RIMAS Y LEYENDAS VS ROSAS Y ESPINAS – G. A. Bécquer, Manuel Gómez Serrano

RIMAS Y LEYENDAS, G. A. BécquerROSAS Y ESPINAS, Manuel Gómez SerranoAlgunos de vosotros, los que habéis leído alguna de mis reseñas, ya conocéis mi manera de escribir, siempre navega parte de mi en las letras que saltan en la pantalla del ordenador, a veces con más fortuna y a veces con menos, no todos los mares son iguales, y en esto, el maestro Parménides, tenía razón, nunca, aunque estés en el mismo sitio, el agua es la misma, fluye como la vida y a veces, el mar está embravecido, y de vez en cuando, está en calma…

De todas formas, por si alguno se preocupa, no lo hagáis, por favor, plasmar parte de mi en lo que escribo, no me afecta en exceso, es una energía renovable, es algo así como ir a donar Sangre, cuando te levantas de la camilla, siempre te sientes un poco débil, pero al cabo de un rato, te sientes fuerte y satisfecho contigo mismo…

En fin, a lo que iba que se me va el santo al cielo, para variar; abusando del título de esta página de la que me enorgullezco en participar, me he tomado la libertad de tomar en consideración la segunda preposición del título, “Hislibris, Libros de Historia, Libros CON Historia” y a la espera del veredicto final del arbitro de la contienda, que no se si sacará tarjeta roja a mi reseña o solo la amarilla, me he decidido a empezar este ejercicio de egoísmo que es el de hacer una reseña de dos libros que me han hablado a mi, uno en el pasado, y otro en el presente, uno parte de la historia de España y el otro parte de mi Historia, con mayúsculas la mía, que por algo es mía (ya os advertí que es un ejercicio de egoísmo…).

Bien, empecemos con el Genio del Romanticismo: Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, nacido en Sevilla el 17 de febrero de 1836 y fallecido en Madrid el 22 de diciembre de 1870, con sus Rimas y Leyendas, claro, el compendio más conocido y leído de su Obra , si no os importa queridos hislibreños, no voy a sumergirme en su vida, ni en la extensión de sus obras que no sean esta, dejándome llevar por el viento que empuja el navío de mis emociones sírvame esta rima que ahora os transcribo como fiel reflejo de su obra, de su mensaje y de sus intenciones:

«Yo soy ardiente, yo soy morena,
Yo soy el símbolo de la pasión;
De ansia de goces, mi alma está llena;
¿a mi me buscas?, – no es a ti, no.

Mi frente es pálida, mis trenzas, de oro;
Puedo brindarte dichas sin fin;
Yo de ternura guardo un tesoro;
¿a mi me llamas?- no, no es a ti..

Yo soy un sueño, un imposible;
Vano fantasma de niebla y luz;
Soy incorpórea, soy intangible;
No puedo amarte.-¡Oh ven; ven tú!.»

Bécquer y su legado son un reflejo de España, de nuestra España del S. XIX, de la sociedad abatida y del quiero y no puedo, del amor imposible y de los sentimientos frustrados, del potencial agotado y despilfarrado, del tenerlo todo y no haber guardado nada, esa era nuestra querida España, este es el reflejo del romanticismo del Siglo diecinueve… Bécquer en sus rimas nos transporta al sentimiento en estado puro, con una sencillez abrumadora nos hace participes de su sufrimiento de su tragedia particular y de su amor desperdiciado, consigue más de dos siglos después que las gentes de nuestra época, las del buen relativismo y las del dogmatismo pragmático, no nos olvidemos que en el fondo, todos estamos obligados a sentir, a sufrir y a soportar las vicisitudes de la interrelación personal, es algo, que cada día parece más olvidado, la gente no cree, o no quiere creer, la sociedad no quiere sentir y no quiere, por que no decirlo, amar. A veces, como ejercicio de realidad de nuestro presente, quizás, y digo quizás por que desde que releí las Rimas de don Gustavo, no he conseguido desprenderme de esa sensación de vacio… como decía, como ejercicio de realidad de nuestro presente, quizás deberíamos acudir al pasado, a la historia de nuestra España de la que tantos episodios nos han llegado, aunque sean trágicos y difíciles de asimilar, aunque sean sobre amores imposibles…

En cuanto a las Leyendas… qué podemos decir, sírvame una palabra para describir un todo, Magia.

