EL MAGO DE LA GUERRA – David Fisher

El mago de la guerraLa historia real del ilusionista que venció al ejército nazi en el desierto.

«Denme libertad y no habrá límites para los efectos que puedo crear en el campo de batalla. Puedo crear cañones donde no los hay y hacer que disparos fantasmas crucen el mar. Puedo colocar un ejército entero en el terreno si eso es lo que quiere, o aviones invisibles, incluso puedo proyectar en el cielo una imagen de Hitler sentado en el wáter a miles de pies de altura».

Éstas fueron las palabras que le dirigió Jasper Maskelyne, un archiconocido ilusionista británico de prestigio internacional en los años 40, a un colaborador directo del Primer Ministro el día que le expuso su idea. Maskelyne lo tenía todo: una mujer maravillosa, un trabajo en el mundo de la magia que le encantaba, fama y fortuna, pero cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, decidió que él podía aportar su experiencia en el mundo de la magia para colaborar en la lucha contra Hitler. Al fin y al cabo, argumentaba Maskelyne, descendiente de una triunfadora saga de ilusionistas, la magia no es sino hacer creer hacer a la gente que se hallan presentes cosas que no existen, o provocar la desapareción de elementos que, aparentemente, siempre estuvieron allí. Convencido de que estos principios pueden ser perfectamente aplicables en el campo de batalla, y a pesar del escepticismo de sus superiores, Maskelyne es destinado al norte de África, donde los altos mandos, agobiados ante la aparente invencibiliad de Rommel, el zorro del desierto, acabarán por apostar por todos los métodos posibles, incluyendo los no convencionales, para derrotar al enemigo. Y allí es cuando Maskelyne tendrá su oportunidad.

Esta historia real, descrita de manera magistral por David Fisher, con escenas dialogadas y un empleo de la trama que hacen que el texto asemeje una magnífica novela histórica, relata como Maskelyne y los componentes de su particular “Cuadrilla Mágica” (un grupo de personajes a cual más inolvidable, de los que acabaremos todos enamorados al terminar el libro) fueron capaces de llevar a cabo acciones asombrosas que rozan la auténtica magia: conseguir que los alemanes bombardeen un falso puerto de Alejandría; hacer desaparecer el Canal de Suez para los aviones alemanes; crear ejércitos falsos de miles de hombres mientras se ocultan otros reales; destapar espías en medio de un espectáculo en el Palacio Real de El Cairo bajo las narices del rey egipcio, conseguir el apoyo de un jefe local después de un duelo de magos al más alto nivel entre Oriente y Occidente, y sobre todo, colaborar enormemente al triunfo final en la batalla de El Alamein, la batalla que cambió el signo de la guerra en el Norte de África.

La historia es apasionante por todos los lados. Para la gente que no está acostumbrada a leer libros de Historia, ofrece una narración fresca y ágil, digna del mejor guión cinematográfico, repleta de sorpresas, héroes y personajes secundarios maravillosos, grandes dosis de humor, aventura y ternura, y sobre todo, un excelente toque de “magia” con la sensación persistente de que, con esta Cuadrilla, cualquier idea, por disparatada e irrealizable que parezca, es posible. Pero no olvidemos elementos que entusiasmarán también a los aficionados a este tipo de obras: además de la descripción ocasional de las batallas y del transcurso de la contienda en el desierto entre británicos y el ejército nazi, el libro describe sobre todo el ambiente de aquellos que no participaban de manera directa en las batallas, de la retaguardia que trataba de seguir adelante –incluso con cierta impotencia al no intervenir en la acción directa- y apoyar a los soldados del frente con un trabajo invisible pero constante. El libro relata el día a día de población local y británica ante el devenir de la guerra o las intervenciones aparentemente milagrosas del equipo de Maskelyne, y transmite un punto de vista diferente acerca de una contienda tan estudiada como la Segunda Guerra Mundial, donde se describe cómo la obtención de suministros, el arte del camuflaje, o la creatividad e imaginación de soldados individuales, eran tan importantes como el número de tanques o la táctica de los ejércitos.

Bueno, pues como habéis visto, he escogido un libro que me ha encantado para mi primera reseña. Espero que os haya gustado. ¡Y que os entusiasme aún más el libro, al menos tanto como a mí!

