Foro de Hislibris

[Pero Lopez]

Época: Zaragoza, invasión napoleónica, s. XIX. Revuelta de los broqueleros, s. XVIII.

Forma: Frases muy largas: “La ciudad —comenzó la mujer— había amanecido salpicada de pasquines apremiando al intendente corregidor a bajar el precio del pan en el plazo de ocho días bajo la amenaza de quemar su casa. Dos jornadas antes de que concluyera el tiempo marcado, un creciente rumor en la plaza del Mercado se fue extendiendo por la calle Mayor hasta convertirse en tumulto en la Magdalena desde donde partió una manifestación hacia el palacio del gobernador.”
Lenguaje muy recargado para una anciana.


Estructura: Comienza con una descripción, un monólogo de una anciana, y ¡ya!.

Personajes: Parece que un soldado francés, una anciana.

Tema: El origen de los broqueleros de Zaragoza.

Comentario final: Relato fallido. Parece sin terminar. Lo siento, no me ha gustado.
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“Pues has de saber, querido Sancho, que el lector es un pájaro etéreo, caprichoso e inconstante, y hay que atraerlo con miguitas de pan para que lea, y a veces, ni aun así”.

Autor, valoro tu esfuerzo. Mis opiniones son mías, y por tanto, subjetivas.

[ilona]

Después de leer tu relato por tercera vez, y ponerle mentalmente las comas que te has dejado por el camino, no acabo de comprender quién es el hombre de la escarapela, qué hace en casa de la anciana, por qué los broqueleros defendían al intendente corregidor, a los comerciantes o a Castelar si el pan había de subir también para ellos. ¿Tanto amor tenían al rey? No sé, me parece que un poco más de texto lo habría aclarado.

[NoCantesLaRosa]

No me convence ni la historia ni el estilo. Un relato corto que se me hizo un poquitín largo para lo que se quería contar.

[Ricardo Corazón de León]

Ánimo, autor o autora. La unanimidad generalizada respecto a las áreas de mejora de tu texto puede servirte de ayuda de cara a la próxima edición del concurso, donde espero que haya algún relato tuyo. Gracias por permitirme leer este.
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¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo. M. Brickman.