EL SITIO DE KRISHNAPUR – J. G. Farrell

EL SITIO DE KRISHNAPUR - J. G. FarrellJames Gordon Farrell (Liverpool, 1935-1979), novelista británico, de ascendencia irlandesa. Farrell es prncipalmente conocido por su narrativa histórica, principalmente por la Trilogía del Imperio (Troubles, The Siege of Krishnapur y The Singapore Grip), tres obras que tratan de las consecuencias políticas y humanas del dominio colonial británico. El sitio de Krishnapur fue acreedor, en 1973, del prestigioso premio Booker. Nacido en familia de ascendencia irlandesa, fue a la escuela en Lancashire. En el 56 fue a estudiar a Oxford, y en esa época contrajo la polio. Los sufrimientos y tensiones de esos años se vieron reflejados en una novela, The Lung. Publicó su primera obra en 1963, y a partir de ese momento le siguieron varias narraciones de un nivel más bien mediano, hasta que su mejor momento le llegó con la Trilogía del Imperio. En su última novela, The Hill Station, que quedó sin terminar, truncada por su prematura muerte, desarrolla uno de los personajes de El sitio de Krishnapur, el doctor McNab, con lo que podría considerarse como una cuarta entrega del Imperio. En el 79, Farrell se instaló cerca de Cork (Irlanda), y meses más tarde se ahogó mientras pescaba en Bantry Bay.

En la obra que nos ocupa, el autor recrea «Krishnapur», una imaginaria ciudad al norte de la India, gobernada por la poderosa Compañía de las Indias Orientales, en la época en que comienza la rebelión de los cipayos.

El autor toma sus datos de los hechos reales ocurridos en otras ciudades, consiguiendo un relato absolutamente verosímil. La mayor parte del relato se centra en el interior del recinto donde se encuentran los sitiados, y en las reacciones de los protagonistas, que son similares a las de cualquier otra situación de asedio, con los agravantes de un clima demoledor, para personas no nativas.

De la mano de unos recién llegados a la India, el joven George Fleury y su hermana Miriam, nos introduce el autor en medio de un mundo cerrado: el de la colonia británica, es decir, la población civil, administrativa y militar británica en una India que empieza a manifestar algunas «discrepancias» con el dominio extranjero. Y se despliega una amplia descripción de tipos sociales, muy victorianos, desde el Padre Hampton, anglicano, fanático militante; el Padre O`Hara, representante de la minoría católica; Hopkins, el Recaudador (The Collector), supremo representante de la todopoderosa Compañía de Indias, verdadera gobernadora de la India hasta el momento, el Magistrado Willoughby, los dos médicos: Dunstaple y McNab, ambos enzarzados en una eterna competición con métodos contrapuestos, el teniente Harry Dunstaple y su hermana Louise hijos del doctor, como principales protagonistas de la narración, y otros personajes secundarios muy ilustrativos, como Hari, el hijo «europeizado» del maharajá, Lucy Hughes, la «chica mala», joven británica seducida y con intentos suicidas, el comandante Hogan, el General, etc.

El tono general de la obra es satírico. Es decir, que desarrolla un drama en tono de comedia, o quizás se podría decir que contrasta la «comedia humana» dentro del circuito cerrado de la sociedad colonial, en un primer momento, y después en el circuito que representa el grupo humano encerrado en la Residencia del Recaudador, soportando el asedio del ejército cipayo. Los cipayos representan el mundo exterior, hostil, ajeno, y no tienen cabeza visible, es decir, no hay personajes que los encarnen. Son el enemigo traicionero. En el mismo sentido que en la película Pulp Fiction, Travolta y Jackson se entretienen en largas conversaciones sobre diversos temas, mientras están encañonando a alguna víctima o acaban de matarla, en esta novela, los personajes centrales llevan a cabo meditaciones o discusiones teóricas, científicas o teológicas, complicadísimas, a la par que cavan sepulturas para sus muertos, disparan un cañón o cargan sus rifles, u organizan una batida contra el enemigo. Asimismo, nos trae ecos de algunas escenas oníricas de El ángel exterminador, la simbólica película del gran Buñuel.

