AZAÑA Y CATALUÑA. HISTORIA DE UN DESENCUENTRO – Josep Contreras
Josep Contreras (Terrassa 1977) es licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona, esta obra, publicada en 2008 por la editorial Edhasa supuso su puesta de largo en el mundo bibliográfico.
El tÃtulo no deja lugar a dudas sobre lo que podemos encontrar en este trabajo, la relación tan peculiar que mantuvo el que fuera el último Presidente de la II República española con Cataluña, historia de un desencuentro, al menos ese es el mensaje subliminal que nos deja el subtÃtulo, donde la animadversión acabó por concluir estas relaciones después de unos comienzos donde la cortesÃa y la colaboración habÃan sido la marca a destacar.
El libro parece seguir un hilo conductor acorde a la biografÃa de Azaña, por lo que nos ofrece en las primeras páginas un esbozo general de lo que habÃa sido la trayectoria polÃtica de nuestro protagonista, todo ello con un intento de ligazón al tema catalán que no siempre resulta presente, hasta que llegamos al año 1931, fecha de la proclamación de la II República en España. Es a partir de aquà donde el lector ávido de descubrir cómo se desarrolló la comunicación entre Azaña y el catalanismo polÃtico espera encontrar la valÃa de este trabajo. Desde luego entramos en la parte más interesante de la obra, la llegada de la República a España fue todo un acontecimiento que bien merecÃa un acuerdo general de mÃnimos que ayudara a traer la democracia a los españoles y, a su vez, sirviese como garantÃa y motor del desarrollo territorial. Cataluña, por su peculiar historia, parecÃa haber encontrado con el régimen republicano la vÃa perfecta para poder desplegar su indudable potencial, la República debÃa servir para alcanzar los mayores objetivos de progreso a España, la Generalitat catalana con su impronta republicana deberÃa ser un referente de éxito que condujese a la consolidación democrática en nuestro paÃs. Hasta aquà todo fue una luna de miel. Con el Estatuto de AutonomÃa aprobado en 1932, a pesar del golpe de Estado del general Sanjurjo, no hizo más que acelerar la aprobación del texto constitucional que aportaba a Cataluña altas dosis de autogobierno. Pero todo comenzó a torcerse a partir de 1933, o mejor dicho, una vez entrados en 1934, la revolución de Octubre, con la famosa proclama desde el balcón de la Generalitat del Estado Catalán de la República Federal Española, acabó por causar tal desasosiego en Don Manuel Azaña que algo se habÃa roto para siempre entre los catalanistas y el lÃder republicano. El golpe del 18 de julio de 1936 y la consiguiente Guerra Civil española acabó por destrozar cualquier atisbo de cooperación entre Azaña y Cataluña, la historia de un desencuentro se plasma en estos difÃciles años con una claridad fuera de toda duda. Aquel defensor de la idiosincrasia catalana, partidario de que la Generalitat fuese un garante republicano y un referente para el resto de territorios españoles acabó por obra y milagro convertido en el ogro del catalanismo polÃtico. ¿Cómo se llegó a esta situación? Pues la obra hace un recorrido muy bien sintetizado que puede servir a los lectores para hacerse una idea de cómo transcurrieron estas complicadas relaciones institucionales. Desde 1934 hasta el final de la guerra sucedieron cosas, muy graves la mayorÃa de ellas, asà que a nadie puede extrañar el final que se podÃa augurar entre Azaña y Cataluña.
Personalmente, tras la lectura del libro , el sabor que me queda es el de un cierto regusto amargo, la figura de Don Manuel Azaña, con sus aciertos y errores que los tuvo por igual, me lleva a considerarlo un personaje de primer orden dentro de la Historia de España y nunca desdeñaré cualquier intento bibliográfico que nos ayude a conocerlo, se lo merece y asà lo dejo patente aquÃ. Ahora bien, para los lectores que amamos el estudio de la II República y la Guerra Civil española deseamos que los nuevos historiadores nos ofrezcan algo más, no podemos quedarnos estancados en hechos que son básicamente muy conocidos, queremos algo nuevo, si existe, y confiamos en las nuevas generaciones para ello. Es un deseo positivo, creemos que debe ser recogido y aplicado. Si el autor simplemente ha querido llevar a cabo una sÃntesis de hechos que relacionaron a Cataluña con Azaña y de esta manera extraerlos quirúrgicamente para ofrecerlos a un lector desconocedor de la trayectoria republicana de nuestro protagonista, entonces puede que su público no sea precisamente aquel que muestra un alto interés por este periodo. Divulgativo sÃ, pero si se me permite la opinión, considero que adolece de contenido para ir un poco más allá de lo hasta ahora ya conocido en torno a Don Manuel Azaña.
Un libro de lo mas pertinente en todo momento.
En todo momento y más hoy dÃa. :S
Aunque parece que no aporta nada nuevo al menos sirve de acercamiento al personaje y la época.
Desde luego, el tema no puede estar más de actualidad. En cuanto a la figura de Manuel Azaña nunca está de más poder acercarse a la figura de este controvertido personaje de nuestra Historia. En mi opinión, Azaña fue un polÃtico e intelectual de gran nivel vÃctima tal vez vÃctima también de una cierta soberbia, un personaje con hechuras de gran estadista malogrado por unos tiempos demasiados convulsos para hacer polÃtica. Sus debates en las Cortes son antológicos, dotado de una gran oratoria sus discursos siempre eran noticia, si podéis leer sus Diarios son realmente interesantes, gracias a ellos me acerqué con gran curiosidad a la vida y obra de Manuel Azaña. Estos Diarios son de lo mejor que he leÃdo sobre la polÃtica española de principios del siglo XX: MonarquÃa, República y la Guerra Civil española en toda su expresión.
Mi admiración por Manuel Azaña no me impide ser crÃtico con algunos de sus actos, creo que su gran error estuvo en creer que la II República sólo podÃa ser factible para una parte de la sociedad española, las derechas y el centro-derecha parecÃan quedar fuera de sus cálculos polÃticos, ahà radica su gran equivocación, no eran buenos tiempos para la lÃrica, pero desde luego el régimen republicano no podÃa prosperar sin acercar a los posibilistas de derechas hacia la aceptación de la democracia republicana. Otra caracterÃstica de Azaña es su alejamiento, y también su desdén, por las revoluciones y por los nacionalismos. Le horrorizaban las algaradas de los anarquistas y, posteriormente, ya en plena Guerra Civil española no pudo soportar el menoscabo del poder del Estado por parte de los nacionalistas catalanes y vascos. En cuanto a la relación con Cataluña, tal y como trata esta obra, no deja de ser paradigmático que este polÃtico que resultó fundamental para la aprobación en Cortes en el año 1932 del Estatuto de Cataluña, sea ahora prácticamente tratado de nacionalista español casi como un enemigo del pueblo catalán, una injusticia de la Historia con mayúsculas. Azaña creÃa poder resolver el problema territorial en España, para ello estaba convencido de que habÃa que dar un paso adelante y garantizar mediante la democracia parlamentaria en Cortes una autonomÃa regional, en el caso catalán dio muestras evidentes de que apoyaba sus aspiraciones autonomistas. Ahora bien, como he repetido anteriormente, el Estado y su poder debÃan asegurar la cohesión territorial. Nada que no leamos cada dÃa en la prensa hoy en dÃa.
Saludos.