SEDA – Alessandro Baricco

SEDA, Alessandro BariccoQuesto non è un romanzo. E neppure un racconto. Questa è una storia. Inizia con un uomo che attraversa il mondo, e finisce con un lago che se ne sta lì, in una giornata di vento. L’uomo si chiama Hervé Joncour. Il lago non si sa

Del planteamiento. A mediados del siglo XIX el Japón lleva más de dos siglos cerrado a los extranjeros y su contacto con el exterior se limita exclusivamente a pequeños intercambios comerciales en la ciudad de Nagasaki. Esta feroz autarquía obedece a un deseo de preservar sus valores tradicionales, amenazados por el expansionismo occidental, manteniendo aislados su cultura y modos de vida. Sin embargo, lo que no han logrado antes mercaderes chinos, holandeses e ingleses lo van a conseguir los americanos con la persuasión que otorgan las armas y la tecnología, iniciando en el país un periodo de cambios profundos y complicadas guerras civiles. Viajar allí, en aquellos tiempos, es tanto como hacerlo al fin del mundo. Debido a su insólita ocupación eso es, precisamente, lo que hace Hervé Joncour.
Una vez al año.
Al fin del mundo.

Del argumento. Antes y después de los largos viajes a Siria y Egipto -y luego a Japón- nuestro hombre ha vivido su vida del mismo modo en que otros pueden hojear un periódico y leer noticias que no les afectan directamente. Quizá con algo de indolente curiosidad, no más que la de cualquiera que se disponga a mirar el lento desfilar de las estrellas una noche de verano, bajo la tutela de esa clase de disciplina que permite pasar todas las páginas sin saltarse ninguna. Metódica y apacible rutina, hasta que conoce a una misteriosa muchacha. El resultado, según el propio Baricco, no es sólo una historia de amor porque «…si solamente fuera eso, no habría valido la pena contarla. En ella están entremezclados deseos, y dolores, que se sabe muy bien lo que son, pero que no tienen un nombre exacto que los designe. Y, en todo caso, ese nombre no es amor. (Esto es algo muy antiguo. Cuando no se tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias. Así funciona. Desde hace siglos)».

Del estilo. El autor se vale en la novela de diversos recursos estilísticos propios del lenguaje poético: ritmo y repeticiones, en este caso, que ayudan a crear un relato de exquisita belleza. «Yo no me doy cuenta, pero lo cierto es que voy escribiendo y de repente advierto que me ha salido, por ejemplo, un rondó. A menudo mis libros se pueden leer como una partitura, están construidos sobre una estructura musical». Los capítulos son breves y están escritos con una prosa limpia, casi transparente. Como pequeñas y sucesivas ondas circulares, su lectura va depositando en nuestro ánimo emoción y melancolía a partes iguales. La narración es tan ligera que cuesta imaginar otra que haga tanto honor a su nombre. Unas pocas palabras cada vez, suficientes para captar miradas, gestos y largos silencios.
Tinta negra sobre papel.
Seda.

Del autor. Alessandro Baricco ha ejercido de crítico musical, periodista, dramaturgo y novelista, creado un taller de escritura, dirigido una película y realizado otras actividades cuya prolija enumeración no es el objeto de esta reseña. Sus admiradores dicen que es uno de los mejores escritores de su generación y sus detractores que es un escritor superficial. Tras la publicación de Seda se convirtió en un fenómeno literario mundial aunque, a pesar de sus variadas ocupaciones, es bastante reservado y no suele conceder entrevistas. Como otras grandes novelas, Seda sugiere reflexiones sobre los complicados tratos entre realidad y ficción. Cuenta Baricco en el prólogo de otra novela, que inventó el nombre de Lavilledieu -el pueblo donde vive Hervé Joncour- uniendo dos nombres que encontró al azar en un mapa. Cuando la novela se hizo famosa, recibió una carta del alcalde de una pequeña localidad del sur de Francia invitándole a inaugurar una biblioteca y recibir un homenaje. El pueblo se llamaba Lavilledieu y, sorprendido, sólo por ese motivo decidió aceptar. Al llegar allí, su asombro fue completo cuando supo que la principal actividad en el siglo XIX había sido la cría de gusanos de seda. No hay mucho más que añadir, salvo quizá repetir aquello que el pianista del salón de Madame Blanche murmuraba en voz baja al final de cada pieza:
Voilà.