Así, somos partícipes de las preocupaciones poéticas y amorosas del joven Fleury, sus intentos de acercamiento a una Louise distante, a la par que sus feroces discusiones con el Padre sobre la existencia de Dios y sus designios, las disquisiciones de Hari sobre la fotografía mientras el calor le derrite a Fleury hasta los pensamientos y se produce el primer ataque al acantonamiento; las discusiones de Louise y Miriam acerca de la «maldad» de Lucy y el supuesto peligro de tenerla entre ellas; las verdaderas batallas teóricas entre el doctor Dunstaple, enloquecido defensor de métodos anticuados y nada efectivos, y el Doctor McNabb, tranquilo y posicionado en los métodos de vanguardia; las pesadísimas peroratas de Hopkins, el Recaudador, ardoroso defensor y propagandista del progreso victoriano y de la Exposición Universal; Willoughby el magistrado, un cínico, cuya obsesión es la Frenología y está más pendiente de los cráneos de cada uno que del racionamiento o la defensa del sitio.

En esta situación, «cada loco con su tema», podría decirse, todos a los que hemos conocido en Calcuta en fiestas y meriendas campestres, manteniendo las formalidades de la sociedad victoriana, van evolucionando en sus posiciones obligados por la necesidad y la desgracia, las enfermedades, el hambre, el acoso de los insectos, el terrible clima de la India, etc.

Unos hacia un cambio en sus puntos de vista: Fleury respecto a la poesía, por ejemplo, a la que casi olvida concentrado en su aprendizaje de guerra, el Recaudador olvidando su Progreso y comiendo escarabajos, mientras suspira excitado ante la visión de la habitación donde están confinadas las damas, cual harén persa, en paños menores y sudorosas; Harry enamorado de la demoníaca Lucy, y esa imagen absolutamente alucinante en la que él y Fleury limpian de escarabajos el cuerpo de la desvanecida Lucy.

Otros insisten en más de lo mismo: el desvarío del Padre y su obsesión por demostrar la existencia de Dios y la maldad del Progreso, el pobre Magistrado, desbordado a la hora de organizar la subasta de bienes o su racionamiento equitativo.

En otros momentos, son las situaciones dramáticas o hilarantes, las que merecen la atención, por encima de los propios personajes: la lucha final, sala por sala, antes de que llegue el soñado regimiento que los salve; la lluvia deseada durante semanas y que en poco tiempo arrambla con los muros defensivos, de barro; la lucha por los cadáveres entre los perros y las hienas; los ataques de las hormigas blancas y las nubes de abejorros que les invaden; la macabra y a la vez absurda escena del enterramiento de los tres cadáveres, donde uno de ellos es católico y debe ocuparse el Padre O’Hara , pero no hay quien consiga distinguir un cadáver de otro…mientras discuten, pala en mano, sobre el Progreso y la Existencia de Dios; la subasta de los alimentos, donde nadie tiene dinero para pagar pero se manejan cantidades exorbitantes a cuenta de las pagas futuras.

En fin, una obra a mi juicio muy interesante por la manera de plantearla, y muy atractiva en cuanto a que es un relato que atrapa desde el primer momento, ya que aúna acción y reflexión. Aventura y crítica social demoledora.

Ariodante
Jávea. Agosto, 2009

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30 comentarios en “EL SITIO DE KRISHNAPUR – J. G. Farrell

  1. Rodrigo dice:

    El tema de la novela es interesante, Ario. Me ha llamado la atención el modo en que el autor encara la confrontación entre dos mundos opuestos, británicos e indios, dejando en la sombra a estos últimos, dando el efecto de una amenaza que se cierne desde lo desconocido o diferente. Puesto que, según dices, el tono de la obra es satírico y en ella hay una crítica social demoledora, entiendo que no hay intención de hacer, digamos, una apología de lo inglés ni de su empresa colonizadora. ¿Es así, o me equivoco? Por supuesto que al hacerte la pregunta tengo en mente la novela de Paul Scott, La joya de la corona>/i>, en que el autor se decanta derechamente por la crítica del imperialismo y del anglocentrismo. Por otra parte, ¿qué predomina, la sátira o el tono de comedia?

