ASÍ FUE LA GUERRA SUBMARINA – Harald Busch

ASÍ FUE LA GUERRA SUBMARINA. Harald BuschHace poco se comentaba en una de las reseñas que, sin llegar a ser buenos, algunos libros eran una lectura positiva debido a su temática, convirtiéndose en una certera opción más por esto último que por el atractivo del propio libro. Esta es la razón que mejor describe por qué me decidí a leer esta obra. Harald Busch la escribió al poco tiempo de finalizar la Segunda Guerra Mundial y contaba muchas de las cuestiones de primera mano, ya que él estuvo a bordo de algunos de estos submarinos alemanes que protagonizan el libro.

Escrito de manera un poco caótica, se mezclan las historias de largos cruceros de combate a bordo de submarinos con algunas pinceladas sobre la evolución de la guerra y las tecnologías que se fueron incorporando, tanto a favor como en contra de esta arma. Aunque la primera de estas partes, las batallas en el mar, forma el grueso del libro, también hay hechos ocurridos al poco tiempo de comenzar el conflicto, los hay en el Mediterráneo cuando la balanza comenzaba a inclinarse del bando aliado y, por supuesto, hay episodios sobre el ocaso del poderío nazi.

Otro punto interesante del libro es que está escrito “sin complejos”, es decir, el autor defiende la forma de combatir y actuar de los alemanes y narra cómo la Kriegsmarine, la marina nazi, bajo el mando de Karl Dönitz, respetó siempre las normas internacionales. También deja de manifiesto que cuando comenzaron a cambiar la forma de actuar en sus acciones marítimas era porque los británicos, principalmente, habían dejado de ser unos “caballeros” en el mar. Como digo, defiende su forma de combatir, y lo hace narrando hechos concretos en los que se trató de ayudar a los supervivientes de un naufragio y fueron atacados durante la acción y otras cuestiones similares.

Aunque no todas las historias narradas lo son de primera mano: muchas se basan en las notas de otros marinos y en los diarios de otros soldados; sí es remarcable el hecho de que estas también tienen curiosidades y cuestiones del “día a día” dentro de las naves, que sólo pueden ser contadas así cuando han sido vividas o se han vivido situaciones similares.

Si tuviera que dar algunas razones para recomendar la lectura de este libro, recurriría a todo lo contado hasta aquí. En cambio, si tuviera que esgrimir razones en contra, hablaría del autor, que no alcanza a redactar un libro ameno y atrayente. Tiene hojas y hojas en las que se enlazan las idas y venidas de los submarinos sin ningún hecho relevante. Inmersiones y subidas a la superficie se van alternando y ni un triste combate o acción deshace el tedio. Por lo tanto, si ustedes son aficionados a la guerra submarina o a la Segunda Guerra Mundial, este libro es una lectura recomendable, contando con lo dicho. En cualquier otro caso, prescindir del libro y pasar al siguiente.

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27 comentarios en “ASÍ FUE LA GUERRA SUBMARINA – Harald Busch

  1. CORCONTAS dice:

    Muy interesante reseña, Curistoria. Felicidades.

  2. Hindenburg dice:

    Supongo que lo del incidente en que los alemanes ayudaron en el naufragio y fueron atacados, es el conocido caso «Laconia», a raiz del cual Dönitz dió orden tajante de no auxiliar a las tripulaciones de los buques hundidos por los propios submarinos.

    Es cierto que sobre la actitud de los submarinos alemanes corrió mucha propaganda, mas en la primera que en la segunda mundial ( tal vez porque los aliados emplearon las mismas tácticas, especialmente en el Pacífico contra la flota japonesa ).

    En realidad, atrocidades comprobadas solo hubo poquisimos casos ( recuerdo el de Eck en la costa somalí ) y a veces tampoco faltaron casos de brutalidad aliada hacia las tripulaciones de los submarinos germanos hundidos ( en la primera guerra el caso del «Baralong». )

    En cualquier caso, el tema de los submarinos en ambas contiendas mundiales es apasionante, debido a esa combinación de entereza, aventura, riesgo y maquinismo.

  3. Sergio Flashman dice:

    Buena reseña Curistoria.

    Mi opinión sobre este libro es muy parecida a la tuya. Sin duda no se trata una «biblia» de la guerra submarina, pero a pesar de ello yo guardo un recuerdo muy entrañable de este libro, quizá porque cuando lo leí por primera vez (hace muuuchos años…) no había apenas nada editado en castellano sobre este tema. Incluso hoy día no abundan las publicaciones sobre la lucha en el mar durante la II Guerra Mundial (y menos de la Primera).

