EL PODER Y EL IMPERIO. LA TECNOLOGÍA Y EL IMPERIALISMO DE 1400 A LA ACTUALIDAD – Daniel R. Headrick
«El control británico de Irak consistió en pura violencia ejercida por los ocupantes extranjeros.»
Estamos ante una «Breve historia del Imperialismo». Brevísima, salpicada de montones de citas, pero subordinada a la necesidad de mantener una tesis: Que los occidentales no son mejores soldados, no tienen ideales más firmes, valores más poderosos. Que, en definitiva, no son mejores guerreros, y que solo tres factores: la medicina, la tecnología y la organización les han permitido someter al mundo no-occidental. Del mismo modo, siempre que las naciones no-occidentales han logrado acceder a esa tecnología, esa organización y esa medicina, han podido rechazar exitosamente a los occidentales. Y digo bien, digo en presente, porque el libro parece ser solo material recopilado para alimentar el debate sobre el despliegue estadounidense en conflictos asimétricos.
El problema de escribir un libro de historia sobre una tesis previa, es que todas las fuentes, todos los datos que se recopilen, irán en esa dirección. Y aún así, corre uno el riesgo de caer en errores derivados del voluntarismo. El libro tiene varios, para empezar un conocimiento limitado de cada época, y la tendencia a caer en tópicos superados (por ejemplo, los indios en Little Big Horn no estaban masivamente armados con rifles de repetición, y los reyes europeos que podían pagar el peso en oro de la pimienta seguro que también tenían algo de suelto para comer carne fresca. Esto por no hablar de que vuelve a aceptar la versión del Vieth-Min sobre la participación del Suffren en el bombardeo de población civil).
La obra se divide en 4 partes:
1- Los Imperios marítimos: Entre el XVI y el XIX solo 3 naciones logran formar grandes imperios. La América Española, el Índico Portugués y la India Británica. Solo el Índico Portugués (por estar muy directamente ligado al impacto tecnológico y a sus límites) se detalla pormenorizadamente. El autor, después de aportar bastante datos, termina asumiendo que esos imperios se formaron donde podían formarse, y que no podían formarse en más lugares, en unos por los límites sanitarios y geográficos, y por la resistencia de sociedades comparativamente avanzadas en otros.
2- La gran «rebatiña» por África. Que en realidad es una expansión global del imperialismo. Aquí es donde el autor se siente cómodo para exponer en base a una acumulación de datos técnicos y médicos la explicación del gran imperialismo: los avances médicos que permiten penetrar en todos los espacios antes vedados por las enfermedades, y los avances tecnológicos de movilidad (vapor) y de potencia de fuego (armas de repetición/retrocarga). Se completa la conquista de toda América (Norte y Sur), de casi toda África, y se logra el control económico sobre China.
3- El poder aéreo. Siendo una obra descaradamente redactada para un público estadounidense, el tema del poder aéreo merece toda una parte del libro. Tratado con cierta profundidad en el caso británico, solo puede aportar datos fragmentarios y poco contrastados en el caso del Rif y Abisinia, que además tampoco son ejemplos absolutos de la tesis de que el poder aéreo podía someter a las tribus atrasadas.
4- Siglo XX: No creo que a nadie se le escape que pretender analizar Indochina, Argelia, Vietnam, Afganistán e Irak en unas cuantas páginas es un empeño imposible.
En resumen. Un libro que solo pretende sostener una tesis a través de la acumulación constante de datos que la avalen. A todos los efectos lo que uno tiene entre las manos es una historia resumida del imperialismo, con multitud de anécdotas sobre los aspectos tecnológicos y médicos, pero que no profundiza en ningún punto concreto, salvo tal vez, en el del poder aéreo británico aplicado sobre sus enemigos coloniales en el periodo de entreguerras.
