ARNHEM – Lloyd Clark

ARNHEM - Lloyd ClarkUna de las grandes ventajas de los aniversarios es que permiten publicar casi cualquier cosa. Así, han pasado sesenta y cuatro años, cinco meses y catorce días (a la hora de redactar esta reseña) desde la toma de Berlín por los soviéticos, o cuatrocientos treinta y ocho años y nueve días desde que se luchara la inolvidable batalla de Lepanto. ¿Qué día fue redactada esta reseña?

Ahora en serio. Tal vez aprovechando que el pasado mes de septiembre se cumplió el 65 aniversario de la batalla de Arnhem, los últimos meses han visto la publicación en España de dos libros sobre el tema. Uno de ellos fue Derrota en el Rhin, de Antonio Muñoz, ya reseñado. El otro es este.

Si las comparaciones son odiosas, ciertamente la publicación de varios libros sobre un mismo tema invita a ello en este caso, y desde varios puntos de vista.

Si comparamos este libro de Lloyd Clark –profesor en la Real Academia Militar de Sandhurst- con otros, como el recientemente publicado Anzio, la Batalla por Roma, nos encontramos con un libro igual de bien explicado, con la misma capacidad para interesar al lector, pero menos rico en detalles. En este caso el autor nos narra la batalla de Arnhem a grandes líneas, sin centrarse excesivamente en el pequeño día a día, haciéndolo tan sólo cuando algún detalle es necesario para sostener su tesis: el fiasco que supuso la operación dentro del cuadro de la ofensiva aliada.

Si lo comparamos en cambio con los potenciales lectores, el libro halla su lugar no en el lector especializado, con conocimientos sobre el tema y especial interés en desarrollar un aspecto concreto de la batalla, sino en el neófito. Algunas de las virtudes del libro de Clark son la claridad, a la hora de narrar una batalla confusa; la concreción, a la hora de fijar claramente las líneas principales de la misma sin perderse en la miríada de acontecimientos que tuvieron lugar durante aquellos días; y la amenidad, a la hora de evitar párrafos y párrafos de datos que seguramente sean de escaso interés para quien simplemente sienta curiosidad. En el extremo opuesto a estas características estaría el libro de Robert J. Kershaw: It Never Snows in September, aún no publicado en España y que tal vez pueda ser fruto de una reseña en el futuro.

Y, finalmente, si lo comparamos con otras narrativas de la batalla de Arnhem, esta tiene la especial característica de no detenerse en la batalla por el «puente lejano». Lloyd Clark es algo mas ambicioso que eso y centra como argumentación principal de su libro el cruce del Rhin, hablándonos principalmente del intento del otoño de 1944, en Arnhem, pero también narrando el exitoso asalto al río que tuvo lugar en torno a Wesel, 65 kilómetros río arriba, medio año después, en marzo de 1945.

Por lo demás el libro no ofrece demasiadas teorías nuevas a lo ya escrito por otros autores en los últimos años. Clava un nuevo clavo al ataúd de Montgomery, designándolo como principal responsable del desastre que sufriría la 1ª división aerotransportada británica en Arnhem; y no duda en derivar también parte de la culpa sobre otros oficiales. Como Horrocks, enfermo; O´Connor y Ritchie, a derecha e izquierda, respectivamente, del avance principal, por su poco élan; y a Brereton y Browning por su escaso conocimiento de lo que estaba sucediendo y sus muchas dudas.

En resumen. No se trata de un mal libro, se trata de un libro introductorio, que no ofrece ideas nuevas aunque si un nuevo enfoque al conjuntar el intento fallido de cruzar el río con el que si tuvo éxito posteriormente. Basta con leerlo una vez.

Opino.

Lloyd Clark
ARNHEM. CRUZANDO EL RIN 1944 – 1945.
Ariel 2009.

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14 comentarios en “ARNHEM – Lloyd Clark

  1. Educo Educado dice:

    Muchas gracias por tu reseña, Koenig.
    A mi desde pequeñito siempre me interesó de forma particular este escenario de guerra, gracias a un juego de Spectrum llamado igual, Arhem, con el que me pase dias, meses y años jugando.
    Creo que lo voy a apuntar en la lista de estas navidades.
    Un saludo.

  2. Licurgo dice:

    ja ja ja
    Sí, yo también me he llegado a pegar 16 horas seguidas delante de las teclas de plástico del Spectrum y lo añoro profundamente.

    Haciendo un cálculo así por la cuenta de la vieja, y considerando las 7 de la mañana del 2 de mayo de 1945 como fecha del alto el fuego, creo que la reseña la redactaste el 30 de febrero de 2012 (fecha del fin del mundo según el calendario maya, como todo el mundo sabe).

