EL PRIMER HOMBRE DE ROMA – Colleen McCullough

Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis porque todos los tontos se unen contra él. (Jonathan Swift)

Conozco tres clases de aficionados a la novela histórica: los que casi veneran a Colleen McCullough, los que la detestan y los que aún no la conocen. Para los primeros, la lectura de “El Primer Hombre de Roma” constituyó posiblemente un auténtico hallazgo, un feliz encuentro que los impulsó a leer inexorablemente (como si algún escondido resorte hubiese saltado al iniciar su lectura), las nada menos que 5.000 páginas que integran una de las más famosas y comentadas series de “novelas de romanos”. Los segundos naufragaron probablemente entre docenas de personajes, vertiginosos cambios de escenario, constantes digresiones explicativas y un rosario de acontecimientos históricos que parece no tener fin. Y los terceros… han vivido, con toda seguridad, en algún planeta lejano durante los últimos años.

Porque la serie de McCullough no suele dejar indiferente a ningún aficionado al género. Y aunque sólo sea por la magnitud de la empresa y por el titánico esfuerzo de la autora, su obra debe ser adecuadamente ponderada y, al menos, respetada. La serie no constituye, desde luego, una obra de referencia para interpretar la Historia de Roma, pese a que el lector perciba con frecuencia la sensación de estar leyendo una versión novelada de la monumental obra de Mommsen y pese a que algunos, desde una perspectiva tan subjetiva como hiperbólica, lo pretendan . No. La serie es, al fin y al cabo, narrativa y ficción. Pero, al mismo tiempo, es producto no sólo de un profundo conocimiento de las fuentes y de la historiografía republicanas, sino del loable empeño de la autora en respetar absolutamente la verdad de los acontecimientos. En realidad, McCullough propone al lector un ejercicio de prosopopeya, en el que aquéllos que fueron los protagonistas reales de la República cobran vida ante sus ojos, ofreciendo su rostro más humano, y aproximándolo a lo que pudieron ser (subráyese el carácter probabilístico) sus pasiones, sus ambiciones, sus sentimientos, sus frustraciones…

Y es que todo en “El Primer Hombre de Roma” fue real… o pudo serlo. Por eso, la novela adolece del mismo defecto que el de sus secuelas: es tan compleja como lo fue la mismísima realidad histórica que le sirve de escenario. Lejos de ofrecer un argumento más o menos lineal, aun con sus correspondientes ramificaciones, la autora construye un puzzle de infinitas piezas que a duras penas encajan…, del mismo modo que la realidad suele ser confusa, enmarañada e inabarcable. Y así, más que ante una obra coral o polifónica, el lector se encuentra ante una auténtica sinfonía politonal donde conviven, yuxtapuestas, prolijas aclaraciones sobre el origen y funcionamiento de las instituciones republicanas; intensos y enconados debates senatoriales; descripciones pormenorizadas de escaramuzas, batallas y campañas militares; encuentros, acuerdos y discursos en el Foro; frecuentes aproximaciones a las costumbres y creencias de la Roma republicana y de sus pueblos limítrofes; y todo ello aderezado con un despliegue casi impúdico de relaciones humanas y sociales entre los protagonistas tan complejas como lo fueron realmente las redes clientelares romanas. Naturalmente, el conjunto acaba por asustar al inocente lector que busca una sencilla historia con la que entretenerse durante algunos ratos de ocio…

Pero, pese a la superposición de elementos, “El Primer Hombre de Roma” no es, en absoluto, una obra caótica ni una mera exposición de acontecimientos. Muy al contrario, McCullough logra envolver al lector capaz de vencer las inercias iniciales en una aventura emocionante que lo cautiva hasta el final de sus casi 900 páginas y casi lo hipnotiza para los volúmenes siguientes de la serie. Porque no hay asepsia, ambigüedad ni frialdad calculada en la obra de la australiana, maestra, por otra parte, en urdir tramas de corte romántico. Aun sin declararlo explícitamente la autora toma partido, casi desde la primera página, por el bando de los políticos “populares” durante la Crisis de la República. Y de hecho, el anómalo “cursus honorum” de Cayo Mario, uno de sus más insignes representantes en la generación anterior a la de César, y su creciente rivalidad con Lucio Cornelio Sila, su futuro encarnizado enemigo, es el eje vertebrador de la novela.

En la identificación emocional con uno de los bandos habita precisamente el alma de “El Primer Hombre de Roma” y de sus continuaciones. Si la novela merece tal nombre es exactamente por la capacidad que demuestra para embaucar sentimentalmente al lector, predisponiéndolo hacia la figura del insigne arpinata, de su causa política y de sus ambiciones personales. De la mano de McCullough el lector se involucra en el ascenso social y político de Mario, y acaba identificándose con su carrera hasta la consecución del glorioso destino anunciado por Marta (la pitonisa de origen sirio que predijo al general sus siete consulados), decantándose rápidamente a su favor e incrementando, a medida que avanza la lectura, la aversión hacia sus enemigos. Y una empatía similar hacia el mismo bando, pronto representado en la figura de César, embarga al lector a lo largo de toda la serie, que en este caso y muy apropiadamente cabría denominar “saga”.

Pero como suele ser habitual, en las virtudes residen agazapados los defectos. Y el riesgo –literario e histórico- de un planteamiento semejante es, sin duda, el maniqueísmo. De hecho, el carácter promariano y procesarista de la obra es, aunque disimulado, tan innegable como su latente animadversión hacia los “optimates”, especialmente hacia Sila, Catón, Pompeyo, el clan de los Metelo e incluso Cicerón. Sin embargo, tanto desde la perspectiva literaria como histórica, una interpretación parcial -¿partidista?- como la que McCullough propone es plenamente legítima, mucho más si nace desde el respeto a los hechos y a las fuentes, como es el caso.

La polarización de las opiniones tiñe de riesgo, al fin y al cabo, la tarea de valorar una obra como “El Primer Hombre de Roma” y la serie que inauguró, tanto por las discrepancias que puede suscitar una valoración concreta como por la dificultad de establecer un balance objetivo. Porque confieso encontrarme bastante más cerca de los admiradores que de los detractores. De hecho, no puedo sino recomendar encarecidamente la obra a los amantes de la Antigüedad, porque disfrutarán siguiendo la pista a Mario y, poco después, a su sobrino, el joven César, en una de las recreaciones más coloridas (¡y largas, desde luego!) que se hayan escrito jamás sobre uno de los periodos más fascinantes de la Historia.

[tags]Primer hombre Roma, Mario, Sila, Colleen McCullough[/tags]

Compra el libro
 

     

342 comentarios en “EL PRIMER HOMBRE DE ROMA – Colleen McCullough

  1. richar dice:

    Saludos Dustinthewind y bienvenido a Hislibris.

    Aún a expensas de lo que te pueda comentar Arauxo, yo te recomendaría ambos, empezando por cualquiera de los dos, el que más te apetezca o el que tengas más a mano. Eso sí, la obra de Colleen es de 6 tochos y el de Wilder es bastante ligerito, pero como entretenidos y bien escritos, ambos cumplen.

    Un saludo y ya nos contarás tu elección.

    Richar.

  2. Jerufa dice:

    Uno es novelado y otro epistolar. Cuidadito.

  3. richar dice:

    Bueno, vale, pero ambos son muy entretenidos. Que el «cuidadito» da un poco de miedo :-)

    Saludos,
    Richar.

  4. Arauxo dice:

    Querido Dustinthewind:

    No entiendo muy bien tu pregunta, porque no sé si te refieres a ambos autores, a la saga de Collin o a la obra de Wilder. Si te refieres a la saga de esta reseña, debes empezar por El Primer Hombre de Roma. Si te refieres a la obra de Wilder, debes tener en cuenta que, aunque escribió otras novelas (incluso de corte histórico, como La mujer de Andros que, por casualidad ando leyendo ahora), Wilder fue sobre todo dramaturgo. Por ello, si lo que quieres es leer una novela histórica, Los idus de marzo es, sin lugar a dudas, la mejor elección. Pero siempre teniendo en cuenta la advertencia de Jerufa: es una obra de género espistolar, en la que la novela se construye por superposición de cartas que se escriben y remiten unos personajes a otros. Y teniendo en cuenta, además, que Wilder -y así lo advierte en la primera página- no respetó escrupulosamente los hechos históricos. Pero, por encima de todo eso y si hablamos en términos estrictamente literarios, la obra de Wilder es un gran libro, muy superior a los de McCullough.

  5. richar dice:

    Pues lo que yo decía, los dos muy entretenidos…

  6. Arauxo dice:

    Eeeeeeezo é.

  7. Amiano Marcelino dice:

    Tras leer el debate apasionado que ha suscitado la «saga» de Collin Mccullough, que considero soberbia a pesar del partido que toma en su redaccion, me asalta una, de muchas, pregunta importantísima: ¿cuándo se editará la séptima parte ya publicada en el mercado anglosajón? ¿alguien lo sabe?

  8. jerufa dice:

    Yo creo que está publicada ya, ¿no, Arauxo?

  9. Amiano Marcelino dice:

    No sé si sera asi, como dices jerufa, pero no he hallado ninguna referencia al libro en castellano. Probablemente, además, yo pertenezca a los que veneran a Colleen, por lo que la continuación de «El Caballo de Octubre» ma ha chocado mucho. No parecía realmente interesada en seguir el hilo de la narración, aunque yo, si estuviera en mi mano, le rogaría encarecidamente con la masa de conocimientos que tiene en este momenot, que lo hiciera y cubriera la etapa relatada por Robert Graves en Yo, Claudio, y Claudio, el Dios. Mi impresión es que es una narradora extraordinaria, con capacidad de discernimiento y con una vasta erudición. Otra cosa es que tome su partido. Eso es totalmente lícito para un novlista, en tanto en cuanto no arruine los datos históricos, cosa que Colleen nunca hace, y cuando se aparta de un dato ofrece explicaciones satisfactorias. Hay que tener en cuanta, además, que Robert Graves sí novela los chismes de Suetonio y Tácito. Y me encantaria leer una versión diferente de la gran obra de Graves que, desde mi punto de vista, ha adolecido siempre de ese defecto (por mucho que el autor luego en la segunda parte se esmerase en ofrecer una extensa bibliografía de autores que había consultado). Dicho lo cual, creo que Colleen nunca llegara a tanto, más por sus propios intereses que por su capacidad real. En fin, al menos me conoformaré con el nuevo título si es que se edita pronto y es traducido debidamente, y no como el último, que arruina la misma narración de una autora extraordinaria. Saludos.

  10. Laurence dice:

    Pues mucho me temo pero en castellano no está publicada la última entrega de la saga. Yo la tuve en mis manos pero en inglés a principios de octubre de año que acaba de terminar. Y de hecho cuando pregunté en una librería para cuándo se esperaba la edición en español casi me toman por una loca porque decían que no se había publicado nada nuevo tras «El caballo de octubre». Hace unos días pregunté en mi librería habitual, al menos para saber si en los mentideros libreriles se rumoreaba quién tendría los derechos sobre la nueva novela, Planeta o Ediciones B, y futurible plazo de entrega. Pero no supieron darme certeza de nada. Al menos sí que piensan que si no uno u otro grupo editorial lo acabará publicando, pero me avisaron que como poco pasarían unos 8 meses desde su publicación en inglés. Habrá que esperar un poco…. con tal de que lo publiquen, claro¡¡

    Saludos.

  11. Incitatus dice:

    publicarla la publicarán y seguro que Planeta que es la misma que ha publicado las otras, que para algo es dinero seguro… SE ESPERA CON ANSIA

  12. Laurence dice:

    Humm…. sólo recuerda que la entrega de «El caballo de octubre» se publicó con Ediciones B, así que seguro que los derechos siguen correspondiendo a Planeta??. A mí me es indiferente con tal de que lo publiquen y que esta vez la traducción sea mejor. Porque sí…. sí que se espera con ansia. Yo confieso que tengo mono de la saga de Colleen.

    Saludos.

  13. Valeria dice:

    Eso, eso, que la traduzcan como Dios manda. Y que no se inventen un título nuevo. Me encanta que haya más hislibreños que se nieguen a utilizar el título «El caballo de César».

  14. Arauxo dice:

    Eso, eso. Que traduzcan la nueva como Dios manda y no como hicieron con El corcel de otoño.

  15. Amiano Marcelino dice:

    Compruebo con entera satisfacción que la saga de nuestra querida Colleen ha sido muy querida. Ciertamente hay muchos motivos para considerar la obra literaria sobre el final de la república como una de las grandes apuestas noveladas de la época. Y, siguiendo el hilo de los comentaristas, espero que, sea cual sea la editorial que al final la lance al mercado, lo haga con un respeto. «El caballo de octubre» no se aprecia con la misma eficacia que las demás por la torpe, ridícula y despreciable traducción. Su misma versión entorpece continuamente la lectura de la obra y no permite verla con los mismos ojos que, por ejemplo, «César», que personalmente me parece impecable. Espero ansiosamente que los traductores, si ya los hay, lean estos foros y tengan el respeto que merecemos para traducir la obra, y los lectores seamos quienes valoremos si esta a la altura o no de las demás. Ruego asimismo encarecidamente que si hay alguien que lea estos comentarios y sepa algo, por poco que sea, sobre la edición de la siguiente obra de Colleen tenga a bien comunicarlo. Lo espero con verdadero interés. Saludos.

  16. richar dice:

    Pues yo por mi parte he preguntado a Planeta a ver si saben algo. En cuanto tenga respuesta os digo… ansiosos, que sois unos ansiosos :-)

    Saludos,
    Richar.

  17. Laurence dice:

    Ahí Richar, ahí, con estilo y elegancia natural a la par que directa y contundente reacción … ¡¡preguntando directamente a la editorial!!

    Oye, y digo yo…. ya puestos a abusar…. ¿no se les puede preguntar también por «El Asirio» y «La estrella de sangre»?. Y… ¿quién decíamos que tenía los derechos sobre la saga de Benasur?? Aprovecha, aprovecha. Estoy convencida que más de uno/a te lo agradeceremos. E igual, con un tanto de suerte, si ven que hay interés…. quién sabe, quién sabe. (Esto va a ser que estoy exultante porque preguntando con mucho morro y a la desesperada he conseguido hoy una ayuda con la que jamás pensé que contaría, así que si eso ha pasado me creo que pueda pasar hasta que reediten esos libros que tantos anhelamos. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no? y por preguntar que no sea).

    Saludos.

  18. richar dice:

    Pues siento comunicar que en Planeta no tienen noticia alguna sobre el libro de McCullough, pero prometen informarme puntualmente si saben algo (son bien majetes).

    Los de Guild, ¿eran de Planeta también? ¿Y los de Benasur?

    Que yo por preguntar no pierdo nada…

    Un saludo,
    Richar.

  19. Urogallo dice:

    Sí, Guild era de planeta, y se re-editaron en la colección Best-Sellers Planeta.

  20. Arauxo dice:

    Y los de Benasur, también.

  21. Laurence dice:

    Uis, menudo pleno. Ánimo Richar, que ya son tuyos¡¡

  22. Urogallo dice:

    Bueno, estoy despachándo «Las mujeres de César» el último que me quedaba, y me parece que me he dejado el peor para el final. Es el más soso y aburrido de todos, sobre todo la parte de Catilina que me ha resultado soporifera.

    Encima, la elipsis respecto al periodo de César en España como Pro-Pretor me ha parecido insultante.

    Qué se le va a hacer.

