EL DÍA MÁS LARGO – Cornelius Ryan
Muchos son los libros que recogen los acontecimientos del 6 de junio de 1944, cuando las tropas aliadas desembarcaron en Normandía con el objetivo de internarse en la Europa ocupada por los nazis. Bastantes son también los que cuentan con los testimonios de protagonistas de esos días que cambiaron el rumbo de la II Guerra Mundial. Pero son muy pocos los que, entre esos testimonos han podido contar con los de los principales protagonistas de uno de los momentos más importantes del siglo XX. El día más largo es uno de ellos.
Evidentemente, no quiero restarle protagonismo a ninguno de los participantes en esos días, fuera cual fuese su función, pero con lo de «principales protagonistas» me refiero a que el libro recoge los testimonios en primera persona de casi todos los altos mandos, aliados y del Eje, que tomaron parte del momento. Y esto, unido al resto de testimonios, obtenidos en más de 2.000 entrevistas, hace que el libro sea casi un diario en primera persona escrito por varios autores a la vez. Una gozada.
Lo cierto es que se lee de un tirón, ya que está escrito de una manera muy amena y bien estructurada, con lo que el autor consigue que nos sintamos atrapados por la narración de unos hechos, que la verdad, ya de por sí son de lo más interesantes de la Historia contemporánea.
Poco más se puede añadir, salvo quizás, que se me ha hecho excesivamente corto. Pero ya se sabe que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Con este libro, ración doble.
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Yo tuve la oportunidad de leerlo este verano y coincido con lo expuesto por richar, es una gozada de libro. Los libros de ensayo sobre temática militar si son escritos mezclando entre tanto testimonios de participantes en primera persona suelen atraerme mucho más que los puramente técnicos. En este caso Ryan combina ambas fomas de narración con un estilo inigualable que hace de este libro sobre el día D se covierta en una joya de la literatura sobre la IIGM.
Un saludo.
Pues si os gusto éste, no os perdáis el Un puente lejano. Igual de bueno o mejor. Lastima que, como en el Titanic, ya todos nos sepamos el final. Da ganas de meterse dentro del libro y empujar al XXX cuerpo británico a patadas. ¡Faltó tan poco!.
Un saludo.
Yo lo tengo, la verdad que me lo pillé solo por que venía con el de Fuller…y ha sido un descubrimiento de lo más agradable.
Pues aparte de los ya dichos, tenéis el de la batalla de Berlín. Aunque debo decir que a mí Ryan me cansa un poquito…
Saludos.
Gracias, Richar y compañía, por la reseña y las orientaciones tan interesantes, porque me despiertan el interés por el autor, que westaba adormecido. Compré el libro por la misma razón que Urogallo de Caen, pero no me he animado a leerlo todavía. Me pasa algo así como a Germánico de Teutoburgo (se nota que este Germánico no es el mismo que el que no tiene apellido solariego, porque con éste sí estoy de acuerdo): leí en su día (hace muuuuuuuchos) el del famoso puente y me cansó algo. Tal vez era demasiado joven (creo que sería allá por la época de Castelar) y confieso que me acuerdo bastante poco… por no decir nada. Y el de Berlín, tampoco lo he leído. Por eso, os pregunto a los entendidos en esta cronología: ¿Cual creéis que debo leer primero?
Su tabaco, graciaaaaaaaaaas.
Querido amigo:
«El día más largo» es el más ameno de los libros de Ryan, así que quizá debas iniciar tu inocente exploración por ese texto. No debes asustarte por que en ese texto los hombres disparen y mueran, pues los astros, en esta ocasión, te son propicios. Tu color: el azul. Tu número: el 13.
Besitos.
Germánico, ese es MI color y MIS dos números (el 1 y el 3). ¿Cómo puñetas lo has hecho?
Y ahora me voy al hilo de «El fuego del cielo», que hoy está alucinante.
Lenin…¿qué fumas?