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134 comentarios en “SEDA – Alessandro Baricco

  1. Ascanio dice:

    ¿Se puede saber por qué no escribes más reseñas, Pepe? Cuando he visto que el autor eras tú, lo primero que me ha venido a la mente es que se trata de un gran libro (ya sabes que hay otros reseñadores petardos que se ponen a «denigrar» lo primero que cae en sus manos…qué malages son…).
    He visto en casa de Jerufa esta novela, pero nunca me he lanzado a leerla, porque la etiqueta de «best-seller» me ahuyenta. De hecho, ha salido recientemente en una colección de quiosco de Anagrama y me ha pasado lo mismo. Me he dicho: «Bah, si tiene tanto éxito y además han hecho una película seguro que no vale la pena».
    Voilá, he vuelto a meter la pata hasta el fondo.

  2. Clío dice:

    Lo mismo digo Pepe, con lo bien que escribes y que poquitas reseñas nos regalas. Si ya tenía ganas de leer este libro desde que para Reyes me lo regaló virtualmente Ariodante, ahora despues de tu reseña no puedo por menos que ir corriendo a comprarlo: «emoción y melancolía», «Exquisita belleza», «seda»…todo ello me suena a canto celestial, ¡gracias compañero!.

  3. Aretes dice:

    Una delicia de libro. De esos que se leen despacio y se disfrutan, sí señor.

    Me ha parecido muy acertado el párrafo correspondiente al argumento. Si fuera sólo una historia de amor, no tendría ese encanto. Desde luego dice algo más que sin nombre llena todas las páginas.

    La película ni la vi, porque no quise colocar caras a esos personajes.

    Felicidades al reseñador.

  4. pepe dice:

    Ascanio, a pesar de tener el libro también compré la edición de Anagrama que mencionas. Lo abrí por la primera página con la intención de leer sólo ésta y ya no pude parar. Nunca releo un libro aunque sea bueno, porque pienso que una segunda lectura me puede decepcionar y me quita tiempo para leer cosas nuevas. No sucedió así y cuando terminé la lectura supe que tenía que reseñarlo. Clio, estoy seguro de que cuando termines la lectura comprenderás que no has leído nada tan delicado en mucho tiempo. Aretes: yo tampoco he visto la película, pero me gustaría verla. Lo que no he hecho ha sido leer nada más de Baricco, para no estropear el buen gusto que me dejó esta novela. No creo que pueda escribir nada mejor.

  5. Akawi dice:

    Lei el libro SEDA este verano y me fascinó, pensé en reseñarlo pero luego me arrepentí pues en esos momentos no me vi capaz de poner la nota de sentimiento que te deja tras leerlo, es tan tierno que te deja marcado, toca la fibra sensible con mucha dulzura y nada cursi. Ya os digo me encantó.
    Pepe preciosa reseña, hice bien en no hacerla yo, ¡Ni punto de comparación!
    Abrazos.

  6. juanrio dice:

    Pepe, eso no se hace. Has hecho una reseña que hace que cualquier cosa que podamos decir chirrie. He estado tentado alguna vez de leer esta novela pero por unas razonez u otras nunca lo he hecho. Sin embargo si leí una novela tremendamente dura de este autor «Sin sangre». Me gusto y como encontraba que esta tenía un registro tan distinto no me atreví con ella. Tras leerte no me quedará más remedio.

  7. Scouser dice:

    Gran libro, me lo regalaron hace dos años y me encantó. Hay veces en los que la gente no se equivoca y acierta comprando un libro.

  8. Valeria dice:

    Pues nada, al saco. Que con estas credenciales, y tan insignes avales, es menester hacerle un sitio en la lista (y si encima ha salido en edición de quiosco, para los que tenemos un agujero en el bolsillo, mejor que mejor).

    Buen trabajo, Pepe.

  9. javit dice:

    Si la adaptación al cine es una reciente película homónima en la que participa Keira Knightley, debe no estar muy conseguida. Al verla, no pude evitar calificarla de auténtico «tostón».

