LA GUERRA DE LOS IVANES – Catherine Merridale

La guerra de los ivanesDel libro.
A lo largo del terrible suceso que fue la segunda guerra mundial combatieron gentes de muchas nacionalidades. La costumbre, el humor y a veces el odio fueron creando para ellos diferentes apelativos. Así tenemos a Tommy, a Johnny, y a François (si, el del chiste), Fritzes y Marios (el hermano de Luigi no, otro) y en el pacífico también Japos, Kiwis y Aussies (sin olvidar a los que me dejo). De todos ellos se han escrito cientos de páginas. Sobre su forma de pensar, sus motivos para combatir, sus familias…
Catherine Merridale nos ofrece a otro personaje para la lista. Iván. El soldado ruso.

El origen de la idea es precisamente recopilar información sobre los soldados rusos de a pie. No porque no la haya, sino porque esta se encuentra dispersa en múltiples fuentes, comentada, como de pasada.

El libro arranca un poco antes de la guerra, y nos habla tanto de la situación de los soldados profesionales como de la de los civiles, que no saben que están a punto de entrar en guerra. La autora nos traslada a la época de las purgas y de la propaganda, nos transmite el temor provocado por las primeras y la sensación de invencibilidad que la segunda hizo nacer en los ciudadanos soviéticos. En julio de 1941 los soldados se sentían totalmente seguros de la victoria. Eran como el Alexander Nevsky de Eisenstein rechazando a los caballeros teutónicos. Confiaban plenamente en sus nuevos oficiales, recién ascendidos tras las purgas, sin saber que eran mucho mas seguros políticamente que militarmente. Cualquiera que sepa algo de historia conoce la debacle que tuvo lugar a continuación. Alexander Nevsky llevaba cientos de años muerto, y los nuevos oficiales mas sabios en doctrina que en táctica, se dejaban masacrar muy soviéticamente.

El libro nos va a llevar de la mano por los años de derrota, por la gran inflexión de Stalingrado y por los años de victoria. El libro nos va a hablar de soldados y partisanos, de oficiales y “politruki” (suena bien la palabra, si no fuera tan ominosa a veces).

A través de todos los personajes veremos la realidad diaria de los hombres del frente. El libro nos habla de humanidad: canciones, camaradas, “majorka”, chistes, vodka. Pero también de deshumanización: castigos, purgas, brutalidad, paranoia; y de bestialidad: asesinatos, abusos, robos, violaciones.

De la autora
Catherine Merridale es historiadora, especializada en historia contemporánea y mas concretamente en la de Rusia y la Unión Soviética en el siglo XX. Y por si fuera mucho campo, ha centrado aún mas sus estudios en los aspectos sociales, culturales y relativos a la violencia de dicho periodo. También ha escrito sobre la historia del Partido Comunista de la Unión Soviética, la perestroika y sobre la forma en que los cambios políticos influyen en la enseñanza y la comprensión de la historia. Asunto este último nada banal.

Actualmente enseña Historia Contemporánea en la universidad de Bristol, eso cuando se lo permiten sus largos viajes de investigación o sus múltiples actividades en otras universidades y centros de conferencias. Porque Catherine Merridale es una de esas autoras que se desplazan: desde Leningrado a Moscú, Kiev, Smolensk, Stalingrado y Sevastopol. Para escribir el libro del que hoy hablamos ha rebuscado en archivos y ha dedicado muchas horas a entrevistar a algunos de los escasos veteranos de guerra que quedan.