Maese Pérez el Organista, Los ojos Verdes, el rayo de Luna, Tres fechas, la Rosa de Pasión, la promesa, el Monte de las ánimas, El Miserere y La Venta de los gatos.

Las Leyendas de Bécquer, son un ejercicio de evasión, son pequeños relatos maravillosos, que intuyo que para él mismo eran una vía de escape a su genio atormentado, ¿por qué no? Todos necesitamos de vez en cuando escapar de nosotros mismos y de lo que nos rodea…

Al hilo de lo que os andaba diciendo, y bajando un poco de la nube Becqueriana en la que estaba viajando, sin descender del todo a tierra firme por ahora, hace unos meses se cruzó en mi camino un libro… uno de tantos claro, siempre he pensado que el ser Humano es un tanto fetichista, y claro me incluyo, soy humano, creo, pues bien, cayó en mis manos un libro de poesía, de esos que nunca lees por que para empezar, la poesía, después del Gran Gustavo… como que no y además por que son de esos libritos de tirada baja, de escritores noveles del todo desconocidos para el gran público y de ediciones, bien intencionadas, pero baratas. Pero claro, resulta que al escritor lo conocía, aunque solo fuese por terceras personas, y además me lo había cruzado alguna vez por la «Rambla» saludándole con un amable «Buenos días» o «buenas tardes», del que era respondido con la amabilidad que le pertoca al desconocimiento personal, aun así, con su libro en las manos, y teniendo en cuenta ese fetichismo intrínseco del ser humano que te hace tener ilusión por leer a un poeta por el simple hecho de que te lo has cruzado, pues me puse a la tarea de hacerlo, a mi pesar, con la poca ilusión del neófito en poesía, y más contemporánea…

Y claro, yo que no se reseñar libros que no me hayan gustado, muy a mi pesar, ya que la gasolina que utilizo para escribir es ese sentimentalismo barato e individualista que me embarga de vez en cuando, aquí estoy dando rienda suelta una vez más a lo que siento… En fin, como decíamos ayer, me puse a la tarea de leer poesía. De repente y sin haberlo pretendido, volví a sentir ese vacío que me sumerge cuando leo algo que me emociona, ese repentino estallido de dolor cuando el escritor consigue penetrar tu barrera de escudos y arremete en lo más profundo de tus líneas, me encontré en ciertas partes del poemario, gimoteando a mis 33 inviernos, metido en una historia relatada en unos pocos versos, llorando y riendo por lo ganado y lo perdido, envidiando esa capacidad de expresar emociones, viajando por el Sur, amando a los amados y en ocasiones, despreciando la vida que nos obsequia con episodios tan crueles, en definitiva, viviendo, que no es poco aunque sea gracias a alguien que te allana el camino, un poeta perdido entre miles de libros publicados, hasta eso, si me apuras, tiene un halo de romanticismo impregnado.

Ya para acabar, me voy a permitir dos pequeñas concesiones; la primera, casi un sacrilegio, hablar fríamente de la lectura: Fácil, ligera y brutalmente sencilla con tintes de melancolía en sus poemas pero impregnado de un positivismo que se agradece, en definitiva algo diferente para disfrutar de un rato en soledad.