    En este nuevo «amanecer» sobre las reediciones y nuevas publicaciones sobre ambas guerras mundiales, si os fijáis casi todas versan sobre la lucha «terrestre» y prácticamente nada sobre la «marítima». Desconozco por qué es así. Quizá es que en España se ha perdido el interés por la historia militar naval; ¡¡con la de publicaciones que abundan en Inglaterra sobre este tema, y apenas se traduce y publica nada aquí!!

    Por eso, si cabe aún más, es de agradecer tu reseña.

    Un saludo.

  4. sito dice:

    Gracias Curistoria, ya llevaba varios días comentando entre mis neuronas que hacia tiempo que no teníamos reseñas de libros sobre la IIGM.
    La guerra naval como dice Sergio no está valorada. Parece que nos molan más las grandes batallas terrestres con tanques y trincheras. De lo poco que conozco de las mismas, me hace gracia la manera de actuar de los submarinos. Jjejej, para buscar la “presa”, tenían que subir hasta la superficie, apuntar y disparar. Después a sumergirse y a correr por el fondo del mar, jejejje, tremendo.
    Y ya hablando algo más en serio, si que es cierto que Hitler no se tomó muy en serio el potencial que tenía el poder controlar los fondos marinos. La Inglaterra de los primeros años de guerra, estaba acosada o mejor dicho sus barcos de mercancías por los submarinos alemanes. A punto estuvo Inglaterra de no recibir los suministros suficientes para poder mantener su nivel militar y de alimentos para la población. Hitler no vio esa opción y dio prioridad a otras cosas. El resto, es historia.

  5. Curistoria dice:

    Sito, a mi me resulta realmente atractiva la lucha submarina. Es forma de «cazar» de los submarinos y demás me atrae. Además, esta lucha dependió mucho de avances técnicos y tecnológicos que le dotan aún de más interés.

    Saludos.

  6. Sargon dice:

    Los libros de memorias escritos por veteranos de guerra, lo normal es que literariamente hablando sean bastante flojos pero, el gran valor que aportan es el del testimonio directo. Ese es su fuerte y su valor, una persona que ha estado directamente en el frente, en un submarino, un barco de superfície o un caza te cuente su experiencia, sus vivencias, sus miedos y reflexiones. Además, estos libros tienen otra sustancial diferencia con respecto a otro tipo de memorias, las memorias de los grandes Generales y Comandantes. Las memorias de Manstein, Eisenhower o Patton no tienen nada que ver con la de Hans Rudel y sus más de 1000 misiones en un Stuka, las de E.B. Sledge como Marine de primera línea en Okinawa, o las de Gunter Prien atacando Scapa Flow en su U-boot.

    Saludos.

  7. Curistoria dice:

    De hecho, en este libro hay misiones en las que Busch estaba a bordo y otras que narra a partir de notas de otros. Siempre se nota que sabe de qué habla, pero en las propias hay esos detalles sobre nombres concretos y situaciones, que como dice Sargon, aportan una visión extra.

    Saludos.

  8. Germánico dice:

    A cuenta de este asunto, Folio acaba de sacar dos volúmenes de Time Life sobre la campaña con unas fotos excelentes, y algunos textos muy interesantes. Es posible que todavía los encontréis en los kioskos.

    En mi humilde, la campaña del Atlántico fue la única realmente trascendente que los Aliados Occidentales ganaron en el debido momento. Podían permitirse dos, tres Normandías, pero esta o se ganaba en ese momento, o todo se vendría abajo.

  9. sanpifer dice:

    Libro de experiencias, facil de leer, ilustrativo y totalmente ameno.

    Se le cuelan algunos gazapos y obvia algunos pasajes interesantes (por ejemplo, la participacion de los sumergibles alemanes en la Guerra Civil española o la «desaparicion» de algunos sumergibles en los ultimos dias de guerra).

    Como libro de vivencias, ocupa un destacado lugar junto a «la Herradura Dorada» y a «Submarino….» de Edward Beach.

    Como crítica menor, señalar que la edicion antigua con tapas de tela amarilla tenía un encanto que no tienen las ediciones actuales…..

  10. sito dice:

    todos los sentidos. ¿Qué hubiese pasado si los alemanes hubiesen controlado el Atlántico?, madre de Dios…..Ya en el año 1945, Alemania tenía en maqueta a tamaño real, en esos astilleros que eran como naves de hormigón para librarse de los bombardeos aliados, un submarino con el primer reactor con una autonomía hasta la fecha desconocida. El gran problema de los submarinos hasta esta época, era que tenían poca autonomía tanto de combustible como de oxígeno. Evidentemente esa tecnología como muchas otras pasó a manos aliadas. En fin, un tema realmente interesante.