De lo que me llamó la atención
Con respecto a lo que mas me ha impactado. Ha sido la historia de las bestialidades de Iván una vez que, como soldado vencedor, cruzó las fronteras de la unión soviética. No la historia concreta de estas, de sobra conocidas y tratadas. Sino un enfoque muy concreto. Imaginemos al pobre Iván. Los “politruki” le han convencido de que es invencible. Luego ha empezado a encajar, hasta en el carnet de identidad (si puedo permitirme la expresión), hasta que en Stalingrado, tras dejarse, literalmente, la piel, empieza a darle la vuelta a la balanza. Y la cosa empieza a moverse en sentido contrario. Mira tu por donde, ahora sí estamos ganando. Y entonces empieza a surtir verdadero efecto la bestialización del enemigo. Porque hasta entonces le han contado lo malvados que son los alemanes. Pero no lo ha visto. Ahora está liberando pueblos y ciudades, y está viendo lo que ha sucedido, esta oyendo las historias, abriendo las fosas… Y aquí tenemos a Iván. En la frontera, con los ojos llenos de horrores, y la cabeza llena de la propaganda de Ehremburg y sus secuaces. La cruza… Y ve lo que hay a su alrededor: casas bonitas, donde vive una sola familia, ganado, granjas privadas, porcelana, radios, cuberterías… Ivan podía entender que los nazis, que no tenían de nada, invadieran el paraíso comunista. Pero cuando se da cuenta de que eran los nazis los que vivían en el paraíso. Entonces no entiende la invasión, y se venga. Y su venganza es atroz. Tan atroz como lo que habían sufrido sus paisanos.

De si lo recomiendo.
Finalizar diciendo que el libro nos desgrana la información en forma de anecdotario, lo que lo hace mucho mas digerible, aunque por otro lado dificulta la búsqueda de datos concretos. El hilo es temporal, y por eso a menudo nos encontramos con los mismos personajes de unas cuantas, bastantes, páginas atrás. Desde mi punto de vista es un libro interesante y completo para todos los que están mas interesados en el día a día de Iván, que en las grandes maniobras de los generales.

Opino, por supuesto.

[tags]Guerra ivanes, Catherine Merridale[/tags]

Compra el libro

     

49 comentarios en “LA GUERRA DE LOS IVANES – Catherine Merridale

  1. ignacio el argentino dice:

    Muy buena reseña Koenig, me interesa el tema del libro, ahora pregunto ¿a los canadienses como les decían?
    saludos

  2. Germánico dice:

    Lo tengo apuntado como compra inminente, aunque va a tener que esperar un poco, pues la semana que viene me voy a comprar (ya lo tengo reservado) el de «La destrucción de los judíos europeos», de Hilberg. 103 euros… Se agota el presupuesto para libros del mes con sólo uno…

  3. Urogallo dice:

    Buena pregunta la de los canadienses.

  4. Aquiles dice:

    Quisiera hacer una consideración y dos preguntas. La consideración es que cada vez me atraen más los ensayos que responden a la todavía relativamente «nueva» forma de afrontar el estudio histórico a través de la «intrahistoria», es decir, a partir de los hechos de la vida común y corriente y,cómo no, de sus protagonistas, que sin pasar a la posteridad constituyen el auténtico motor de la Historia. Por otro lado, a modo de pregunta, nunca he acabado de entender cómo es posible que Stalin llevara a cabo semejante purga en el ejército de manera que prácticamente desmanteló todos sus cuadros de mando , con lo cual a Hitler le puso prácticamente en bandeja la victoria inicial. Ni a propósito hubiera podido hacer algo tan desastroso. La segunda pregunta es: ese Ehremburg que mencionas, ¿es el mismo que preconizaba algo así como «matad a los fascistas en el vientre de sus madres»?

  5. Koenig dice:

    Mira que teneis mala baba.

  6. David L dice:

    Interesante reseña Koenig, es de esos que van a caer más pronto que tarde en dirección a mi bilblioteca…

    Una pregunta: ¿valora la autora la calidad militar de estos soldados, o simplemente relata cómo y de qué manera se fueron formando en soldados vencedores? Te comento esto porque siempre hay cierta tendencia a infravalorar al soldado ruso, o por lo menos a mí me ha dado esa impresión. ¿qué opinas?