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19 comentarios en “EL MAGO DE LA GUERRA – David Fisher

  1. Valeria dice:

    ¿Tu primera reseña? Pues… enhorabuena. De entrada, ya he decidido la excusa para comprarlo (se lo voy a regalar a alguien que por supuesto me lo dejará).
    No estaría de más que nos dijeras si es un libro de reciente publicación, fácil de encontrar, la editorial y esas cosas. Lo digo porque aquí se han reseñado libros de imposible localización, y cuando te ponen la miel en los labios, enterarte de que el libro no es accesible es un golpe.
    Por cierto, deduzco también que aunque es entretenido, ágil y engancha, no es estrictamente una novela. ¿Me equivoco en la deducción?
    Y el nombre de la Cuadrilla Mágica, ¿es real?
    Felicitaciones de nuevo.
    Un saludo.

  2. cavilius dice:

    Estupenda reseña, cuchufletas. El tema del libro es, desde luego, pintoresco. A mí siempre me han interesado mucho estas cosas de la magia, el saber si hay o no truco (o sea, si existe algo más allá de la simple habilidad del mago para hacer aparecer o desaparecer algo, o cortar a una señorita por la mitad, o hacerla levitar). Sobre esos sucesos que mencionas en la reseña ¿se desvela el truco, o la cosa se queda en que es simplemente magia?

    Saludos.

  3. karateka dice:

    Cuchufletas, vaya historia más curiosa que nos cuentas, no había oido hablar nunca del tal Maskelyne ni de sus operaciones «mágicas» en el norte de África. No se si te interesará, pero investigando en Internet (bendita Internet) sobre este señor, dice que el gobierno inglés revelará sus secretos mágicos de guerra a partir de 2046. Imagino que estaré un pelín achacoso para esa fecha, pero yo no me lo pierdo.

    Un saludo y felicidades por haberte estrenado con un libro tan curioso.

  4. Ascanio dice:

    Enhorabuena por la estupenda reseña, Cuchufletas. Y me sumo a la sorpresa general ante un libro y un personaje que no tenía ni idea de que existieran.
    Qué interesante, qué entretenido y qué divertido parece. Porque…¿es divertido el libro?

  5. Cuchufletas dice:

    Intentaré responder a las preguntas que me estáis planteando.

    La editorial es Almuzara. Yo lo he encontrado en El Cortes Inglés y en FNAC, así que me figuro que se halla ampliamente distribuido, además, ha sido un best seller en otros países. Es un libro muy entretenido, muy ágil, con momentos de aventura, emoción, y humor a manos llenas, hay momentos en que realmente estallas en público en carcajadas, y también instantes en que un suspiro se escapa de tu garganta cuando finalmente ves que después de tantas penalidades el «truco» da resultado.

    El nombre de la «Cuadrilla Mágica» fue con el que acabaron conociéndoles sus compañeros del ejército británico (no me acuerdo de si el «apodo» surgió del propio grupo, formado por personajes a cual más simpático y extravagante, o si se lo pusieron de fuera). En cuanto a los trucos, sí que te los explican, con bastantes pelos y señales. De hecho, por lo visto muchas de esas estrategias se han venido empleando en la guerra moderna desde entonces, y también te mencionan que los alemanes también hacían sus operaciones de camuflaje, con lo cual te das cuenta de que es una guerra a dos bandas. Pero vamos, sí, te cuentan cómo lo hicieron, aunque por muchos momentos ves absolutamente imposible que sean capaces de lograrlo. Y usando, para ello, los elementos más variopintos…

  6. Curistoria dice:

    Cuchufleta, enhorabuena por tu estreno y por tu reseña. A mi también me ha picado el gusanillo y si lo veo, caerá a la saca.

    Saludos y gracias :)

  7. cavilius dice:

    Cuchufletas, ¿podrías contar alguno de esos trucos? Aunque sea brevemente.

  8. erwin dice:

    Felicidades por la reseña!

    hace un par de semanas tuve el libro en las manos y ya me interesó mucho, tu reseña es el empujón final para la compra.

    Yo tenía alguna referencia en la memoria acerca de esta «mágica» historia pero encontrar un libro completo es magnífico.

    Una pregunta: si no recuerdo mal, durante la operación Crusader, Rommel lanzó una incursión profunda en la retaguardia inglesa, pero no obtuvo los resultados esperados, sin embargo parece ser que sus columnas pasaron muy cerca de algún depósito que simplemente se había convertido en «invisible». ¿ciertamente fue así, aparece este caso en el libro?

    saludos cordiales
    Erwin

  9. Cuchufletas dice:

    En respuesta a la pregunta de Erwin, la verdad es que no recuerdo justamente esa historia acerca de un depósito; puede que sí que sea obra de la Cuadrilla Mágica y que yo no me acuerde, o tal vez se debiera solamente a una de esas cosas que pasan en el desierto, donde cualquier pequeño fallo en la orientación te acaba gastando malas pasadas.