  23. Amiano Marcelino dice:

    Hola, pues Urogallo, yo en eso, como en tantas cosas en la vida y con tantos puntos de vista, estoy en desacuerdo. A mi «Las mujeres de César» y «César», con el partidismo que despliega descaradamente la autora me parecen geniales: divertidos, amenos, eruditos, con una estupenda redacción (que la traducción de Planeta respetó). YO diría, incluso, que «César» es el mejor de la saga, y después «Las mujeres de Cesar». Aunque, en verdad, todos son tan buenos, que es dificil definir alguno de la colección como «malo», sino como «menos bueno». Creo sincéramente que Colleen ha desplegado tal esfuerzo personal que ha logrado su objetivo: conseguir emular a los grandes de la narrativa histórica, y rivalizar con autores como Pierr Grimal (Memorias de Agripina), Robert Graves (Yo, Claudio, Claudio el dios y su esposa Mesalina, El Conde Belisario), Gore Vidal (Juliano el Apóstata) o mi querida Mary Reanult con la mejor trilogía de Alejandro escrita nunca (Fuego del Paraíso, El muchacho persa y Juegos funerarios). YO empecé a leer de otra forma: descubrí «Las mujeres de César», después pasé a «César», «El Caballo de Octubre», y volví atrás, como una precuela, «El primer hombre de Roma», que estoy acabando (sencillamente genial), y después leere «La Corona de hierba» y «Favoritos de la Fortuna». De este modo, estare preparado para el siguiente volumen, que espero no sea el último y tengan a bien traducirlo pronto (y bien, por favor!). En cualquier caso, estamos ante una de las escritoras mas importantes en novela histórica de los últimos años y merece nuestro agradecimiento y un brindis porque siga escribiendo. Este tipo de personas hace de la lectura algo mas que una simple lectura: fascinan, entusiasman, nos hacen pensar, reflexionar. No deberian morirse. Pero la vida es asi, y Colleen ha dejado ya un legado para la historia de la narrativa histórica, eso para mi es un hecho indiscutible. Podemos discrepar de muchos puntos de las novleas, y todos serán legítimos, pero nunca de su erudición y de su rigor a la hora de escribir. ¡Ojalá escriba hasta la epoca julio-claudia y nos revele si puede superar (y yo creo que sí) al mismísimo Robert Graves. Saludos.

  24. jerufa dice:

    Desde luego, el esfuerzo de su obra bien lo merecería.
    Ese mérito es indudable.
    Yo he leído sólo el primero y si el resto es cuando menos, parecido en calidad, no puedo por menos que quitarme el sombrero ante tamaño esfuerzo narrativo.

  25. Urogallo dice:

    Vale por «César» pero no por las «Mújeres de César». En todo caso creo que ya le ha encontrado el «punto» narrativo a la historia.

  26. Amiano Marcelino dice:

    Respeto absoluta y totalmente tu opinión personal sobre «Las mujeres de César» Urogallo, pero en ese punto nos distanciamos. Yo disfruté muchísmo con esa parte de la obra: el personaje de Clodio me pareces asombroso, el perfil de Aurelia increible; Craso parece incluso palpable; Lúculo interesantisimo, y un largo etcétera. A mi me pareció perfectamente construida, animada, erudita. De todas formas, acepto tu interpretación. soy consciente del partidísmo que despliega Colleen sobre el personaje de César. Pero es muy creíble. En rigor, yo estoy convencido que César debió ser un personaje especial, un increíble estadista y un gran militar. No hay que olvdarlo nunca, y es factible interpretar un personaje histórico de tal calibre de la forma que lo hace la autora. De hecho, es uno de los mas grandes personajs de la Historia de Occidente, junto con Alejandro Magno o Napoléon. Asi que,aun con las desviaciones conscientes de narrativa que hace la autora, la obra queda enmarcada ya dentro de los grandes. Ya lo he dicho y lo defenderé siempre. Son novelas, pero pueden pasar por obras de investigación amena. En fin, no deseo aburrir a los foreros. Pero me encanta hablar de la obra, y es tan prolífica y se pueden discutir tantos puntos que daria para mil páginas. Un saludo.

  27. Urogallo dice:

    Pero si yo no he criticado su partidismo, solo que hay demasiados personajes, y la historia se regodea en detalles que retrasan la narración.

  28. Amiano Marcelino dice:

    Ya Urogallo, si te entiendo. Pero para ti «Las mujeres de Cesar» es la más floja, y para mi justo al contrario, es una de las partes más interesantes de su magna obra. Además, simplemente estamos departiendo de forma curiosa las diferentes perspectivas de las obras de Colleen. No pretendo nada mas quee eso. Simplemente resaltar en la medida de lo posible tan sobresaliente narración de una escritora cuyo sobreesfuerzo ha dado un fruto imperecedero para la literatura histórica. Supongo que yo estoy dentro de los que «veneran» a Colleen. Tampoco esta mal. Un saludito, y a ver si sabemos algo de la nueva novela, que se hará esperar, aunque no sé por qué…

  29. David dice:

    Hola a todos he leido los libros de esta saga y me parecieron muy buenos en realidad, me encanto como Colleen nos presento a Sila, particularmente este es mi personaje favorito, ni siquiera Cesar con todas sus perfecciones logra tener ese misterio que rodea Sila y a su vez con todos sus defectos humanos y debilidades… eso el q se pueda equivocar y cometer errores es lo que lo hace mas valioso a este personaje, igual q no siempre gane ( como cuando no pudo ser elegido pretor x culpa de Escauro) y el esfuerzo tan tremendo para obtener la corona de la hierba. En cambio Cesar es retratado con mucha perfeccion y arrogancia por lo cual entiendo el motivo por parte de la autora pero que no comparto del todo… Bueno en general recomiendo mucho esta saga aunq al principio cueste un poco leerla.

    Saludos

  30. glaudius dice:

    Hola, soy nuevo, he visto que utilizais nombres romano, la mayoria de los que admiro estan ya tomados, reclamo para mí el nombre de la famosa espada corta romana procedente ne nuestro pais (Hispania), creo que es un hilo conductor de todo un periodo historico, el mas largo que ha existido.

    Para mi una de las mejores series de novelas historicas que he leido.
    Los conocimientos que he adquirido sobre la republica romana me hacen un admirador de la misma, considerandola uno de los momentos historicos mas interesante. Me encanta leer sobre historia sea cual sea el libro e ir relacionando con lo que he leido anteriormente reconociendo errores, lugares personajers tratados de diferente forma, es fascinante. En el caso de esta serie terminé totalmente obsesionado como nunca me habia pasado, iba por la calle intentando reconocer los aspectos físcos de los personajes descritos, las formas politicas, las relaciones actuales, las mujeres influyentes, la inteligencia, etc.
    He llegado a leerme tres veces las serie, pues la pirmera me la lei desordenada, ( la descubri en una promocion de novela historica por semanas).
    Volví a fascinarme de nuevo escuchando por la radio al profesor de historia de instituto un tal Subirón, que tenia una colaboracion en la madrugada creo que en RNE.

    No volví a fascinarme otra vez hasta que callo en mis manos la serie de Peter Berling los hijos del grial, entonces nueva obsesión con la edad media.
    hoy he descubierto esta pag www, y la posibilidad de compartir esta afición.
    gracias a todos.

  31. Javi_LR dice:

    Bienvenido, Glaudius. Por lo que cuentas, creo que eres «carne de Hislibris», como todos nosotros. Así que siéntete como en casa.

    Por cierto, hablando de Souvirón, hace un par de días publicamos una reseña de un libro suyo. Te dejo el enlace por si lo quieres leer: ‘Hijos de Homero’, Bernardo Souvirón.

    Saludos

  32. glaudius dice:

    gracias Javi no recordaba el nombre de pila del profesor Souviron y no sabia como se escribía, a veces deseo desvelarme para escuchar algo de historia en la radio pero ultimamente no hay nada que merezca la pena, gracias a la radio descubrí muchas buenas novelas hiatoricas.
    En el caso de Souviron y sus explicaciones sobre el cursus honoris junto con la novela sobre la que ahora debatimos me hizo admirar la civilización romana, sobre todo la república. Cuantas cosas nos hace comprender viendo el panorama politico actual, por algo la civlilzación romana duró tanto y sus cesares eran considerados como dioses.

  33. Incitatus dice:

    Bienvenido Glaudius, un romano más siempre es bienvenido

  34. Aljavi dice:

    Soy un apasionado de las novelas historicas, y esta me esta dejando buen sabor de boca.

    Saludos

  35. Camelot dice:

    Siempre me gustaron las novelas históricas y cuando le eché mano al Primer Hombre de Roma no pude detenerme hasta conseguir la serie completa.

    Una novela que he leído repetidas veces con placer, me cautivó el vaiven de la serie a la jocosidad que brinda con escena vívidas y verosímiles.

    Por ejemplo, me viene a la mente ese delicioso intercambio entre Aurelia y su padre político Marco Aurelio Cota cuando éste le informa que tendrá que escoger marido (contrario a las costumbres), Aurelia queda tan consternada ante tal perspectiva que sólo atina a decir: «¡No es… no es romano!! -Es cierto -reponde Cota-. No es romano, es rutiliano»

    He leído los siguientes dos libros pero me falta tiempo últimamente para continuar con la empresa pero de seguro lo haré.

  36. ARKANTOS dice:

    Estoy en la mitad de Cesar, y no me acuerdo que se mencione la muerte de Craso en Carrhae o se mencione dicha campaña. Estoy en lo cierto?

  37. glaudius dice:

    si os quedais con la miel en los labios despues del caballo de octubre, os recomiendo» no digas que fue un sueño» de Terenxi Moix, sobre cleopatra.

  38. glaudius dice:

    tambien disfurté mucho con MEMORIAS DE CLEOPATRA DE Margaret George

  39. Espartako dice:

    ¿Saben algo del último libro de la serie?: Cesar y Cleopatra.
    En Argentina..¿Se puede conseguir?

    Recomiendo «La huida de Morgan»
    Como todo lo de Colleen, magnifico.

  40. Espartako dice:

    Corrijo, el nuevo libro que se publicó el año pasado en ingles se llama. «Antonio y Cleopatra»

  41. carcaba dice:

    Me sumo al consejo de Espartako, «La huida de Morgan» es una novela magnífica.

  42. Sertorio dice:

    Es verdad lo que se dice que cuando empiezas ha leerlos te engancha…..

    Y ahora a esperar el ultimo que se titula como dice Espartako, y creo que sale a la venta en octubre pero no se ni en que editorial ni en que fecha exacta, solo se que saldrá por la veintena. si alguien puede confirmarlo….

  43. amiano marcelino dice:

    ¡Al fin! ¡Alabada sea Planeta! Se ha editado el último y parece ser último libro de la saga de Roma. Ayer lo adquirí y empecé a leerlo. La traducción es de Planeta y parece, hasta dónde he leído, muy correcta, en la línea de las que ha ido haciendo la misma editorial. He leido 50 páginas y también creo distinguir maestría, realismo y dedicación. No esperaba menos de mi querida Colleen. Aún asi, seguiré leyendo para poder comentar cuál es mi impresión. Eso sí, me ha llamado mucho la atención que la autora no hace ninguna declaración de intenciones ni hace referencia a la bibliografía. Hay un único glosario. Imagino que no querrá dar ninguna explicación de los motivos que la han impulsado seguir la saga, que en el anterior tomo daba por finalizada. En fin, seguiré comentando. Saludos.

  44. Arauxo dice:

    Gracias por la información, Amiano.

  45. Germánico dice:

    Hoy fui a la librería habitual a preguntar por la novela, y cuál sería mi sorpresa cuando la chica, tras consultar el ordenador, me dice que la tiene en bolsillo, en tapa dura, en edición de lujo, bilingüe… Me quedé flipado, pensando que por fin el mundo editorial español se había puesto a la altura del anglosajón, pero… la muchacha no había caído en que el autor de semejantes tentaciones era don Guillermo Shakespeare…

  46. amiano marcelino dice:

    ¡Buenas a tod@s de nuevo!
    Pues, en la línea de mi anterior post, he de decir que el libro sigue a la altura de los precedentes. La descripción de Cleopatra, hasta el punto en el que estoy leyendo, resulta soberbia. La de Antonio, que retoma el personaje nuevamete, sigue siento abslutamente creíble y muy realista. Aún he de llegar a la de Octavio tomando las riendas del poder y la de un personaje al que admiro: Livia Drusila, la futura esposa de Augusto. Por cierto, el tradutor transcribe, erróneamente, Livia Drusilia. Ignoro por qué las buenas traducciones se estropean por el desconocimiento de los mismos de los nombres propios y su translación al idioma castellano. En fin, creo que es un excelente final, y seguramente me quedáré con las ganas de que siga y entre en la parte novelada del gran Robert Graves. Algo que no hará, desgraciadamente. Saludos y os recomiendo que la compreis, y asi podáis criticarla. Merecida es la compra. Saludos.

  47. Marbenes dice:

    «Merecida es la compra. »
    «Y gustarte podría, sí.»
    Maestro Jedi Yoda

  48. Amiano Marcelino dice:

    Saludos de nuevo.
    He concluído el primer capítulo de la novela Antonio y Cleopatra, titulado Antonio en Oriente. La sensación que me ha quedado es el de una gran profundidad y madurez. La autora ha hecho un retrato de Cleopatra y Antonio, a mi modo de ver, soberbio. Bien es cierto que el anterior tomo, «El Caballo de César», contiene tan mala traducción que es difícil compararlo con el presente libro, y no hay que olvidar que la semblanza de Cleopatra ya se había realizado. Sin embargo, bien por la tradución bien por otros motivos, aqui percibo una sutileza extraordinaria. Resulta interesante, ameno, fiel a la Historia. Incluso la aparición, espectacular, de Livia Drusila y su primer bosquejo personal me ha llenado de orgullo. Creo que «Antonio y Cleopatra» retoma la brillantez de los mejores volúmenes de la autora. Sin haber leído toda la obra, creo que las mas de 100 páginas leidas ya pueden deducir la brillantez y solidez del último retoño de la saga de Roma. Mi veredicto: brillante.
    Amiano Marcelino

  49. varo140 dice:

    Pasmado estoy.Una serie «cerrada»(Colleen dixit) tiene un tomo nuevo…

  50. Amiano Marcelino dice:

    Aunque la autora dijera (Colleen dixit) que cerraba la saga con «El Caballo de Octubre» y haya continuado, y a pesar de que no haya una explicación por parte de la autora en el sentido de por qué ha decidido seguir adelante, creo que lo importante es que una de las mejores novelistas de Historia en la actualidad siga escribiendo y nos siga regalando su extraordinario saber. Creo que esto ya en sí mismo es lo que justifica su nueva obra, que, en mi modestísima opinión, debería dar continuidad en la medida de sus fuerzas. Sería un gran legado cultural. Saludos.
    Amiano Marcelino

  51. Amiano Marcelino dice:

    Siguiendo mis reseñas anteriores he de hacer algunas precisiones ahora que estoy al final de la obra. Consindero que sigue la línea soberbia de las anteriores de la saga. Los personajes están muy cuidados: un Marco Antonio hedonista, juerguista y perezoso frente a un Octavio lúcido, frío y de extraordinaria capacidad. Cleopatra es para la autora una gran inteligencia fundida en riquezas, ambicionadas por Roma. Hay personajes secundarios adorados por Colleen que ocasionan cierta deficiencia, como la descripción de un Cesarión casi imposible. Por lo demás, estoy encantado con la novela. Es impresionante. Un final absolutamente grandioso para una saga monumental. La traducción, que al principio parecía buena, se torna con el paso de las hojas en pésima: hay errores muy grandes, desde la traducción literal del inglés que deja ininteligibles algunas frases hasta la dejadez en la traducción de los nombres. En eso se puede decir que la traslación ha sido catastrófica, haciendo perder parte del encanto de la obra. ¡El traductor no sabe quien es Fidias y lo traduce por «Filias»! Es desolador. Pero no es solamente eso. Livia Drusila es para el traductor Livia Drusilia (¿de dónde se lo ha sacado el majadero?), Catón es Cato, Libón es Libo, por no hablar de los topónimos en los que se pierde hasta límites infinitos. Nadie consentido común puede saltarse tales hechos. El caso es que desmejora la obra, la desprestigia. Y he de concluir que es extraordinaria, como el resto de la saga, pero la mala traducción empequeñece, como pasó con la anterior. En fin, una conclusión esperadísima que pasará a la Historia de la literatura histórica. En fin, cuando acabé daré opinión final, que sigue siendo extraordinaria.
    Amiano Marcelino

  52. Amiano Marcelino dice:

    Finalmente, acabé la novela. Es una obra de extraordinario valor literario e histórico. Mi opinión, sabiendo el que me lee que soy procesarista y venerador de Colleen, es que ha culminado su saga de Roma de manera soberbia. Los personajes, ya cercanos al Yo Claudio de Robert Gravez, soy reconocibles y muy bien definidos: Livia Drusila, la esposa de Augusto, Octavio, Marco Antonio, Cleopatra, Mecenas, Agripa y toda una pléyade de personajes secundarios perfectamente trazados. El relato es ágil. No hay imprecisiones históricas, a las que nos acostumbran demasiados arribistas de la novela histórica. Colleen se mantiene procesariana y sigue su relato desde ese punto de mira, de ahi que trace una semblanza de Cesarión casi imposible de creer. En cualquier caso, es coherente con toda la saga, y aqui no hace más que culminar la labor de los «populares» que finalmente, en es eslabón de Octavio, se materializa en el Principado, es decir, la llegada del Imperio que se mantendrá en pie 5 siglos.
    Todos los errores se deben, a mi modo de ver, de la pésima traducción de la que ya he hablado. Es deprimente que una obra excelente quede «manchada» por la labor de un traductor malo y una editorial de prestigio que no ha revisado el trabajo como debiera. Eso nos cuesta 22 euros, que hacen que de la erudita y extraodrinaria labor de Colleen parezca inferior a las demás. No hay explicación posible para tamaña equivocación. En cualquier caso merece la pena leerla y releerla. Nadie quedará insatisfecho, como nadie ha quedado asi en ninguna de las entregas de su famosísima saga.
    Para quienes no vean en mi ninguna critica sí diré que has tiene. El personaje de Cesarión, como ya he dicho, es casi imposible. Hay cierta sensación de celeridad en la confección de la obra, quizás porque no tenía que haberse llevado a cabo, dadas las palabras de la misma autora en el sentido de que con El Caballo de Octubre era el final de la saga. Dicho lo cual, creo que la novela, una vez vistos sus puntos débiles, se engrandece y cobra las dimensiones de las demás.
    Sin mas, os recomiendo encarecidamente su lectura. Es un final extraordinario
    Amiano Marcelino

  53. Urogallo dice:

    Bueno, yo también he empezado a incarle el diente. De la madurez de Colleen no hablo, por que su avanzada edad ya habla por si misma, ahora bien, de la calidad de la novela si que hablaré algo.

