VALENTIA, LAS MEMORIAS DE CAIUS ANTONIUS NASUS – Gabriel Castelló Alonso

VALENTIA, LAS MEMORIAS DE CAIUS ANTONIUS NASUS, Gabriel Castelló AlonsoValentia es una novela sobre la Valencia romana. Se desarrolla en dos momentos históricos distantes entre sí: la primera parte, más breve y llamada Introducción, durante el siglo III DC, cuando tuvo lugar la destrucción de la ciudad por algunos pueblos germánicos que llegaron hasta las costas mediterráneas en plena crisis del mundo antiguo. La segunda parte está ambientada en tiempos de la República, y novela los sucesos que tuvieron lugar durante la contienda entre Quinto Sertorio y Cneo Pompeyo. Su protagonista, Caio Antonio, personaje de ficción, es un hombre acomodado hijo de uno de los fundadores de Valentia, comerciante de vinos, cuya trayectoria vital le permite ser testigo privilegiado, como suele decirse, de los acontecimientos que tuvieron lugar alrededor de su ciudad, y del que se sirve el autor para darnos a conocer una parte de la historia de la ciudad, demostrando sin ningún género de duda que sabe de lo que está escribiendo.

Esta novela, aparentemente, lo tenía todo a su favor: una historia desarrollada en tiempos de la República romana, una recomendación, una cuidada encuadernación. No puedo explicar qué extraños mecanismos tienen lugar en la mente de cada lector para que surja esa chispa que nos ilumina una lectura y nos conecte con la historia, pero intentaré explicar por qué, en esta ocasión, lo que prometía ser una deliciosa travesía se convirtió en una pesada marcha. Lo cierto es que me costó terminar la historia de Cayo Antonio.

Me parece que la duración del libro es excesiva. La Introducción, por ejemplo, es totalmente prescindible; pero hay otras partes de la novela que, en mi opinión, en nada enriquecen la historia principal. Por ejemplo, la historia del médico Menufeth.

Por otro lado, aunque las partes narrativas son buenas, la mayoría de los diálogos resultan poco naturales, pomposos. Esa manía de invocar en sus exclamaciones a todos los dioses del mundo conocido, absolutamente a todos, recuerda a cierta aldea gala que resiste al invasor.

En ocasiones resulta llamativa la utilización de adjetivos un tanto rebuscados, anteponiéndose frecuentemente al sustantivo («rubios galos de luengos bigotes»). He leído tantas veces eso de «prietas carnes» para referirse a las mozas de buen ver, que me palpaba los muslos al salir del gimnasio verificando que no hubiera excesiva blandura en mis carnes, por aquello de apuntalar mi autoestima.

Es constante el afán del autor por exponer, explicar, aclarar o apostillar. Y el exceso de información no siempre conviene a una novela histórica. A veces la narración se convierte en una clase magistral que nadie pidió y que probablemente el lector no espera en una novela. Cualquier ocasión es un motivo para contar cosas, aunque no encaje en la escena o incluso en un momento de tensión dramática: los bárbaros están a las puertas de la ciudad, la gente corre despavorida por las calles, y entonces un personaje al que el protagonista se dirige en busca de información comenta que «prestó servicios en Ulpia Noviomagus, una pequeña ciudad fortín bátava en el curso bajo del Rhin que era el centro comercial de las explotaciones agrarias y ganaderas de la…»

Estas explicaciones abarcan todo tipo de materias. Nos cuentan anécdotas de la historia de Roma (las «mulas de Mario», Roma no paga traidores o el cruce del río Letes por Junio Bruto). Conoceremos la identidad y situación geográfica de cada río, monte, sierra, aldea o camino en la Tarraconense citados en latín. Capítulo aparte se merece las gastronomía: «Dómine, ha llegado un mensajero de Saguntum». Y a continuación se detalla qué se le ofrece de comer al veloz mensajero. Para comidas más formales, banquetes o celebraciones, la narración incluye la preparación de los distintos elementos que conforman el menú. No se excluye la denominación de origen de los vinos, que para algo el protagonista se dedica a ese comercio (ahora ya sé que el vino de las tierras altas del curso medio del Ródanus es la actual denominación de origen Cotes du Rhone). Y aprovechando la historia de Menufeth, también tendremos oportunidad de adentrarnos brevemente en el mundo del antiguo Egipto.

