EL KÁISER GUILLERMO II – Christopher Clark
Publicada en su idioma original en 2010, esta biografía escrita por Christopher Clark, autor de obras tan importantes como Sonámbulos y El reino de hierro, muestra las luces y sombras que se muestran sobre un personaje tan controvertido como fue el rey de Prusia y emperador de Alemania, Guillermo II. No hay más que analizar con detenimiento las impresiones y sensaciones que su figura provocó tras la finalización de la Primera Guerra Mundial, no solo a nivel internacional sino también en la propia Alemania, recibiendo un torrente de acusaciones tras su caída del trono, hasta el punto de ser acusado por la sociedad como un psicópata que arrastró al país a la ruina. Hasta tal punto se ha anclado tal idea en el subconsciente europeo que en la actualidad su imagen sigue siendo abrumadoramente negativa.
Ante tan partidista perspectiva, Clark ha intentado restablecer en las páginas de este libro, un equilibro, trabajado a destajo y con el uso de gran cantidad de documentación, en su búsqueda de una lectura histórica más cercana al personaje. Algo, que por otra parte, es marca de la casa en el currículum de este preclaro historiador especializado en la historia de Alemania del siglo XIX y principios del XX. Como bien indica el autor, en un momento dado del libro, esta biografía no pretende rehabilitar a Guillermo II. Siendo un hombre considerado inteligente, el káiser sufría de arranques de entusiasmo pasajeros, en ocasiones patentizaba temor y cierta tendencia a entrar en pánico, reaccionaba con debilidad ante asuntos de cierta importancia, y solía sentirse amenazado por las circunstancias provocadas por su temeridad en la toma de decisiones.
Sin embargo, Clark pretende demostrar o, por lo menos, aportar una nueva luz sobre las circunstancias que a lo largo de su vida, marcaron su carácter y su manejo del poder. Fue heredero intelectual de un entorno familiar zarandeado por la compleja situación personal entre su abuelo y su padre, y la poderosa figura del canciller Bismarck, circunstancias que marcaron profundamente su educación. A esto se une cierta indeterminación constitucional de aquella Alemania en cuanto a la definición y practicidad del uso del poder por el soberano, factor voluble y inestable según la disposición del propio parlamento, además del delicado equilibrio existente entre el Káiser y el canciller de turno. Guillermo intentó rodearse de ciertos elementos de élite que le resituara sólidamente en la vida política y social alemana. Sin embargo, a este interés preclaro no le acompañó la capacidad de ceñirse a una política mínimamente coherente. Si bien sus cercanos lazos dinásticos con las monarquías europeas le llevaron a intervenir en el campo de la política internacional sin contar en absoluto con sus ministros, tampoco sus actos individuales marcaron un rumbo especial ni primordial en las relaciones exteriores del país.
Fue mucho más relevante el interés que tuvo por los avances tecnológicos de la época, especialmente en la estimulación de la creación y ampliación de una armada potente y una política naval dirigida a emular y contraponer a la armada británica. Sin embargo, esto no significa que su carácter tuviese un sesgo especialmente belicoso, como analiza largamente Christopher Clark. Según el autor, su reacción ante los graves conflictos en Balcanes no conllevó un afán por extender aquellas guerras localizadas hacia una confrontación total europea. Así mismo, su apoyo al Imperio Austrohúngaro no era incondicional, hasta el punto de confiar en alcanzar una solución pacífica, incluso tras el asesinato del heredero austriaco. A pesar de esto, su cautelosa mirada hacia Rusia y especialmente hacia Gran Bretaña, provocaron en él graves problemas de conciliación con la realidad.
Con todo, Clark quiere dejar muy claro que Guillermo II fue excluido de cualquier papel activo en la gestión estratégica y operativa de la guerra, a pesar de su importante papel constitucional como soberano. Esto le trajo problemas y dificultades en determinadas decisiones durante el conflicto europeo. Siempre se vio peligrosamente amenazado por la figura de Hindenburg. Además, se opuso, hasta el final de la guerra, a adoptar la guerra submarina sin restricciones, propuesta por los halcones del mando alemán. Sin embargo, la supuesta posición constitucional privilegiada que podría haber utilizado con inteligencia, no fue aprovechada por un Guillermo II lejos de ser un verdadero líder. Su abdicación y posterior huida al exilio en Holanda, ofreció una visión ignominiosa para el conjunto de los alemanes, alejando de las jóvenes generaciones, la imagen de una monarquía personalizada y hereditaria asumible para el futuro en el país. Con todo, y a pesar de la posterior insistencia de Hitler por acercarse al último Káiser, Guillermo nunca vio con buenos ojos a aquel advenedizo y a su partido nacionalsocialista, renunciando a regresar a Alemania, para terminar por morir en el exilio.
Esta fantástica biografía nos muestra la oportunidad perdida por parte de Guillermo II en lograr centralizar alrededor de su figura un parlamento fuerte y la consolidación de una cultura política europea más dinámica. A lo largo de su reinado surgieron trabas tan importantes como la desmedida acumulación de reformas bloqueadas en el parlamento, la grave fragmentación política, confesional y socioeconómica del país, el anómalo status del ejército dentro de la estructura de Alemania y la incertidumbre internacional apabullante. Para Christopher Clark, el resultado de todo ello fue el kaiser se encontró con la presencia de una realidad difusa reflejada en un espejo distorsionador nacional, en la que todas esas complejas características de su reinado aparecieron magnificadas de una manera grotesca y exagerada, imposibilitando cualquier margen racional de maniobra. Interesante libro, mucho, en su análisis planteado a la hora de profundizar en una personaje tan vapuleado por la historia.
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Christopher Clark. El Káiser Guillermo II, traducción de José C. Vales. La Esfera de los Libros, 2023, 420 páginas.
Recuerdo haber leído un libro sobre Prusia y la unificación de Alemania del mismo autor, «El reino de hierro» creo que era. Me gustó mucho pero recuerdo que asfixiaba un poco lo largo que era, pero me dejó buen recuerdo. Se que que le va lo germano y escribir buenos libros.
Precisamente en octubre comienzo a documentarme sobre la Alemania de 1905…
Creo que empezaré por este libro; si Iñigo dice que es bueno, debe serlo…
gracias por la reseña!
Siempre un placer. ;-)