    Es más de lo mismo queridos, esos recorridos fascinantes por las ciudades de oriente, la severa dignidad romana enfrentada a las tortuosas razones de los despotas orientales, la antiguedad viva y fluyendo ante nosotros…

    Fantastica.

  54. JJsala dice:

    No voy a aportar nada a este hilo que no haya sido dicho ya, en relación a la serie de la Mc Cullough, únicamente que mi enfermizo amor por la historia de Roma, se vió magnificamente correspondido con su lectura.

    Por cierto, esta autora tiene publicado un tomo de una posible saga, que se titula «La huida de Morgan» y vá sobre la colonización británica de Australia, de donde es nativa la Mc Cullough. Aconsejo su lectura.

    Arauxo, menudo eres haciendo reseñas. Felicitaciones.

    Salud

  55. Arauxo dice:

    Gracias, JJSala, por tus cariñosas felicitaciones y por tu comentario.

    Y gracias, también, a Amiano Marcelino y a Urogallo por sus siempre bienvenidas opiniones.

    En mi caso y de momento, me abstendré de leer ese último volumen. Y no por razones más o menos inconfesables, sino por una simple cuestión de apetitos literarios coyunturales. Tal vez más adelante.

    Salve.

  56. Ascanio dice:

    ¿Apetitos coyunturales? Pues sí que suena inconfesable, sí…

  57. jerufa dice:

    ¿Tú no tienes nada que ver en eso, no?

  58. JJsala dice:

    ¡Perdón!. Acabo de descubrir que mi enfática recomendación de lectura de la «Huída de Morgan» está de sobra, ya que Atilio la reseñó tiempo ha.

  59. Aretes dice:

    Nunca está de más una buena recomendación, que luego todos esos consejos se sepultan en miles de comentarios, JJsala.

  60. Terminus dice:

    Es una obra impresionante,te sumerge verdaderamente en la antigua Roma,acabo de empezar la lectura del último volumen «Antonio y Cleopatra»y estoy disfrutando,espero que continúe hasta el MCCXXIX auc.

  61. Amiano Marcelino dice:

    Me alegro que tengáis ese soberbia impresión de la última obra de «Antonio y Cleopatra». Ciertamente es tan buena como las demás. Despliega todas sus buenas artes para hacer del binomio amoroso el eje central de una trama mucho mayor, que finaliza con el triunfo del partido «procesariano» o «popular», del que es acérrima partidaria la Mc Collugh. Los personajes que desfilan, como he dicho, son reales, vivos, mágicos. Es un final fantástico. Se echa de menos un epílogo, como en el resto de las obras, y aún más que no continúe. Me encantaria imaginar que se lo piensa y se adentra en la trama, excelentemente novelada (aunque muy fantasiosa), escrita por Robert Graves en Yo Claudio y Claudio el Dios y su esposa Mesalina (obras de perfecta factura, aunque de difícil credibilidad en muchos aspectos, y os aseguro que es una de mis novelas favoritas). Espero que se sienta con ánimos y encuentra la excusa (porque, según su proyecto, no entraría la «novelación» de la primera época imperial, iniciada por Augusto) de embarcarse en tamaña hazaña y nos regale otros 2 o 3 tomos de incalculable valor. Saludos.
    Amiano Marcelino
    Sigo recomendando encarecidamente su lectura para los aficionados a la saga. Es un final fantástico.

  62. Nestor dice:

    No termino de leer un libro de la serie de roma que ya estoy en la libreria comprando el siguiente.

  63. marcelo dice:

    tranquilo q tenes para leer como 6000 hojas

  64. Tiopúas dice:

    Voy a tener que dejar de leer estos hilos, porque si ya tenía pendientes (y comprados en casita) la tira de libros, ahora, me apetece sobremanera leer esta obra. y como es pequeña..´.vamos, que éramos pocos y parió la abuela.

  65. Urogallo dice:

    Te jubilas antes que acabarlos.

  66. Terminus dice:

    Os recomiendo la lectura de «ROMA ETERNA» de Robert Silverberg,es una ucronía deliciosa sobre la tésis de que el IMPERIO ROMANO nunca cayó,como dice el prólogo: «No hay ningún poder sobre la faz de la Tierra capaz de resistir la acometida del IMPERIO ROMANO.Así es,así ha sido y así será.»

  67. Urogallo dice:

    Yo os recomiendo lo contrario. Vaya bodrio de libro.

  68. Germánico dice:

    Suscribo. Salvo el capítulo de la llegada a América, malísimo, en mi opinión.

  69. Terminus dice:

    Es cierto,el libro tiene altibajos pero,en conjunto,destila originalidad y,sobre todo,nos hace partícipes de la magia perdida del mundo pagano sin contaminar por el cristianismo.En aquel mundo los soldados mortales luchaban junto a los fantasmas de la tradición,los mismos fantasmas(Héroes griegos,líderes desde Alejandro a Julio César…..) que les inspirarian grandeza durante mil años,antes de apagarse….en nuestro mundo real.

  70. mario dice:

    A mí me encantó toda la saga… Magnífica aventura… El resultado es creíble y terriblemente adictivo…por favor MÁS

  71. Madhatter dice:

    Como diría Gandalf…. «huíd, insensatos!»
    jeje, si, yo he estado viviendo en otro planeta los últimos 30 años. Pero llevo leídas 100 páginas de este libro y estoy muy emocionado con las espectativas que proporciona. Por fin puedo pasearme por la Roma republicana con una compañera fiel que conoce las inquietudes de un plebeyo del siglo XXI y disfrutar de las realidades sociales forjadas en Italia en su época más maravillosa. Realidades familiares precursoras del género mafioso italicoamericano que tanto me apasiona. Las mismas estructuras que servirían a Isaac Asimov para escribir la saga de Robots. Es curioso cómo la lectura puede llevarte desde el universo de Asimov a las gestas de Alejandro Magno para terminar con el gérmen inspirador del autor ruso: Roma. Reconozco que me «comido» las dos temporadas de la serie de la HBO «Rome» en cinco dias, y creo que, en realidad, buscaba el instrumento perfecto para quedarme en la Roma republicana unos dias más, en su intimidad y con un guía de categoría.De hecho creo que con este libro lo he encontrado.

  72. glaudius dice:

    hoy he recibido mi mejor regalo de reyes, lo esperaba con impaciencia, y ya estoy enganchado al nuevo libro. Llevo unas 50 pag. y espero mucho de esta novela, creo que tengo por delante unas horas de placer. por lo que llevo leido en la misma linea de los otros libros, la verdad como en los otros episodios que tratan de los territorios en asia te hces un poco de lio entre tantos reyes pero es fascinante seguirles el hilo.

  73. Rafa dice:

    Bajo mi punto de vista me han regalado una obra excelente, atractiva, que te anima a seguir indagando en la historia de Roma, un trabajo para recomendar a mis allegados y que guardaré para volver a leer con los años.
    Sin lugar a dudas, adquiriré el resto de sus obras, empapándome de forma gratificante y satisfactoria de una parcela tan interesante de nuestra historia.

  74. DanteDeNarb dice:

    Bueno, por fín he acabado de leer esta saga sobre el final de la república romana.
    Veamos, en general debo decir que me ha parecido de una calidad bastante por debajo de lo que podía esperarse por su fama.
    Pero no nos apresuremos, vamos a intentar hacer un buen análisis acerca de estos libros. En primer lugar hay que decir que es una serie bastante completa y bien documentada, con un buen ritmo que en determinados momentos engancha bastante en su lectura, además añadiré que no es que la prosa sea torpe o carezca de calidad.
    ¿Cual es por tanto el problema? Si me fuerzo a la objetividad, puedo señalar una serie de cosas que a cualquier lector imparcial probablemente le harán sentir incómodo.
    En primer lugar su exacerbado partidismo. Para la escritora todos los personajes se dividen en los que la caen bien, que gozan de toda clase de virtudes y cualidades y los que no, que son generalmente monstruos y patanes (si bien es más notorio en aquellos que cuentan con su favor) De todo esto se podrían poner muchos ejemplos, cómo cuando Octavio huye en la batalla de Filipos, en realidad no huye, simplemente tenía asma, y por encima de todos Cesar, que hace palidecer a cualquier otro personaje en cualquier actividad, sirvase como ejemplo Cicerón, cuyas habilidades retóricas o como escritor, no llegaban a ser ni siquiera la mitad de buenas que las de Cesar. Un caso curioso seía el de Pompeyo, quien cuando es aliado de Cesar posee ciertas virtudes, es maduro, inteligente y actua con conviniencia y cuando es su rival, es poco mas que un niño grande y caprichoso. Pido que no se vea en esto más que ejemplos casuales que han venido a mi mente mientras escribia, simplemente vienen a destacar la tónica general de la novela, no aludo a ellos por su interés específico.
    Su otro gran fallo es el modelaje de los personajes, que como ya he esbozado antes, es terriblemente plano y carente de matices o de realismo. Admito la dificultad de escribir novela histórica, y en especial si se aspira a dar una vision fidedigna, o al menos, razonablemente verosimil de lo que aconteció, pero es aquí donde Colleen McCullough fracasa estrepitosamente.
    Citando un parrafo del epílogo de la propia autora «Siempre que el autor permanezca fiel a la historia y se resista a la tentación de volcar sus propias actitudes, ética, moral e ideales modernos sobre el periodo histórico concreto y sus personajes, la novela es un medio excelente para explorar una época distinta» Me permito hacer una reflexión de cómo ha caido totalmente en el vicio que loablemente denunciaba. Tal y como he dicho más arriba, la autora posee una gran documentación y unos conocimientos muy amplios sobre el periodo, lo cual esta fuera de toda duda, pero aprovecha los vacios existentes y la flexibilidad que da la novela para establecer la ética y motivos de los personajes para justificar sus propias tesis y hacer pasar por verdades lo que meramente eran opiniones y deseos.
    En conclusión creo que no es exagerado afirmar que si bien McCullough es una buena escritora, es una mala novelista. Quizás pudiera sacar mucho más partido a sus virtudes y minimizar sus defectos en otros generos literarios, dado que la novela, y particularmente la novela histórica es particularmente peligrosa para alguien partidista y subjetivo.
    Para ilustrar esto, me permitiré comparar (y soy consciente de que en muchas ocasiones las comparaciones son odiosas) con otra novela que probablemente muchos ya conocerán. Puertas de Fuego, de Steven Pressfield, es a todas luces menos rigurosa y menos ambiciosa que la que aquí nos atañe. Sin embargo, como novela es ampliamente mejor, dado que el autor se abstiene de juicios de valor y se centra más en contar una historia y presentar unos personajes que encajen en ella.
    Lamento haberme extendido. Un saludo para todos.
    PD: No sabiendo muy bien donde ubicar este texto, lo voy a pegar aqí y en el hilo abierto para el último libro de la serie. Pido disculpas por las molestias que esto pueda ocasionar.

  75. Vorimir dice:

    Pues yo estoy de acuerdo con casi todo lo dicho arriba.
    Así que no lo apedreeis mucho al pobre.

  76. Urogallo dice:

    Yo estoy de acuerdo con los hechos, no con las conclusiones. La tía es novelista, así que si quiere crear algo, tiene que transmitir sus propios sentimientos.

    ¿Sentimientos totalmente Cesaristas?.

    Pués bien.

    Por cierto, otro error que ya me rechinaba y lo habíamos comentado: Los glandes de plomo se fundían desde el siglo V a.c. Confirmado via Quesada.

  77. Ascanio dice:

    Dios Santo, Uro. Con tu último párrafo se me han quedado las patas colgando. Y los ojos como platos.

  78. JJSala dice:

    Lo siento pero, por esta vez, no he tenido la paciencia de leerme todo el hilo.

    Únicamente declararme fiel seguidor de la saga y admirador profundo de Doña Colleen, de quien también he leído La canción de Troya y La fuga de Morgan.

    Mi tardía felicitación Arauxo por su siempre cualificada reseña.

    Salud

  79. Liviadrusa dice:

    Debo declararme fiel seguidora de Colleen he leído todos sus libros aunque me quedo con la saga de la Antigua Roma.

    Tengo que reconocer que al principio «El primer hombre de Roma» no me fue fácil de leer, pues venía de novelas más ligeras (del tipo Lindsey Davis) y estaba entrando en el mundo de la novela histórica a mis 18 añitos. Debo agradecer a mi familia que aquella Navidad me regalara 6 ejemplares de «Una virgen de más» (supongo que a todo el mundo le hablé de él) cosa que me permitió cambiar 5 de ellos por los 5 de la saga de Colleen publicados por aquel entonces.

    Superado el «trance» inicial después fue fácil seguir con la lectura del primero y de todos los otros y, aunque en este foro se le ha criticado por ello, reconozco que ¡¡¡me encantó que la autora se mostrara parcial respecto a la figura de César!!! Tampoco me importó en absoluto que tratara a Cicerón y Catón como a dos víboras… sinceramente en mi época de estudiante de latín siempre opiné que eran dos personajillos pagados de sí mismos (uno por su ascensión siendo un»pueblerino» con perdón y el otro por su casta antigua… aún se me ponen los pelos de punta cuando pienso en ellos)

    De lo que más me gustó: la historia de la familia de Servilia, la amante de César, y esa relación de amor-odio que la autora les atribuye… años después la vi reflejada nuevamente en la serie «Roma» y también me cautivó.

    Respecto a los libros que han venido después decir que «El caballo de César» me costó muchísimo debido a la pésima tradución (lo empecé y dejé a medias en diversas ocasiones) y que «Marco Antonio y Cleopatra» me están esperando desde Navidad. De todas formas y, después de leer los comentarios de este hilo, estoy considerando la posibilidad de releer la saga, 10 años después, para finalmente ponerle el punto y final con el libro que tengo pendiente.

    Salud

  80. Germánico dice:

    «Debo agradecer a mi familia que aquella Navidad me regalara 6 ejemplares de “Una virgen de más” (supongo que a todo el mundo le hablé de él) cosa que me permitió cambiar 5 de ellos por los 5 de la saga de Colleen publicados por aquel entonces.»

    Ja, ja… Muy buena anécdota. Supongo que a partir de la aparición de la tercera repetición, aquello se convertiría en un cachondeo, ¿no?