Pero el mayor obstáculo en esta travesía lectora lo constituyeron las «paradinhas» ocasionadas por las 974 notas a pie de página, que hacían que retomara los párrafos una y otra vez. Creo que la utilización de vocablos originales en una novela histórica es imprescindible, pero siempre en su justa medida, sin que interfieran en el estilo narrativo o el ritmo de la acción. No sólo son abrumadores estos términos por su número y variedad. Es que los comentarios en algunas notas me resultaban llamativos. Por ejemplo, cuando compara a las vírgenes vestales con nuestras monjas de clausura, o define a los aurigas como «equivalentes en ingresos y prestigio a nuestros futbolistas o pilotos de fórmula 1». Y dedicar notas a pie de página a explicar qué es La Ilíada o el Mare Nostrum ¿es necesario realmente? Tras todas estas cosas, que te desconectan constantemente de la trama, empiezas a preguntarte qué concepto de lector tiene el autor. Y te preguntas por qué escribe «basilicum» para mencionar la albahaca pero al tomillo le llama tomillo, si no confundirá capitán con timonel, o si será una errata lo que lees porque no había actrices en las representaciones teatrales. Acabé diciéndome para mis adentros, como Ortega: «no es eso, no es eso». Yo sólo quería leer una novela.

A pesar de estos comentarios, entreveo en esta primera obra del autor capacidad suficiente para escribir novelas atractivas, porque a ratos, escondido entre tanta muestra de erudición, disfrutaba de los retazos de una buena historia, sobre todo hacia el final del librote. Pero opino que el entusiasmo y la desmesura han perdido al autor. Sólo comento una experiencia personal. Espero que otros leáis la novela y me contéis la vuestra.

Gabriel Castelló Alonso
Editorial Akrón
654 páginas

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23 comentarios en “VALENTIA, LAS MEMORIAS DE CAIUS ANTONIUS NASUS – Gabriel Castelló Alonso

  1. Incitatus dice:

    Valeria me encanta leer tus reseñas, son simplemente geniales. Mi maldad equina incluso espera que esas críticas sean algo negativas, entonces ya rozan lo maravilloso.

    Bueno un libro menos para leer, que en novela confío mucho en vos.

    abrazos

  2. farsalia dice:

    Juas, 654 páginas y ¿974 notas a pie de página? Por Apolo, qué hercúlea lectura la tuya, Valeria. Toda mi solidaridad contigo, en serio…

  3. Valeria dice:

    Malvado caballito….

  4. juanrio dice:

    Valeria, pareces señalar todos los defectos que me suelen hacer huir de las novelas históricas, pero me alegra que la menos veas una luz de esperanza para su autor. Una novela con semejante carga de erudición hace que no aprenda, más bien que me olvide de lo que estoy leyendo y quiera cambiar de libro a mitad de camino.

  5. ARIODANTE dice:

    Valeria, guapa, ¡te lo has currado! me ha encantado esta reseña. Empecé a leerla porque el tema me resultó atrayente: sobre la Valencia romana no hay demasiado, en novela. Como Juanri, veo que adolece de los fallos que soporto peor en una novela histórica. Asi que creo que me esperaré a la siguiente, si es que la hubiera, ya que mis limitaciones crónicas (relativas a Cronos, se entiende) me impiden leer absolutamente todo lo que me pasa por delante. No como otros…que actualmente están de viaje por las américas, ja ja ja!

  6. Pamplinas dice:

    Valeria, muy buena reseña. Coincido plenamente en casi todas las críticas que haces aunque, a pesar de ellas, no creo que sea una mala novela. El autor se excede en su erudición, se nota que es un apasionado de la historia de Roma pero, por Cástor y Pólux, se ha pasado con las casi mil notas a pie de página. Debería haber sido bastante más comedido.