    ¿Qué tal informa sobre los altamente trasformables kampfgruppen?.

    No sé hasta qué punto puede cargar las tintas en la falta de elán de O’Connor y Ritchie, creo que es más discutible la labor de estado mayor de Browning.
    Saludos.

  3. joaquin BM dice:

    Lo que más me gusta de este hecho de armas es el batacazo que se dio Montgomery, militar que siempre me ha caído especialmente mal, por ser un tipo con suerte como el duque de Wellington.

    Para que ese plan hubiera salido bien, tendrían que haberse dado tantas casualidades, que no sé cómo se lo permitieron. Qué derroche de hombres y material. Quizás la guerra se veía ganada y había que contentar al pavo real.

  4. David L dice:

    Gracias por la reseña Koenig, como siempre interesantísimos tus comentarios. El libro seguro que es interesante, lo que ya no me resulta tanto es el precio, creo que ronda los 35 euros. Me ha llamado la atención la diferencia de precio entre el dedicado por el mismo autor a la Batalla de Roma( 22’90 euros), frente a éste, de no más de cien páginas que el anterior, de igual presentación( tapas blandas) y sin embargo cuesta más de 13 euros . No sé, igual me estoy dejando llevar simplemente por una cuestión monetaria, pero me resulta curioso la diferencia de precio. Ahí va la pregunta Koenig, tú que has leído los dos..¿Crees que hay un dato objetivo entre ambos trabajos que hagan justo esta divergencia monetaria entre uno y otro?

    Un saludo.

  5. Brendan dice:

    ¿Otro libro más sobre esta batalla? ¿Por qué razón si ya tenemos ese insuperable escrito de Cornelius Ryan titulado «Un puente demasiado lejano»?

    Cada vez entiendo menos a las editoriales, queremos verdaderas novedades en historia y no más libros de Normandia,Arnhem o Stalingrado; con precios más asequibles. ¡35 Eurazos!

  6. Krieg dice:

    Estuve dudando si lo compraba o no, pero el precio me pareció un autentico abuso, nada más y nada menos que ¡¡¡35 €!!! ¿como se justifica? no es una edición lujosa, estos libros suelen valer aproximadamente 25 €, si además leo que apenas aporta novedades, que se lo queden, lo compraré cuando lo liquiden.

  7. Koenig dice:

    Buenos días.

    Un par de cosillas.

    Con respecto a que «Un Puente Demasiado Lejano» de C. Ryan sea insuperable. Bueno, en cuanto a amenidad seguramente, en cuanto a rigor, no estoy tan convencido y en cuanto a los datos que aporta, esta amplísimamente superado. Aunque sólo sea porque Ryan disponía de un caudal de información determinado cuando escribió su libro, y hoy son disponibes fuentes a las que Ryan no pudo acceder entonces.

    Con respecto a la inutilidad de Montgomery. Creo que se comete demasiado a menudo el error de confundir su execrable caracter con su capacidad militar. Montgomery no fue una persona diplomática, y por supuesto no fue el superlativamente fino estratega que él mismo decía ser. Pero de ahí a convertirlo en un inútil hay un abismo.

    Algunas de las cosas que se achacan a Montgomery en Arnhem.

    Que era un plan descabellado:
    Tan descabellado que de haber funcionado hubiera partido en dos el frente alemán y aislado a todo el 15º Ejército en Holanda. Un daño tan grave como el sufrido en Stalingrado. Obviamente el plan originario no se contentaba con tomar el puente de Arnhem, sino seguir avanzando hacia el norte hasta enlazar con la costa del Ijselmeer (mas cercana entonces que ahora). Y esto a costa de arriesgar una división.

    El mal empleo del cuerpo aerotransportado.
    Desde la ruptura del frente en Normandía la necesidad de llevar a cabo una gran operación que implicara todo el cuerpo aerotransportado era un clamor en las altas esferas: Eisenhower, Marshall, Churchill. Consideraban que la teoría de la Envoltura Vertical debía ser la nueva Blitzkrieg. Ahora bien, bajo esta premisa. ¿Dónde emplear esta fuerza? Obviamente no para tomar un objetivo cercano a la línea de frente, sino uno en profundidad. Mongomery ofreció Arnhem, y era precisamente el tipo de misión que todos deseaban que se llevara a cabo. De hecho, cuando presentó su plan a Eisenhower, este no se negó.