  81. Joaco dice:

    Quiero que alguien me explique en que se basan para decir que esta señora es una buena historiadora. En primer lugar no es historiadora, es neurologa, entre la historia y la neurología hay un abismo, diganme que es una buena novelista (que no creo que sea así) y pasa pero historiadora no es. Cualquiera de ustedes puede escribir una novela igual de documentada, lo único que hay que hacer es leerse los clásicos y después poner cada hecho en una historia novelada y listo. No demuestra conocimientos SERIOS de latin ni de economía apenas esboza un poquito de derecho (con todo el material que hay) ni sale en ningún momento de las esferas dirigentes. Su interpretación de la historia es terriblemente subjetiva y anticuada, una interpretación del Siglo XIX que se terminó de morir el siglo pasado y que encuentra su última explicación en los caprichos de un pequeño grupo de personas. Peor, cuando las fuentes contradicen sus hipótesis (dadas estas por consideraciones afectivas puramente personales) las niega o las saltea sin ningún fundamento y sin siquiera explicarse.
    Por poner un ejemplo clarísimo, Espartaco. Todos sabemos que fue un lider de una sublevación de esclavos, esclavo el mismo (de hecho no fue la única) Sin embargo ella lo retrata como un militar romano venido a menos que formó un ejército de itálicos con el único fin de convertirse en co-dictador. ¿Por qué? Collen no lo explica, dice «los historiadores sabrán mis motivos» tratandonos de tontos de paso. Muy simple, porque su visión de la historia es que eran un monton de aristocratas cuyo único fin era convertirse en dictadores de Roma mientras la muchedumbre los seguían como ovejas. Espartaco claramente no entra en el molde entonces la Collen inventa toda una historia para acerlo encajar dando por resultado más de lo mismo, y ni siquiera se explica. Visión de la historia, repito pobre, anticuada, falsa y sin originalidad.
    Sus conocimientos de la cultura, las creencias y las costumbres son nulas. Sus personajes se mueven por ideas, creencias y sistemas de valores morales completamente modernos, exepto en los casos más obvios (como es el tema de la sexualidad de César. De hecho lo único que esta explayado en profundidad son los hechos políticos y militares de los «grandes personajes» negando sistemáticamente otra realidad y rescatando de la tumba los peores conceptos de la historia positivista que se murió el Siglo pasado. Aun si fuese historiadora, «buena» es una categoría que no le cuadra ni por asomo. Para ser un buen historiador no alcansa con leer Plutarco y Suetonio y hacer un registro de batallas.
    En cuanto a la categoría de buena escritora «sobre gustos no hay nada escrito» si les gusta me alegro por ustedes, a mi no. Las categorías personales que tiene esta señora son muy reducidas y terriblemente estereotipadas. Básicamente son dos: buenos y malos. Los buenos son los grandes militares exitosos y sus amigos (lease Cesar y amigos) y los malos son todos loos demas especialmente los que se oponen a los buenos. Los buenos siempre tienen exelentes motivaciones personales y son exelentes en todo lo que se proponen, hasta sus defectos son adorables. César es «demasiado pulcro», «demasiado seguro de si mismo», su principal defecto es que es «demasiado bueno para todo» y por eso el resto son un rejunte de envidiosos, pobre César. Ni Cicerón es tan buen orador, ni Pompeyo es tan buen general, ni Catón es tan virtuoso (que lo era, para lo que era la moral de esa época, cuestionable hoy en día) porque César es mejor en todo. Y leyendo sus notas te das cuenta que ella de hecho se lo cree, se cree que ese príncipe azul con el que sueñan las niñas realmnte existió. ¿cómo justifica que los ojos de César eran azules? Porque la pintura de los bustos se borró con el paso del tiempo, y lo que nos queda es el testimonio de los historiadores que vieron esos bustos y dicen que son marrones. Primero, esos historiadores lo hubiesen sabido. Segundo, de dónde saca entonces que eran azules y no efectivamente marrones (que es lo común) o verdes llegado al caso. No, azules encaja más con el estereotipo modero, azules es más hermoso, azules es mi principe azul. Ni que decir de las dotes «sexuales» ni de su enorme miembro.
    En la literatura no hay que ser realista pero sí hay que ser verosimil. Si estas hablando de romanos no puedes encajar marcianos, si estas hablando de hombres de carne y hueso no puedes encajar «hombres perfectos» porque estos hombres no existen, y la Collen lo dice textualmente «César lo tenía todo»
    Sus libros no son ni siquiera originales. Su visión histórica es anticuada y sus personajes tienen el mismo molde que el Alejandro Magno de Manfredi o el Anibal de Gilbert Hasef (quizas este mal escrito, disculpen)solamente que aun más exagerado. Por lo demas no he visto ningún planteo histórico, literario o de cualquier otro tipo profundo o que por lo menos no haya leido en otra historia.
    Por último estos libros son buenos para entretenerse un rato, y de paso aprender algo sobre los hechos que transcurrieron en una época de la que sabemos poco (tomando con pinzas los conceptos y categrias históricas y los perfiles personales) pero si quieren buenas novelas históricas hay bastante material. Se me vienen a la mente el gran Robert Graves y toda su colección, Gore Vidal (recomiendo especialmente «Creación) y sobre todo el maestro, Umberto Eco.
    Saludos

  82. Dr Klaus dice:

    Ya lo dice Arauxo en esta entrada: «Conozco tres clases de aficionados a la novela histórica: los que casi veneran a Colleen McCullough, los que la detestan y los que aún no la conocen.»

    Yo no la conozco y me acabo de comprar esta novela. Espero que no sea tan mala como dices, aunque mis escasos conocimientos en este mundo me impedirán ver los defectos que comentas.

  83. JJSala dice:

    ¿Joaco y Dante de Nart son la misma persona, o solo afines comentaristas?.

    No se que le ha hecho, sobre todo a Joaco, la Sra. Colleen, pero parece que algo personal le guarda (modo irónico).

    Vamos a ver, Joaco, esta Sra. es novelista, mejor o peor, en eso habrá todo tipo de opiniones, más o menos autorizadas, pero enjuiciar su obra en base a custiones de fidelidad a la historia (el color de los ojos de Cesar, el tamaño del miembro viril de Cesar. etc.), me parece un disparate solemne.

    Que divide a los personajes entre buenos, menos buenos y malos. Que muestra preferencia sobre unos personajes sobre otros. Que magnifíca las cualidades de unos «Cesar lo tenía todo» y los defectos de los enemigos de estos. ¿Y qué?.

    Estamos hablando de «novela» o sea de historias, no de Historia.

    El que lee una novela sabe o debería saber que no estudia Historia y que, si desea conocer la verdad histórica, le diria que se «atase los machos» y se preparase para una labor larga y complicada, ya que la Historia es tan objetiva como lo son los documentos en los que se basa.

    ¿Dirias que los autores clásicos, Tito Livio, Suetonio, Tácito, Plutarco, Cicerón Salustio, etc., son fuentes objetivas y contrastadas, o adolecen (vease Suetonio y su vida de los doce Cesares) de parcialidad interesada?

    Es cierto que la autora da muestras de debilidad por César, pero también por Sila, cuando es éste el protagonista. En mi opinión, Sila, sale mejor parado que Mario en esta primera entrega.

    A Sila le atribuye de hecho la victoria sobre Yugurta y la victoria sobre cimbrios y teutones en la batalla de Aquae Sextiae, en detrimento de Cayo Mario.

    ¿Qué importancia tiene esta «liberalidad» creativa, si, repito, se trata básicamente de ficción, histórica, pero ficción, al fin y al cabo.

    Al final entramos en una custión que ya biene siendo tratada en este foro,
    (ver la reseña de «La hija de Jefté» de Arauxo) sobre los límites y la relación de la novela histórica con la História.

    En cuanto al tratamiento que le dá a Espartaco de «militar venido a menos» que encabezó una revuelta de gladiadores/exclavos, no es original de la Sra. McCullough, ya que ha sido expuesta por historidores.

    Incluso su supuesto origen tracio es puesto en duda, asimilando dicho término a uno de los tipos o clases de gladiador, (reciario, galo, tracio).

    Saludos

  84. JJSala dice:

    Ahora que releo lo escrito, veo que he puesto biene en lugar de viene.

    Son mis dedos que corren a su libre albedrío.

    salud

  85. Joaco dice:

    JJSala: En primer lugar no soy Dante de Nart (su opinión es mucho más benigna que la mía) si has acertado, tengo un pequeño resentimiento personal con la autora. Ella representa todo lo que me parece incorrecto en la historia y mucho de lo que no me gusta en la literatura, aunque admito que me lei tres libros suyos con interes (casi sadomasoquista).
    Ademas me molesta terriblemente el trato en particular a Espartaco (y a toda la rebelión en general) que es antihistórica. Estamos hablando de uno de los pocos lídereres que lucharon contra un sistema opresivo, que conocemos. La autora destruye en un libro el principal levantamiento de esclavos y lo reemplaza por una falsa lucha entre italianos y romanos (llendo contra toda evidencia histórica). Siconoces los nombres de estos historiadores que mencionas te pido que me los digas, pero que caiga sobre ellos mi condena eterna porque le dan verguenza a la profesion que dicen respetar. Por otra parte una cosa es decir que Espartaco fu romano y otra cosa es decir que fue una reblión de italianos.
    Si ves bien mi primer comentario veras que hay dos cosas que me molestan fundamentalmente:
    1) Que se diga que es una historiadora, mucho más que es buena. Y no que su obra es antihistórica porque es una novela, no un libro de historia.
    2) Que se eleve a Cesar a una categoría de dios, no que la autora manifieste su simpatía por él.
    Me esxplico Graves, autor que me gusta muchisimo, manifiesta en Yo Claudio simpatía por Claudio y lo rescata un poco exaltando sus virtudes. Pero Claudio es un tipo medio sordo, cojo, despreciado, inseguro y medio tonto también si uno lee entre líneas. Claramente no es un dios es una persona comun y corriente, una persona real. En cambio el mismo Graves en «El conde Belisario» pinta un Belisario perfecto frente a un Justinian maligno (basandose en Procopio y exagerando. Por eso esta novela no me gusta mucho pero hay dos paliativos. Por una parte no es perfecto, a fin de cuentas se deja manejar por Justiniano, y por otra parte tampoco resalta much sus virtudes.
    En cambio McCullough retrata a un Cesar insoportablemente perfecto, un tipo irreal. Para colmo te lo machaca a cada oportunidad a él y a su perfeccion. Para ello fuerza la historia fuerza la lógica, fuerza todo. Y por último su forma de «perfeccion» es bastante criticable. La perfección de César no es perfección a secas es perfeccion rubia de ojos azules y bien heterosexual. Categoría que no existía en esa época, ser homosexual no era condenable, si tener sexo con deemasiada frecuencia. Collen esta pintando a un tipo perfecto eligiendo como pincel los peores prejuicios modernos en detreimiento de los valoes morales romanos.
    Ella inventa que Cesar masacró a un ejercito de 50.000 ponticos, con unas milicias asiáticas recien reclutadas a los veinti y pico para demostrar que César era más capo que Napoleón y que todos loos demas. Ni Manfredi se animo a tanto.
    Un ejemplo muy gracioso de la falta de «historicidad» de esta señora. En la Canción de Troya, Helena dice (pensando) de Ulises: «Era zurdo y pelirrojo, las señales del diablo» ¡¡¡¡1200 años antes del nacimiento de Jesús!!!!!! O quizas Helena era judía y Homero no se dio cuenta
    Cordiales saludos

  86. Marc dice:

    Pues yo estoy acabando ya «Favoritos de la Fortuna» y el balance de la saga es muy bueno. Da igual si es estrictamente histórico o no. Si buscara divulgación científica no estaría leyendo novelas, me habría suscrito a la Clio o a Historia del National, o tal vez estaría leyendo a Pedro Barceló (que de hecho también lo hago). Creo que el sistema seguido por la australiana es muy válido para desahogar la crónica histórica del intragable río de personajes que van apareciendo. La omisión en masa de dichos personajes ficcionaría en demasía la novela. Por eso, creo que el sistema es ágil y suficientemente ligado a la historia para poder disfrutar durante largas horas de unos relatos tan magníficos e interesantes como son los de la república tardía de Roma. Un ole por Colleen! Saludos a todos los frikis y cunnus romanófilos, pues las fuentes de nuestra droga son inagotables!

  87. Valeria dice:

    Buenos días, Joaco.
    Entiendo que la visión de César perfecto de «la Macu» (copyright de Farsalia, creo) es una licencia literaria, igual que en el Troya de Sarabia Ulises es envidioso, traicionero y cruel, o el Belisario de Graves es un santo varón. Como hablamos de novelas, eso puede gustar o no. Pero en mi caso no noto que esa visión personal de este personaje en las novelas suponga forzar la historia, como dices tú. Al fin y al cabo, se ajusta a los hechos.

    Sin embargo, sí que me ha llamado la atención tu comentario sobre Espartaco (Estamos hablando de uno de los pocos lídereres que lucharon contra un sistema opresivo) porque, en mi opinión, parece deducirse del mismo que interpretas la figura de Espartaco desde los valores y principios del nuestro tiempo – que es otra forma de forzar la historia, creo yo-. Por si te interesa, hay una interesantísima reseña de Rodrigo sobre «Los Gladiadores», de Koestler, donde habla de la extrapolación por vía de anacronismo de la figura de Espartaco como un líder revolucionario político, convirtiendo la ética revolucionaria, y no la historia, en el tema central de la novela.

    La reseña está aquí: https://www.hislibris.com/?p=699

  88. Ascanio dice:

    No es de recibo que un ensayo o manual de Historia «fuerce la Historia».
    Si hablamos de narrativa, ya es otra cosa. Hablamos de FICCIÓN. Si queremos un ensayo 100% fiel a los hechos (¿es esto posible?) busquemos un manual. Lo demás, es imaginación del escritor, que es eso, un creador de ficción. No podemos pedir a la novela características del ensayo. Ya no sería novela.
    Si buscas fidelidad histórica, Joaco, creo que en la novela no la vas a encontrar. Eso sí, en muchas de ellas encontrarás buena literatura, que es a lo que deberían aspirar todas.