La segunda es la de transcribir, por lo menos en parte, uno de sus poemas, que para mí tiene un significado especial:

«Allá donde las olas rompen el silencio,
Donde el mar y el cielo se confunden,
Donde la soledad se puede tocar,
Allí, te busco en las noches estrelladas.
Te adivino detrás de una de las estrellas,
y te hablo, y presiento que me escuchas.
Te cuento mis cosas, me enojo contigo
por haberte marchado tan pronto.
Quedaron pendientes tantas cosas por hacer,
Tantas ilusiones por cumplir.
(….)
Sin embargo tienes la ventaja de conservarte
Siempre joven, un joven loco como la mayoría de
la juventud, con prisa por vivir intensamente, sin
precauciones suficientes, sin pensar en los que te
querían, desafiaste a la muerte, como tantos en la
carretera, y perdiste, y te marchaste para siempre.
(…)
Yo te hecho de menos, y aunque me enfade contigo,
Como hermano se me pasa pronto y te sigo queriendo
Hasta que nos veamos algún día.»

Termino, este poema lo dedica el escritor a su hermano, fallecido en accidente de tráfico, y yo, aunque sea en parte, me lo apropio y se lo dedico al mío,
allá donde estés Chema, te quiero y guárdame un sitio a tu lado, como siempre debió de ser…

Un saludo

Reseñado por Nes.

Rimas y leyendas
G. A. Bécquer
Ed. Ebro
Editado en Campaña 8 de diciembre de 1938

Rosas y Espinas Poemario
Manuel Gómez Serrano
Impresión:
Ed. Gráficas Rey con la colaboración del Ayuntamiento de Cornellá de Ll.

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27 comentarios en “RIMAS Y LEYENDAS VS ROSAS Y ESPINAS – G. A. Bécquer, Manuel Gómez Serrano

  1. juanrio dice:

    Emoción, sería la palabra. Has escrito una reseña llena de emoción y sentimiento. Cuando ha cambiado la imagen esta mañána y he visto la cara de Becquer me he quedado un poco perplejo. No entendía muy bien de que iba la reseña hoy, hasta he pensado que a lo mejor hay una novela con Becquer como protagonista o como excusa. Y mira tu por donde a la hora de todos los días aparece esta doble reseña del amigo Nes hablandonos de lo que sintió leyendo a Becquer, su poesia, sus leyendas y de lo que ha sentido leyendo a éste poeta nuevo y desconocido. Y envuelve la reseña en lo que ha sentido leyendo y en lo que le ha afectado la lectura en lo personal.

    No me parece fácil hacer una reseña así, desnudarse un poco en ésta u otra página no es lo más normal y tu lo has hecho. Me alegro que hayas hecho ésta reseña tan poco habitual para Hislibris y me alegro de que hayas compartido algo muy tuyo con nosotros.

    Gracias, Nes.

  2. Aretes dice:

    Una vez se preguntó qué cinco libros salvaría del incendio de nuestra casa. Sin duda uno de los míos sería Rimas y leyendas de Becquer.

    Cuando lo estudié en su momento, siendo una niña, junté unas cuantas pesetas y lo compré por mi cuenta. Me gustaban las tres poesías que venían en el libro de literatura y quería conocer las restantes. Llegué a saberme de memoria las preferidas y solía leer alguna de vez en cuando.
    Y sigue conmigo.

    Creo que es una reseña muy difícil, Nes. La poesía, cuando nos atrapa y nos sacude por dentro no lo hace por su exquisita rima ni por una métrica impecable ni por un estilo innovador, lo hace porque nos llega muy hondo y es complicado desnudarse y enseñar esas profundidades del alma. Creo que tú lo has hecho de una forma envidiable y muy generosa.

    Por cierto, una de mis preferidas: la XXX

    Asomaba a sus ojos una lágrima
    y a mi labio una frase de perdón;
    habló el orgullo y enjugó el llanto
    y la frase en mis labios expiró.

    Yo voy por un camino, ella por otro;
    pero al pensar en nuestro mutuo amor,
    yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?
    Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?

    Por supuesto que es un libro con historia. Gracias por compartir la tuya.