    Para Germánico:son 103 euros por el libro de Hilgberg, pero creo que merecen la pena..

    Un saludo.

  7. David L dice:

    Las purgas estalinianas de los años 30 están en consonancia con el giro político que Stalin estaba llevando a la gran nave rusa que era la URSS. Stalin, en cierta manera, estaba frenando todo ímpetu revolucionario, los años de la revolución rusa eran memorables, pero había llegado el momento de frenar ese espíritu indomable y adaptarse a la realidad sociopolítica que vivía Europa en esos momentos. Intentos de acercarse a Francia y GB, democracias occidentales, pacto germano-ruso de 1939….¿qué revolucionario iba a aceptar que la nación de trabajadores pactara con esos dos grandes enemigos del obrero?..

    Todo fue un sinsentido, pero….había tanto en juego que no se tuvo compasión alguna.

    Un saludo.

  8. Germánico dice:

    «ese Ehremburg que mencionas, ¿es el mismo que preconizaba algo así como “matad a los fascistas en el vientre de sus madres”? »

    Sí, Aquiles, lamentablemente, el bando soviético también tuvo su Goebbels, y fue ese. Repetía de manera constante consignas como esa, y peores. Y las publicaba en «Pravda», creo recordar, o en «Izvestia».

  9. ignacio el argentino dice:

    A la historia que se ocupa de los personas comunes en los grandes acontecimientos, se la denomina historia desde abajo, y fue implantada por los historiaodres marxista britanicos, como Thompson, Hobsbawm y demás.
    saludos

  10. Koenig dice:

    Buenos días.

    Por partes.
    Sobre Ilya Ehremburg corroborar lo que ha comentado Germánico. Puedo añadir que estaba en parís el 14 de junio de 1940 (cuando la tomaron los alemanes). Después fue uno de los propagandistas soviéticos durante la guerra. Creo que escribía también para Estrella Roja, el diario oficial del ejército rojo. Parece que al final su retórica era tan incendiaria que el propio Stalin le ordenó que se moderase (imaginen).

    Con respecto al soldado ruso Merridale describe las virtudes que ya habían sido advertidas desde tiempos de Napoleón. Su extraordinaria paciencia, su resistencia en situaciones dificiles, su escasa tendencia a ceder terreno. Virtudes que se han asociado, según autores y épocas, con el heroismo, o con la estupidez. Realmente parece que el entrenamiento del soldado ruso no cambió demasiado durante la guerra. Lo que cambió fue, en primer lugar, el armamento (no es lo mismo lanzar mil soldados contra una posición, que lanzar contra esa misma posición los mismos mil soldados apoyados por medio centenar de blindados y tras haberla machacado con un centenar de piezas de artillería). En segundo lugar, con el tiempo van sobreviviendo veteranos. Los veteranos siempre mejoran la calidad de un ejército, hasta cierto punto.

    Con respecto a la «Intrahistoria» de la que habla Aquiles, creo que el término lo acuñó, para España, Don Miguel de Unamuno. Hobsbam nació en 1917. Edward Palmer Thompson es de 1924. Unamuno nació en 1864. Esto no prefigura cuando elaboraron cada uno sus teorías.

    Y me falta hablar de las purgas. No niego que lo que diga David L sea correcto. Pero en el aspecto concreto de las purgas militares, hay un giro mucho mas siniestro. Stalin se dedicó a eliminar a todos aquellos líderes militares que habían destacado durante la guerra civil rusa, y que consiguientemente podían hacerle sombra. Muchos de ellos habían trabajado también con León Trotsky, cuando había sido comisario de defensa, lo que los hacía automáticamente sospechosos. Tukhachevsky, por hablar del mas señalado, era además de un oficial con experiencia un gran teórico. El concepto de batalla en profundidad, especialmente ofensiva, y el empleo de armas combinadas, lo enunció a finales de los años 20. El resultado final fue una oficialidad de escaso valor militar, pero de gran valor político, pues eran fieles a Stalin.