    A propósito, noto un par de coincidencias con dicha novela: un personaje de nombre Hari, europeizado más encima (como el Hari Kumar de Scott); una chica que ha sido seducida (según parece, un motivo recurrente en novelas inglesas de tema colonial).

    Los diálogos, que abundan y son complejos como señalas, ¿te parecieron naturales o bien forzados, artificiales? ¿Qué hay de los personajes? ¿No te resultaron estereotipados?

    Buena reseña, Ariodante.

  2. ARIODANTE dice:

    Gracias, Rodri; siempre al tanto. Pues si, el tono es satírico, pero al fin y al cabo, es británico y los trata con cierto cariño, aunque a unos más que a otros. Y sí, hay un cierto parecido con otras novelas coloniales, pero me temo que ahi todas tienen por base la misma realidad, y esos hechos ocurrirían demasiadas veces, a juzgar por las veces que son aludidos o mostrados en las novelas.
    Algunos diálogos son un poquito forzados, pero exactamente en el mismo sentido que en Pulp Fiction. Pero uno los lee con naturalidad porque están dentro del clima general de la novela.
    Si, los personajes, al menos algunos, son un cierto estereotipo, digamos que simbolizan posiciones. Pero no emplearía la palabra «estereotipado» en su uso habitual, generalmente negativo. En las sátiras o los esperpentos, los personajes son necesariamente estereotipados.

  3. Rodrigo dice:

    Según esto no pinta mal, la novela. La tendré en cuenta.

    Gracias por la respuesta, Ario.

  4. juanrio dice:

    Yo no pude con ésta novela, lo confieso. Ha sido el penúltimo libro que he dejado a medias, no conseguí meterme en la historia en ningún momento, puede que se deba a que me esperaba otra cosa y no una sátira. En fin, que no nos puede gustar todo y que con lo que no puedo no hago más esfuerzos….

  5. Urogallo dice:

    Yo la leí hace un montón de años, y me resultó una experiencia extrañísima. Igual que Juanrio no terminé de captar que el tono fuese satírico, y esperándo algo más épico, no terminaba de meterme en la trama. No obstante me resultó un libro interesante ( A la fuerza ahorcan, que entonces no tenía acceso a tantas lecturas).

    De todas formas para mí el mundo de los cipayos también era una bruma espesa e incomprensible, por que en aquellos tiempos pre-internéticos, lo de cipayo me sonaba a pelis de Rock Hudson, y nada sabía de aquella rebelión. Así pués, leí la novela, aislándo todavía más a los protagonistas, que no solo estaban aislados en medio de los huestes hostiles, si no también de mi no menos hostil ignorancia respecto a la historía de la india.

    ( Que tampoco ha mejorado tanto).

  6. akawi dice:

    A pesar de la buena reseña que nos hace Ariodante, creo que no leeré este libro, primero porque las novelas fantásticas no me acaban de gustar, prefiero lo poco o lo mucho que se sepa de historia real.

    Por otro lado la parte asiática no me llama la atención, en estos momentos.

    Pero he de reconocer que la reseña es amplia, cotundente y Ariodante se nos hace transparente en su pasión por lo británico.

    Un abrazo zagala.

  7. ARIODANTE dice:

    Gracias, Akawi, guapa. Efectivamente, no damos abasto a todo lo que se publica, y es lo más natural que uno se especialice un poco. Porque cuanto más lees sobre algo, llegas a conocer un poco de un tema. De lo demás, no está mal leer, y hay que picotear para descubrir nuevos campos, pero es lógico que cada uno siga su propia senda. Es transparente mi britanismo, pero ojo, el mío es un britanismo nonagentista (si existe este palabro), a mi lo que me gusta es el siglo XIX, que es una época muy atrayente. El siglo XX británico lo considero bastante anodino, salvo su intervención en la II guerra y como mucho, el periodo Bloomsbury. Después, una vez perdido el imperio, se han convertido en muy poca cosa, pobrecitos. Siguen teniendo los mejores tés y las mejores mermeladas y unos castillos muy bien conservados. Pero el personal de a pie ha dejado de interesarme. Y esa obsesión por llevar la contraria a Europa y conducir por el lado equivocado de las calles me saca de quicio.