  89. Joaco dice:

    Veamos, en primer lugar, como nadie responde a mi afirmacion principal, creo que estamos de acuerdo n un punto. Collen no es historiadora y su visión subjetiva no es un buen parametro de la hstoria.
    El libro que mencionas Valeria fue el primer libro que leí, es verdad que es un anacronismo, pero solo en cierto punto. Es más bien una especulación FORZADA de la historia, pero que se justifica porque todo el propósito del libro es hacer un paralelismo con el stalinismo. Existieron sistemas socialistas de producción en la historia antigua, y se puede, sin ser muy imaginativo, ver en los conflictos sociales de la roma antigua, la tan mentada lucha de clases marxista (mucho más aun en las rebeliones de los esclavos). El anacronismo esta en la comparación entre Stalin y Espartaco. En cambio inventar hechos ilógicos a contrapelo de las fuentes con el único propósito de realzar la figura de un personaje (como es que un muchacho de 20 y pico derrote prácticamente solo a 50.000 pónticos y despues no se dedique a divulgarlo a los cuatro vientos) es otra cosa, la señora podría haber presindido de eso, Koestler en cambio no.
    La ficcion tiene sus propias reglas, no es completamente libre, asi como la poesía tiene sus reglas y la música también. El género histórico también las tiene. Es lo que se llama verosimilitud. Si yo escribo un libro de romanos y no respeto ni la historia, ni los hechos, ni los personajes ni la geografía, ni nada (no es el caso este de collen) entonces no me queda nada de sustento. La «licencia literaria» tiene un limite, el paso de la especulación (aunque este muy tirada de los pelos) a la inverosimilitud, porque si, porque Cesar me cae bien entonces voy a inventar lo que sea para hacerlo mas grande.
    Como decía Dante de Nart mas arriba la misma autora dice que no hay que volcar sus propios valores eticos y morales en una novela histórica (yo no estoy de acuerdo con esta afirmación pero sin duda no hay que exagerar). Pero Collen lo hace todo el tiempo, lo hace con la homosexualidad de Cesar, de hecho lo hace con cada aparición de este personaje. Si los romanos no ern homofobicos, ¿que necesidad tiene de dejar bien en claro que no era homosexual y de paso decir que Lucullo si lo era, acusarlo de pederasta (cosa perfectamente normal en esa epoca)?
    Insisto la vision que tiene esta señora de la perfeccion es tan espantosa que sn ser muy exagerado se la podría acusar de racista y homofobica. Un perfecto ario rubio de ojos celestes y heterosexual no me puede caer simpatico.
    Por último Koestler describe minusiosamente la vida de un escribano de cuarta en la ciudad de Capua. No vine a cuento de la historia de Espartaco pero ahi esta, su vida no es perfecta ni emocionante, él no es perfecto. Pero leyendo cada detalle de la vida de este hombre realmente me siento por un momento un hombre en el imperio romano. Hay muy poco escrito sobre estos hombres anonimos y mucho sobre Julio Cesar y otros grandes aristocratas. A pesar de despotricar contra «esos aristocratas que veían a la plebe como si fuesen mierda» Collen salta olimpicamente por encima de la plebe y prefiere a los aristocratas que veían a la plebe con buenos ojos porque querían sacar votos. Detras de una retórica ligerisimamentee progre Collen reproduce los defectos de Caton. Dejando las simpatías políticas de lado, ¿no le parece que las vidas de estos señores también son importantes? ¿no les parece que eran algo más que estúpidos adoradores del gran César rubio y heterosexual?
    A fin de cuenta como dijo Voltaire
    Homo sum, nihil humanum a me alienum puto.
    Cordiales saludos

  90. Joaco dice:

    Ad subjectivum
    Una aclaración al margen. Hay una diferencia entre ser subjetivo, ser objetivo y ser neutral en historia y en todas las ciencias sociales. Ser neutral implica pretender la imparcialidad (algo completamente imposible, tratando de humanos que analizan a otrros humanos), ser objetivo es la voluntad de descubrir el propio error (algo posible aunque a veces no alcanze con simple voluntad) y ser subjetivo es escribir sin esa voluntad de descubrir el propio error (partidismo por ejemplo).
    En una novela la objetividad a la hora de analizar los hechos es algo muy importante una vez que uno pone los limites implicitos dentro de los cuales puedes transgredir. Si te propones respetar los hechos e inventas sucesos espectaculares estas transgrediendo. Si te propones construir en base a valores antiguos como enuncia McCullough, no puedes meter la homofobia en la Roma tardorrepublicana, ni al diablo zurdo y pelirrojo en el 1200 antes de Cristo, durante el reinado de Zeus.
    Cordiales saludos.

  91. JJSala dice:

    A ver Joaco, en lo referente a que la Sra. CMC no es una historiadora, ni escribe Historia, si vuelves a leer la reseña de Arauxo, creo que lo deja bien claro. ¿Alguien, en este foro, ha dicho que es historiadora?.

    En lo relativo a la identificación de Espartaco, como «militar venido a menos» (son términos tuyos), menciono que hay historiadores que así lo afirman.

    Al parecer los excasos datos con que contamos en relación a Espartaco, se deben a Apiano y Floro y de ello se desprende que Espartaco formó parte del ejército romano en calidad de auxiliar, que desertó y tras su captura, al no ser ciudadano romano, fue esclavizado.

    Posteriormente fue vendido y convertido en gladiador.

    Estos datos los he obtenido fácilmente en Google, ya que no recuerdo el/los historiadores modernos que lo mencionan.

    Otra cuestión, que según tú, es un anacronismo, es la descripción que CMC hace de Ulises, en su estupenda obra «La canción de Troya» .

    «Demonio. En religión. Diablo.ángel pecador. Genio o ser sobrenatural entre los gentiles.

    Demonio o Daimón, se aplica a una persona muy fea, muy mala o de increíble astucia. (Ulises)

    El concepto de demonio es común en todas las religiones. El término es de origen griego.

    En el zoroastrismo (religión fundada en el siglo Vi antes de Cristo), los demonios estaban encabezados por Angra Mainyu, el Espíritu Destructivo, en constante lucha con Ahura Mazda.

    En el judaísmo, la jerarquía de demonios está infuída por el zoroastrismo y otras tradicioes de Oriente Medio»

    El concepto de Diablo, Demonio o Daimón es mucho más antigüo que el judaísmo y, por supuesto, que el cristianismo, así que no veo anacronismo alguno en el calificativo que CMC le da a Ulises en la mencionada novela.

    Tampoco estoy de acuerdo en que la homosexualidad era admitida y no condenada en la Roma tardo-republicana.

    Es cierto que las clases dirigentes hacían de su capa un sayo, en cuanto a relaciones homosexuales con efebos y esclavos, pero de ahí a que se considerase normal y no delictivo va un mundo, el que separaba a los ricos y poderosos de la plebe.

    Por otro lado, suscribo los recientes comentarios de Valeria y Ascanio.

    Salud

  92. Rafael Rico dice:

    Soy un ferviente admirador de Collen McCullough, desde que empecé a leer, ya hace muchos años, justo el libro de esta reseña.
    Creo que hay una cosa que debemos tener claro y creo que lo tenemos. La saga tardo republicana romana es una NOVELA, no es historia ni creo que pretenda serlo. Se sirve de la historia para construir una serie de personajes y lo que les rodea. Y se muy bien lo que digo, porque yo también he escrito una novela muy al estilo suyo. Lo importante son los hechos, el como sucedieron, que dijeros, las relaciones interpersonales no sabremos nunca como fueron y de ello se sirvió ella para construir una, digamos, realidad paralela. ¿Ficción?. Con toda seguridad, pero nadie puede decirle a ella que no fué así, por que nadie sabe como fue. Solo los hechos perduran y, salvo momentos concretos y bastante explicados en los apendices finales, se ciñe a la historia. En ponerle flores y demás adjetivos, todo autor histórico se ha servido de ellos, que lo se muy bién por haber hecho lo mismo. ¿Qué es subjetivo? Sin duda. Por eso gusta, al menos a mi, porque nadie puede decirme que no fue así.
    En cuanto a Cesar, para mi la saga no es del fin de la republica. Es una historia de Cayo Julio Cesar. En este libro precisamente no se trata de el, sino de sus ascendientes directos, pero esta claro por donde van los tiros. Cesar es el protagonista indiscutible. Los que estaban con el son los buenos y el resto los malos. Hasta en la última parte de la novela en que no aparece «Antonio y Cleopatra», el elegido Octavio es el merecedor de su vanagloria y Antonio, que ya se ha encargado con anterioridad de ponerle a la altura de los zapatos de cualquier mortal, el objetivo de sus dardos envenenados. Cesar es el alma de la novela, de la saga entera y por tanto, es normal, que ella dirija sus mejores galas a cubrirle. Cesar vende, Caton y Pompeyo no. ¿Por qué? Cesar ganó y ellos no; Cesar fue un Dios y ellos no. Todos los que aparecen en la novela le deben la gloria a Cayo Julio Cesar. Sin el, no serían nada. Desde Cayo Mario a Ciceron, por mucho que reformaran al ejército y conservemos sus escritos. Cesar los encumbró y por el mantienen la gloria.
    En cuanto al tema de Espartaco, para mi no es más que coger nuevas teorías de historiadores sobre su pasado e incluirla en la historia. Ni fue el primero en rebelar a los esclavos ni sería el último, que revueltas serviles tuvieron unas cuantas. ¿Que le hizo famoso? Solo vencer a romanos confiados incompetentes. En cuanto le hicieron frente de verdad, fue derrotado totalmente. Espartaco en esta novela es un ser insignificante a ojos de la antigua Roma. No pretendamos juzgarlos con ojos del siglo XXi, porque nadie y, digo nadie, se salvaría del juicio.
    Hay que ver la novela de Collen McCullough como lo que es. Una estupenda (a mi juicio) novela histórica. Con sus adornos, ¿que autor no los utiliza, empezando por mi? Que eso es subjetivo, por supuesto. Pero ¿quien tiene el don de la objetividad? Nadie. Ni Mommsen en su espectacular obra y eso que es historia pura. La novela no lo es.

  93. Joaco dice:

    JJSala si pones el link a las fuentes te agradecere en caso contrario las buscare por mi cuenta (de todos modos gracias) Pero quiero resaltar que independientemente de si Espartaco era o no romano lo más importante no es eso sino si sus seguidpres eran esclavos o italianos. esta diferencia es importante en cuanto en una es una rebelión social, y en otra es una rebelión nacional. por últimaa quiero recordar que no fue el único caso aislado por lo que estamos hablando de un movimiento más general (movimiento NO POLITICO, que es el anacronismo de Koestler, sino social, o sea una rebelión sin fines politicos).
    En cuanto a lo de demonio, la identificacion del demonio com ser maligno de color rojo y zurdo (como signo diabolico) es cristiana, eso es innegable. El daimón, así como los genios, tienen un significado distinto al cristiano, no son seres necesariamente malignos, ni tampoco astutos como señalas, sino que se dividen en distintas categorías (de hecho pueden ser benignos con lo cual estaríamos hablando también de angeles) osea espiritus que o bien se pueden considerar semidivinos o como fantasmas, categoría muy distinta al demonio o diablo cristiano (no recuerdo la categoría que usa Collen de última es una traducción) rojo y zurdo, maligno y astuto (hay una innegable relación entrte la astucia y la maldad). Por lo tanto si es un anacronismo, es entender una figur religiosa antigua con una categoría pictorica moderna.
    Por último del tema de la homosexualidad en parte es cierto loo que dices, pero e aca el punto. Las reglas que regían esta conducta eran distintas a la condena absoluta herenecia cristiana de nuestros tiempos. En esa época lo que estaba mal visto era tener un rol pasivo frente a un hombre de la misma categoría social o de la misma edad, en una relación sexual (claro que las mujeres eran un tema aparte). Collen no hace estas distinciones fundamentales para el tema en cuestión, ella simplemente cae en las categorías modernas de condena absoluta, defendiendo en su partidismo a Cesar de la «ausasión de homosexual» sin tener en cuenta los valores sociales de esa epoca. he aquí el anacronismo. Aunque el solo hecho de negar la homosexualidad de Cesar ya sea reprobable, el hecho de hacerlo segun loos criterios modernos es peor aun.
    Insisto Collen es homofobica y rasista.
    Cordiales saludos.

  94. Joaco dice:

    Rafael, desconosco tu obra lamento decirlo. Con todo el respeto que se le debe a un hombre de letras me permitire hacer un par de discrepancias.
    Tu dices que Espartaco era insignificante comparado con Cesar, que todo era insignificante comparado con cesar incluso el fin de la república y me parece que te equivocas. Cesar no era más que un hombre, astuto, buen militar y buen político, buen orador quizas, bueno administrando (aunque su contador quizas tenga mas meritos que él en este aspecto). Hubo miles de Cesares, algunos con menos suerte (o mas) otros no eran tan buenos como él, otros simplemente no tuvieron la oportunidad. a fin de cuentas nació patricio romano en un momento en el que miles de hombres tan capaces como el nacian plebeyos o esclavos.
    Yo creo que lo mas importante que paso en esa eploca no fue Cesar sino el fin de un sistema politico que duro 700 años y su reemplazo por otro que definiría el Imperio que conduciría al mundo moderno. Cesar ni siquiera fue el protagonista, fue un instrumento. La República veía ya hace rato sonada la hora de su fin por el juego de fuerzas contradictorias que la iban a derrumbar. Cesar fue el que se impuso a todos los rivales y le dio el nombre a una dinastía que duro apenas un siglo. Ni era perfecto, era humano, ni era mas importante que la plebe o el patriciado, o los esclavos autenticos protagonistas de este juego.
    Pero sobre todo los exitos de Cesar no desmerecen los exitos de sus contemporaneos. Ciseron era mejor orador que Cesar, Caton era mas virtuoso, Pompeyo tuvo una carrerra militar más brillante en su juventud (aunque esto haya sido puramente fortuito como se demostrtó en Farsalia) y Augusto pudo construir un Imperio que Cesar no pudo construir o no le dejaron. Todo esto es innegable, negarlo es tratar de cortar el agua con una espada.
    Y aunque tengas razon en lo que dices no quiere decir que era rubio heterosexual y de ojos azules. Era morocho, petiso y calvo, y bien bisexual. Las afirmaciones de Collen tienen el desagradable tufillo de homofobia y rasismo.
    Cordiales saludos

  95. Rafael Rico dice:

    Vamos a ver. Creo que me he explicado mal o me has malinterpretado. Lo que quería decir y he dicho es que la autora pone a Cesar como el principal eje de la saga. A el lo ensalza y a los demas los denigra, para poder ampliar la distancia entre ellos. Esto no quiere decir que yo piense eso, solo que Collen McCullough ha utilizado esta técnica para expresar lo que ella piensa a traves de estas novelas. Yo no juzgo ni a Cesar ni a Espartaco, yo juzgo los hechos que es lo importante. Por ello, para mi, Cesar es importante porque fue la mano que acabo con la República y dió paso al Principado (que no Imperio). En cuanto a Espartaco, es un personaje mas, insignificante en cuanto a esta saga. Uno más que participó en la historia del siglo I a.Cr. sin más relevancia. Que se le quiera poner como exponete de la libertad, una libertad tipo revolución francesa o rebelión obrera, como han hecho otros autores, sobran comentarios. Solo sucedió y ella lo enmarca dentro lo que nos quiere contar.
    Por todo esto me importa poco que Cesar sea alto, bajo, pelo largo y rubio o mas calvo que yo. Que ella lo ensalza, sus razones tiene para ello. Conocido era por sus conquistas femeninas, Poder, atracción, fama, atractivo. Ni lo se ni me interesa. No es relevante para la Historia, pero si lo es y mucho para un best seller. Hay que vender y un Cesar bajo, rechoncho y subnormal e incluso homosexual (que salvo cánticos de sus tropas no hay más referencias sobre dicho gusto), no vende (que tampoco pienso que fuera así).
    De lo que si estoy seguro es que todos esos personajes secundarios que aparecen en la novela le deben la fama inmortal porque formaron parte de la vida de Cesar. Sin desmerecer sus obras, sus logros, quedan bajo su sombra.
    En cuanto a que la autora sea homofóbica y racista, no estoy para nada de acuerdo. Creo que se mete en el papel de intentar ver los acontecimientos desde un punto de vista romano de ese siglo concreto. Ni es fácil ni es seguro, pero lo intenta. Queremos ver todo desde nuestra situación actual y, en eso, erramos. Si por ejemplo hiciera una novela sobre la vida de Hitler, ¿tendría que ser yo antijudio, antihomosexual, antigitano,…… solo por expresar lo que el era? No
    Por eso tendemos a ver las novelas históricas como lo que no son. No sientan cátedra. Te lo digo por experiencia
    (mi novela es ¡Hoy no se pondrá el sol! hay una reseña de mi libro por aqui, hace poco tiempo)

  96. Joaco dice:

    Rafael lei la reseña y en cuanto tenga tiempo promeeto leer el libro si es que lo venden en Argentina. El tema es muy interesante.
    Por otra parte ni yo te entendi totalmente ni tu a mi. Yo no digo que Espartaco sea un Lenin o un Robespiere, digo que es uno de los pocos casos con nombre de un monton de casos sin nombre, y son la totalidad de esos casos lo interesante e importante quizas mas que Cesar, por otra parte una rebelión social, no politica.
    Por otra parte yo no soy escritor, soy leector. Me importa poco si vende o si no vende, y me parece horrible que el arte y la literatura esten sujetos a una consideración puramente comercial, a mi por lo menos me parece mejor saber lo que realmente piensa el artista o lo que realmente fue y no un producto hecho para el consumo masivo.
    Por otra parte yo podría decir que Cesar le debe su fama a los hmbres de las legiones con las que combatión en las Galias y en las guerras civiles, pero sería un ejercicio inutil.
    Yo no acuso a Cesar de racista u homofobico, y la McCullough tampoco. Simplemente digo que evidentemente la McCullough crea un Cesar que para ella es perfecto. La imagn de la perfeccion de Collen es para mi racista y homofobica.
    Saludos cordiales.