    En fin, lo sientooo. Se acabó el rollo.

    Saludos.

    Koenig.

  11. Curistoria dice:

    Buena reseña Koening. Lo apuntaré para el futuro. :)

    Saludos.

  12. Aquiles dice:

    Ciertamente, el término «intrahistoria» lo utilizó Unamuno; lo sabía, pero me pareció el adecuado para hablar precisamente de este modo de hacer Historia basado en las «pequeñas cosas» y la gente común; de todos modos, es bueno que mantengamos el rigor en la aplicación de los términos. Por cierto, Ignacio el argentino, ¿la escuela francesa no tuvo también algo que ver en este nuevo concepto de interpretar la Historia? En este caso no lo tengo claro. Una última pregunta: recientemente se ha publicado un libro que, si no me equivoco, se titula «Pactar con el diablo» y que se refiere a los pactos habidos entre Hitler y Stalin antes de la guerra. ¿Lo habéis leido alguno? ¿Qué opinión os merece?

    Saludos.

  13. ignacio el argentino dice:

    La escuela de Annales, planteó la historia total, pero la historia desde abajo, partió de los marxistas britanicos, en sus análisis de las clases trabajadoras, y las esperiencias de estos.
    saludos

  14. Koenig dice:

    Escuela de los Annales, que influyó profundamente en Pierre Renouvin.

    https://www.hislibris.com/?p=322#comments
    (Por hacerme un poco de publicidad)

    Con respecto a lo que dice Aquiles estoy de acuerdo.
    Intrahistoria: Vida cotidiana en la que se insertan los grandes acontecimientos históricos.
    Comparaba Unamuno la historia a los titulares de prensa. Siendo la intrahistoria todos los demás sucesos, que ocurrían pero no eran publicados en los periódicos.

    Pero «Pactar con el Diablo» no lo he leído. Quien sabe. Algún día, tal vez.

    Un saludo.

    Koenig.

  15. nando dice:

    Acaban de sacar en Tusquets un estudio comparativo entre Hitler y Stalin. 30 euros, me lo compré hace poco.
    ¿Podré dormir sin pesadillas?

    En la editorial Crítica hay dos sobre la Unión Soviética:
    «El siglo soviético» y otro más general sobre la historia de Rusia en el siglo XX. ¿Los habeís leído?. ¿Qué tal están?.

    Tengo un colega en el curro que es un fanático de la historia de la Unión Soviética ( sobre todo la fase estalinista) hasta el extremo de que no solo lleva en el coche discursos de Leónidas Breznev sino que viaja con frecuencia a la ex-URSS para comprarse libros de ideología. Le he pedido un par de botellas de vodka Y unas dedallitas de esas con la hoz y el martillo.
    Este de los Ivanes me dijo que era muy bueno.

    saludos

  16. Germánico dice:

    Nando, el de Hitler y Stalin… ¿es «Dictadores», de Overy? Qué ganas le tengo, por Dios…

    Casualmente, anoche empecé «El siglo soviético». De lo que llevo, muy interesante. No se trata de una historia «lineal» de la URSS sino de una interpretación de su existencia.

    Joder… qué colegas de curro tan interesantes os tocan siempre a ti, al Javier y al Richal. Yo, la verdad, es que la conversación más interesante que he tenido en ese sentido en el trabajo, fue decirle a un compañero que los Comuneros eran del siglo XVI… Y llevo currando… no sé… unos 15 años.

    Saludos.

  17. Aquiles dice:

    ¿Y llevando en el buga discursos de Breznev no se ha dado nunca una leche en carretera?

  18. nando dice:

    Efectivamente, el de Overy. Más de 800 páginas. Promete si el análisis comparativo es bueno, si es una mera yuxtaposición de datos entonces no habrá por donde cogerlo. Lo poco que he leido de Historia comparada
    me ha parecido muy buena y además como que tiene un plus didáctico.