EL PODER Y EL IMPERIO
LA TECNOLOGÍA Y EL IMPERIALISMO DE 1400 A LA ACTUALIDAD
DANIEL R. HEADRICK
EDITORIAL CRITICA
[tags]Poder, imperio, tecnología, imperialismo, actualidad, Daniel R. Headrick[/tags]
¡Cómo odio los libros «de tesis»!
Muchas gracias, Uro. Tu acertado verbo ha logrado, una vez más, ahorrar algunos euros de mi economía.
P.S.- Yo tampoco me creí nunca lo de la pimienta y la carne pasada.
Favor que tu me haces Josep.
Anda Uro, como que ya leí esta reseña antes en NcH. Y me sigue pareciendo muy acertada. :D
¡ Ha cogido solera !
Ya decía yo que me sonaba esta reseña jejeje Pero da igual, sigue siendo buena ;-)
Pues es una pena que se desperdicie un asunto daba para mucho, mucho más.
Se agradece, Uro. Estuve cerca de comprar el libro.
¡Qué buen muchacho es este Uro! Siempre ayudando al prójimo.
Mira que es difícil hacer una reseña negativa, o mejor dicho, una reseña no positiva, sin embargo el amigo Urogallo se ha desenvuelto con maestría para dejarnos su opinión clara de la novela, cosa que agradezo.
Y yo le agradezco a usted y a Rodrigo su atención.
Aplaudo una reseña sincera y, a la vez, elegante; denota la maestría de su autor.
Gracias, Urogallo.
Como bien habeis dicho, el tema es demasiado amplio para tratarlo en un libro; y por lo que veo se centra sólo en el imperialismo de los siglos XIX y XX,
«Que los occidentales no son mejores soldados, no tienen ideales más firmes, valores más poderosos. Que, en definitiva, no son mejores guerreros, y que solo tres factores: la medicina, la tecnología y la organización les han permitido someter al mundo no-occidental. Del mismo modo, siempre que las naciones no-occidentales han logrado acceder a esa tecnología, esa organización y esa medicina, han podido rechazar exitosamente a los occidentales.»
Menuda perogrullada suelta el autor; eso ya lo sabíamos; el dominio de Occidente se da con la Revolución Industrial de los siglos XIX y XX.
Por cierto, ya que habla de imperialismo veo que no menciona los imperialismos no europeos, como los otomanos, o el de los mogoles. Vamos que como dice Urogallo en su reseña (bien hecho, así nos evitamos gastar dinero en algo que no merece la pena) se queda bastante escaso. Una pena porque el tema es interesante.
Si difícil es hacer una reseña negativa más difícil aún es no seguir el consejo de D. Uro. Sirva como excusa que ya lo había comprado antes de leerla. La mitad del libro que he leído (hasta que caí bajo el influjo veraniego de Roma) no me ha disgustado. Gracias una vez más por otra magnífica reseña.
El libro es amplio Antigono. Si menciona los «imperios de la polvora» ( No necesariamente europeos) pero tienen una parte menor en la exposición. Y como comentaba, habla del «imperialismo» desde todas las épocas, pero como los dos últimos siglos se adaptan mejor a sus tésis, son los que más desarrolla ( Con la excepción del imperio marítimo portugués en el Indico)
Davout, no hay libro malo que no tenga algo bueno. Y este tiene bastante de bueno, pero no como para recomerdarselo a nadie. Sobre todo con tanto libro bueno que leer ( Empezándo por Plutarco)
Gracias por la reseña, Urogallo. Acabo de leer el libro y me ha gustado, especialmente la parte de las enfermedades. El autor se extiende en un tema que a menudo se deja de lado, ofreciendo una buena cantidad de datos, algunos muy contundentes.
Sin embargo, no estoy de acuerdo en la valoración negativa sobre los libros «de tesis». Para empezar porque no creo que exista un libro que no sea «de tesis», en el sentido de que el autor no pretenda demostrar nada, ni defender ninguna idea preconcebida sobre el tema. Todos lo hacen, lo digan explícitamente o no, y si bien puede haber un esfuerzo más o menos honesto por presentar «objetivamente» los datos, el sesgo hacia lo que uno piensa que es la «visión correcta», siempre acaba manifestándose.