  97. Rafael Rico dice:

    Sinceramente, creo que con exposiciones largas y, desde diferentes puntos de vista, venimos a decir lo mismo, jaja
    Un abrazo

  98. Joaco dice:

    Exelente entonces opinamos igual, a ti t gusta Collen y a mi no y eso genero un malentendido.
    Un abrazo

  99. JJSala dice:

    Joaco, no voy a entrar a cuestionar tus calificativos (homofóbica, racista) a la Sra McCollough, a quien no tengo el gusto de conocer, y que por lo tanto no tengo la obligación de defender, salvo como novelista y creadora.

    Solamente decirte que estás empecinado en una cuestión ideológica, que te lleva a ver y analizar en clave política lo que es tan solo un tema literario menor.

    La creatividad artística, en cualquier caso, está reñida con la imposible fidelidad a los hechos y realidades históricas, los cuales responden siempre a la visión personal, interesada y subjetiva de los «historiadores».

    No es que un artista tenga que ser «infiel», por sistema, a la realidad, es que ésta es inaprensible de tal manera que el artista/observador/historiador siempre expresará e interpretará en su obra su particular visión de los hechos, modificándolos en tanto en cuanto vierte sobre ellos su particular mirada ideológica y/o religiosa.

    Para consulta en Google sobre Espartaco, yo simplemente he escrito el nombre y salen varios Links, en los cuales consta lo dicho, que Espartaco había sido soldado auxiliar del ejército romano, cosa que carece de importancia y únicamente lo mencioné, así como lo de Ulises, porque para tí parece tenerla mucho.

    Salud y hasta otra amigo Joaco

  100. Arauxo dice:

    A mí me gustaría tener tiempo para debatir muchas de las cuestiones que aquí se han abordado, pero lamentablemente, ahora no lo tengo. Sólo puedo comentarte, Joaco, que pese a que todos en esta página parecemos estar de acuerdo en que la Cullough no es, desde luego, historiadora ni como tal puede catalogarse, tú pareces empeñado en tratarla precisamente como lo que no es: no comentas ni criticas las cualidades (que algunas tiene) o defectos (de los que tiene muchos más) literarios, narrativos, estilísticos, etc, de la serie (aunque alguno sí has tocado, como la verosimilitud), sino su mayor o menor grado de fidelidad a los hechos y -lo que resulta mucho más sorprendente- a tus interpretaciones de la Historia, por muy documentadas y fundamentadas que pudiesen estar. Es decir, toda una prolija argumentación para demostrar lo que nadie ha cuestionado: que la autora es novelista y no historiadora.

    Pero además, subrayas que McCullough está obsesionada con la homosexualidad de César. Y, si no he contado mal, has terminado tres de tus últimos cuatro comentarios del mismo modo, es decir, acusando a la autora de homofobia y racismo, cuando nadie strictu sensu te lo ha rebatido. Francamente: parece que la obsesión respecto a tales cuestiones… no afecta sólo a la autora.

    Y también, francamente, haces afirmaciones que no logro comprender. Ojalá tuviera tiempo para comentarlas todas… Como muestra un botón:

    Aunque el solo hecho de negar la homosexualidad de Cesar ya sea reprobable…

    ¿El sólo hecho de negarlo es ya reprobable? Entonces… ¿Hay verdades históricas inmutables cuyo cuestionamiento convierte a quien duda en un inmoral? Porque si así fuese, apañada estaría la ciencia, apañada estaría la literatura, apañado estaría el arte, apañada estaría la libertad de expresión y apañados iríamos todos con semejantes planteamientos intolerantes, que dejan en pañales a cualquier fundamentalismo religioso o integrismo ideológico. Estoy seguro de que no has querido decir lo que has dicho ¿verdad? Y por eso digo que hay afirmaciones que, como esa, no acabo de entender.

    Un saludo, desde el mayor de los respetos y… desde la mayor de las discrepancias.

  101. Valeria dice:

    Por terminar, porque creo que el asunto no da para más:

    «Inventar hechos ilógicos a contrapelo de las fuentes» es impensable en un ensayo. En una novela histórica, no necesariamente tiene que ser deleznable (y habría que empezar por definir qué es un hecho ilógico en terminos de rigor histórico, y si a contrapelo de las fuentes lo entendemos todos igual). Yo hace mucho que me leí las primeras obras de la saga de la la Macu, pero no recuerdo ninguna invención de hechos. Es más, creo que incluso razona en algún caso -¿el juicio a Cayo Rabirio?- por qué ubica temporalmente unos sucesos antes o después de otros, exponiendo sus argumentos.

    Utilizar esquemas mentales actuales (actitudes, derechos, creencias, valores, etc) para enjuiciar hechos del pasado es -en eso estamos de acuerdo- una especulación forzada de la historia. Pero me parece que incurres, Joaco, en eso mismo. Deducir que porque en una novela se plantea que César no era homosexual es «introducir la homofobia en la Roma republicana» me parece una generalización que, en mi opinión, no se sostiene.

    A mí el color de ojos de César me la refanfinfla. Creo que eso no influyó en su decisión de cruzar o no el Rubicón. Y que en una novela sea divino de la muerte, si la obra está bien hecha, entretiene, se ajusta a los sucesos históricos y consigue captar mi interés, a mí no me importa. A unos les gustará, a otros no. Cuestión personal. Sin embargo, me parece excesivo que eso derive en afirmaciones como «racista» y «homofóbica». ¿Por lo que escribe en una NOVELA? Lo siento, pero para mí sí es exagerado.

    Y me sigue intrigando por qué hay personas tan interesadas en defender que a Cayo Julio le gustaban los mozos, o que le gustaban las mozas o que le gustaban ambos. A mí ni me va ni me viene, y además creo que eso será siempre motivo de especulaciones, porque no puede demostrarse ni lo uno ni lo otro. Simplemente no consigo vislumbrar el interés de ese debate en particular.

    En fin, que al final se reduce todo a una: cuestión de gustos. Y todo el mundo tiene el suyo. A unos les gusta un libro y a otros no. ¡Qué aburrimiento si a todos nos gustara lo mismo!

    Un saludo.

  102. Arauxo dice:

    Respecto a tu primer párrafo, Valeria, donde dices que «Inventar hechos ilógicos a contrapelo de las fuentes” es impensable en un ensayo. En una novela histórica, no necesariamente tiene que ser deleznable, yo cambiaría ese último adjetivo. Pero incluso iría más allá: lo que importa en un ensayo es la honestidad que lo inspira, aunque sus conclusiones parezcan completamente erróneas. Y en una novela… lo que importa es que nos deleite, puñetas, que para eso leemos narrativa: para gozar. Hay otros libros mucho más apropiados para aprender (o, por lo menos, para aprender Historia). La novela puede contarme que César no murió asesinado, sino de viejo, junto a Servilia. ¿Y qué? Más tonto soy (y es una frase hecha, por supuesto) si me lo creo, porque es una obra de ficción. Lo que a mí me importa es que la novela me conmueva y sea capaz de evocar con verosimilitud una realidad que el escritor haya imaginado, por muy fantasiosa que ésta sea. Lo que resulta incomprensible es que las novelas de McCullough todavía aparezcan mencionadas en algunas bibliografías o que aún haya gente que se crea las pamplinas desternillantes de algunos bodrios narrativos como los de Brown.

    Muchas veces los peores enemigos de la novela histórica son -somos- sus propios lectores. Sobre todo aquellos que pretenden encontrar novelas absolutamente exactas, absolutamente fieles, sin el menor atisbo de anacronismo, sin la menor licencia, sin la menor propuesta, sin… imaginación. No son lectores de narrativa histórica. Son censores literarios y enemigos de la imaginación.

    Afortunadamente, en Hislibris… siempre nos quedará Thornton Wilder

  103. JJSala dice:

    ¡Hola Arauxo!.

    Ya echaba de menos tus intervenciones magistrales.

    Por una vez estamos de acuerdo, aunque sea para defender el honor artístico de la Sra. CmC.

    Saludos cordiales

  104. Derfel dice:

    Y el honor histórico de la Sra. Ascanio en otro hilo (aunque eso le va a costar bastante más…)

  105. Joaco dice:

    Veamos, en primer lugar aclarar que no hay ningun rencor personal contra ninguno de los que aqui escriben, lo que puede malinterpretarse del furor con el que critico a Collen.
    En segundo lugar Arauxo y JJSala han señalado algo cierto aca nadie defiende a McCullough como historiadora, solo como novelista. Mi furor por este punto fue por enterarme de dos cosas, que Lago, ese tipo que tiene una pagina en internet sobre las legiones o sobre Cesar mejor dicho, escribió un libro y puso a la obra de Collen como biliografía, lo que me parece espantoso, y que le dieron a Collen McCullough un titulo honorífico en no se que universidad, lo que a la luz de sus libros también me parece espantoso. Disculpen si alguien le molesto un comentario ue quizas estaba fuera de lugar. Por otra parte al justificar algunas de sus invenciones con fuentes históricas la misma autora es la que le da una dimensión cuasi histórica a su propia novela. Y voy a señalar que a mi no me parece que estos libros esten tan bien documentados como algunos señalan, no más por ejemplo que el «Espartaco» de Arthur Koestler.
    Valeria: Este tema no solo que da para más sino que la discusión podría ser tan larga que mejor cortarla por lo sano. Mi visión de Espartaco no es en absoluto anacrónico, no es la esbozada en el libro de Koestler, pero para demostrarlo tendríamos que discutir muchisimo, especialmente algunos temas espinosos de política que mejor no tocar, el tema de Espartaco por lo tanto mejor que quede en punto muerto.
    Hay tres afirmaciones sin embargo que voy a mantener.
    Primero, la verosimilitud, es un requisito para que cualquier novela sea buena. Dentro de la verosimilitud la lógica tiene un papel fundamental, pero solo en la medida en la que la propia novela lo acepta. Si yo hago una novela de magos no tengo porque aceptar las leyes de la física pero si yo hago un policial ingles no puedo poner una solución tipo «y los extraterrestres lo succionaron con una maquina de protones y lo teletransportaron al espacio sideral». Si Collen escribe una novela de hombres de carne y hueso no puede poner un tipo que sea perfecto porque sencillamente, no existen. Si esto no les convenze les pongo como ejemplo el caso en el que Cesar derrota a 50.000 pónticos a los 20 años y no se lo dice a nadie. Es ilógico, cualquiera lo hubiese gritado a los cuatro vientos por más que el imperium de fulano y que Lucullo esto, lo que quieran, pero se la hubiese rebuscado para ganar fama, justamnte merecida, y fundamental para su carrera política. Esto se llama inverosimilitud y no hay que ser ningun fundamentalista para pensarlo.
    El tema de la historicidad esta muy relacionado con el anterior pero es distinto. Por empezar aca o soy ningun fundamentalista sino todo lo contrario. Yo creo que cualquier amante de las novelas de genero histórico TIENE que leer a Tolkien, aunque no sea una novela historica. Yo mismo he empezado a escribir, en mis años mozos, novelas que eran una extraña mezcla de historia y de ficcion pura, como por ejemplo una que narraba la expansión de la República Romana desde sus inicios solo que como si fuese un reino medieval y otros disparates semi-históricos, semi-delirios, ucronías, viajes en el tiempo (pero reforzando al mango el componente histórico) y mitos que nunca existieron. Me parece que son todos lugares inexplorados y que podrían dar muchísimo si alguien los explotase.
    Pero hay una ley que si hay que respetar (como la poesía que es libre en tanto uno respete las leyes que uno mismo se impone), que es la que el autor establece con el lector desde las primeras páginas y sobre todo desde las notas, espígrafes, etc. Que por otra parte no es caprichoso sino que tiene un objetivo claramente definido y sobre todo interesante. Aca es donde Collen falla. La autora te presenta el libro como bien documentado y donde presenta nuevas hipótesis bien fundamentadadas. Y es falso, a cada veinte páginas introduce una interpretación personal qe no se ajusta a los documentos y que no tiene otra justificación que el partidismo de César. La mitad de la juventud de César son inventos para hacerlo quedar mejor. Sinceramente ¿a ustedes le parece que este es un buen motivo para inventar hechos de los cuales se puede presindir? Koestler quiere hacer una analogía política e inventa «El Estado del Sol», Graves quiere xplicar algunas hipótesis muy interesantes acerca de los mitos y fuerza la leyenda para novelarlos. ¿Collen quiere hacer que Cesar pareza un dios y los demas una mierda? Para mi no se justifica.
    Y ademas uno puede reinterpretar los hechos dudosos o no tan dudosos para darle un poco de emoción a una obra un poco aburrida, pero a mi me parece que una novela histórica es mejor si se respeta el espiritu de la época, los juicios y valores morales que tenían esas personas. Por ejemplo la serie «Roma» esta llena de «errores históricos» pero sus personajes tienen conductas que son claramente antiguas, que son completamente distintas a las nuestras. Como cuando Cesar para no decir que tiene epilepsia, le pide a Octavio que diga que es homosexual (de paso los guionistas hacen un chiste histórico, algo en mi opinión precioso, como los miles que tira Linsdey Davis en la serie de Falco). Collen no tiene eso, sus personajes son demasiado modernos.
    Por último la acusación de «racista» y «homofobica» es muy fuerte, para tirarla aleremente por ahi, lo admito. Quizas Collen no sea así personalmente, la verdad no lo se, no la conozco. Solo digo que su visión de la perfeccion (porque la vision que tiene ella de Cesar es claramente perfecta y la autora lo dice textualmente) me parec homofobica y descontextulizada para la época. En cuanto al tema del racismo, no me decido entre, si es efectivamente racista, o si es solo un «principe azul». En todo caso es discriminatoria. En este sentido que Cesar sea heterosexual y tenga los ojos azules, no es un tema de menor importancia, menos el de la sexualidad que la misma autora lo machaca con cada aparición de Cesar con una fijeza enfermiza.
    Saludos cordiales, que vuestros corazones bailen alegres al son de flautas y tambores y que vuestros espiritus se alzen firmes, alli donde otros bajan la cabeza al paso orgulloso de los vencedores.

  106. Joaco dice:

    Una cosita que me quedo suelta (disculpen las intervenciones largas es que son muchas cosas que tengo que decir), cuando digo Arauxo que el solo hecho de negar la homosexualidad de Cesar es reprobable, lo digo en función de su partidismo, reconocido por todos. Collen lo defiende a Cesar, entonces niega su homosexualidad. Implicitamente esta reconociendo que la homosexualidad es mala. Peor si lo hace de una forma tal que no respeta los valores de la época.
    Saludos Cordiales

  107. Martín L. dice:

    Tengo una disidencia parcial con el autor del post con respecto al «partidismo» de la obra de McCullough. Es innegable que en general hay una orientación favorable hacia la facción popular y que el personaje de César es endiosado -recién en el sexto libro muestra algunas fisuras-.
    Ahora bien, no creo que todos los miembros de la facción optimate sean vilipendiados. Marco Emilio Escauro es un personaje delicioso: ese discurso, en las vísperas de la Guerra Social, donde pide que le den a Cayo Mario el mando de un ejército, reconociendo sus pasados enfrentamientos con él, es de lo mejor de La corona de hierba.
    Y no puedo dejar de mencionar a Sila. Al dictador se lo muestra casi siempre con una luz favorable; incluso sus crímenes tienen algo de grandeza. No deja de inspirar simpatía la entereza con la que soporta, en Favoritos de la Fortuna, la enfermedad que le deja el rostro marcado. Y ni hablar de la escena genial donde reúne a todos los políticos de Roma, les revela su homosexualidad y besa a Metrobio delante de ellos.
    Ahora bien, es cierto que Pompeyo siempre aparece como un tonto, y que a Cicerón se lo muestra bajo una óptica casi totalmente negativa en Las mujeres de César y César (no así en Favoritos…, donde se repasan sus casos criminales más célebres como el de Verres y el de Crisógono). Pero no creo que a Catón McCullough lo ridiculice; me parece que más bien lo ve como una figura trágica. Otros dirigentes como Catulo, Bibulo y los Metellos sí son blanco de sus burlas… quizá merecidas.
    En lo que se refiere a los políticos de la facción popular, creo que solo a César se lo idealiza. Cayo Mario, en La corona…, termina sus días sumido en una demencia senil y rodeado de un baño de sangre. Sertorio acaba paranoico y borracho. A Mario el Joven se lo muestra desde el principio como un sujeto arrogante e inseguro, cuyo único mérito es ser hijo del Gran Hombre. Marco Antonio permite que asesinen a César. Octaviano no inspira la menor simpatía…
    Creo que me dejé llevar bastante por el comentario, but I had to make my point.
    Saludos.