    Afortunados somos que este es un foro de literatura, y no de cine. Y parece que salimos ganando…

  10. pepe dice:

    Veo que os gustó tanto como a mi, Akawi y Scouser (bienvenido, es la primera vez que te leo) y me alegra mucho. Yo creo que no os arrepentiréis , Juanrio y Valeria, pero depende mucho de si estáis dispuestos a dejaros ganar por el sentimiento de nostalgia que domina el libro. Hay gente a la que no le ha gustado lo más mínimo. Mi amiga Angelines me envía la crítica que hace Carlos Boyero de la película y del libro. De este último dice:En cualquier caso, se me escapan las razones de que algo que me huele a artificio primorosamente construido haya despertado tanta y perdurable admiración en lectores tan numerosos y variados.
    A la película la deja aún peor, javit (bienvenido también), Girard y su director de fotografía se preocupan mogollón porque los copos de nieve sean perfectos, la lluvia se deslice por los cristales, renazcan los lirios, la estética (¿o se llama esteticismo?) sea impecable. También vuelcan su mimo en la ambientación y puedes predecir cuándo va a sonar el dolorido piano o los melancólicos violines. Todo está al servicio del inaprensible lirismo que pretende este retrato del amor y de los sueños, de los paisajes y de las complejas sensaciones del alma. O puede que no trate de eso. Con los posmodernos como Baricco, nunca se sabe. De la protagonista dice Me acentúa la alergia la inevitable Keira Knightley, actriz de un solo gesto, aun más falsa que inexpresiva, un estrellato del que jamás podré entender las razones.

  11. jerufa dice:

    Preciosa novela, si, y eso a pesar de que el autor huya de ese calificativo. Seda es ritmo, como leer música, algo volátil, frágil y delicado a la vez. Tan íntimo y personal que la atmosfera ideal para disfrutar de su historia diría que es un cuarto a solas, con música, pero no de fondo. Con música a conciencia. Es una historia simple pero cargada de emoción. Es esa literatura, que por distinta, nos ejerce una especie de atracción que nos arrastra hasta el final. Y en el caso que nos ocupa hasta el autor, italiano, se deja llevar por esta especie de embrujo.
    Un «pero» para mi gusto que aqui, además, no se ha comentado.
    El exceso de repetición en la descripción del viaje. A lo mejor es parte de la esencia de la novela, no lo dudo, pero a mí se me hizo pesado. No sé, es como una especie de red o trampa que se esparce sobre aquellos insensatos o imprudentes que no tienen el don de la paciencia y niegan la lectura por tropezarse con un pequeño escollo. Seguro que tú, Pepe, mucho más sensible que yo en este tipo de «lectura con diferentes lecturas» puedes darme una explicación que yo no encontré.
    En cualquier caso, su lectura es breve, lo que la convierte en algo muy recomendable porque anda muy sobrada de calidad. Derrocha intimismo y calidez porque Seda no es sólo una especie de viaje, es una especie de sensación.
    Hablas de lo dificil que sería encontrar, al margen de Seda, una literatura de rasgos tan delicados. Pepe, si tienes ocasión y me aceptas la sugerencia, te recomendaría la lectura de La novela de Genji. Para mí, algo sublime, diferente y sorprendente.
    Pero, al igual que tu reseña, necesita tu espacio y tu tiempo.
    Felicidades por tan bella, sentida y emocionante reseña.

  12. pepe dice:

    Joder, Jerufa, tu comentario sí que ha sido emocionante, quizá tendríamos que haber escrito la reseña al alimón. El asunto de las repeticiones se me antoja esencial y creo que, si se prescindiera de él, se perderían el ritmo y la musicalidad que tiene la narración, el sentimiento de rutina que intenta trasmitir el autor y alguna otra cosa más. Fíjate de todos modos que, en cada repetición, hay un pequeño elemento que cambia (no diré cual para no estropear la lectura a los demás), que parece no tener ningún propósito determinado, pero que consigue un efecto sorprendente.

    Con respecto a la novela de Gengi, por supuesto que tengo intención de leerla, pero estoy esperando a que me digas claramente, de una puñetera vez, cual de las dos versiones es la que debo leer.

  13. Mandarina89 dice:

    Pues yo no disfruté nada leyéndolo. Me pareció lento, una pastelada romántica y demasiado dramática como para que le den verdadera importancia al maravilloso universo de la censura japonesa, como podrían haber hecho.

