las ciudades jonias, fundaciones de los griegos emigrados de sus ciudades hacia las costas de Asia Menor, y el surgimiento de la polis, la ciudad griega, y en concreto Esparta y Atenas, cada una con sus peculiaridades, son tema para los capítulos siguiente. Es la época, siglos VII y VI a.C., de los tiranos, los legisladores y los gobiernos oligárquicos. El siglo V a.C. lo inaugura el enfrentamiento con el mundo persa y la consiguiente consolidación de la identidad griega. Atenas se convierte en la “escuela de Grecia” a todos los niveles, lo cual la lleva a una confrontación con Esparta, desencadenándose así “una guerra como ninguna otra”. Espelosín dedica certeros apartados a los puntos clave que marcaron el devenir del conflicto, tales como la peste que diezmó la población de Atenas, la campaña de Esfacteria, la de Sicilia, la crisis de la democracia ateniense o la figura de Alcibíades.

El penúltimo capítulo lo dedica el autor a la primera mitad del siglo IV a.C. y a los vertiginosos cambios que se produjeron en esas cinco décadas: la supremacía espartana, ejerciendo en el horizonte los persas su pequeño gran papel; el renacimiento de los incombustibles atenienses y su efímero imperio; la también efímera hegemonía de Tebas; y cómo todo ello abocó hacia un clima de crisis que facilitó el advenimiento de la figura de Filipo de Macedonia.

Y cierra el libro con la figura de Filipo y su hijo Alejandro Magno, a quien tantas páginas ha dedicado Espelosín en otros trabajos. La conquista de Persia, las guerras de los diádocos y la aparición del Helenismo, término acuñado por el historiador Johann G. Droysen en el siglo XIX, y de los nacientes reinos helenísticos, unos reinos que significaron la aparición de una suerte de globalización similar a la actual, y también una pérdida del sentimiento comunitario e identitario, con la consiguiente tendencia a los enfrentamientos y conflictos entre las innumerables ciudades que se fundaron en esos reinos.

Y así, con este final, no es un demérito recalcarlo, tan típico y propio de los mejores manuales de historia griega, el camino hasta la fecha recorrido por Gómez Espelosín a lo largo de sus cuarenta años de publicaciones acaba como empezó: con el tema de su tesis doctoral de 1984, los reinos helenísticos y los conflictos que afrontaron y enfrentaron sus ciudades. Magnífico colofón que cierra el círculo a una carrera dedicada a la investigación del cosmos griego, a la espera de lo que venga en el futuro. La antigua Grecia es un libro asequible y enfocado al público neófito, pero no por ello, sobra decirlo, exento de rigor. La claridad expositiva de Espelosín brilla en cada página, así como la capacidad de condensación en pocos párrafos de episodios tan importantes como la guerra de Troya, la descripción de la sociedad ateniense del siglo V a.C. o la figura de Filipo de Macedonia. He aquí un magnífico manual y un estupendo compendio de la historia de Grecia.

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Francisco Javier Gómez Espelosín, La antigua Grecia. De los orígenes legendarios a Alejandro Magno. Barcelona, Shackleton Books, 2024, 400 páginas.

Esta entrada fue enviada el martes, 19 d+02:00 noviembre d+02:00 2024 a las 07:30 y está archivada bajo Historia de Grecia. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.