    En la Feria del Libro de Valencia tuve la suerte de poder dialogar con el autor. Parecía un tipo majo. Me comentó que era un apasionado de la cocina romana y que había cocinado varios platos de Apicio (se nota en el libro). Me dijo también que está escribiendo una segunda parte que supongo que será sobre la historia del siglo III que deja sin cerrar en esta novela.

  7. Akawi dice:

    ¡Por Tutatis! Excesivo tocho para el verano, prefiero algo más manejable que hace ya mucho calor para mis neuronas.
    Se agradece la opinión sincera de una de nuestras mejores reseñistas y al mismo tiempo, quiero dar un voto de confianza al autor para su próxima novela.

    Abrazos.

  8. Aretes dice:

    Enhorabuena, Valeria. La lectura de un libro que no nos entusiasme hace que reseñarlo sea más difícil y encima poco agradecido, pero en la dificultad se crece la maestría.
    Combinar elegancia y sinceridad es un ejercicio que no está al alcance de todos.

  9. ¡Por Tutatis, genial la reseña Valeria!, me ha encantado, sobre todo lo del tomillo.

  10. Josep, valentinus, dice:

    Bueno, es que «timus» suena políticamente incorrecto. Y tal y como están las cosas por Valencia (Gurtel mediante), más aún…

  11. Ausente dice:

    Pues estoy prácticamente al final, lo mío es hacer una reseña de la novela y he topado con la tuya. Cierto, coincido con todos y cada uno de los peros que has expuesto. Tanto la profusión de datos, templos, termas, gastronomia (un circulo inacabable), incluso con las abundantes notas que despistan una y otra vez. Con la mitad de páginas habría sido una gran novela. El resto, lo dejo para mi reseña.
    Un saludo.

    Por cierto, el autor promete y mucho, pero debe olvidarse de la letra pequeña y salir por las ramas cada dos por tres. Creo que en ocasiones se ha de ser valiente y cortar por en medio.

  12. No se puede escribir a gusto de todos, y más si tu propósito no es desbancar a Dan Brow y Stieg Larsson de las listas de éxitos. Mi propósito al iniciar Valentia era otro muy diferente a crear una novela excelsa y políticamente correcta, emulando a Galdós o Blasco Ibáñez; mi intención era divulgar de una forma asequible al público unos hechos ninguneados arbitrariamente por unos y otros y que, a mi modesto parecer, merecían ser conocidos: la guerra civil entre Sertorio y Pompeyo y su dramática repercusión en tierras valencianas. Ahora, más de un año después de su publicación y con decenas de reseñas y comentarios de todo tipo, estoy muy contento porque gracias a mi humilde aportación a la novela histórica cada vez hay más valencianos conscientes de los acontecimientos extraordinarios que sucedieron aquí a finales del siglo I a.C., de la existencia de la Valentia romana y de como se vivía en aquellos tiempos.

    ¿He cometido errores? Seguro ¿Es una novela de manual literario? No ¿Es para todo tipo de lector? Tampoco. Sencillamente, es el libro que me habría gustado leer y que, como nadie lo ha escrito, lo he hecho yo. Ya me diréis que os parece el siguiente, aunque anticipo que no voy a cambiar mi estilo por hacerlo más comercial, al igual que Valentia, tendrá por igual sus detractores y sus admiradores.

    Un fuerte abrazo a tod@s los hislibreños.

  13. Valeria dice:

    Hola a todos. En primer lugar quiero disculparme por haber tardado tanto en aparecer, pero problemillas técnicos me tienen un poco apartada de internet. Y lo segundo, pero lo más importante, es dar la bienvenida a estas páginas a Gabriel Castelló. Siempre es un placer compartir experiencias y opiniones con los autores en una página como ésta. Desde este ánimo de compartir, quisiera hacer un comentario al hilo de la aportación de Gabriel:

    Cada lector es un mundo, efectivamente. Cada lector tiene sus gustos, sus manías, sus opiniones, sus prejuicios y sus preferencias. La experiencia lectora es única.