    El del siglo soviético lo estuve hojeando y ví que era lo que tu comentas, más una interpretación que una narración lineal. Se centra mucho en la época de Stalin ¿no?. De la Revolución no cuenta nada. Parece muy bueno
    y también muy denso. Después de comprar el ladrillo de «Dictadores» me eché para atrás.
    Enrróllate Germánico y cuando te lo acabes planta una reseña… que hace tiempo que no se te lee.
    Por cierto mi colega del curro me dijo que era muy bueno, textualmente:
    «un libro muy bueno, sin ningún tipo de complejos». De hecho fue él el que escribió a la editorial para que lo sacasen en castellano.

    Aquiles: todavia no se ha metido ninguna host… pero un día le paró la Guardia Civil llevando un libro sobre balística y misiles soviéticos (con planos y esquemas) pero los colegas no se enteraron de nada porque coño…estaba en cirílico.

    saludos: POR LA PATRIA, ¡¡¡ POR STALIN!!!

  19. Urogallo dice:

    Nando: Entre gente Kulturny como nosotros, grita con corrección: Za Rodinu, Za Stalinu ¡¡¡¡.

    Recomiendale a tu colega «Tiempos modernos» de Paul Jhonsson Nando, es una historia del siglo XX, pero sus pedazos dedicados a la URSS no tienen precio. Incluso un aparatchnik como yo, obsesionado con la época de L. Breznev, lo encuentra impagable.

  20. Aquiles dice:

    Sois gente sin corazón y sin escrúpulos. ¿Es que no véis que hay demasiadas cosas interesantes por leer y muy poco tiempo para hacerlo? ¡Basta de nombrar títulos atractivos, por favor!

  21. David L dice:

    El estudio comparativo sobre Hitler y Stalin publicado por Overy lo compré hace unos meses y viendo lo que se va comentando sobre el mismo ya me entran las prisas por leerlo. Este es para que alguno se anime a una reseña….

    Un saludo.

  22. Germánico dice:

    Gracias por la invitación a reseñar, Nando, pero tranquilos: no puedo ni podré en los próximos meses. Anímate tú… prometo «putearte» a lo largo de todo el hilo… De momento, el libro me sigue gustando. Y, sí, ciertamente, apenas hace referencia a la Revolución… ni a la SGM, por lo que llevo leído. Otrosí digo: la primera parte del libro está dedicada en exclusiva al estalinismo. La segunda, a la Guerra Fría hasta Andropov, y la tercera hace un estudio de la evolución de ciertos asuntos a lo largo de la existencia de la URSS. No es un libro de historia convencional, realmente.

    Saludos.

  23. Germánico dice:

    Ah, otra cosa: Overy es un autor muy recomendable.

  24. erwin dice:

    Gracias por la reseña Koenig,

    me decide a comprar un libro que había tenido en las manos varias veces y para el que no tenía partida presupuestaria. Brrrrr!

    Saludos cordiales.

  25. nando dice:

    Me he leido solo la introducción del de Overy y pinta muy, muy bien.

    ZA RODINU, ZA STALINU!!!

  26. Germánico dice:

    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HURRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!

    (Grito de guerra frontovich…)

  27. Sergio Flashman dice:

    Buena reseña Koenig, aunque creo que todavía no me voy a tirar al río con este libro.

    En cambio sí que agradecería comentarios sobre «Dictadores» de Overy. El otro día lo estuve ojeando en el CI, y además de una luxación de codo me llevé una grata impresión. Sobre todo ahora que me acabo de terminar «Amos de la guerra, 1939-1945», el cual me ha introducido un poco en el conocimiento del personaje de Stalin, que lo tenían un poco cruzado.

    Por cierto, ¿podéis decir algo de «Por qué ganaron los aliados»?, también de R. Overy.

    Un saludo y gracias.