Está en mi naturaleza…
Gracias, «Gramánico» de Tutierra. Tomo nota de tu recomendación con gran interés. Y, además, que tú me lo recomiendes es una garantía.
Saludos agradecidos.
P.S: Estoy hasta amable. Debe ser la lluvia, que ablanda los corazones…
No: está en tu naturaleza.
Voy a dejar este comentario aquí ya que puede que el tal Lenin no lo lea. Eh, no entreis al trapo que es peor. Conozco algún buen blog que se ha echado a perder por culpa de los trolls.
No merece la pena ni como diversión.
Tienes razón, Melmoth, pero está en nuestra naturaleza.
Tienes razón, Melmoth, pero está en nuestra naturaleza.
(No es plagio, es que pienso igual que tú, Germánico)
Qué naturistas estamos últimamente…
Y, por supuesto, tenéis razón, pero a veces me cuesta trabajo reprimirme. Será que está en mi naturaleza.
Saludos bucólicos y pastoriles.
Me encanto, las escenas de batalla estan narradas magnificamente, te mete dentro de ellas, y el asalto de los rangers al acantilado es digno de encomio.
A mí me gusta más la visión «personal» de cada participante, que permite ir formando la visión «general» del día D. Realmente Ryan sabe elegir que contarnos para que terminemos sabiendo lo que pasó, sin contarnos otra cosa que lo que le pasó a cada participante, del soldado al Mariscal de Campo.
Fantastico libro. Ha adquirido con los años la pátina de la leyenda. Gusta igual a profanos que a entendidos.
¡ Que momento aquel en que Isenhower y J.F.K debatieron sobre el libro durante la sucesión presidencial!.
en realidad , no soy tan amante de la literatura, pero necesito el libro.
*El dìa màs largo*. quien supiera donde encontarlo, seria el mejor lector del mundo.
de ante mano,
gracias.
Samuel Soto
Lo he acabado de leer hace poco, un buen libro si señor, repleto de datos interesantes acerca de este largo día, sin duda un libro indispensable para los amantes de la Segunda Guerra Mundial o de quienes les gusta saber más acerca de las grandes contiendas bélicas de la história de la humanidad.
Las opiniones sobre el libro titulado: «El día más largo» se ajustan, la mayoría de ellas, a la verdad de la inusual calidad literaria. Es muy difícil encontrar narrativas de hechos reales, y ésta de ese título merece los elogios que se le prodigan. Yo lo estoy leyendo con sumo interés; hasta este momento no he encontrado (siempre surgen peros) torpeza ni parcialidad en el autor: escribe con imaginación objetiva y sabe dominar los recursos literarios de lo que narra. Esta facultad está al alcance de poquísimos escritores. Recomendable.
He de decir, también, que los lectores deberían tener más espíritu critico en cuanto al fondo de lo sucedido y sacar consecuencias útiles del conflicto.
Las guerras siempre las pierden los los soldados rasos, nunca los oficiales superiores, ya que éstos con cualquier régimen que impere tendrán siempre privilegios, no así los combatientes de reemplazo forzoso; así, pues, los soldados sin profesión militar son las reales (además de los civiles indefensos) y verdaderas víctimas, tanto si sobreviven como si mueren. Una vez concluido cualquier conflicto bélico, el soldado anónimo y sin galones permanentes padecerá lo mismo que cualquier súbdito de a pie: No se le tendrá en cuenta el sacrificio en la medida que se considera y se respeta a los militares de profesión.
Sin duda, el soldado que es obligado contra su voluntad a matar o morir es tenido en muy poco, a pesar de verse forzado a dar la vida por algo que no es suyo; en el caso de perder aquélla, a la viuda o a los padres, a penas se les indemniza con relación a los de la milicia; si sobrevive, siguen en la pobreza y en el anonimato. Esto es lo que se debería enjuiciar a partir del conocimiento de los hechos.
Claudio Valderrama// cvalderrama844@gmail.com
Vuelvo a leerlo, y vuelvo a sentir la magia.