    Mala gestión de las fuerzas aéreas.
    Desde dos puntos de vista: primero porque no había aviones de transporte suficientes para transportar todo el cuerpo aerotransportado de una sola vez. Es decir, se había creado un arma pero no se habían suministrado los medios para llevarla a la zona de combate de una sola pieza, sino desmontada.
    Segundo porque la aviación táctica no se empleó a conciencia en labores de apoyo al suelo. Los alemanes pudieron concentrarse en torno a la carretera Eindhoven-Arnhem con mas facilidad que en torno a las cabezas de playa de Normandía (lo cual no significa que lo tuvieran chupado, ojo). El caso es que casi toda la fuerza de cazas y cazabombarderos fue empleada en labores de escolta de los aviones de transporte.
    En ninguno de los dos casos esto fue responsabilidad de Montgomery, sino de los jefes de las fuerzas aéreas.

    Con respecto a las fuerzas acorazadas de la 9 y 10 divisiones de las SS.
    Estas unidades, supuestamente ignoradas por Mongomery, eran dos grupos de combate de unos 5.000 hombres, muy escasos de material pesado. Es mas, todos los vehículos y cañones de la 9 habían sido cedidos a la 10 SS.
    Por pocos que fueran, los carros de combate de la 10 SS hubieran podido tener efectos devastadores. De haberse empleado contra los paracaidistas. Cosa que no sucedió. Los carros que intervinieron en torno a Arnhem contra los paracaidistas vinieron todos de mas lejos. Fueron:
    En el KG von Tettau: 224 cía independiente (carros Renault franceses) a partir del 19 de septiembre
    En el KG Spindler: 10 cañones de asalto de la 280 Stug Bde. también el 19. Elementos de la 506 unidad de carros pesados (Tigre), a partir del 24.
    En el casco urbano de Arnhem (contra el batallón Frost): la Cía Mielke, del regimiento de reemplazo y entrenamiento de Bielefeld. 8 carros. el 18 de septiembre.
    Varios carros Tigre de la 506 unidad de carros pesados. del 18 al 21 de septiembre.
    Mas adelante llegarían mas carros, pero no del 10 Rgto. Acorazado SS (el que habían descubierto los servicios de información aliados). Estos fueron enviados a combatir entre Nimega y Arnhem, pasando por el ferry de Pannerden, y llegaron allí a partir del 21.
    Así que tampoco puede achacarse a Montgomery el haber enviado a sus paracaidistas contra las poderosas fuerzas acorazadas alamenas que habían sido detectadas, pues estas ni eran tan poderosas, ni combatieron en Arnhem.

    En realidad el gran éxito en Arnhem fue de la capacidad de reacción alemana, de su agilidad para organizar grupos de combate con todos los medios disponibles y de su rapidez a la hora de reaccionar frente a una situación imprevista.
    En cambio -opino- el gran fracaso se debió a la falta de garra de los oficiales aliados sobre el terreno para implementar el plan.
    De esto último se me ocurren dos ejemplos:
    El primer día de la operación (17 sep) las fuerzas de tierra del XXX cuerpo no fueron mas allá de Valkensvaard (a medio camino de Eindhoven). Allí se detuvieron a pasar la noche.
    El día 20 por la tarde, justo después de tomar los puentes de Nimega, la carretera hasta Arnhem estaba despejada. Sin embargo las fuerzas aliadas se detuvieron a pasar la noche, de nuevo, un poco mas allá de Lent. Esto fue responsabilidad de Horrocks (XXX cuerpo, a la sazón bastante enfermo), de Adair (división de guardias) y de Mc Ivor (78 división). No de Montgomery, que como jefe de todo un grupo de ejércitos no puede descender hasta un nivel tan pequeño como el divisionario.
    Si tenemos en cuenta que esa misma noche se rindió el batallón Frost, que defendía el extremo norte del puente de Arnhem, vemos como un último empujón hubiera sido decisivo para el éxito del plan.

    Sin embargo fracasó.

    Y hay mas, pero me lo dejo para otro día, que ya va suficiente rollo.

    Saludos.

  8. Koenig dice:

    Se me olvidaba.
    La fuente que detalla las pequeñas unidades de carros es R. Kershaw «It Never Snows in September», edición de Ian Allan Publishing.

  9. joaquin BM dice:

    Hola, Koenig:

    no tengo tantos datos ni tan precisos como tú. Solamente dispongo de un cierto conocimiento de la concepción de la operación. Veamos: hablamos de que el éxito de esta operación se basaba en coordinar una enorme cantidad de hombres y material en el tiempo (corto) y en el espacio (amplio). Una columna blindada debía explotar los éxitos de los paracaidistas en cuatro o cinco puntos (los puentes si queréis llamarlos así). Y en uno de esos puntos, se suponía que había que mantenerse copados tres o cuatro días. És mi opinión que no solo había de salir bien una maniobra sino varias y cada una dependiente de la siguiente. Demasiado complicado para la guerra tan sujeta a azares sin fin como la Historia (y la vida) nos enseña. Lo normal (que podría haber salido bien y dar la gloria a Montgomery) es que saliera mal. Como así fue.