  8. Urogallo dice:

    Hombre, bien conservados por que los han comprado millonarios américanos…

  9. ARIODANTE dice:

    Jajaja! ¿Te acuerdas, Uro, de aquella peli creo que de Rene Clair, «El fantasma va al Oeste»?, Que se llevan un castillo a América con fantasma incluido? Era muy divertida…

  10. Urogallo dice:

    No, pero recuerdo un comic de el Pato Donald con el mismo argumento.

  11. ARIODANTE dice:

    Bueno…no creo que sea lo mismo, pero en fin…

  12. Urogallo dice:

    Claro que no era lo mismo, era mejor, puesto que el fantasma era un antepasado del Tio Gilito. Ante la exigencia de este para devolver el castillo a los páramos de Escocia, a donde pertenece, el Tío Gilito se excusa en el descomunal gasto.

    Te entiendo descendiente. A los Mac Pato nunca nos ha gustado gastar.

  13. ARIODANTE dice:

    ¡¡¡Que alguien más diga algooo!!!
    Tu no, Uro; ya has dicho suficiente…Jolín, te echaba de menos, pero parece que has vuelto con las pilas cargadas.

  14. Urogallo dice:

    Juash, juash, encima que yo me he leído el libro.

  15. Koenig dice:

    Buenos días.

    Razón tienes Ariodante, nos perdemos en hueras batallas y olvidamos lo principal.

    Pues aquí vengo a apoyar esta magnífica reseña de una «miembra» de la comunidad, muy esclarecedora, de un libro que me da cierto miedo porque no soy amigo de las disquisiciones fuera de la acción principal. (Y eso que conseguí acabar con los «Miserables», o tal vez es por eso). Pero si del humor satírico. Jesús que dudas.

    En fin, que me lo guardaré en la memoria por si, de pasada, como quien no quiere la cosa, en un tenderete de la calle o sobre el estante de una librería, me guiña un ojo. Así podré reconocerlo.

    Saaaludos.

  16. Ascanio dice:

    Dame un poquito de tiempo, Ario. Como siempre, llego tarde a todos lados, pero hoy la leeré despacito.

  17. ARIODANTE dice:

    Toodo el tiempo del mundo, guapísima!

  18. Valeria dice:

    Ario, ante esta obra coral con tantos personajes y tantos hilos argumentales, con esa mezcla de ambientes (la hora del té en la india colonial y un claustrofóbico asedio) y con esa mezcla que comentas de situaciones dramáticas e hilarantes, ironía y tragedia, me siento, por un lado, muy pequeña ante tus magníficas reflexiones, y por otro un poco avergonzada por reconocer esto, pero me parece esta lectura una empresa demasiado osada para afrontarla por mi parte en momentos de tan poco sosiego, como son los actuales . Y la verdad, querida, esos comentarios sobre los insectos no ayuda mucho. No hago otra cosa que ver la cara de Steve McQueen en «Papillón», merendando cucarachas, desde que te he leído.

    Sin embargo, por otro lado, me parecen temas muy atractivos los que se plantean. No te juraré que me haré con ella, pero me tienta por lo inquietante que me resulta.

  19. Valeria dice:

    Ario, tengo un comentario moderado. Ten paciencia.