  28. Aquiles dice:

    Mira que os pedí que os callárais; ya me he terminado haciendo con «El siglo soviético» y con «Dictadores»…. además de rojos, malas influencias. Por cierto, ¿qué opinión os merece el libro «Un escritor en guerra» de Beevor?

  29. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    A mi fue un libro que me pareció muy interesante. Hazte con él y así completas la colección.

    Un saludo.

    Koenig.

  30. Aquiles dice:

    No, si ya lo tengo y lo leí, pero quería conocer la opinión de los Supertacañones… afortunadamente, coincidimos.

  31. Germánico dice:

    Yo sigo con «El siglo soviético». La verdad, es un libro curiosísimo… No sé muy bien cómo catalogarlo. El contenido es disperso, y la estructura… pues casi que no existe (como la URSS, je, je). Ahora, interesantísimo, sin duda.

    «Un escritor en guerra» lo tengo, pero aún no lo he leído. Y «Amos de la guerra» terminaré comprándolo, pero antes espero bajar un poco la tonga de pendientes… Y el de Overy de los Aliados, pues esperando a que salga en una edición más barata. Munición para esperar tengo de sobra…

    Saludos.

  32. nando dice:

    Yo me acabo de leer el primer tomo de las memorias de Winston Churchill
    sobre la SGM y está francamente bien. Un libro de lectura muy rápida a pesar de su grosor. El gordo escribía muy bien.

    saludos

  33. Sergio Flashman dice:

    Hola Nando,

    Efectivamente el gordo escribía muy bien. No obstante es Premio Nobel de Literatura. Pero no olvides que sus memorias íntegras no se publican desde hace muchos años.

    Probablemente estés leyendo una versión abreviada, del tipo de La Esfera de los Libros. En mi opinión, es un desperdicio de tiempo, habiendo tanto por leer, el hacerlo con una obra capada. Su obra original consta de 12 volúmenes y no tiene desperdicio.

    Por cierto, Turner está publicando alguna de sus obras en sus tiempos mozos de reportero de Guerra, como «La guerra del Nilo» y «La guerra de los Bóers».

    Sin duda un gran tipo, que salvó a Inglaterra al tiempo que veía sucumbir al Imperio Británico mientras le pasaba por ambas bandas Stalin y Roosevelt, resultando a la postre el gran perdedor. Paradojas de la vida.

    Un saludo.

  34. Germánico dice:

    Sus Memorias de Guerra de Planeta-Agostinni no están abreviadas. Lo digo por si a alguien le interesa pillarlas.

    Saludos.

  35. David L dice:

    ¿Cómo…? ¿qué las memorias publicadas por la Esfera de los Libros es una versión abreviada? no tenía ni idea. Yo muchas veces veía en tiendas de libros de segunda mano que las memorias ocupaban 12 libros, pero pensaba que La Esfera de los Libros la había condensado en dos, eso sí, sin abreviar..¡vaya chaso!

    Un saludo.

  36. ignacio el argentino dice:

    ¿ y a los canadienses como se les decía?

  37. Koenig dice:

    Reincidentes.

    Pues he encontrado un sólo apelativo. «Mountie», que se aplicaba a la policía montada.
    Pero relativo a los soldados, nada de nada.

    Un saludo.

    Koenig.

  38. ignacio el argentino dice:

    Gracias Koenig.

  39. David L dice:

    Acabo de terminar la lectura del libro reseñado por Koenig: LA GUERRA DE LOS IVANES. Me ha encantado, es un libro que ha cumplido con creces las expectativas que sobre él había depositado. Increible lo de estos soldados soviéticos, hay cifras que son escalofriantes: las bajas soviéticas superaron a las de los alemanes en una proporción de 3 a 1; en cada batalla en la que el Ejército Rojo intervino, las cifras de bajas llegarían a ser de un 25%; los caídos en combate superaron los 8’5 millones de soldados durante toda la IIGM.

