Foro de Hislibris

Escenas en el mar de Kitano. Un maestro del silencio. Poco importa que los protagonistas seas sordos. Kitano siempre ha sido un maestro del silencio y todo lo que él nos dice. Y luego las clásicas pallasadas que Kitano "obliga" a hacer a sus secundarios le dan ese toque a sus películas. Eso sí, el paso de los años le da un toque ya un tanto viejuno.

Los violentos años veinte (1939)

Un repaso a buena parte del primer tercio de la historia de Estados Unidos en el siglo XX: la PGM, los locos años veinte, la Ley Seca, la Gran Depresión... James Cagney está soberbio

Si se observa bien el cartel, y los títulos de crédito al comienzo de la película, Cagney y Priscilla Lane tiene los nombres más grandes, mientras que Bogart es una estrella emergente y todavía aparece en pequeñito, a un lado.

Los pecadores (2025)

Música de blues del delta del Mississippi contra vampiros cantarines de folk irlandés.

Pues ayer tarde-no he, Ben-Hur en pantalla grande, en el cine Aribau.

Mi vejiga aguantó bien sus tres horas y media, y eso que hubo un breve intermedio. Se saltaron, eso sí, la obertura musical...

... y le canté las cuarenta a una pava que dejó que su móvil sonara un minuto (a todo volumen, claro) en la fila delante de la mía y se dedicó a mirar la pantalla como si estuviera en su casa. Por su culpa varios nos perdimos el momento en que Plato le dice a Judá que vaya con cuidado, que ya no le protege su padre adoptivo romano.

Qué cansinos con los móviles en el cine. Yo es que no lo entiendo, no sé para que pagas una entrada para después ver el móvil en el cine todo el rato. Para eso quédate en casa, que te saldrá más barato. A mi también me molesta mucho lo de la gente con los móviles mientras está la película. Yo lo tengo en silencio, en el bolsillo, y sí vibra, ya lo cogeré cuando acabe la sesión, que el mundo no se va a acabar porque lo coja unos minutos antes o después.

Ya no es un tema cultural, sino de tener educación o no. Y desde luego no la tienen. Estamos tan digitalizados que seguro que tenemos tiempo antes para silenciarlo.

Bohemian Rapsody (2028)

De nuevo, volviendo a visitar a Su Majestad

Este fin de semana ha tocado sesión doble de Sorrentino, aprovechando su estreno en Movistar, vi Parthenope, una película en la que la protagonista es la ciudad de Nápoles, con unos planos espectaculares de la ciudad, y de su luz, tanto diurna como nocturna, y que viene muy bien para aquellos que somos turistas de pantalla
He leído por ahí que es una película con pretensiones y que Sorrentino se pasa en la intensidad de su esnobismo, pero yo no no le vi ninguno de esos problemas.
Y ya que estaba, volví a repasar Silvio y los Otros, una visión del moderno Craso italiano, salvando las distancias, en sus postrimerías políticas, donde todavía daba rienda suelta a sus excesos, y pretendía seguir controlando a la derecha italiana.
Pues eso, entretenido que ha estado uno

The Apprentice; la famosa película sobre los inicios de Trump en el negocio inmobiliario neoyorquino. Es interesante, sobre todo por que refleja esa Nueva York, azotada por la crisis del petróleo, y por la pobreza urbana de los ochenta, y cómo se introdujo el amigo Donald en los círculos inmobiliarios de la ciudad que, posteriormente, resurgiría gracias a la recuperación de las finanzas (sobre todo debido a una ingeniería fiscal "amigable") y a la disminución de la delincuencia y la pobreza, para hacerse famosa como la ciudad de la moda, el lujo y el postureo. Algo de eso ya nos había mostrado el cine con Wall Street de Stone o El Lobo de Wall Street de Scorsese; pero el morbo de esta cinta viene por mostrar el pasado de uno de los protagonistas de aquella época, que ahora es el polémico presidente de los EEUU.
Sebastian Stan hace una buena interpretación de Trump en sus años mozos, pero para mi, el personaje más fascinante es Roy Cohn, interpretado por Jeremy Strong, y sus tres famosas reglas:
Primero: atacar siempre, y sin descanso.
Segundo: no admitir nunca los errores.
Y tercera, proclamarte siempre victorioso, incluso si en la derrota.
Pues eso, una película que no tuvo mucho predicamento, pero que, a día de hoy, es muy recomendable...sobre todo para entender qué clase de personaje tenemos en la Casa Blanca.

Es una película excelente. La escena en que Trump le regala unos gemelos a Roy Cohn es la que mejor retrata la figura del, por desgracia, presidente de los EEUU.