  3. pepe dice:

    Enhorabuena por la reseña, Nes. Comparto contigo la idea de que hay que reseñar sólo aquellos libros que, por una razón u otra, tienen para nosotros tienen un valor especial. No comparto, sin embargo, tus gustos poéticos, pero no es momento de hablar de eso sino, como ha dicho Juanrio, de felicitarte por la valentía de hablar de poesía en esta página y de hacernos partícipes de tus sentimientos.

  4. Clío dice:

    De hecho las leyendas tienen MUCHA HISTORIA, algunas de ellas forman parte indisoluble de la maravillosa ciudad de Toledo, donde él vivió muchos años la más impresionante para mí es La promesa, aunque tengo otra favorita: El Beso y el Rayo de luna, en fin casi todas.
    Y de rimas ya no hablo, han formado parte de nuestra adolescencia desde tiempos inmemoriales, ahora no tengo el libro aquí pero las que habeis puesto me parecen preciosas.
    El otro autor me es desconocido, aún así gracias por ofrecerlo en esta reseña tan personal y emotiva.

  5. pepe dice:

    Leí hace algunos años la novela Los papeles de Bécquer escrita por la directora de cine Josefina Molina. Creo recordar que no estaba mal, aunque no puedo decir mucho más.

  6. farsalia dice:

    Una reseña muy emotiva, enhorabuena, Nes. Lástima que Bécquer me resulte pesadísimo…

  7. Nes dice:

    Hola

    Pues tengo que confesar que cuando escribí la reseña, la mandé sin pensar mucho, había disfrutado escribiéndola y con eso me bastaba, eso si, una vez enviada y releida me dió un poco de vergüenza, nada que ver con lo que había leido hasta ahora aquí.

    Al verla esta mañana publicada me ha dado aun más vergüenza si cabe, eso si, al ver el mensaje de Juanrio la verdad es que he pensado, vale la pena pasar un poco de vergüenza solo por ese comentario.

    Gracias y un saludo

  8. Javi_LR dice:

    Mi opinión es idéntica a la de Pepe, pero eso ya te lo dije a ti, Nes. No me gusta Bécquer, ni en sus Rimas, por empalagosas, ni en sus Leyendas, por excesivas, pero esta reseña es a pecho descubierto y se agradece mucho.

    Pepe y Farsalia, comentaba también a Nes por privado que, al parecer, Bécquer se escribía con otros literatos de manera bastante canalla y genial, y componía lo que a mi juicio forma parte de la buena poesía. Según esto, todos esos escritos fueron pasto del fuego. Una lástima no poder cambiar eso de «la poesía eres tú» por «tú me haces poesías en el lecho».

    Un saludo.

  9. jerufa dice:

    Pues a mí, por lo novedoso, por lo personal y por el sentimiento que pones, un 10, Nes!
    Hay que echarle un par de…para escribir algo tan sumamente especial, tan tuyo y exponerlo en el blog con la ilusión que tú has hecho.
    ¡Aire fresco en Hislibris que siempre sienta bien!

  10. Jorge Ferraro dice:

    ¿Sabes qué, Nes? Nuevamente encuentro ese estilo intimista, tan particular, que das a tus escritos. Me gusta mucho. Hablas de esos libros con emoción.

    No he leído a Bécquer ni a Serrano. Das ganas de salir corriendo a comprarlos y de sentarse a leerlos con un buen «cognac».

    «…a veces con más fortuna y a veces con menos, no todos los mares son iguales»

    Y con esas palabras me has recordado a Daniels.

    Un saludo cordial.

  11. Capayespada dice:

    Hola Nes.

    «Yo sé de un himno gigante y extraño / que anuncia en la noche del alma una aurora, / y estas páginas son de ese himno / cadencias que el aire dilata en las sombras…»

    Eso era la poesía, himno gigante y aurora, para Gustavo Adolfo, ese sevillano universal que me encuentro cada vez que bajo a la capital andaluza, por Triana o Los Remedios… Al que saludo por la Alameda o a la orilla del Guadalquivir o a la puerta de su casa en la calle del Conde de Barajas, junto a esa iglesia mágica que da cobijo al Jesús del Gran Poder, al menos una o dos veces en cada ocasión que sevillanea mi alma y mi cuerpo; ya ves, como tú por las Ramblas, acaso la de las Flores, entre Colón y la gran Plaza de Cataluña de esa Barcelona modernista, al poeta Manuel Gómez Serrano. Y luego, antes de volver a Madrid, le acerco una rosa a su lugar de reposo, muy ‘pegaíto’ ya a la misma Plaza de la Encarnación.

