Si hay un autor reconocido en el mundo de la Historia Naval con mayúsculas ese es sin duda el profesor Agustín R. Rodríguez González, Doctor en Historia por la Universidad Complutense y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. Su obra alcanza la friolera cifra de 38 libros hasta la fecha, entre otras muchas colaboraciones en trabajos colectivos. Estamos ante un maestro de la investigación en el tema que nos ocupa, sin duda un motivo más si cabe para avalar cualquiera de sus obras. El libro editado por HRM ediciones nos adentra en un tema no muy conocido por el gran público, el papel de la Armada durante el periodo del reinado de Isabel II (1843-1868), en concreto, la labor desempeñada por la misma en las diferentes campañas en las que nuestra histórica Armada participó allende los mares. 

La obra en cuestión es relativamente breve, apenas poco más de 250 páginas, pero tan rica en detalles que uno al terminar de leerla se queda con ganas de seguir conociendo y descubriendo el resurgir de España como potencia naval en el siglo XIX. Tras una brillante introducción el libro se divide en tres partes en los que se abarcan las campañas de la Armada isabelina en Filipinas y el Pacífico, Europa y África, y para terminar las dirimidas en América. En todos estos escenarios la Marina Española hizo acto de presencia, siendo muy destacable su actuación en muchos de estos lejanos lugares. El objetivo de este trabajo no deja de ser divulgativo, y aunque sea de forma somera y hasta cierto punto esquemática, nos ofrece un brillante cuadro general sobre el periodo en la que la Armada española volvió a surcar los mares combatiendo por medio mundo.

Agustín R. Rodríguez González, autor de la obra, no rehúye la polémica y muestra desde un principio su desacuerdo con la afirmación en la que se atestigua que la Marina Ilustrada acabó con la derrota de Trafalgar, para el autor esta batalla naval tuvo escasas repercusiones en el plano estratégico en las guerras napoleónicas además de un impacto relativo en el poder naval español, la voluntad política de rehacer la Armada siempre estuvo presente a pesar de las guerras carlistas, pero fue con el reinado de Isabel II cuando se produjo el renacer de la misma, en esos 25 años de reinado la Armada española se situó como la tercera potencia naval del mundo sólo superada por la británica y francesa, aunque hay que mencionar que la distancia respecto a ellas se había hecho mucho mayor que a finales del siglo XVIII, tal y como afirma el autor. Este inicial prólogo dice mucho sobre la idea primordial que seguirá este trabajo.

En el capítulo dedicado a la zona de Filipinas y el Pacífico uno de los temas principales es la labor desarrollada por la Marina en la lucha contra los piratas esclavistas que asolaban el archipiélago, destacando la nueva tecnología que aportaban los buques a vapor, toda una innovación técnica, aunque como muy bien comenta el autor no dejaban de ser poco más que cañoneros con la inestimable ventaja del vapor apoyados por una relativa alta velocidad y la autonomía que aportaba no depender de los vientos para su manejo. A pesar de que el enemigo no era una Armada propiamente dicha como tal, hubo enfrentamientos de cierta envergadura como el combate de Calamianes producido el 3 de mayo de 1851, donde los españoles causaron más de un centenar de bajas al enemigo. Ahora bien, la campaña estrella en este escenario fue la de Conchinchina, la participación de España en estas operaciones navales culminaron en la toma de Saigón el 18 de febrero de 1859 junto a sus aliados franceses. Todavía hoy se mantiene en el actual Vietnam las tumbas de algunos de los marinos españoles que participaron en dicha campaña. El relato de dicha campaña es sencillamente apasionante.

El segundo capítulo está dedicado a las campañas en África y Europa, en el caso del continente africano el Norte de África y la siempre complicada frontera con Marruecos serán sin duda uno de los temas a destacar, también otro escenario muy distinto tendrá su lugar en este capítulo: el territorio de Guinea y los efectos de nuestros desencuentros con franceses y británicos en la zona. La Guerra de África (1859-1860) no sólo mostrará el papel del ejército en dicha campaña, este libro nos acercará también a conocer la labor de la Armada en dicho conflicto, aunque modestamente, su participación también fue alabada. En Europa se llevaran la palma el apoyo de la Armada a la reina de Portugal en su lucha contra los partidarios de una monarquía absolutista, junto a Francia y al Imperio Británico la Marina Española y el ejército supieron hacer frente a los conservadores portugueses y pacificar el país lusitano. Italia sería otro de los frentes de batalla, la expedición enviada en auxilio del Papa Pío IX en 1848 fue decisiva para apaciguar a los revolucionarios y ratificada a su vez con el agradecimiento del Vaticano al papel desarrollado por la Armada española. Dichos acontecimientos, y todas sus vicisitudes consiguientes, serán narrados con maestría por el autor.

El tercer y último de los capítulos está enteramente dedicado al continente americano, en este caso nuestra historia compartida con Hispanoamérica es un punto de interés máximo a la hora de afrontar la lectura de este tramo final del libro. La expedición a México ante la negativa del Gobierno de Benito Juárez de suspender los pagos de su deuda exterior activó la participación de España, aunque los logros fueron moderados la potencia naval española volvía a codearse con las grandes potencias. Otro hecho curiosísimo en donde la Armada tuvo presencia sería también la reincorporación de Santo Domingo a la Corona Española, y para finalizar uno de los acontecimientos más importantes da la Armada isabelina, las campañas del Pacífico que enfrentó a España contra las Repúblicas de Chile, Perú, Bolivia y Ecuador. Entre estas últimas destaca claramente el bombardeo de Valparaíso el 31 de marzo de 1861 o la Batalla contra las defensa de El Callao, una plaza fuerte formidable para la época.

En definitiva, un trabajo breve pero intenso, donde podremos comprobar el importante papel desempeñado por la Armada de Isabel II en todos los confines del mundo, un papel que demostró en la época que España y su Armada volvían a contar, y mucho, en el equilibrio mundial. Si a todo esto le añadimos la excelente puesta en escena de su autor, el profesor Agustín R. Rodríguez González, estoy seguro de que va ser un trabajo muy alabado entre los aficionados a la Historia Militar Naval.

Agustín R. Rodríguez González, Barcos con honra. Las campañas de la Armada de Isabel II. Editorial HRM, 2019, 256 pp.

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