    Lo importante de la novela histórica es, creo yo, que sea una buena novela. Aunque hay lectores que pretenden aprender historia con una novela con esa coletilla de “histórica”, yo jamás compraría una novela para aprender Historia. Otra cosa es que una novela te provoque ese gusanillo de conocer más, de leer más sobre algo en particular, o que te descubra un determinado acontecimiento histórico. Desde ese punto de vista, la lectura tendrá como consecuencia una acción divulgativa, pero ésta debería ser siempre secundaria (opino). Por supuesto, cada uno es libre de escribir lo que quiera y por los motivos que quiera.

    Evidentemente, las expectativas que cada uno tiene cuando coge un libro suponen un elemento importante en la opinión final de una lectura. Yo cuando leo una novela busco una historia, no una clase de Historia. Y a veces me gustan novelas centradas en períodos históricos que no despiertan en mí especial interés, e incluso novelas donde advierto errores históricos o términos anacrónicos. Pero si la historia me engancha, pues la valoración es positiva. Busco entretenimiento, emociones, personajes, acción…

    Pero bueno, esta es una opinón, y cada uno tiene una propia, que puede o no concidir con la expuesta.

    Un saludo a todos.

  14. Hola Valeria,

    Escantado de estar aquí; Tuve el placer de conocer en Persona a Javi cuando vino a Valencia con motivo de la presentación de Daniel Tubau y, a su vez, de compartir una velada muy alegre y entretenida con él y con otros ilustres hislibreños cuyos nombres no mencionaré para no olvidar alguno y quedar fatal.

    Sí, es cierto lo que dices; Por eso huyo de la clasificación artificial que están utilizando las editoriales para definir como Novela Histórica toda narración sucedida hace más de cien años. Yo siempre defino mi novela como recreación histórica o historia novelada, que sería más correcto a mi forma de escribir y de narrar historias. La escribí más pensando en su capacidad didáctica que en contruir un «Guerra y Paz» a la romana. Quizá por eso no le acabe de cuajar a quien espere una novela al uso pero, en cambio, le encante al curioso y amante empedernido de los pasajes de la historia. Yo mismo, que estoy en estos momentos impartiendo un taller literario en la Universidad de Valencia, soy consciente de las enormes diferencias entre una novela convencional y mi novela…

    Como la han definido en otros foros, Valentia es una inmersión en la Hispania de hace dos mil años, al más mínimo detalle, como una cámara que te transporta a un mundo lejano y próximo a la vez. Eso te tiene que gustar… (como le gusta a todos los frikis enamorados de la antigua Roma como yo, jeje)

    Aún así, me reitero en que estoy muy contento de la aceptación que ha tenido Valentia (novela del año en mi editorial) y de los mensajes que recibo vía Facebook de los lectores pidiéndome más madera ;-) Pienso que la mejor recompensa posible como autor es recibir un mensaje de un lector que te expresa su satisfacción o, incluso, que te paren por la calle y te digan… Xiquet, quin llibre has fet! (Chaval, que libro has hecho) Me ha pasado y os juro por Júpiter que te pone los pelos de punta. Todo el esfuerzo ingente de montar una novela como esta lo paga el apretón de manos de este señor…

    Lo dicho, espero que en mi próxima novela, más orientada hacia los personajes y la trama que al panorama y la escena, pueda pulir los errores de principiante que seguro he cometido en mi primera novela.

    Un fuerte a brazo a tod@s desde Valencia

    PS: Por cierto, del 20 de Abril al 2 de Mayo es la Fira del Llibre, una buena ocasión para presentar libros, llevarte un buen fedd back de los lectires y conocer a otros colegas del gremio. Quien pueda venir bienvenid@ será.