  108. Ignacio dice:

    He leído seis de los siete. Me salté El caballo de César, pero ya lo he sacdo de la biblioteca para leerlo ya. En general todos bastante bien. Marco Antonio y Cleopatra acaba por derribo, parece que ya había completado el número de páginas ó le había metido prisa el editor para sacar a la venta.
    creo que Colleen es una excelente novelista que relata muy bien y te hace vivir la historia. En general el trasfondo histórico creo que está bastante acertado.
    Este verano leí El pájaro espino, que también es un tocho y me encantó.
    Las opiniones personales son muy particulares de cada uno y ca cual es ca cual.

  109. azuda dice:

    Buenas, es mi primer comentario, para hablar de unos libros que a mi personalmente me parecen excelentes. Empecemos por el principio y es que parece que a Collen (me ahorro el apellido) se le juzga por no ser historiadora de profesión, pero esto creó que es una cuestión irrelevante. Conozco a muchos con el título de historía con conocimientos inferiores a meros «aficionados» y es que precisamente una de las grandes suertes de la historia es que es una ciencia abierta, donde pueden surgir aportaciones geniales desde lugares y personas totalmente inesperados. De hecho la erudición historigráfica de Collen se ha visto confirmada con un honoris causa en historia.

    Joaco, el problema que veo yo con tus comentarios es precisamente el problema que tu le atribuyes a las novelas y es que veis la historia de maneras diferentes. El ejemplo de espartaco que tu pones me viene de perlas para justificar mi opinión. Estas empeñado en ver a Espartaco como algo que tu visión de los hechos justifica, con una gran importancia y hablando de que la importancia de espartaco es tal por ser una rebelión social, es una visión valida de los hechos, pero ni mucho menos es la única. Yo estoy más cerca de verla como una rebelión de esclavos más, que adquirio nombre por ser la que contó con más posibilidades de tener éxito y magnificada en nuestros tiempos mediante Kubrick. El hecho de que sea exlegionario o no lo veo una cuestión secundaria, igual que si es tracio de la campania. Aunque realmente viendo sus parciales exitos militares me inclino más por la versión de un exlegionario italiano, pero realmente ni lo se, ni me importa, no es la verosimilitud que le pido a una novela histórica, sino que la verosimilitud que le pido es que me de una explicación racional al hecho en si, cosa que esta logrado en las novelas y que creo que es su gran virtud.

    Igual me sucede con la figura de Cesar (aunque no soy ni mucho menos tan cesarista como la autora). Me da igual que sus ojos sean azules o marrones, o que los cambie de color porque crea que el relato se ajusta mejor. Si Cesar es hetero, homo o bisexual es uan cuestión que solo me interesa en como afecto en la sociedad homofóbica (al menos en lo que a vida pública se refiere) de la Roma del momento. De hecho sus decisiones más alejadas de la «historia convencional» la autora hace el esfuerzo de justificarlas en grandiosos épilogos, un esfuerzo que yo agradezco.

    Sin embargo veo pocas referencias aquí a la historia de la segunda hija de Cesar y Sila, cosa que no hace más que confirmarme el Cesarismo de la visión historica actual y el miedo que se tiene a tratar cualquier aspecto anterior a la historia de Cesar, miedo que los libros superan y tratan en profundidad, lo cual ya es de agradecer por ser un periodo maltratado en la historia.

    Respecto al tratamiento favorable y desfavorable de algunos personajes de algunos personajes en la novela. Sí, indudablemente, pero es una novela no un ensayo. Cesar no me cae tan bien como a la autora, Ciceron y Catón me merecen mejor opinión de como aparecen tratados en el libro. Druso, pese a tratarlo magnificamente creo que merece aún más importancia y no creo que Servilia realmente fuera tan mala… (dejo la palabra siguuiente a gusto del lector) y el conflicto Mario-Sila creó que tiene raices anteriores al momento en que lo situa la autora. Pero aunque no coincida en muchos casos con mi visión de la historia no puedo dejar de maravillarme ante el trabajo y la verosimilitud de esta obra. ¿yo la hubiera escrito de otra manera? Sí, por supuesto, pero eso no quiere decir que no acepte otras formas de ver la historia.

    Respecto al racismo (aunque creo yo que más bien es xenofobia) que desprende la obra no creo yo que sea cosa de la autora, más bien la sociedad romana era así. Romano es bueno, extranjero inferior.

    En definitiva, sin necesidad de verlo como un tratado de historia, porque no lo es, yo creo que son unas novelas que recrean con gran acierto la vida de la alta sociedad romana en los últimos años de la república. Da la sociedad más humilde realmente veo imposible crear un relato de este tipo, ya que si en los años anteriores a Cesar nos encontramos con escasez de fuentes, las fuentes que hablan sobre la baja sociedad romana ya son nulas y tendríamos que tirar casi exclusivamente de fuentes arqueológicas y si bien estas nos hablan de la vida cotidiana de las personas poco nos dicen sobre como se tomó un habitante del Subura los discursos en la camara de Escauro.

  110. Aethel666 dice:

    Yo voy por Favoritos de la Fortuna, el tercer libro, y no se si será porque siempre me han gustado las cosas de romanos o por qué, pero estoy maravillado con esta saga. Claro que la autora es un poco partidista, pero tampoco miente en lo que dice, se inclina por los populares? si, por supuesto, pero es que es cierto que los optimates eran una manda de cerdos que no aceptaban que hubiera igualdad con los itálicos o los no patriciosl… y es sincera, pues también crucifica a tribunos de la plebe demagogos que se aprovechan de su influencia con la asamblea del pueblo para llegar a lo más alto, como Quinto Apuleyo Saturnino…

  111. Coriolano dice:

    Hola a todos
    Es la primera vez que escribo en este foro, que en realidad me ha fascinado, al igual que la monumental obra de McCollough. Comence a leerla hace 13 años y quedé cautivado por ella, y ahora sólo me falta la última, que aparentemente es la que cierra la saga. Desde niño me ha encantado la historia, pero Roma es mi pasión y creo que esta serie contribuyó enormemente a que me dedicara más a su estudio. Justamente acabo de empezar a escribir una Historia de la República Romana y me interesa leer todo lo que pueda estar relacionado.
    Las cualidades de la obra son numerosísimas, en especial el hecho que la autoria sea tan cuidadosa con los detalles históricos. Sin embargo, al igual que muchos acá, comparto la opinión que exagera demasiado las virtudes de César, dándole al comienzo un protagonismo que nunca tuvo, como en los días previos al primer consulado de Pompeyo y Craso, y durante la mayor parte de la década de los 60, antes de la conjuración de Catilina. Incluso su derrota en Gergovia y sus casi seguras maquinaciones como partícipe de la conjuración de Catilina y en el asesinato de Clodio, son camufladas. Por ello, creo que el personaje que mejor desarrolla Colleen es el de Sila (a Mario ya lo agarra a los 47 años), quien lejos de configurarlo como una caricatura del mal, presenta a un hombre con talentos y miserias, en mi opinión el más humano de todos.
    Las dos primeras obras me parecen espectaculares, pero luego la autora cae en una serie de errores, algunos de ellos imperdonables, quizás agobiada por el número excesivo de fuentes, que va creciendo conforme se acerca el final de la República. Por ejemplo, Mitrídates es abandonado por completo, y ello lo considero fatal, tomando en cuenta que venía siendo muy bien representado en la «Corona de Hierba». Lo mismo ocurre con personajes menores como Mamerco, el Lechón Metelo, Lúculo (que es un personaje plutarqueano) y otros más. El final de Craso es demasiado abrupto y duele un poco que deba ser narrado por un tercero (Casio), mientras que Catilina siempre es secundario.
    Pero a pesar de estos errores, la novela es del todo grandiosa, en especial para todos aquéllos que estén enamorados de la antigua Roma.

    Un saludo

  112. Francisco dice:

    ¡Caramba! Leyendo todo lo que se ha escrito aquí sobre la saga de C. McCullogh y la historia de Roma, se amplian notablmente los conocimientos que se pueden tener al respecto.
    Yo por mi parte deseo comentar que cayó en mis manos El caballo del César por casualidad, y cuando inicie su lectura quedé fascinado y no pude dejarlo hasta concluir la lectura del mismo. Ahora estoy con El primer hombre de Roma, y me ha propuesto leer toda la saga.
    Mi opinión: Impresionantes, Atractivos y Maravillosos, adoro a la señora McCullogh por su narrativa apasionante y llena de vida y vitalidad

  113. Nacho dice:

    Otro mas que se une a los lectores de la saga sobre Roma de esta genial escritora. Estoy terminando Antonio y Cleopatra aunque he de decir, que aunque me quedan apenas 100 páginas para terminar éste volúmen lo he dejado un poco apartado en favor de un autor nacional, Santiago Posteguillo, que con su trilogía sobre Escipión (Africanus, Las Legiones Malditas y la Traición de Roma) ha conseguido absorver por completo mis noches en las últimas semanas hasta que he devorado de seguido sus tres novelas.
    Cierto es que no quiero comparar a Santiago Posteguillo con Coleen McCullogh sin embargo las de Coleen las he leído porque me apasiona Roma y las de Santiago las he leído porque me vi atrapado en una espiral de acontecimientos sobre Escipión el Africano que resultó ser pura droga.
    Lo recomiendo a los que les gusta la novela histórica sobre Roma.
    Un saludo !!

  114. richar dice:

    Saludos Nacho y bienvenido.

    Tienes por aquí las tres reseñas de los libros de Posteguillo, por si quieres echarle un vistazo y dejar tu opinión (puedes usar el buscador o el listado de reseñas del menú derecho para encontrarlas).

    Un saludo,
    Richar.

  115. Legio X dice:

    Salvo Antonio y Cleopatra, una serie fantástica y potentísima. Ya la citan varios autores de otras novelas en su bibliografia

  116. Marc dice:

    Yo ya acabé de leer las seis primeras y dejé «Antonio y Cleopatra», para leer el Yo Claudio y ahora voy por la segunda de Posteguillo. Pero después de leer lo que aquí decís creo que voy a pasar de leer Antonio y Cleopatra. Así me quedaré con un muy buen gusto de boca con Colleen. Empecé con Alejandro el Grande, después con Mario, Sila y César, seguí con la guerra de Troya y ahora estoy con Escipión Africano y Aníbal. No quiero meterme en el Imperio, … ¿Se me están acabando los grandes personajes militares pre-imperio-romano? Saludos a todos desde la antigua Gerunda (por cierto, fundada por Pompeyo en la guerra Sertoriana, jeje, ;-)

  117. A dice:

    Pues si toma partido por los populistas que destruyeron la republica dudo mucho que me guste.
    Me quedo con la trilogía de Robert Harris sobre Cicerón. Es magnífica.

  118. Ramón González dice:

    Esta saga es uno de los ejemplos mas lamentables de manipulación histórica. Omite hechos( como el juicio en el que Marco Tulio Cicerón derrota a Cayo Julio Cesar en defensa de uno de los miembros d la farmilia Cornelio Pison, que Adrian Goldsworthy, un autor infinitamente superior, si cita el su libro «Cesar», que por cierto os recomiendo), inventa otros( reconozo que no tengo pruebas, pero me NIEGO categoricamente a creer que Cneo Pompeyo Magno amenazara a Marco Tulio Cicerón de muerte si defendia a Milón, aunque es verdad que Magnus seguramente estaba en contra de su absolución, y Montanelli en su «historia de Roma» confirma la historia de la nota que Milón mando al Pater Patriae desde Marsella) porque, si lo amenazó, ¿como es posible que luego siguieran siendo amigos, que Cicerón prestara un millón a Magnus, que se siguieran tratando con normalidad? La respuesta es que no es posible, aunque reconozco que el pasaje del juicio es de lo mejor de toda la saga, resulta muy conmovedor. Además, si no había retrocedido ante Lucio Cornelio Sila, que era muchisimo más cruel que Magnus, ¿ Por qué iba a retroceder ante el picentino?repito que no puede ser.Manipula,o al menós lo intenta, la opinión del lector( como dice Tom Holland en Rubicón, que es otro excelente libro, cuando Exalta demasiado a Cayo Julio Cesar(» escribe obras de teatro tan buenas como las de Accio…ha mejorado las poleas del inventor»….»puede leer de corrido», que gran hazaña por cierto…¿Alguien no puede?)

  119. Ramón González de Paz dice:

    Perdon, que se me ha cortado el comentario. Como decia( he dejado lo de Tom Holland a mitad), cuando el tribuno de la plebe( no recuerdo el nombre, lo siento) intenta vetar el acceso de Cayo Julio Cesar al Tesoro, lo aparta. Se acabó la defensa de los derechos del pueblo. Y eso que Cesar( como le dice Publio Rutilio Rufo a Cayo Mario en » el primer hombre de Roma», me perdonareis que cite a los personajes por el cognomen, pero es un post largo xddd) se puso en marcha bajo el pretexto de que el Senado había prohibido a Marco Antonio y a Lucio Casio ejercer el veto tribunicio… En cuanto a hechos manipulados hay una grandisima cantidad. En el triunfo africano, Holland( que es catedratico de la materia y escribe ensayos, no novelas divulgativas, por lo cual me es de más confianza) señala que Cesar represento a Catón suicidandose, no bebiendo vino, lo cual sería mas excusable. No se cuál será la verdad acerca del «pro Rabirio perduellionis» de Cicerón y Cesar, pero el caso es que ella tampoco, y escenifica una que ella SUPONE y que como no, es favorable a Cesar. Y ( dejando aparte otros hechos menores ), hace recaer absolutamente TODA la culpa en el Senado en el asunto de la Guerra Civil. Os propongo una cosa. En » Favoritos de la Fortuna «, Lucio Cornelio Sila Felix( se que he dicho que solo cognomina, pero es que el nombre completo del dictador me encanta, igual que Quinto Cecilio Metelo Pio Escipión Nasica, suenan de escandalo xddd) promulga una Ley en la que recoge todos los casos especificos de traición para gobernadores provinciales. Cogedla y comprobad cuantos delitos de traición habia cometido Cesar. «»Un Gobernador Provincial que abandone su provincia»Cesar se fue a Britania. 1. » Un gobernador provincial que permita a sus ejercitos cruzar la frontera provincial».Cesar no fue solo.2.»Un goberndor provincial que inicie la guerra por su cuenta. » Es Cesar el que inicia la guerra en la Galia Comata, sin provocación alguna. 3.» Un gobernador que reclute tropas suplementarias sin autorización del Senado». Cesar lo hace( y no digais que el Senado lo autorizó retroactivamente, por que como dice el consúl Marcelo, Cesar utilizó la politica de los hechos consumados»… y aparte de las que ya he citado un par más. Osea que realmente había fundamento para acusar a Cesar de traición. Osea que Cesar realmente era culpable de traicion. OSEA QUE FUE CESAR EL MOTIVADOR DE LA GUERRA CIVIL. Y aunque no lo hubiera sido, mirad a Escipión Africanus. Veo que habeis leido, algunos por lo menos, la saga de Posteguillo, asi que ya sabeis obviamente el final. Africanus( que por cierto, ley en mano, también era culpable) tenia muchisimos más motivos que Cesar para iniciar una Guerra civil, pero decidió no hacerlo. Podria haber convocado a sus veteranos, que lo habrián ayudado a tomar Roma, pero decidio no hacerlo. Podria haber contratado a un tribuno de la plebe para que vetara la moción de Catón el Censor( que hombre más desagradable, por cierto), pero decidio no hacerlo(si, estoy copiando la técnica de Cicerón en el juicio de Lucio Roscio Amerino, pero es que me mola. Y no es ninguna desgracia XDDDDD) Porque Publio Cornelio Escipión Africanus era un verdadero patriota, un hombre que sabía que las Guerras civiles traen desgracia a los pueblos que las padecen( como efectivamente acabó pasando)mientras que Cayo Julio Cesar, ese descendiente de dioses y reyes, esa joya engastada en la corona de la gens Julia, ese esforzado conquistador, ese orador deslumbrante, estaba mucho mas preocupado por su inconmesurable dignitas y auctoritas que por la suerte del pueblo romano.
    Despues de este discurso sobre la culpabilidad de Cesar( siento haberme emocionado xddd), solo me queda decir que además los personajes estan muy manipulados. Denigra sistematicamente a TODOS los asesinos de Cesar, en el sentido de que denigra su motivación( Trebonio lo odiaba,según ella porque se lo debia todo, lo cual es muy absurdo, Decimo Bruto lo asesinó porque los ensombrecia ante la historia, como si su muerte fuera a cambiar ese hecho, Bruto porque canceló su compromiso con Julia….). Veintitrés asesinos, y todos por motivos egoistas. Veintitrés asesinos y ningun autentico patriota, fijate tu si ya es casualidad. Denigra muchisimo a Cicerón, convirtiendo la historia de Catilina en algo absurdo, cuando hay bastantes libros dedicados unica y exclusivamente al asunto Catilina( aunque yo solo he leido el de Steven Saylor de la serie de aventuras de el detective Gordiano, y por cierto, para que veais que no es que yo odie a Cesar, Saylor lo pone a parir, entre otras cosas dando por hecho que la aventura de Cesar y Nicomedes es cierta, y yo no os recomiendo para nada a Saylor, que es un pesimo investigador en cuanto a fuentes, que no comprueba lo que escribe y mete muchisimo la pata), x cierto, esa es otra, que lo de Nicomedes sea mentira…Robert Graves dice en su «Yo Claudio», en el poema inicial, » El primero de los velludos que tiranice al Estado….Será un hombre para cada mujer, y una mujer para cada hombre…desde luego, yo no se si es verdad, pero igual que en el asunto del perduellionis de Rabirio, la autora vuelve a coger la versión que favorece más a Cesar. No solo destroza a Ciceron, sino tb. a Bibulo, Caton, Ahenobarbo…ahi, salvo Cesar y sus adlateres, no se salva ni dios.