    -.- ¡¡Y la película es mucho peor!!

  14. jerufa dice:

    Pepe, puede ser, yo lo leía de corrido cada vez que me encontraba con ella, como si estuviera cantando y bailando el «tralara-larita…» pasando por un puente colgante que se mueve y mueve, ya ves, será por sensaciones… Pero no sé, llegó a irritarme, porque la novela es corta y me daba la impresión de que me la acababa ya al son del «tralara-larita…» dichoso.
    Lo dicho, no te llego a la suela del zapato en cuanto a exquisitez y sentimiento literario. Será eso.
    Felicidades de nuevo, maestro.

  15. jerufa dice:

    En cuanto a La novela de Genji en el hilo respectivo ya se debatió la cuestión que planteas.
    «Busque, compare y si encuentra una mejor que otra, léala».

  16. pepe dice:

    Bienvenida a la discusión, Mandarina. Es verdad que a mucha gente la novela le parece lenta y aburrida. En lo de la lentitud estamos de acuerdo, pero yo no aprecio que haya romanticismo como tú sugieres. No sé bien tampoco a qué te refieres con lo de la censura japonesa, ¿quizá es al rechazo a la occidentalización?

    Por último, tu comentario me ha recordado algo que leí en relación con lo que los japoneses opinaban de la historia. Me parece que, en general, aún cuando reconocían perfectamente que muchos detalles no se adecuaban a cómo debían ser las cosas desde un punto de vista histórico, asumían que era una ficción y miraban la novela con benevolencia. Sin embargo, salieron unos historiadores (¿franceses?) protestando por no se qué falta de rigor histórico. A veces sucede que miramos con lupa si las ambientaciones son verosímiles, si los detalles responden a una adecuada documentación y cosas por el estilo, olvidando que lo fundamental en una novela no es eso.

  17. Rodrigo dice:

    Excelente reseña, Pepe. Muy a tono con la obrita maravillosa que presentas. Para mi gusto, nada de lenta ni de empalagosa. Todo levedad y delicadeza, en cambio; como la seda.

    No tenía idea de la existencia de una película basada en la novela, pero creo que pasaré limpiamente de ella.

    Saludos.

  18. pepe dice:

    Gracias por el comentario, Rodrigo. Una actitud parecida a la tuya con la película he mantenido hasta ahora con respecto al resto de la obra de Baricco. Creo, sin embargo, que ha llegado el momento de leer más cosas suyas. En algún sitio declaraba el autor su firme intención de hacer de cada nueva novela algo radicalmente distinto a las anteriores, algo que señala también Juanrio más atrás. Tengo en casa «Tierras de cristal» y quizá empiece por ésa, o tal vez lo haga por «Océano mar», que es la que Ariodante regalaba virtualmente a Clío.

  19. Clío dice:

    Pues si no recuerdo mal,Pepe, la que me regalaba virtualmente Ario era precisamente Seda.

  20. pepe dice:

    Clío, me he confundido con el regalo que Ariodante hacía en aquel frenesí de generosidad virtual a que se entregó a principios de enero a Ignacio el argentino. El tuyo era, efectivamente, Seda.

  21. Ariodante dice:

    Xactamente, Clío, fue Seda la que te regalé. Porque estaba segura de de te encantaría y sabrías apreciarla. De todas forms, Océano mar es tambien preciosa.
    Esa obrita me llegó al alma cuando la leí; y curiosamente antes habia intentado leer a Baricco en «City» y finalmente opté por regalársela a mi hijo porque no pude con ella. Pero mi hijo fue el que me dijo que empezara con Seda….y no me arrepentí, en absoluto.
    Es una obra, Pepe, que es muy difícil de reseñar, por lo delicada, exquisita, en fin, y tu lo has hecho muy bien: ¡enhorabuena! Porque es como una mariposa, que si intentas cogerla de las alas la deshaces, ¿no?
    No sabia de la existencia de la peli pero no creo que la vea. Me estropearía el recuerdo de la novela.
    Hay algo curioso con Baricco: cada novela suya es casi completamente diferente de la anterior, como si quisiera hacer de cada una un experimento. ¿No os lo parece, a los que le hayais leido en su totalidad? Porque City es que no tiene naaada que ver con Seda ni con las demás. Tierras de cristal nada con Océano mar, en fin…Y Homero, Ilíada…ya me diréis. Y yo lloré al final. Claro que con la Ilíada también, con el parlamento de Príamo.