  20. ARIODANTE dice:

    Valeria, chata, no estás oblgada a leerlo. Yo sólo reseño. Y además éste lo compré porque quise y lo reseñé porque idem.
    Pero mira: respecto al tema de los insectos, si yo, que tengo una insectofobia (=¿entomofobia?) galopante, he podido con él y no he tenido pesadillas, creo que tú también podrás superarlo. La clave está en el humor. Cuando los dos amigos han de limpiar el cuerpo de Lucy que estaba lleno de insectos pegados por el sudor, también le «limpian» de ropa y lo que descubren (son victorianos y mojigatos) les causa estupor (un delicioso estupor, jajaja) y eso ya te hace olvidar los bichos. Claro que pasé la página muy rápido, todo hay que decirlo…
    Papillón me ha producido verdaderas pesadillas, y las últimas veces que la vi ya me tapaba los ojos según qué escenas.
    Otra cosa es que no tengas tiempo. Déjalo para el verano. Las novelas sobre los climas tropicales hay que leerlas en verano, son más creíbles. Supongo.

  21. Valeria dice:

    Últimamente el tiempo es la más valiosa de mis posesiones, por escasa.

  22. Ascanio dice:

    Caramba, la reseña es estupenda pero el libro es una mijita raro, ¿no?
    No tenía ni idea de este autor, la verdad (supongo que, en parte, debido a su muerte prematura). Es frecuente ver cómo los escritores plasman en sus novelas sus propios sufrimientos físicos, como sucede en este caso con la polio, o como le sucedió a Somerset Maugham en su Servidumbre humana, en la que transformó su tartamudez en una cojera del protagonista.

    El libro que reseñas no sé si me recuerda a más a Pulp Fiction o a la escena del camarote de los hermanos Marx, la verdad. Tanta gente con tantas neuras… Me da la impresión de que son de esos libros que si se plasman en una película acaban dándote dolor de cabeza.

    Los otros dos libros de la trilogía, ¿los has leído? ¿Van de lo mismo y tienen a los mismos protagonistas?

    Antes de acabar quiero que sepas que me has asustado. Cuando he leído eso de la «Trilogía del Imperio» he pensado que estabas haciendo una reseña de «La guerra de las galaxias».

  23. ARIODANTE dice:

    Jajajaa! Ascanio, chata, ¡eres la repera! No es para tanto; yo me lo pasé bien leyéndolo. Si, en algunos momentos parecía el camarote de los Marx, jajaja! Pero mira que te ríes con los Marx…Yo me desternillo.
    El asunto está en descubrir a tiempo si el libro va en plan dramático o va de humor. Y éste va de humor muy fino, a la británica, que a veces no es muy comprendido por el personal que está acostumbrado a otros humores.
    Los otros libros de la trilogía, que yo sepa, no están traducidos ni editados en español.

  24. pepe dice:

    Valeria, Ariodante y aquellos que tengan un estómago sensible no deberían leer este artículo:

    http://elviajero.elpais.com/articulo/viajero/Platos/quitan/hipo/elppor/20091028elpepuvia_1/Tes

  25. ARIODANTE dice:

    Pepe, ¡¡¡provocadorrrr!!!! Claro que no lo leeré, por si acaso…

  26. Valeria dice:

    Pues entre huevas de merluza y esperma frío de pez globo no sé si habrá mucha diferencia, la verdad. Pero sigo pensando que demasiados insectos en una reseña puede provocar reacciones encontradas en el colectivo lector. A mí, personalmente, me causa más prevención la cita a una discusión sobre la frenología, o la mención a los ecos de la filmografía de Buñuel.

  27. Clío dice:

    Puag!, puag! y requetepuagggggg! (copy de Ascanio)

    Pepe, hijo, que cosas y a la hora de comer!

  28. pepe dice:

    Hombre, que las huevas de pescado son muy nutritivas no es nada nuevo por aquí. Sin embargo, que el esperma de pez (según opinión compartida por chinos y japoneses) es una «delicia culinaria con muchas propiedades para la salud», eso sí que es toda una novedad. Hay que tomarlo frío.

  29. Ascanio dice:

    Valeria, vete a tu reseña marinera que hay una tal Ascanio que te la está guarreando.

  30. Valeria dice:

    Eso piensa ella, pero se equivoca.

    (Pepe, ten cuidadín, que igual estos orientales cuando hablan de las propiedades para la salud quieren decir con propiedades afrodisíacas. Que ya sabes que son muy suyos. Toma de todo, pero con moderación).

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