DESPACIO EL MUNDO – Ramón Andrés
Quien haya leÃdo al escritor y filósofo Ramón Andrés algunas de sus obras publicadas por la Editorial Acantilado, tales como El mundo en el oÃdo. El nacimiento de la música en la cultura, Claudio Monteverdi. «Lamento della Ninfa», El luthier de Delft. Música, pintura y ciencia en tiempos de Vermeer y Spinoza o FilosofÃa y consuelo de la música (galardonado con el Premio Nacional de Ensayo de 2021), es conocedor de aquella inseparable relación que existe en la mente del autor entre de la filosofÃa y la música. La palabra, la vida, la muerte, la escucha atenta, los momentos en los que el tiempo se para, la perfección, la meditación, el ser, el pasar… son ideas que se incrustan en la eternidad de sus textos, de sus protagonistas, en una simbiosis casi perenne entre la música y el hombre. A todo esto, ya supuesto al autor, se suma en este delicioso ensayo, la artÃstica y multitemporal mirada de una serie de pintores que han plasmado una serie de imágenes, escenas y hechos cotidianos en los que la música protagoniza momentos eternos de quietud y atención mostradas en sus cuadros.
En esa tan personal mirada del caminar de la vida hacia la muerte, en ese esperar de quietud y harmonÃa, Andrés ha profundizado, con conocimiento y mucha sabidurÃa, en los inmensos escenarios en los que la música y la pintura han recorrido aquellos silencios pintados como propuestas de sincera y humana musicalidad. Y lo ha hecho acercándose de una manera especial al que considera el instante más sagrado, más Ãntimo en el que un músico detiene el tiempo en un silencio pasado, al tañer una cuerda de su instrumento, para lograr, en su búsqueda de la perfección, la nota justa mediante la que afina el sonido que dará pie al perfecto y armonioso movimiento de las melodÃas nacidas de aquel sagrado y perfecto momento. Este es el puntual y anhelante instante que describe en el libro que recientemente ha publicado para deleite y disfrute de sus lectores.
A lo largo de trescientas páginas y cincuenta y dos cuadros que transcurren en el tiempo entre el Renacimiento y el Barroco, Andrés recorre las imágenes y estampas en las que un personaje, a veces ocupando el centro del cuadro, a veces relegado a un lugar más secundario, realiza el sagrado y misterioso acto de afinar un instrumento de cuerda. Ese momento tan inspirador en el que el tiempo se para bajo la atención visual y auditiva del protagonista, marca la premisa principal para que el autor nos desgrane su pensamiento sobre la filosofÃa musical, acompañada de su erudición relativa a la historia de la música y la pintura en base a las experiencias, relaciones y momentos vitales de quienes con su arte y bajo una mirada tan particular, recogen aquel instante iniciático de la perfección musical.
Los instrumentos que aparecen en aquellos cuadros son tan variados como los momentos y lugares en los que son tañidas sus cuerdas. Tiorbas, laúdes, violas di gamba, violines, guitarras o violonchelos, entre los más conocidos, son manejados con atención por ángeles, campesinos, músicos, damas, borrachos o maestros de corte, en lugares tan heterogéneos, como los escenarios renacentistas donde el punto de fuga y lo arquitectónico marcan el orden y concierto de la pintura, habitaciones a oscuras donde la luz de una vela apenas ilumina al hacedor musical, tabernas y grandes habitaciones donde un grupo de alegres músicos plantean el inicio de una alegre velada o bucólicos escenarios naturales en los que la música paraliza a personas y animales. Todos estos momentos y lugares, concentraron la inspiración artÃstica de cientos de pintores italianos, holandeses, franceses, ingleses, españoles… por eternizar el instante en el que nace la sagrada nota musical, buscada en ocasiones con intereses o quizás con desapego, da igual la intención, con la que la armonÃa y la melodÃa dan comienzo al sagrado acto musical. Andrés busca, en un razonamiento tan coherente como constante en su vida, la ralentización en nuestra existencia, atacada tan habitualmente por la prisa que invade nuestro dÃa a dÃa. Y lo hace con la personal y enriquecedora descripción de todas estas escenas pictóricas y musicales que completan un libro que sacia la sed de conocimiento y la hambrienta racionalidad del lector en su búsqueda de sosiego y paz.
Andrés logra, en la gran diversidad de escenarios y personajes presentados, acercar al lector la esencia de un hecho irrepetible y único, localizados en una multiplicidad de lugares, momentos y estilos pictóricos, que proponen al lector viajar en el tiempo y en los estilos artÃsticos plasmados en sus lienzos, haciéndole partÃcipe de las experiencias individuales y sociales de quienes plasmaron para la eternidad aquellos instrumentos tañidos en su infinita búsqueda del instante, logrando mostrar en su páginas un completÃsimo paisaje humano y artÃstico englobado entre los siglos XV y XVIII. La lectura de este libro es como afrontar un delicioso viaje tan enriquecedor como embaucador, en un trayecto lleno de belleza e instantes.
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Ramón Andrés, Despacio el mundo. Barcelona, Editorial Acantilado, 2024, 397 páginas.
Gracias por la reseña. Un libro muy presente y destacado en las librerÃas. De este autor empecé a leer «Un mundo en el oÃdo», pero se me hizo un poco cuesta arriba.
No es un escritor fácil, pero creo que merece el esfuerzo.
El luthier de Delft, con el que este parece relacionado por lo hojeado, es una delicia. Este caerá… algún dÃa.
Ya contarás… cuando llegue ese dÃa.
Pues me llama la atención, y me parece muy interesante.
Gracias por la reseña.
Una joya.