GOEBBELS. UNA BIOGRAFÍA – Ralf Georg Reuth
Goebbels. Eine Biographe, es el título original en alemán de esta obra publicada hace ya veinte años y reeditada en español por la editorial La Esfera de los Libros. El autor, Ralf Georg Reuth (1952) es un reconocido historiador alemán autor de varias biografías sobre algunos de los mayores protagonistas del Tercer Reich, entre ellas una biografía de Rommel y otra de Hitler, publicaciones que no han sido todavía traducidas al castellano.
El libro se compone de 856 páginas, entre ellas hay casi doscientas dedicadas a notas distribuidas al final del mismo. Este hecho, aunque normal en la mayoría de publicaciones, dificulta a veces el ritmo de lectura al tener que acudir al final de la obra para consultar las interesantísimas aportaciones que el estudio nos ofrece, extraídas la mayoría de fuentes primarias. El libro en sí es un monumento a la investigación.
El lector puede pensar que esta obra, publicada hace ya veinte años, pierde en cierta manera valor al haber transcurrido tanto tiempo desde su inicial salida al mercado, pero como bien apunta el autor, la última biografía que había merecido la pena sobre Goebbels se ceñía a los años sesenta (para Reuth se trataría de la escrita por Helmut Heiber en 1962 titulada Joseph Goebbels). Este puede ser un buen motivo para que el historiador alemán se decidiera a emprender una empresa tan apasionante como fue la de narrar la vida de uno de los jerarcas nazis más importantes del Tercer Reich: Joseph Goebbels (1897-1945).
Mucho se ha hablado de este personaje marcado por su cojera, producto ésta de una osteomielitis padecida en su niñez. Su defecto físico, en vez de ser motivo de desesperación para nuestro protagonista, sirvió en numerosas ocasiones como incentivo para desarrollar una mente que destacaba por su inteligencia. Desde su adolescencia comprobó su familia, que el niño podía llegar lejos, al menos disponer de una carrera universitaria que le abriera camino en la difícil vida de la Alemania de posguerra mundial. Su incapacidad física le evitó servir como soldado en la Gran Guerra, pero no por ello dejó de sufrir y padecer los resultados de ésta. Uno de sus hermanos llegó a estar preso de los franceses durante cinco años, hecho que siempre recordó con amargura el tercer hijo varón del patriarca Goebbels.
Su triunfo en la universidad acabó reportándole el título de doctor, pero a pesar de su preparación académica la situación del país hacía que su vida fuera casi la de un errante sin presente ni futuro. Goebbels, como muchos otros jóvenes alemanes de su época, acabó por creer en las teorías antisemitas de destacados autores del género, como Houston Chamberlain, protagonista de numerosos escritos contra los judíos, entre ellos Los Fundamentos del siglo XIX, obra que parece dejó huella en el joven Goebbels.
Una vez que ingresó en el NSDAP (partido nacional socialista) en 1925, se consagró de lleno a su labor para contribuir por entero al servicio de su particular visión del mundo. Para él, la cuestión social debía resolverse por la vía nacional. Es decir, creía en un socialismo alemán, no internacionalista, y claramente revolucionario. Su objetivo siempre fue atraer al partido a los pequeños burgueses y a los trabajadores, y siempre odio por igual al capitalismo como al bolchevismo. En un principio, él era partidario de primar la cuestión socialista frente a los partidarios en el NSDAP de hacer valer como opción principal la idea nacional. Él mismo se había declarado en ocasiones como un «comunista alemán», defendiendo el bolchevismo siempre que no tuviera un componente internacional, al cual identificaba con el judío. Hitler, por el contrario, se acercaba más a lo que podría denominarse pensamiento burgués, hecho que se alejaba bastante de las ideas políticas preconcebidas por el novato Goebbels.
Una vez que alcanzó la confianza en el partido, Goebbels fue enviado a la capital, Berlín, para hacer del NSDAP un movimiento político fuerte. A pesar de las dificultades, Goebbels consiguió hacerse respetar en la ciudad y pronto cobró protagonismo su figura. En 1928 consiguió acta de diputado, y a partir de esta fecha su dedicación a la política no le abandonaría hasta su muerte en 1945.