  11. lucano dice:

    Gracias Curistoria, no conocía este libro y pienso hacerme con él, aunque sea para complementar las memorias del almirante Doenitz con un testimonio directo. Esta gente de los submarinos tenía que ser bastante especial para aguantar en esas condiciones, supongo, y las memorias de Doenitz destilan mucha más preocupación personal por sus subordinados que las de los generales de tierra por los suyos.

    Sito, yo no creo que los alemanes no le dieran prioridad a ésto, muy al contrario. sencillamente los anglosajones les ganaron por la mano, en tecnología antisubmarina, organización de convoyes y en capacidad de producir toneladas de mercantes a más velocidad que la de los alemanes para hundirlas.

    saludos a todos

  12. Licurgo dice:

    Y sin embargo… si Doënitz hubiera dispuesto de los 300 submarinos interoceánicos que pidió en un principio para tener 100 en rotación…
    Hay un libro de un capitán de uboots (aunque dificil de encontrar advierto) que merece la pena también; «Ataudes de acero» de Herbert Werner.
    Realmente, y con independencia de que los Aliados lo hicieran bien, los germanos no supieron realizar un apoyo entre Armas; el arma submarina necesitaba que la Luftwaffe destinara algunos de sus aviones para realizar misiones de reconocimiento (la vela o «torreta» del submarino se levanta poco de la superficie, lo que lleva aparejado que se pueda otear poco espacio de mar), cosa que no se hizo casi nunca, y cuando se hizo con reticencias.
    Respecto a los marineros de esas naves, sí estaban hechos de una pasta especial; más del 75 % dejaron su vida en el fondo del oceano y, aún así, se siguieron presentando voluntarios para el servicio (las dotaciones eran voluntarias en general).
    Desde luego la guerra submarina es muy interesante, y este libro reseñado es un clásico quasi-imprescindible; a nivel humano, a nivel estratégico y a nivel tecnológico (como el ejemplo del motor Walther señalado más arriba) es apasionante.
    Saludos.

  13. sito dice:

    Completamente deacuerdo con Licurgo amigo Lucano. Hitler fue un caprichoso y pecó de una cosa, de no dejarse aconsejar por lo que sabían realmente de asuntos militares. Doënitz sabía que una de las claves para una victoria Germana era el fondo submarino, poder hundir barcos de suministros y de guerra aliados retrasaría una posible invasión aliada en Europa y mientras se podría haber terminado la campaña rusa. Pero la falta de submarinos provocó que una vez que los aliados se organizasen, en pocos meses se hicieran con el control del Atlántico y del Mediterráneo. Tras ese control, las tropas aliadas comenzaron sus desembarcos en los diferentes puntos.
    Si es que me alucina el pensar cómo submarinos alemanes llegaron a hundir navíos de EEUU en sus propias costas y durante algún tiempo, sembraron terror en los puertos de la costa este de EEUU.
    Sin lugar a dudas la FÉ o el miedo al régimen nazi provocaba esa constante de voluntarios no solo en la marina, sino en todos los aspectos de producción de un país en guerra contra todos.

  14. Saint dice:

    En lo personal este es un libro que siempre me ha gustado. Quizás como bien mencionan los restantes compañeros no sea una obra brillantemente redactada pero los libros escritos por los veteranos de guerra tienen ese no se que…

    Saludos

  15. marcelo dice:

    como recomienda Sanpifer, «La Herradura Dorada» de T.Robertson, recientemente editado por Ed.Sieghels , un placer de libro, contando las aventuras del Cap Kretschmer al mando del U-23

  16. Curistoria dice:

    Tomo nota de este último libro.

    Saludos.

  17. APV dice:

    Precisamente “La Herradura Dorada” salió hace unas semanas en la colección Memorias de Guerra de Altaya.

  18. lucano dice:

    Vistos los anteriores comentarios, ahora tendré que comprar no uno sino tres libros imprescindibles sobre el tema…¡¡con la crisis que hay!!