    Uno al leer estas cifras no puede dejar de pensar que un número tan elevado de bajas no es sólo gracias a una excelente dirección del enemigo, en este caso los alemanes. ¿cómo se pudo sufrir tal cantidad de bajas? ¿hasta qué punto la vida de un soldado soviético era valiosa?

    Me ha gustado mucho una frase de la autora que refleja muy bien la trayectoria y circustancias de los «ivanes»: «El soldado soviético ganó la guerra a los alemanes, pero no ganó la libertad para Rusia».

    Lo dicho, un gran libro.

    Un saludo.

  40. Aquiles dice:

    Pues si nos hemos de atener a los datos que aportan algunos libros, la vida de un soldado ruso no valía ni un mísero rublo; aparte de que una buena cantidad de ellos muriera por el efecto del denominado «fuego amigo» a causa de una mala planificación de los movimientos de tropas, en su libro sobre Berlín, Beevor menciona en uno de los capítulos cómo los mandos, al hablar entre ellos del número de bajas, lo hacían de una manera indirecta y despectiva; es decir, no empleaban los términos «bajas», «soldados», «hombres»… sino que venían a decir algo así como «¿Cuántas bombillas se han fundido hoy?» Con esa premisa, imaginemos cuánto les podía importar que murieran 5 o 5000 con tal de conseguir los objetivos.
    Por cierto, hace ya un tiempo os pregunté si habíais leido «Pactar con el diablo»; bueno, me lo terminé de leer ayer y me pareció muy interesante y recomendable. No habla únicamente de las relaciones entre Hitler y Stalin como yo pensaba, sino que abarca las relaciones entre Alemania y Rusia desde el período inmediatamente anterior a la Revolución de 1917 hasta 1941.

    Saludos.

  41. David L dice:

    El libro que comentas de Luckas me lo leí hace un par de meses y la verdad, aunque es un libro muy breve no dejó por ello de ser realmente interesante. Aquí te dejo una opinión que sobre el mismo expuse en un foro de la IIGM:

    El autor dedica este libro al vertiginoso mes de junio de 1941, fecha en la que se iba a producir una de las mayores acciones bélicas de la historia de la humanidad: la invasión alemana de la URSS. Además, estudia las relaciones políticas y diplomáticas entre ambos dictadores a pocos días, por no decir horas, del ataque alemán al gigante soviético.

    Luckas hace una introducción histórica sobre las relaciones germano-soviéticas durante el siglo XX para después hacer una breve caracterización de las figuras de Hitler y Stalin en el contexto de sus relaciones personales, militares, etc..

    Posteriormente, el autor nos traslada a las principles capitales protagonistas de esta historia de amor-odio entre el «Furher» y el «zar caucasiano»: Moscú, Berlín, Washington, Londres, Tokio. El tiempo se había convertido literalmente en oro; horas, minutos, segundos, etc…en cualquier momento se podría producir el mayor ataque bélico de la historia, o tal vez, el rechazo o la suspensión del mismo. Sítuaciones de autentico vértigo.

    Una vez que el autor norteamericano nos pone en situación, analiza el verdadero objetivo de Hitler al emprender la aventura rusa: la derrota de GB. Para Luckas, la busqueda de Lebensraum ha enmascarado de alguna forma el verdadero objetivo de Hitler a la hora de atacar a Rusia; éste no era otro que el de doblegar a GB, obligarla a firmar un tratado de paz ante la imposibilidad de seguir combatiendo sola.

    Stalin también pensaba lo mismo, pero se negaba a creer que Alemania buscara atacarla para conseguir que GB se viniera abajo; más bien creía que Hitler tenía sus ojos puestos en la Islas Británicas, y que por nada del mundo sería capaz de abrir un nuevo frente.

