Re: Sangre y cenizas - Vera Miles (largo)
Publicado: Vie Dic 06, 2024 1:18 pm
El detective curioso en el incendio de Santander
Época: Santander, 1941
Forma:
“elegante despacho, magnífico periodista”: adjetivación abundante pero que cuadra con el estilo de la época, así que por ahora vamos bien.
Usa unas rayas más cortas de lo habitual y un espacio tras ellas: ‒ . No digo que sea incorrecto, no es lo habitual (y no quiero parecer el guardián de la ortodoxia rayil).
“Doctor Salzillo”: doctor Salzillo.
“Delegado del Gobierno”: delegado del Gobierno.
“Doña Aurora”: doña Aurora.
“minucioso registro del jardín”; “una minuciosa inspección del jardín”: lo repites en dos frases seguidas, un pequeño fallo en un texto tan bien escrito.
“Victor”: Víctor.
Estructura:
Narra en primera persona, aunque en ciertas partes pasa a tercera persona (declaración de Leocadia Robles) casi sin avisar.
Clásica estructura en presentación, con cantidad de personajes, desarrollo y desenlace.
Personajes:
Samuel Buendía, detective y narrador;
Mario Viesgo, empresario;
Claudio Simón, periodista;
Sara, esposa de Mario, embarazada;
Violeta Sargadelos, amiga de Sara;
Emilio Pino, alcalde de Santander, histórico;
Maite Salas, actriz, amante de Mario;
Aquilino Suárez, farmaceútico;
Fulgencio Cuesta;
Comisario Villegas;
Leocadia Robles, ama de llaves;
Onésimo Ruiz, asistente de Mario;
Doña Aurora Pradollano, madre de Mario;
Prudencia Antía, vecina;
Julia Fernández Antía, joven novelista;
Valerio Pinto, conseguidor de armas;
Amalia, exmujer del detective;
Doctor Luna, forense;
Tema / Trama:
Un detective de estos medio cínicos investiga la desaparición de la mujer de un constructor por encargo de su marido, cuando es asesinado (el marido). El detective sigue con la investigación, y entonces Santander comienza a arder.
Comentario final:
Comienza como la clásica, típica y tópica historia del detective cínico. Un buen fresco de personajes que se van desplegando, prestos a jugar la partida de ajedrez detectivesca (o un Cluedo), ver sección de personajes. El problema de los personajes, estando todo el relato bien organizado, es que parecen un poco personajes de Cluedo, puestos allí para que el caso se resuelva.
Hay una cosa que me chirría un poco: “dadas las circunstancias, concluí que no tenía otra opción que tratar de resolver aquel crimen.” El muerto le había pagado y bastante, otro más cínico se hubiera quedado con la pasta y no se hubiera metido en líos.
“Si hubiera estado en mi sano juicio”: dice el detective, y esta frase me intriga.
El relato navega bien por el género de detectives hasta que llega el desenlace. El problema que le veo es que es flojo. Todo va cayendo por su peso, no hay sorpresa, no hay giro. Vale que hay que dejar pistas, pero este es muy obvio. La idea de enlazar con el incendio de Santander es buena, pero está ejecutada de forma floja, da para más. Y la esposa embarazada que vuelve como si tal cosa, no sé, algo más de pasión. O la novelista que no consuma con su amor platónico. Creo que iba bien planteado, a pesar del problema comentado de los personajes, muchos y poco dibujados la mayoría, pero el final es exangüe. Me ha dejado poco sabor, poco regusto, pocas ganas de releerlo, a pesar de ser un texto MUY BIEN ESCRITO, muy bien armado y con posibilidades. yo me pensaría reescribirlo. Me ha gustado sin encantarme, Vera Miles.
PD: Y además hay poco erotismo (no hablo de sexo explícito), me explico: El personaje de Mario tiene muchas amantes, en todo ese tinglado es más verosímil que hay dos o tres líos que compliquen el cotarro. Se me haría más plausible que Fulgencio estuviera enamorado de Sara, que Maite Salas fuera una prostituta encubierta y se insinuara al detective, no sé, algo más retorcido. Y pensándolo, por muy malo que sea un hijo, una madre no lo mata salvo para proteger a otros hijos, es antinatural, va contra la inversión que hace la especie (en mi opinión).
