EL ESPÍRITU DEL LINCE – Javier Pellicer
En esta novela, finalista de los Premios Hislibris 2012 dentro de la categoría «Mejor autor novel», acompañaremos a Icorbeles, el edetano, desde su nacimiento hasta el momento en el que termina por cumplir el destino impuesto sobre él por una anciana sacerdotisa íbera. Este sino está señalado por la presencia del animal que resultará totémico para su existencia —y que da nombre a la novela—: el lince.
Narrada por el propio protagonista, la novela avanza —para mi gusto— muy lentamente y no despega hasta prácticamente la mitad. Y es que en esa primera parte se nos relata con mucho detalle la infancia y adolescencia del protagonista, lo cual nunca ha sido muy de mi interés en la novela histórica, empatizando pocas veces con personajes jóvenes. Aunque eso de las etiquetas es peligroso, me atrevería a decir que no me gusta la «literatura juvenil». Me pasó algo parecido con la novela El heredero de Tartessos, que al estar protagonizada por adolescentes me dejó indiferente pese a estar bien escrita y ambientada. Pues bien, ese fue el principal problema a la hora de acercarme a esta historia.
Una vez el personaje se hace adulto y los cartagineses invaden la Península —entrando así en materia más atractiva para mí, como es la acción y las batallas—, alcanza un interés mayor, por lo que podría decir que la novela tiene dos partes muy diferenciadas: una primera, donde prima el relato de la educación del protagonista y las diversas experiencias vitales que marcarán su persona; y una segunda, donde este personaje deberá hacer frente a los cartagineses con toda su astucia y valor.
Posee la narración ciertos toques fantásticos referentes a los dioses íberos y el destino, muy en la línea de la novela fantástica, de la que Javier Pellicer es aficionado y ha escrito una novela del género llamada Legados. Así pues me atrevería a calificar a El espíritu del lince como una mezcla entre novela histórica, aventuras y juvenil, a la que se han añadido unas gotas de fantasía.
La recomendaría particularmente para los lectores jóvenes que no estén muy curtidos en novela histórica y aun busquen aventuras amenas.
Bien es cierto que tiene momentos muy buenos, con algún detalle descarnado, pero adolece de cierta falta de pegada en dos momentos críticos de la novela donde se podría haber llegado más allá. Si no queréis que los destripe, pasad al siguiente párrafo. El primero es la muerte de Amílcar, que, tras una batalla emocionante y bien narrada, es despachada en medio párrafo, dejando una sensación de «¿ya?» que no supe bien como encajar, tras un capítulo que me estaba enganchando al fin. La segunda era la posible manipulación de Icorbeles por sus dos amigos cartagineses de la infancia para que asesinase a un importante rehén púnico; engaño que resulta no ser tal, pero que para mi gusto habría dado un giro de tuerca inesperado a la novela y apartado al protagonista de la tortuosa historia de amor eterno y amistad inquebrantable. Tampoco soy muy amigo de este tipo de argumentos en las novelas históricas, quizás debido a que me las he encontrado en tantas (y si contamos el género fantástico, ya ni os cuento) que terminan por aburrirme más que hacerme interesarme por el destino de los enamorados. Que es cierto que sufren y mucho, y que la historia deja de ser idílica en algún momento, pero acaba con el final feliz de siempre. Qué le voy a hacer, debo tener muy mala uva.
Aunque tarde 150 páginas, la novela termina arrancado, y se debe decir a su favor que se lee muy rápidamente. Sus poco más de 300 páginas la convierten en una lectura ligera, y es por ello que apunté que podría ser una buena lectura juvenil-histórica. La ambientación está lograda y se nota el trabajo de documentación, y se agradecen los anexos al libro, explicando qué hay de histórico y qué de invención, y dándonos el porqué de algunos cambios. Son siempre páginas que me gusta leer y que siempre agradezco a los autores que incluyan, ya que es un ejercicio de honestidad que los honra.
Quizás un lector no tan leído en el mundo de la narrativa histórica, más joven —no solo de edad sino de espíritu— la disfrutaría mucho más que yo, que habría preferido menos «Espíritu del lince» y más «Iberia contra Cartago». Aun así, me entretuvo y me ayudó a despejarme de lecturas más densas, que es para lo que muchas veces acudo a la novela, y al menos este cometido lo cumplió bien. Quedará por saber si la próxima novela histórica de Javier Pellicer tendrá también este enfoque juvenil o será algo más «adulta», lo cual se adaptaría mejor a mi paladar literario, que, por suerte para la humanidad, no tiene que coincidir con el de los demás lectores.
El espíritu del lince: Iberia contra Cartago
Autor: Javier Pellicer
Editorial Pàmies (2012)
334 páginas
[tags]Javier Pellicer, novela, cartagineses, íberos, Cartago, Iberia[/tags]
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Aguanté hasta la página 200… reúne muchos de los tópicos de la novela histórica actual y muchas de sus carencias. Imagino qus supuso un enorme esfuerzo para su autor y mucha ilusión, y eso no se lo va a quitar nadie. Pero de novelas de este estilo ando más que harto desde hace ya no pocos años…
Parece que las librerías están llenas de novelas de este perfil… Que difícil es encontrar actualmente una novela histórica de nivel, con enjundia y diferente a la generalidad.
Buenas chicos, no sé si la reseña da esa idea pero desde luego no es lo peor que me he leido, y ni siquiera diría que es mala novela; tiene sus puntos buenos y como lectura de evasión cumple. Es breve y se lee rápido, y se ve también que Javier Pellicer la ha trabajado pero, como ya he dicho, no es exactamente mi estilo. Hay mucha gente a la que le gusta, fijaos que recibió suficientes votos para llegar a la final de los premios Hislibris 2012.
Me pasa igual, como también he comentado, con «El heredero de Tartessos. A la mayoría de la gente le gustó mucho y a mí me dejó en plan «Sí pero no». Pues igual.
Coincido bastante con lo expresado por la reseña y por los comentarios. Es una novela a la que le falta cuajar en muchos aspectos y, al igual que Vorimir, no terminó de engancharme y pienso que un lector poco experimentado y joven puede disfrutarla.
Me acabas de dar un sartenazo en la cara Vorimir con tu comentario sobre El heredero de tartesos :) Había puesto la directa, pero creo que volveré a leer a fondo la reseña y los comentarios… Gracias!
Martí, la cito ya que con ella me pasó algo parecido que con esta que aquí reseño. Está bien escrita, sé que hay mucha gente a la que ha gustado… pero a mí particularmente -supongo que por mis filias y fobias particulares- no me terminó de llamar particularmente la atención.
Leí esta novela hará unos tres o cuatro meses. De lectura ágil aunque quizá se le puede achacar que le falta algo de mordiente.
Por otro lado El heredero de Tartessos sí es una gran novela de aventuras. Siempre la recomiendo.