    Aunque en el fondo coincidimos bastante, no estoy completamente de acuerdo en atribuír a la negligencia o falta de visión de Hitler ésto de la derrota en la batalla del atlántico. La dirección de operaciones navales alemana también le cortaba las alas a Doenitz constantemente (al menos eso dice él). El arma de submarinos no era precisamente marginal en Alemania con respecto a las otras armadas importantes, en relación al número de barcos de superficie (con buen criterio). Desde luego hubo errores de bulto en la conducción de la guerra submarina, pero también los tuvieron los aliados hasta que perfeccionaron sus métodos, y en la primavera del 42 los alemanes iban ganando en algunos momentos en cuanto a tonelaje hundido (no lo hacían tan mal por lo tanto).
    Nunca se dedicaron los recursos que pedían sus jefes (tampoco en carros, aviones…) y a pesar de ello el comportamiento de los submarinos fue extraordinario, su producción y mejora fueron en aumento a lo largo de la guerra y su derrota fue más bien motivada por avances tecnológicos que favorecían su detección y destrucción, más que por falta de recursos. Todo ello sin despreciar los errores de apreciación de Hitler ( y de los almirantes clásicos), el fiasco que supuso la actuación de los submarinos italianos, la ausencia de colaboración de la aviación, etc.
    «Si se le hubiese hecho caso a Doenitz en los años 30…», pues sí, les hubiera ido mejor, pero a lo mejor sus pretensiones eran poco realistas (en diciembre de 1941 había 12 submarinos disponibles en el atlántico…para tener 100 me pregunto qué recursos hubiesen precisado y durante cuantos años). Además, dudo si con esa producción los demás se hubiesen quedado a verlas venir

    Un saludo

  19. Licurgo dice:

    Completamente de acuerdo.
    Hay quien argumenta que los recursos consumidos en la creación de una potente flota de superficie se deberían haber destinado al arma submarina, sin embargo, su desaparición habría liberado una importante fuerza aliada que se podría haber destinado a la protección de los convoyes con la consiguiente merma en la eficacia de los u-boots.
    Es fácil argumental desde la perspectiva que da el tiempo, ¡pero el juego del «que hubiera pasado sí…» es tan atractivo!.
    Por otro lado, el pequeño espacio que permiten los post/comentarios, obliga a un reduccionismo que hace correr el peligro de «pontificar» o ser demasiado taxativo.

    ¡Hum!, no sólo recomendaría tres libros para «estudiar» la batalla del Atlántico («la herradura dorada», «así fue la guerra submarina» o el «diez años y veinte días»), recomendaría también «submarinos, la amenaza secreta» y «ataúdes de acero».
    Saludos.

  20. Licurgo dice:

    Perdón, me olvidaba el excelente libro de Santiago Mata, «U-boote».
    Saludos.

  21. Curistoria dice:

    Jesús, Jesús… de la lectura de un libro me van a salir cuatro compras :)

    Saludos y gracias por las recomendaciones.

  22. sito dice:

    A lo que me refiero Lucano es que Hitler no supo valorar la importancia de estrangular los suministros a Inglaterra con los hundimientos producidos por submarinos Alemanes. Doënitz se hartó de pedir más submarinos al igual que todos los generales del resto de ejércitos. Fue una guerra muy grande para Alemania sola pero Hitler estaba pensando más en la campaña Rusa, campaña relámpago según el y derivó demasiados medios a la misma, dejando desprovistos otros frentes y guerras preventivas como la del fondo de los mares. A veces cuando recapacito sobre esta guerra, me da miedo pensar que hubiese ocurrido si Hitler hubiera hecho caso a sus generares y no a su fanatismo.

  23. lucano dice:

    aaagg, dos comentarios más de Licurgo y tengo que pedir un crédito.

    En el fondo estamos bastante de acuerdo, Sito, al final eramucho para uno solo.
    Saludos

  24. gunbsberg dice:

    hoy me lo he comprado ha llegado ahora al kiosko saludos

  25. David L dice:

    Bueno, está claro que Hitler basó la mayoría de su esfuerzo bélico en la campaña del Este, pero con un claro y decidido objetivo, rendir a GB. El problema surgió cuando los alemanes comprobaron que derrotar a la URSS no era cosa sencilla, ahí es cuando la baza submarina vuelve a coger fuerza. Creo que a mediados de 1943 Hitler puso mucho de su parte para que la construcción de submarinos de bolsillo se acelerara, aunque el problema no radicaba solamente en cuestiones de materias primas, sino también de obreros para llevar a cabo esa gran producción. La falta de trabajadores también resultó un problema para llevar a buen puerto la construcción de más submarinos.

    Me apunto el libro, a ver si lo puedo encontrar.

    Un saludo.

  26. Miguel Justo dice:

    En la página web que adjunto, pueden verse varios de esos libros, y algunos más.

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