    Las fuertes columnas en las que se asienta la poesía contemporánea en lengua española son las Rimas de Bécquer y las de Rosalía, tanto si las hizo en gallego como si fue en castellano; y a su vez ellos se apoyaron en Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz…

    Todos los que escribimos de una determinada manera, con el alma en la pluma que yo digo, como tú, o al menos intentamos hacerlo, somos amantes de la poesía y de la prosa poética de aquel sevillano romántico tardío. Sus palabras encierran tanta pasión y sentimiento… tanta fuerza y belleza, que es muy dificil resistirse a su encanto cuando hemos llegado realmente hasta él a pecho descubierto; tan sencillo y tan grande al tiempo: la grandez de la sencillez. ¿Sabes?, yo empecé escribiendo poesía por su «culpa», y ahora sigo escribiendo, también en prosa, porque Gustavo Adolfo consiguió que la literatura me enamorase. Por eso, además, estoy en eterna deuda con él, hasta que me vaya.

    Es muy curioso el caso de este escritor. Tuvo que morir para que sus amigos publicaran con sus propios ahorros un librito que al poco tiempo, insospechadamente, sería universal. Su obra, continuamente reeditada en multitud de idiomas, y sus seguidores milagrosamente multiplicados alrededor del mundo como en la parábola de los panes y los peces. Realmente tiene mucho de leyenda la propia vida del poeta andaluz, aunque fuera mucho más normal y hasta pecador de lo que nos han venido contando. Pero precisamente eso, sus flaquezas de hombre de carne y hueso, son lo que más le engrandecen.

    La próxima vez que lo encuentre en Sevilla, Nes, le hablaré de tu reseña. Enhorabuena por ella y un saludo amistoso.

  12. Ariodante dice:

    Enhorabuena, Nes, por una tan especial reseña. No soy una entusiasta de Bécquer, aunque recuerdo haber leído las Leyendas en mi adolescencia y quedarme impresionada con aquella Noche de Animas, creo que se llamaba. La poesía…bueno, yo soy un tanto negada para la poesía, pero estas cosas son para sentirlas, y se nota que tu las sientes, ¡y mucho! asi como el gran Capayespada -cuya aportación esperaba leer- que es devoto becqueriano.

    Espero no pecar de pedante, pero quería hacer una pequeña acotación filosófica, que supongo ha sido un lapsus, del que te considero absolutamente no responsable: el que hablaba de que no siempre nos bañamos en las mismas aguas, no era Parménides sino Heráclito.

  13. Nes dice:

    Hola Ariodante,

    Pues te confieso que si lo soy, totalmente responsable, es verdad que fué Heráclito de Efeso y no Parmenides de Helea, siento el error, no había vuelto a recordar esta frase desde COU y di por cierto que si la recordaba de Parmenides, tenía que ser de Parmenides, la edad que no perdona (tambien lo podía haber mirado…)

    S2 y gracias por la aclaración ;)

  14. Ariodante dice:

    ¡Por favor! ha sido una simple nota. No creo que en tu caso sea la edad, ja ja ja…!a mi me pasa constantemente y sí que es la edad, pero desde que existe San Google, es mi memoria portátil. Cuando estoy hablando con alguien y no me acuerdo de un nombre (es lo que suelo olvidar) de autor, cineasta, peli, etc….¡hale hop! Me planto en google y me salva inmediatamente de mi olvido.

  15. Clío dice:

    Y que lo digas! merece un monumento o un lugar en el santoral!