El libro nos narra con una narrativa ágil y amena toda su trayectoria en el mundo de la alta política. Sus constantes luchas internas dentro del partido para hacerse con un hueco al lado de Hitler, algo que consiguió, manteniéndose siempre en el lugar adecuado cuando las crisis se sucedieron en el movimiento nacionalsocialista. Reuth, como no podría ser de otra forma, utiliza con profusión los diarios de nuestro protagonista para intentar mostrar la particular realidad del biografiado, escritos que no pueden ser dejados de lado a la hora de analizar la figura de Goebbels. Son nada más y nada menos que once los capítulos que el autor nos muestra hasta que se sitúa en el año 1939, fecha del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La importancia de Goebbels en la trama política que llevó al nazismo al poder fue casi tan importante como su destacado papel durante la guerra, de ahí que el historiador alemán haya querido darle su importancia en el contexto global de la obra. Es muy conocida, o al menos para el lector aficionado al tema, la trayectoria de Goebbels durante la contienda, pero menos su actuación durante los años de preguerra. Es en este punto donde el libro de Reuth destaca sobremanera. Sorprende algunas de las afirmaciones del autor, mostrando a un Goebbels como una persona muy dubitativa, no tan seguro de sí mismo como se ha querido mostrar en más de una ocasión, y al final, yo diría que hasta más radical sí cabe que Adolf Hitler. Partidario de esclavizar a los pueblos conquistados en el Este, se alinearía en este aspecto con los Goering, Himmler, Bormann, etc.. Cuanto mayores eran los reveses contra Alemania, mayor era su fe en el inquebrantable e inefable Adolf Hitler, personaje al que siempre le mostró una fidelidad a prueba de bombas. De él se puede decir, pues así ocurrió, que no abandonó al Führer hasta la muerte de éste, acontecida el 30 de abril de 1945. Al día siguiente, el propio Goebbels y su mujer Magda, una radical nazi como su marido, acabaron suicidándose, no sin antes asesinar a sus propios hijos con cianuro.
El libro, a pesar de su volumen, se deja leer con cierta soltura, y al contrario de lo que pueda parecer, el lector no ávido en el tema puede leerlo sin ninguna dificultad. La tipografía del mismo, de un tamaño considerable, también contribuye a que la lectura no se haga pesada, además el ritmo narrativo va in crescendo conforme se va avanzando. Yo, me atrevería a recomendar este libro hasta a los no aficionados al tema, seguro que no les va a defraudar.
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Tomo nota; gracias, David, por la reseña, muy ilustrativa. Tengo la recentísima, y más breve, biografía de Toby Thacker de Ariel, a la que pronto también le hincaré el diente.
Gracias David por la reseña. Lo compré el año pasado. Tengo bastante interés en leerlo. ¿Tienes pensado leer el de Thacker? ¿Algo no te ha gustado o te ha dejado con intriga o con ganas de aclarar?
1) En cuanto a la primera pregunta no descarto leer la biografía de Thacker, al fin y al cabo será el estudio sobre Goebbels de más reciente publicación. Me gustaría saber qué enfoque nos ofrece el historiador británico Boby Thacker. Además, si no recuerdo mal, creo que esta última mencionada no llega a las 400 páginas.
2) La verdad es que la biografía me ha encantado, al principio, cuando empecé a leerla parecía no encontrar nada nuevo que no hubiese leído, pero conforme te vas metiendo en el personaje vas encontrando pequeños detalles que no dejan de sorprenderte. Por ejemplo, he llegado a la conclusión de que Goebbels era, si cabe, más radical que el propio Hitler. Su antibolchevismo y a la vez anticapitalismo le acompañaron prácticamente hasta su muerte; él sí era un revolucionario, más cercano al posicionamiento de George Strasser, o del propio Röhm de lo que él mismo pudiera imaginar. A pesar de que al final optó por alinearse con Hitler, nunca le abandonó ese punto radical totalmente alejado de cualquier acercamiento a todo lo que oliera a burgués. Aunque uno pueda pensar que una vez en el poder hizo ostentación de riqueza, no era ni por asomo parecido a Goering, por poner un ejemplo, siempre le quedó un poso revolucionario que sólo era frenado por la decisión suprema de su adorado Führer. Otro de los aspectos sobre Goebbels que me ha permitido conocer esta obra ha sido la de su extremada personalidad dubitativa. Al contrario de lo que yo pensaba, no era un personaje tan seguro de sí mismo como quería aparentar, tal vez su defecto físico hizo más mella en él de lo que pensamos. Siempre se mostró fiel a Hitler, pero dudó en numerosas ocasiones de los pasos que este último daba, aunque al final, para contener sus propios miedos interiores, apostaba por seguirle incondicionalmente. Él debía creer en algo superior que le permitiera mantener la esperanza. Podríamos hablar aquí claramente de una sustitución de su anterior y acérrimo catolicismo por la de un nuevo Dios: Adolf Hitler. En fin, la verdad es que creo haber conseguido un buen conocimiento de la figura de Goebbels, además a mí me interesaba mucho su actuación de preguerra y creo que en este aspecto Reuth consigue hacer un gran trabajo.
Un saludo.
Ahora es cuando entran ganas de leer el libro de Reuth…