  15. ARIODANTE dice:

    Bueno, finalmente me he puesto a la lectura del susodicho…Gabriel es tenaz, y ha conseguido convencerme, ¡jajaja! Lo cierto es que a pesar de lo dicho anteriormente, a mí me ha enganchado.
    Aún voy por la mitad, pero ya puedo comentar algunas cosas: es cierto, Valeria, que hay una excesiva cantidad de notas. Eso, en una novela, no es lo ideal. Pero si algunas serían prescindibles, por obvias (más dirigidas a público Logse), otras me han interesado, desde luego, por los detalles curiosos.
    Lo que más me ha gustado al empezar la novela es algo que no todos pueden apreciar: quiero decir, que apreciamos mejor los que vivimos y conocemos los espacios en los que se desarrolla la novela. Me he sentido inmersa en ella por la recreación de la ciudad donde vivo, incluso la zona de Denia, cuyo Montgó, con su sombrerito de nubes, puedo vigilar desde Javea. Eso me ha hecho cómplice, inmediatamente, del autor.

    Ciertamente que le sobran notas, (en el sentido en que el emperador le reprochó a Mozart); quiero decir, hay texto prescindible en cuanto a la novelación, a la narración de la historia. Hay algunas repeticiones que debería evitar, desde luego, en una próxima obra.

    La novela parece, como el propio autor la califica, más una «historia novelada». Pero también hay una trama, y la trama atrae. El problema es que uno puede perderse en una disgresión aclaratoria (por ejemplo, detallar los platos de un banquete, su aliño y acompañamiento, y el aspecto «prieto» de las esclavas que los sirven, sobre todo si es muy repetitivo) y olvidarse de la trama central; lo que implica una pérdida de ritmo. El capítulo introductorio a mí me enganchó: es de una acción fortísima. Pero luego la novela se remansa, pierde ritmo, y aunque a mí personalmente me ha interesado mucho todo lo que cuenta del origen de la ciudad, comprendo que a otros les puedan aburrir algunos tramos, excesivamente descriptivos.
    Como ya digo, voy por la mitad de la novela, y no voy a decir más. Cuando acabe, recompondré lo dicho o lo confirmaré.
    Una cosa vaya por delante: al margen de los detalles mejorables en una opera prima, es de destacar el esfuerzo y el sentimiento que pone Gabriel por imaginarse su ciudad, su entorno, sus gentes, que en mi opinión consigue bastante bien. Lo que ocurre es que su trabajo es tan amplio, quiere abarcar tanto, que creo que supera el concepto de novela, de narración, y crea una especie de híbrido entre la historia novelada y el ensayo histórico.
    En unos días, más.

  16. MIKELUX dice:

    Muy buenas, voy a comenzar a leer el libro y lo que voy a hacer despues de haber leido el comentario de valeria es no leer las notas a pie de pagina.

  17. ARIODANTE dice:

    Mikelux, probablemente no te haga falta leer muchas de ellas. Depende de los conocimientos históricos del lector y también de su sentido común y del contexto. Sólo en algunos casos especiales podría ser imprescindible leer una nota. Pero bueno, ahi están. Si entiendes y sigues la narración sin problemas, lo mejor es ignorarlas. El problema es que a veces abruma su exceso. Pero el lector debe primar la narración y su goce, en mi opinión.

  18. MIKELUX dice:

    Muchas gracias por la ayuda Ariodante, mis conocimientos historicos para ser a nivel aficionado son solidos, empezare el libro y si a los pocos dias no me gusta lo cambiare por otro o que me devuelvan el dinero ya lo he echo con el bodrio de Harald el vikingo.

  19. ARIODANTE dice:

    Hombre, ¡no creo que sea para tanto! No me lo compares con Harald el Vikingo…El libro te puede gustar más o menos, pero tiene un valor histórico importante, eso es indudable. Depende lo que busques en un libro. Si lo que buscas es entretenerte en el metro, te aconsejo otro libro más liviano, desde luego.

  20. MIKELUX dice:

    acabo de recibir un mensaje de la fnac de que no tienen el libro disponible mejor, dinero que me ahorro.

  21. Pamplinas dice:

    La primera edición está agotada. Más que ahorrarte dinero, te pierdes una muy buena recreación histórica…

  22. Dgarauz dice:

    Absolutamente de acuerdo, Valeria, tanto con tu opinión sobre esta novela como con lo que uno puede esperar de una novela, histórica o no. No recomendaría esta novela,ni volvería a leerla.

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