Así que, al contrario que Urogallo, aplaudo la valentía del autor por dejar claros los factores que, según él, pesan más en el sometimiento de unos pueblos o estados frente a otros. A partir de aquí, lo que procede es refutar la tesis del autor, analizando sus argumentos y datos y/o aportanto otros distintos.
La cuestión de las enfermedades ( Basicamente la quinina, su precio, su difusión…) es de las más interesantes del libro, y es un ejemplo clarisimo de las «herramientas del imperio», es decir, de las cuestiones decimonónicas en que se basan los juicios del autor.
No Urogallo.
En principio tu decepcion parte porque la traduccion del titulo al castellano es FALSA, pegaria mas la traduccion literal del ingles “El poder sobre los pueblos”, esa podria ser una posible traduccion.
Lo demas que criticas es porque el libro no te cuenta lo que tu quieres leer, o sea Occidente imperialista machaca a nativos indefensos. Esa es una vision igualmente falsa, si Hernan Cortes y Pizarro, por ejemplo no se hubiesen enfrentado a pueblos igualmente imperialistas como los aztecas o los incas, que tenian multitud de enemigos que se aliaron casi inmediatamente con los españoles,ni Hernan Cortes ni Pizarro hubieran dominado jamas con toda su tecnologia a esos pueblos.
No vayamos a pensar en considerar que los apaches o los comanches, por poner otro ejuemplo, eran nativos que se dedicaban solo a sobrevivir cazando bisontes en idilicas praderas, NO, tambien mataban a otros indios como ellos, raptaban a sus mujeres (viudas o huerfanas) y las esclavizaban, y eso es tambien imperialismo del mas rancio.
Y si los vietnamitas, por ejemplo tambien, hubieran desarrollado la bomba atomica la hubieran empleado sin dudarlo no solo contra los americanos, sino contra los chinos con lo que tuvieron una guerra y contra sus vecinos.
Nuestra civilizacion la del planeta Tierra es como es, la guerra ha estado siempre presente, y el como ganarla haciendo todo el daño posible al contrario, ha llevado al desarrollo de tecnologia inventada exclusivamente para matar. Luego paradojicamente ha servido para nuestro bienestar y comodidades a diario, algo que no apreciamos normalmente, nunca nos preguntamos cual fue el origen de “aquello o de esto”.
Sino nos gusta esta vision hay que apearse urgentemente del planeta.
El libro es excelente, y complementa a otro “La Revolucion Militar” de Geoffrey Parker, tambien muy bueno.
Leído, soberbio libro que, en palabras del autor, «analizar el papel de la tecnología en la expansión global y las sociedades occidentales desde el siglo XV hasta el presente. Para explicar ese papel, debemos tener en cuenta tres factores: uno es el uso de la tecnología para controlar determinados ambientes naturales, o con otras palabras, el poder sobre la naturaleza. El segundo son las innovaciones tecnológicas que permitieron a las potencias occidentales conquistar o someter a los pueblos no occidentales; y el tercero es la respuesta de los pueblos no occidentales, tecnológica o de otro tipo, a las presiones occidentales. En resumen, este libro pretende ser una historia tecnológica, medioambiental y política del imperialismo occidental durante los últimos seiscientos años» (pp. 14-15). En ese sentdio me ha parecido muy interesante. No es un libro sobre el imperialismo per se, sino una estupenda introducción a cuestiones como el peso de la tecnología en el imperialismo europeo de los últimos seis siglos y que, en capítulos como los dedicados a los avances de la medicina, profundizan en el relato tradicional del proceso de conquista y colonización de los grandes imperios del siglo XIX. Muy recomendable, especialmente para lectores más profanos en la materia.