    Churchill se negó siempre a firmar un tratado de paz con Alemania, aún en las peores momentos(1940); Stalin tenía a los alemanes entrando masivamente en la URSS y no hubiera visto con malos ojos una paz, aún a costa de costarle numerosas perdidas territoriales. Hitler empujó al georgiano a emprender una guerra a muerte con Alemania…..no tuvo otra opción

    Un saludo.

  42. Aquiles dice:

    David L.: estoy un poco perplejo, porque si estás respondiendo a la referencia que he hecho al título «El pacto con el diablo», evidentemente no estamos hablando del mismo libro. El que yo comento es obra de Sebastian Haffner y está publicado por Destino. Con todo, lo que más me sorprende es cómo distintos autores pueden dar interpretaciones tan dispares sobre los mismos hechos; Haffner cree que el auténtico objetivo de Hitler siempre fue la campaña rusa y que la guerra con Gran Bretaña no pasaba de ser, en los primeros tiempos, una molestia que había que soportar. Para Haffner, el argumento de Luckas fue solamente «un autoengaño superficial (de Hitler): Inglaterra nunca había apostado por Rusia como alidada, apostaba por Estados Unidos, y en el fondo Hitler lo sabía».

    Ya ves que son tesis opuestas; yo me inclino por la de Haffner, porque creo que Hitler realmente pretendía expandir su Reich hacia el Este y que Rusia era el bocado más grande y más apetecible con diferencia. Lo que tuviera pensado hacer una vez conquistado tan inmenso territorio ya es otra cosa; quizás calculó que los Estados Unidos no podrían sustraerse a semejante situación y acabarían entrando en guerra, pero que contando con todo lo que podía obtener del territorio soviético tendría suficiente para enfrentarse a sus enemigos.

  43. David L dice:

    Ostras es verdad, me he equivocado de libro…no sé dónde tengo la cabeza. Mis disculpas Aquiles.

    Un saludo.

  44. Germánico dice:

    Tengo el libro pendiente de leer. Aunque lo compré hace unos meses, se lo presté a un amigo (de los que los devuelven). Precismente, me comentó hace un par de días que le estaba gustando mucho. Lo leeré pronto. Entre tanto, David, esa cifra de 85 millones de militares soviéticos muertos no me cuadra nada con lo que conozco. ¿Será una errata? Lo habitual es dar una cifra de entre 40 y 50 millones, repartidos casi en un 50% entre civiles y militares.

    Saludos.

  45. David L dice:

    Es una errata Germánico. me refería a 8 millones y medio de bajas, no a 85….¡vaya racha que llevó!…jejej

    Catherine Merridale da una cifra de 27 millones de muertos soviéticos durante toda la IIGM. Aquí incluiríamos a las bajas civiles y militares.

    En cuanto a lo que comenta el amigo Aquiles sobre la razón principal del ataque alemán a los «ivanes»( ya que la reseña está tratando de estos soldados) estoy en parte de acuerdo con lo que expone, pero yo también creo que para Hitler el verdadero enemigo siempre fue GB; es decir, su objetivo siempre fue expandirse hacia el este, pero siempre teniendo a los británicos derrotados, o por lo menos neutrales……su ojo siempre estuvo pendiente de las Islas Británicas, a Rusia creía poder derrotarla más fácilmente que a los «infrahumanos» eslavos; precisamente la idea predeterminada que Hitler tenía del «ivan» era la de un soldado débil de moral al que se le podría derrotar por los «superhombres» arios, no podemos obviar ese importante detalle en la mentalidad nazi.

    Un saludo.

  46. richar dice:

    David, no te martirices, hombre, que habías puesto correctamente 8’5… aunque lo de poner una reseña sobre otro libro ha tenido su rollo :-)

    Saludos,
    Richar.

  47. tico dice:

    Lo he buscado y he buscado, y hasta ahora(ni por pedido) lo he hallado.

  48. Urogallo dice:

    Apasionante libro. Lo he tenido siglos pendiente y ahora lo devoro.

    Cosas del confinamiento.

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