    En cuanto a Cavilius, buf, me pides algo complicado, porque ya sabes cómo se castiga desvelar el secreto del espectáculo, y sobre todo, no quiero chafarle a nadie los trucos más espectaculares. Pero bueno, si quieres te adelanto uno de los primeros trucos de la historia, conseguir que el un enorme transatlántico (digamos estilo del Queen Elizabeth) navegue tranquilamente por un río inglés, cuando en realidad, sobre ese río, ¡no está pasando ningún barco! Realmente, se trata de un truco realizado con espejos, tomando como imagen inicial una pequeña maqueta del barco, propiedad justamente de la persona a la que le están tomando el pelo. Pero como dice Maskelyne, el truco más sencillo es simplemente señalar con el dedo hacia un lado y decir que alguien mire. Inmediatamente, la atención de esa persona se verá desviada hacia allí, y eso ya es todo un logro. Si encima le sugestionas para que trate de ver algo que está esperando ver, pues ya todo está hecho… siempre que a este concepto inicial le añadas método científico, mucho trabajo, y algo de ingenio.

    Y por si este pequeño truco os ha sabido a poco, os puedo adelantar que en esta historia hay gente que camina pasuadamente entre las llamas sin quemarse… ¡pero de esto no os voy a decir el secreto!

  10. richar dice:

    jaja, cuchufletas, qué bueno. La verdad es que el libro pinta realmente bien, y tus comentarios posteriores lo hacen si cabe más apetecible. Así que caerá seguro.

    Un saludo y enhorabuena por tu primera reseña. Eso sí, a ver con qué nos sorprendes en la siguiente, no te va a ser fácil :-)

    Richar.

  11. Cuchufletas dice:

    Ah, y en respuesta a la pregunta de Valeria, efectivamente, no es una novela, pero aunque la mayor parte es narración, también hay muchos diálogos, comentarios sobre lo que va pasando en tiempo real (incluso sobre los sentimientos de los personajes, no sé hasta qué punto serán reales o inventados), y un tono muy novelístico al contarte dos sucesos que están ocurriendo al mismo tiempo de manera alternada, para ganar en emoción del lector. Y se detiene en detalle en los aspectos personales de la vida de los protagonistas. Creo que para que os hagáis una idea, se parece un poco (salvando las distancias) al estilo de «Rubicón», o también al de «Era medianoche en Bopal», pero con el añadido de que contiene muchísimo más diálogo. Vamos, que quien espere una novela no va a quedar muy decepcionado.

  12. erwin dice:

    Buenas,
    anoche revisé mi vieja biografía de Rommel de Desmond Young y encontré el pasaje donde narra la anecdota de los depósitos ingleses que Rommel no vió. Incluso da sus nombres clave.

    El autor refiere que efectivamente los depósitos habían sido camuflados por Maskelyne y su cuadrilla. Ni el Copperfield ese!!!

    Saludos.

  13. Paco T dice:

    Curioso, curioso. Realmente has sabido tocar ese punto que atrae la atención, Cuchufletas, al mejor estilo de los ilusionistas. Enhorabuena por el estreno e ingreso en el club de ególatras reseñadores, y por la estupenda reseña.
    Siempre me han interesado esas pequeñas historias dentro de la Historia. Supongo que emplear los trucos de un ilusionista (o toda una camarilla de ellos) es perfectamente legítimo en la guerra, ahora bien, ¿menciona el libro el uso de técnicas psicológicas concretas para mermar la moral o la estabilidad emocional del enemigo? Lo pregunto recordando la famosa escena de «Apocalypse Now» de los helicópteros emitiendo a todo volumen «La cabalgata de las Walkirias» de Wagner, o el truco empleado contra algunas unidades italianas en Libia por los británicos: les pusieron gemidos y alaridos de parturientas (grabados en un hospital en Inglaterra) por megafonía a todo volumen antes de un asalto a una zona atrincherada, con resultados excelentes: los italianos huyeron despavoridos.
    Saludos

  14. Cuchufletas dice:

    De trucos psicológicos tan terribles no hay nada. Bueno, miento, para proteger sus secretos, Maskelyne protegió el lugar donde trabajaban (el Valle Mágico, lo llamaban), con toda clase de trampas. Algunas eran mortales (los secretos que allí se fabricaban salvaban muchas vidas, con lo cual no se podía tener piedad con los espías), aunque la mayor parte tenían funciones disuasorias (con eso de que si se puede hacer sin violencia, mucho mejor), incluyendo megáfonos con una retahíla de insultos en buena parte de los idiomas, je, je. Desconcertante, sobre todo para los espías.