Época: Santander, 1941
Forma:
“elegante despacho, magnífico periodista”: adjetivación abundante pero que cuadra con el estilo de la época, así que por ahora vamos bien.
Usa unas rayas más cortas de lo habitual y un espacio tras ellas: ‒ . No digo que sea incorrecto, no es lo habitual (y no quiero parecer el guardián de la ortodoxia rayil).
“Doctor Salzillo”: doctor Salzillo.
“Delegado del Gobierno”: delegado del Gobierno.
“Doña Aurora”: doña Aurora.
“minucioso registro del jardín”; “una minuciosa inspección del jardín”: lo repites en dos frases seguidas, un pequeño fallo en un texto tan bien escrito.
“Victor”: Víctor.
Estructura:
Narra en primera persona, aunque en ciertas partes pasa a tercera persona (declaración de Leocadia Robles) casi sin avisar.
Clásica estructura en presentación, con cantidad de personajes, desarrollo y desenlace.
Personajes:
Samuel Buendía, detective y narrador;
Mario Viesgo, empresario;
Claudio Simón, periodista;
Sara, esposa de Mario, embarazada;
Violeta Sargadelos, amiga de Sara;
Emilio Pino, alcalde de Santander, histórico;
Maite Salas, actriz, amante de Mario;
Aquilino Suárez, farmaceútico;
Fulgencio Cuesta;
Comisario Villegas;
Leocadia Robles, ama de llaves;
Onésimo Ruiz, asistente de Mario;
Doña Aurora Pradollano, madre de Mario;
Prudencia Antía, vecina;
Julia Fernández Antía, joven novelista;
Valerio Pinto, conseguidor de armas;
Amalia, exmujer del detective;
Doctor Luna, forense;
Tema / Trama:
Un detective de estos medio cínicos investiga la desaparición de la mujer de un constructor por encargo de su marido, cuando es asesinado (el marido). El detective sigue con la investigación, y entonces Santander comienza a arder.
Comentario final:
Comienza como la clásica, típica y tópica historia del detective cínico. Un buen fresco de personajes que se van desplegando, prestos a jugar la partida de ajedrez detectivesca (o un Cluedo), ver sección de personajes. El problema de los personajes, estando todo el relato bien organizado, es que parecen un poco personajes de Cluedo, puestos allí para que el caso se resuelva.
Hay una cosa que me chirría un poco: “dadas las circunstancias, concluí que no tenía otra opción que tratar de resolver aquel crimen.” El muerto le había pagado y bastante, otro más cínico se hubiera quedado con la pasta y no se hubiera metido en líos.
“Si hubiera estado en mi sano juicio”: dice el detective, y esta frase me intriga.
El relato navega bien por el género de detectives hasta que llega el desenlace. El problema que le veo es que es flojo. Todo va cayendo por su peso, no hay sorpresa, no hay giro. Vale que hay que dejar pistas, pero este es muy obvio. La idea de enlazar con el incendio de Santander es buena, pero está ejecutada de forma floja, da para más. Y la esposa embarazada que vuelve como si tal cosa, no sé, algo más de pasión. O la novelista que no consuma con su amor platónico. Creo que iba bien planteado, a pesar del problema comentado de los personajes, muchos y poco dibujados la mayoría, pero el final es exangüe. Me ha dejado poco sabor, poco regusto, pocas ganas de releerlo, a pesar de ser un texto MUY BIEN ESCRITO, muy bien armado y con posibilidades. yo me pensaría reescribirlo. Me ha gustado sin encantarme, Vera Miles.
PD: Y además hay poco erotismo (no hablo de sexo explícito), me explico: El personaje de Mario tiene muchas amantes, en todo ese tinglado es más verosímil que hay dos o tres líos que compliquen el cotarro. Se me haría más plausible que Fulgencio estuviera enamorado de Sara, que Maite Salas fuera una prostituta encubierta y se insinuara al detective, no sé, algo más retorcido. Y pensándolo, por muy malo que sea un hijo, una madre no lo mata salvo para proteger a otros hijos, es antinatural, va contra la inversión que hace la especie (en mi opinión).