    Resumiendo: como libro de lectura, bueno. Como folleto propagandistico de la casa Julia en su rama Cesar, aún mejor. Para conocer los hechos innegables, no está mal, mucho mejor que el Montanelli( aunque este su gran problema es que es demasiado corto) y otros, pero no el mejor que he leido. Pero en cuanto a objetividad y seriedad…espantoso, horroroso .Para mi gusto la autora lo habría clavado si hubiera mantenido en la pugna Cesar/Pompeyo la misma » objetividad»( lo pongo entre comillas porque se nota que prefiere a Cayo Maria antes que a Lucio Sila) que mantuvo en sus 2 primeros libros. El Posteguillo es mucho más humano, Africanus( aunque a veces cae en el melodrama,es muchisimo mas creible que Cesar, dios, me encanta cuando dice lo de: ¿QUEREIS SER MISERIA, O QUEREIS VENGANZA?¿MISERIA O VENGANZA, MISERIA O VENGANZA, MISERIA O VENGANZA?..tos los pelos como escarpias se me ponen xddddddd No obstante, me he leido 100 veces la saga ( creo que se nota, porque la lista de delitos la he tenido que sacar, pero de los discursos de Ciceron me se trozos enteros de memoria xddd) y está muy bien, pero esa mujer me dan ganas de gritar, como Magnus en el 5º libro de la saga: «¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Libradme de este Cesar!!!!!!!!!!!!!!!».

  120. jerufa dice:

    Ramón, ¿tú eres nuevo por estos lares, no?
    Es que citas muchos libros que ya hemos comentado aqui.
    Podrías darte una vueltecita primero.
    Clica a la derecha, donde pone «listado de reseñas». Seguro que te llevarás agradables sorpresas.
    Un saludete y bienvenido.
    ¡Ah!, no coincido contigo en eso de que novelar la historia sea algo lamentable.
    Es una forma de escribir como cualquier otra y tan respetable como cualquier otra. Para profundizar en la historia existen otros caminos.
    Opino, como diría alguien.

  121. jerufa dice:

    Como se entere Arauxo…

  122. Urogallo dice:

    Hombre, es que lo comparas con Montanelli y Holland, que sí, son fantásticos, pero son ensayos…Y esto es una novela. ¿Le podemos dar un poco de libertad a la autora para construir su personaje,no?.

    Que sí es cierto, no obstante, que lo diviniza, a costa no solo de exaltarle, sino de convertir en peleles a los demás. ( Excepto al Uticense).

  123. Ramón González de Paz dice:

    Gracias por la bienvenida, Jeruxa. Ya me he dado esa vueltecita y es bastante impresionante. Yo no he dicho( o a lo mejor si, en cuyo caso lamento el haberme dejado llevar) que novelar la historia sea lamentable. Conoceis sin duda «SPQR», de Mika Waltari, que es historia novelada y me parece bastante decente. Asimismo, respeto » El médico del Emperador»( no recuerdo el autor, lo siento) y definitivamente me encanta la saga de los reyes malditos de Maurice Druon( supongo que estan reseñados, si no lo están, deberian estarlo xddd). Lo que me molesta es QUE SE MANIPULE LA HISTORIA DESCARADAMENTE. Eso es partidismo. Urogallo, libertad es una cosa, desverguenza( en mi modesta opinión)es otra. Y a Marco Porcio Catón no lo convierte en un pelele, pero lo intenta con todas sus fuerzas. Fijate si no en que, ( por lo menos en la edición que yo tengo, puede que se trate de un error de traducción) muchas de las veces que Catón habla no utiliza la expreción «chilló» o «exclamó», sino «ladró» o » rebuznó», yo lo encuentro muy denigrante…Pero bueno que ya me vuelvo a enrrollar cual persiana, que muchas gracias por la bienvenida, que veo que sois unos cracks, y que vendré más por aqui.
    PD: » No se si conseguiremos destruir a Cesar, pero Cesar nunca logrará destruirnos a nosotros».

  124. Lohengrin dice:

    Lo que te molesta, Ramón, no es que se manipule la história, lo que bajo mi punto de vista Colleen no hace, sino como desarrolla los personajes.

    Leyendo a Suetonio y Rubicón de Tom Holland, no parece que se aparte de los hechos y cuando lo hace deja unas notas al final argumentandolo.

  125. Joaco dice:

    Despues de un año mas o menos que hice una descarga sobre la obra de Collen, vuelvo para realizar otra descarga sobre la obra de Collen. Lo hago porque en parte el tiempo clarifica las ideas y en parte porque siento que en la lamentable ofuscación del debate desdibujé un poco mi propio razonamiento.
    Lo que choca de este libro son dos temas. Primero, el partidismo. Pero no es por el partidismo en si. Es porque es un partidismo burdo grosero y plagado de estereotipos modernos. No importa si Collen siente debilidad por Cesar si no como demuestra esa debilidad. Collen retrata a un superhombre, si leyeron el libro saben a que me refiero, capaz de hacer cosas que no solo el resto no puede sino que directamente son imposibles. El conjunto es más irreal aun. Lo interesante del tema es que cae en un viejo mito de la historia que ha sido y sigue siendo machacado pero aun persiste en la divulgacion berreta (hablo de ensayos) que es el del procer. Hombre fuerte, noble de sentimientos, capaz energico y sobre todo exelente militar. Fijense cómo la capacidad militar suele ir de la mano de la belleza en los personajes principales (y ya sabemos que el mas apuesto es Cesar) mientras que personajes que destacaron por su oratoria o por su integridad moral, como Ciceron y Caton son ridiculizados hasta el hartazgo. Es una construccion vacía y que si tiene algun sentido como mirada restrospectiva para los generales modernos es completamente ridicula aplicada al mundo antiguo porque no tiene utilidad politica. El problema es que años de formación nacionalista en la idea del prócer nos han acostumbrado a pensar la historia en ese sentido, que es por cierto pobre e insuficiente a la hora de explicar los procesos históricos. La historia no se mueve por voluntad de los grandes hombres, sino por otros factores que atañen a la naturaleza de las distintas sociedades.
    Pero el otro aspecto más importante de porque esta serie es mala, es porque literariamente es burda. Sus personajes son estereotipos, sus dialogos son básicos y abusa de ellos evitando las descripciones y las narraciones, las situaciones que plantea no son creibles. Algunos libros destacan por la filosofía, este no tiene nada de eso y todavía cuando aparece un intelectual los dialogos son superficiales y vacios. Otros libros destacan por el desarrollo de personlidades complejas e interesantes, este tiene personajes que se ajustan a moldes modernos. Otros nos atrapan porque presentan sociedades o mundos completamente distintas y facinantes, este escapa de tener que decir nada sobre la sociedad romana y en general prefiere adjudicarle a los romanos creencias modernas perdiendo el encanto de entender en el otro la diversidad del ser humano. Otros sencillamente nos conmueven por la poesía del lenguaje llevada a la prosa, este no tiene nada de eso. Ergo, no tiene nada exepto la descripción minuciosa de los distintos acontecimientos. Para eso es preferible leer a Plutarco o los últimos ensayos históricos.
    Salud

  126. Fátima dice:

    La verdad es que me leí este libro cuando estaba en 5º curso de la Licenciatura (¡que lejos me queda el año 2000!), y he de reconocer una cosa…me enamoré del curso de la Historia.
    Actualmente tengo los 7 libros en mi biblioteca personal (sobados y resobados), aunque el que más flojo me parece es el de Anotnio y Cleopatra… He de reconocer que aunque se diga que toma partido por los políticos «populistas», creo que también retrata y apoya de buena manera a Sila (gran descubrimiento de personaje por mi parte) y a la maltrecha figura de Antonio, dado que da muestras de la manera en que se vive la infancia ha marcado a estos personajes.

    Recomiendo toda la serie sin dudarlo.

  127. txemilladebonsai dice:

    La serie es aco******* . Y lo mejor de ella es que, al releerla,es mucho mejor.Me da igual su «parcialidad » ,nadie critica al Mr. O’Brien ,o a Mr.Cromwell ,o al Sr.Reverte por lo mismo,uno ha de asumirlo cuando abres un libro suyo,¿verdad?
    Recomiendo también La canción de Troya;una de las mejores,y más amenas versiones de la guerra de Troya que he leído nunca.Si dejaran contar la historia tal que así en los colegios,en lugar de hacer memorizar millones de datos y fechas absurdas,a lo mejor nos iría mejor.Creo que si una novela no entretiene,tiene el mismo sentido y utilidad que el cenicero de una moto.

  128. liria echeverry dice:

    Deseo comprar la saga de historia en Espanol.pueden informarme donde?

  129. Andrea dice:

    Hola, la verdad es que después de leer TODOS los comentarios de aquí, y quedar fascinada con los argumentos a favor y en contra lo que les diré puede sonar simple pero creo q seré comprendida en este lugar =) :
    Finalmente después de 10 año! terminé de leer la saga original, osea, hasta el caballo de césar o más bien, desde el caballo de césar…esto es porque la serie y la autora llegó a mi cuando terminando de leer vientos de guerra de Pressfield buscaba alguna otra novela histórica que me llamara la atención. Y Apareció el libro antes mencionado. Lo leí y lo disfruté a concho,sospechando que era parte de una saga pero sin identificarla, en fin, lo bueno de las novelas históricas es que puedes seguirle la pista facilmente. Me encantó.
    Así que me di a la tarea de averiguar el resto de los libros y conseguirlos…pocas veces aparecían por las librerias de mi ciudad- Antofagasta, Chile- y cuando aparecían en ferias itinerantes los compraba apenas los veía sin necesidad de leerlos en orden. Incluso releí El primer hombre de Roma- mi favorito- un par de veces mientras aparecían los que me faltaban.
    Luego del Caballo de Cesar, fue El primer hombre de Roma, Favoritos de la fortuna, La corona de Hierba, las mujeres de César …y hasta que apareció César…y así…los había leido todos!!…ahora releo el caballo de cesar, ya que no lo leía desde hace 10 años!…pareciera mucho, pero empecé a leer la saga cuando tenía 18 y apenas me alcanzaba el dinero como estudiante y terminé la saga- tuve que encargar el último libro desde Santiago- ya titulada y trabajando como abogada…la felicidad que siento puede ser incomprendida jejeje, pero para mi es maravilloso cerrar la etapa…claro..me falta Antonio y Cleopatra…pero para ese ya habrá tiempo, estoy feliz de haber terminado los libros que involucraban a esas poderosas figuras republicanas.
    Cierto, es una novela y cierto, el amor de la autora por César llega a ser molesto- tanto como lo que me provocó Santiago Posteguillo en su trilogía sobre Escipión…auqnue creo que en su último libro, sobre Trajano, no ha marcado tanto su amor por el personaje principal-, pero es una novela entretenida y cautivante, por lo demás, es la primera entrada para el neófito sobre Roma y le da la oportunidad de involucrarse más en la historia propiamente tal, como me sucedió a mi, terminé incorporando a mi colección Los comentarios sobre la Guerra de las Galias y Las Catilinarias.
    Por lo demás la recreación de los procesos romanos está muy bien detallada.
    En fin…terminé !! y quería compartirlo con personas que sé que me entenderás…ya sea que amen- como yo- o detesten a Collen.

  130. fatima dice:

    Hay un último libro… Antonio y Cleopatra… lo descubrí por casualidad hace un par de años en la fnac

  131. Pablo Perez dice:

    Soy de México y me gustaría saber en que tienda o librería podría comprar esta colección de libros ya que he buscado como loco por muchos lados y no encuentro un solo libro de la saga. Alguien me puede decir donde se pueden comprar.

  132. Fátima Dovigo dice:

    En http://www.lacasadellibro.com puedes encontrarlos… Tb en la página de la Fnac

  133. Balbo dice:

    Y si te engancha, recuerda que el orden es el siguiente:

    — El primer hombre de Roma.
    — La corona de hierba.
    — Favoritos de la fortuna.
    — Las mujeres de César.
    — César.
    — El caballo de César.
    — Antonio y Cleopatra.

  134. txemilladebonsai dice:

    Se nos fue una GRAN escritora … En lo que a mi respecta es una pena enorme , que Dios la bendiga ,y que me permita seguir leyendo

  135. Vorimir dice:

    Se fue una grande, sin duda.
    La imagen de la reseña ha desaparecido (o al menos yo no la veo), ¿alguna posibilidad de actualizarla?

  136. Carlos Urtasun dice:

    He acabado de leer este libro.
    Me ha parecido impresionante y me ha recordado al «Nerópolis» de Hubert Monteilhet.

    En todo caso ha sido un placer leerlo. Espero seguir con el resto de la saga, que empecé porque había terminado del Aubrey y Maturin de P. O’Brian…

  137. Juan Luis dice:

    Estoy buscando en tapa dura de la editorial Planeta el libro «Las mujeres de César» pero me dicen que está agotado, ¿como es posible en una serie que se venderá permanentemente? ¿alguien sabe si se van a reeditar en tapa dura? el rollo es que cuando has comprado los anteriores de un tipo…

  138. Iñigo dice:

    He leído por ahí, en las redes, que quizás peca de personajes estereotipados… ¿Qué opinais al respecto?

    1. Farsalia dice:

      ¿Estereotipados? ¿Han leído la misma novela?

    2. Valeria dice:

      Todos los autores, cuando abordan un personaje de la antigüedad, transmiten la propia opinión o idea que se han hecho sobre él. Y es su verdad, nada más que la suya. Pero en una NOVELA el autor pinta a su personaje como quiera. Luego al lector le gustará o no le gustará el color. Decir que los personajes de estas novelas son «estereotipados», esto es, y según la RAE, «que se repiten sin variación»…. no puedo compartirlo. Otra cosa es que te guste más o menos la luz con que la autora iluminó a cada una de sus criaturas.

      Eso sí, me encuentro entre este grupo que definió el reseñador:
      «Para los primeros, la lectura de El Primer Hombre de Roma constituyó posiblemente un auténtico hallazgo, un feliz encuentro»

Responder a Derfel Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hislibris te informa de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Ediciones Evohé, S.L. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos (nombre y correo electrónico) es únicamente gestionar los comentarios que realices en este blog y jamás serán compartidos con terceros (salvo requerimiento legal). Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad. Como usuario e interesado te informamos de que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Factoría Digital (proveedor de hosting de Hislibris) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Factoría Digital. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hislibris@hislibris.com e info@edicionesevohe.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.