  10. Koenig dice:

    Buenas tardes Joaquin.

    El caso es que la complejidad suele ser una característica de las maniobras militares.

    Recuerdo un caso en que un bombardeo aéreo sobre unas posiciones concretas tuvo que conbinarse con una sombrilla de defensa de cazas, un bombardeo naval, complejas operaciones de desembarco en cinco puntos distintos con diferentes tipos de ingenios; mas el empleo de tres divisiones paracaidistas para abrir las salidas de las playas, protegerlas o defender un flanco franqueando un canal. Y fue un éxito completo: los aliados desembarcaron en Normandía. Podría haber salido mal y Eisenhower hubiera podido cubrirse de oprobio, pero no fue así.

    La complejidad de las operaciones militares no me parece que sea, por si, un motivo de fracaso. Ningún plan militar, por complejo que sea, sobrevive al inicio de la batalla. La realidad de lo que suceda dependerá, entre otras cosas, de unos oficiales preparados y motivados; soldados suficientes, frescos, entrenados, equipados y pletóricos de moral; coordinadores entre servicios debidamente formados y suplidos; el empleo de los medios y recursos en cantidad y calidad suficiente, especialmente de suministros bastantes; y muchas otras cosas. Y de todo esto deben carecer, en la misma medida en que lo tienen quienes tienen la iniciativa, los defensores.

    En fin, que el éxito o el fracaso de una operación militar, nunca depende de una sola persona. En el caso de Arnhem, Mongomery.

    En cuanto a información. Cierto es que dispongo de mucha, y no me importa compartirla si hay cualquier duda.

    Saludos.

  11. Brendan dice:

    Cornelius Ryan y bastantes escritores más lo dejaron bien claro, el plan era una locura y una temeridad del siempre cauteloso Montgomery: ignoró los informes de la resistencia holandesa y de la inteligencia británica, en el área no habían tropas de ancianos o de segundo nivel. Además cualquier suboficial sabía que la marcha por una única carretera elevada, suponía una locura porque es fácil taponarla durante horas con un par de cañones antitanques cada pocos kilómetros.

    Tenían que haber seguido las indicaciones de Patton para acabar la guerra con su plan de avance, menos mal que luego al genio de Hitler se le ocurrió llegar hasta Amberes desde las Ardenas.

    En librerias de antiguo de mundodellibro se pueden encontrar ejemplares de «Un puente lejano» desde 4€, de modo que está aún más clara cuál es la elección para comprar.

  12. Koenig dice:

    Robert kershaw y bastantes mas lo han dejado igualmente claro. No toda la responsabilidad fue de Montgomery.

    Y si había tropas de segunda fila en Arnhem.
    Que combatieran el primer día, por ejemplo:
    – En el Kg von Tettau: el 6/14 bn naval de transmisiones; un bn del 184 de Artillería actuando como infantería (para lo que no estaban entrenados); el Bn de guardia SS «Helle» (matones holandeses integrados en las SS); el Rgto «Lippert», formado por alumnos de la escuela de suboficiales «Arnheim».
    – En el Kg Spindler: Kg SS «Moeller» (de 80 a 100 ingeniros actuando como infantería).
    – En Arnhem: la Cía «Mielke» de reemplazo y entranamiento; la guarnición del puente.

    Además de esto multitud de soldados que fueron cazados al paso según volvían de permiso, o que fueron sacados de centros de convalecencia, elementos del segundo escalafón… etc, que fueron integrados en unidades mas serias.

    Saludos.

  13. juanrio dice:

    La impresión es que era un plan demasiado ambicioso, y que jugaba con demasiadas variables, aunque, como bien ha dicho Koenig, el desembarco también lo era y salió bien. También tiene razón Koenig, en que en el momento que comienza la acción, toda la planificación queda en el aire. Lo que creo que es cierto es que si el plan hubiera salido bien podría haber significado el derrumbe del frente del oeste….

  14. Flor dice:

    La batalla de Lepanto es una batalla célebre y memorable en la historia por la victoria naval que obtuvo Don Juan de Austria sobre los turcos.Y aunque cerca de 8.000 hombres de este peculiar personaje hallaron la muerte y se perdieron unas 15 naves cristianas , el botín encontrado en los bajeles turcos fue incalculable y bastó a compensar con mucho las pérdidas materiales de la flota de la Liga.
    En esta batalla en la que murieron 25.000 turcos y 5.000 quedaron prisioneros , se recuerda hoy como una de las batallas más organizadas de la historia y en la que perdió un brazo el famoso escritor de Don Quijote de La Mancha, Miguel de Cervantes.
    En general, que es una batalla interesante de la que merece la pena saber lo que ocurrió y lo que supuso para la historia.

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