  16. Capayespada dice:

    Ario, la leyenda de Bécquer a la que te refieres, que es soriana, se titula «El Monte de las Ánimas». Simplemente inquietante y maravillosa, no me extraña que te impresionara.

  17. Ascanio dice:

    Cierto, cierto, la mejor de todas.
    Nes, has hecho una reseña muy original. Yo también tengo, como Ario, recuerdos infantiles de las Leyendas de Bécquer. ¿Quién no las ha leído en la encuadernación rosa de Austral, del año del catapún? Entre los tostones que te mandaban leer en el colegio, era de agradecer algún libro como este, que mantenía viva la llamita del placer por la lectura, a pesar de nuestros planes de estudios. Porque mira que nos mandaban tostones…Todavía no sé cómo, a pesar de todo, conservé la afición, porque mira que se empeñaban en hacernos desertar…
    Casualmente, la semana pasada estuve en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, donde hay una exposición de Roelas, y en una de las salas del piso superior me topé con esto. Fue maravilloso verlo en vivo y en directo:
    Bécquer

    Ah, en la misma sala había un japonés intentando hacer una foto a escondidas. ¿Sería Mu-Chu-Lin?

  18. pepe dice:

    El museo de Bellas Artes, ¿es ése que tiene un jardincillo y que da a una plaza donde los domingos se ponen los pintores a vender sus cuadros?

  19. Ascanio dice:

    Pepe, dice Arauxo (yo no he pasado por ahí ningún domingo) que sí, que es ese. Y que cómo puñetas te has olvidado de un museo que es la segunda pinacoteca española, por detrás de El Prado.

  20. pepe dice:

    No me he olvidado de él porque, además de un museo importante, es un lugar delicioso para pasear o leer en su jardín. Ahora bien, hay que visitarlo los domingos por la mañana, cuando los pintores ofrecen su mercancía. Compré un cuadro de un caño echando agua en un pilón y cuando lo miro creo escuchar el ruido que hace al caer.

  21. Javi_LR dice:

    El Museo es de lo mejorcito que hay en toda España, la verdad. Recuerdo que hace años realicé una serie de escritos acerca de los museos españoles (me pagaban el viaje y el alojamiento, que para un estudiante era el oro y el moro) para cierta revistilla y me dejó im-presio-nadito. El San Jerónimo de Torrigiano merece toda una tarde de contemplación. Se aprende más observándolo que escuchando a los parroquianos en la barra de algún bar. Y ya es decir.

    Un abrazo muy especial a Capa.

  22. Akawi dice:

    La verdad es que la mayoria de las obras de Bécquer son buenísimas, he leido muchas pero no todo y este libro puede ser interesante tenerlo.

    Gracias Nes por sacarnos a pasear de la mano de Gustavo Adolfo y hacernos olvidar la 1 y 2 Guerras mundiales, por unos días. ja, ja, ja,

    Abrazos

  23. Arauxo dice:

    Qué sabio es el Jefe. Si ya lo dice el decálogo aquel: «El jefe siempre tiene razón».

  24. Clío dice:

    Y yo añado que el edificio del Museo es precioso y que allí está, creo recordar en la rotonda ocupando una inmensa pared, la Inmaculada de Murillo más impresionantemente hermosa que tiene este pintor y muuuchas más cosas….

  25. anonimo dice:

    la leyenda esta muy larga pero esta padre pero yo nececito una leyenda corta como los rosales pero esa ya la tengo pero nececito otra mas interesante como la rosa azul o la rosa de color rosa

  26. Aunapeiss dice:

    pero que le hacemos hijo mio o hija mia pero no tenemos la culpa madre pero intentamos ayudarte pero si no te parece interesante pero que le vamos a hacer pero porque te parece larga pero entonces lee una corta

  27. Johnny dice:

    Al principio mencionaste a Parménides, pero no es él quien señala que el agua fluye y que nunca es la misma, sino Heráclito. Parménides, por el contrario, sostiene que no existe el devenir y que el mundo es estático.

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