  15. El libro este ya lo conocía en su versión inglesa y a punto estuve de comprarlo por Amazon. Al salir en español también estuve a punto, pero al final, gracias a estos comentarios tan decisivos, he dado el paso y hoy me lo he pillado.

    Tan sólo quiero mostrar mi sorpresa por el hecho de que este libro (al menos en el FNAC) se venda en la sección de novela histórica. Creo que la editorial lo hubiera tenido que presentar como libro de historia, que es lo que es, y colocarlo junto a los demás libros de la SGM, quees a donde se suele dirigir el «target» de este tipo de obras.

    Pero también he pensado que quizás la editorial -Almuzara, la del ex-ministro Pimentel- espera vender más «vendiéndolo» así, como una novela. No me atrevo a decir si esa arriesgada jugada de marketing es acertada o no, así que el tiempo y los números dirán.

    Espero que el libro tenga suerte y, al menos, sobreviva en las librerías el tiempo suficiente para que llegue a ser conocido por el gran público.

  16. Por cierto, que el primer truco de magia es el que afecta a la portada; en la foto que acompaña la reseña ha desaparecido misteriosamente la cruz de hierro estampada en la bomba, tal como sale en la portada real y que se puede comprobar aquí:

    http://www.editorialalmuzara.com/editorial.php?idioma=1&libro=131

    Se me pasa por la cabeza la explicación de ese borrado digital, pero me la guardo porque no puede ser verdad…

  17. Ascanio dice:

    Anda, pues es verdad. ¿Qué ha pasado con la cruz?
    Jesús, cuéntanos qué se te ha pasado por la cabeza, por fa.

  18. momper dice:

    Copio del artículo «El puerto evaporado» (Qué leer nro. 136, oct. 2008):

    «Acaban de endosarle uno de los mayores bulos de la historia de la Segunda Guerra Mundial. Jasper Maskelyne existió, y fue un oficial destinado en Egipto durante el verano de 1941 que trabajó en camuflaje. Pero ahí acaban los hechos.
    […]
    En 1949, con las deudas acumulándose, escribió, con la ayuda de un negro literario, un fantasioso relato de sus andanzas bélicas: «Magic: Top Secret».

    En 1983 David Fisher —el unico verdadero genio de la magia de toda esta historia, ya que hizo desaparecer los diarios originales de Maskelyne que le prestó la familia— desenterró el asunto. Publicitó su libro, «El mago de la guerra» (Almuzara, 2007), como la «verdadera historia del hombre que conjuró la victoria en el desierto, uno de los héroes olvidados de Gran Bretaña». Sin embargo, no aporta ninguna bibliografía ni documentos oficiales que sugieran que se trata de un trabajo de investigación serio. Su libro se lee como una trepidante novela de guerra, llena de los estereotipos del género. Es lo que es.

    La idea del falso puerto ni siquiera es original. Durante la fase nocturna de la batalla de Inglaterra, los alemanes usaban bombarderos guía para localizar las ciudades inglesas y marcarlas con bombas incendiarias. Los británicos emplearon señuelos que simulaban incendios delatores. Fueron sorprendentemente eficaces […]. Sin embargo, debían estar al menos a diez kilómetros del objetivo para ser útiles. A uno y medio, como el de Fisher, la mayor parte de las bombas hubieran ido a parar al verdadero puerto de todos modos. […] No consta la existencia de ninguno de estos señuelos en Egipto.

    Fisher contradice incluso a la geografía. La bahía de Maryut no es tal, sino una laguna salobre situada en el límite sur de Alejandría.

    Contradice hasta a Maskelyne, que sólo se atribuyó el mérito de engañar a la Luftwaffe durante tres días. La historia oficial de la campaña —escrita tras la guerra con pleno acceso a documentos aliados y enemigos, y que no menciona a Maskelyne— los contradice a ambos: entre julio y octubre de 1941, al menos 241 aviones enemigos bombardearon Alejandría. Aunque hubiera un señuelo allí y Maskelyne estuviera implicado, el truco no habría funcionado demasiado bien».

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