  22. pepe dice:

    Gracias por el comentario, Ariodante. Del resto de la producción de Baricco una de las obras que más me intriga es, precisamente, Iliada, quizá por el hecho de que fue preparada para ser leída en público en un teatro. Me cuenta un amigo que la leyó coincidiendo con un viaje a Turquía y que le pareció una joya. Con respecto a la reseña, es verdad que la delicada belleza de la novela es dificil de trasmitir y existe riesgo de caer en un exceso de lirismo -al cual yo tiendo de manera habitual. La solución es darla a leer a alguien que, con buen sentido crítico, sea capaz de eliminar los defectos que uno se empeña en no ver, antes de enviarla para que se publique. En mi caso el crítico es mi amigo Antonio, a quien nunca consigo convencer para que participe en Hislibris; una lástima, porque todos disfrutaríamos mucho de sus comentarios.

  23. Ariodante dice:

    Si, «Homero, Ilíada» creo que fueron unas lecturas públicas, una experiencia interesante. Incluso por las emitieron por radio. Baricco intentaba recuperar el espíritu homérico de la tradición oral.
    Aqui va una entrevista, para el que le pueda interesar:
    http://www.clarin.com/diario/2006/01/10/sociedad/s-03401.htm
    Y aqui otra opinión, no totalmente a favor, pero muy interesante también:
    http://www.ciao.es/Por_la_letra_B__Opinion_1059204
    ¡Que aproveche!

  24. Scouser dice:

    pepe, aunque es arriesgado sugerir una edición u otra, creo que es mejor la edición de Atalanta de Genji que la de Destino.
    Eso sí, creo que el final es el mismo en las dos!!!

  25. jerufa dice:

    Si, yo creo que pepe elegiría Atalanta.
    Eso si, ¡hazte con un atril, macho!

  26. pepe dice:

    Gracias por el consejo, Scouser y Jerufa. Lo más barato en este momento para hacerse con la obra es comprarla en el Círculo de Lectores, donde los dos volúmenes se pueden conseguir por 45 euros, pero se trata de la edición de Destino. La edicion de Atalanta cuesta 48 el primer volumen y 32 el segundo, en total casi el doble que la del círculo. Mientras que termino de decidir si me estiro o no me estiro, para no abandonar el tema japonés estoy leyendo una colección de cuentos de Mishima. Ya os contaré.

  27. jerufa dice:

    Hazte con el primero, pepe. De momento, tienes de sobra y, además, se pueden leer por separado.
    Tengo muchísimo interés en tu opinión.

  28. pepe dice:

    Ariodante: he leído la entrevista que nos sugieres mas arriba y la opinión en ciao. La última es una reseña estupenda, sólo hay que averiguar quién es el autor/a y convencerle para que la publique en Hislibris. Parece increíble que tal ejercicio de crítica literaria sea simplemente una opinión en una página para consumidores -con todos mis respetos hacia los consumidores y hacia las opiniones. La entrevista debo confesar que no me ha gustado tanto. Lo peor ha sido cuando los entrevistadores han hecho alusión al manido asunto de la muerte de la novela. No sabía que Baricco andaba metido en esa bobada. Lo mejor ha sido el final, en el que postula uno de los grandes temas de la literatura. Me ha resultado curioso saber que Seda se ha adaptado para el teatro en varios paises. Gracias en todo caso por ambos enlaces, guapetona.

  29. jerufa dice:

    Me refiero al primer libro de Atalanta.

  30. pepe dice:

    Ya, Jerufa, si te he entendido, no sé si me has entendido tú a mi: 48 euros por un libro que ni siquiera es una traducción directa del japonés. Por ese precio tendría que venir, como poco, con una dedicatoria original de la señorita Shikibu…

  31. Ascanio dice:

    No, trae un platito con sushi.

  32. jerufa dice:

    Es que, Pepe, la traducción directa del japonés -si repasas la reseña que hice en su día- creo que tendría mucho «tomate». Ya es un considerable esfuerzo traducirla y hacerla asequible a un lector, digamos, un poquitín especializado.
    Las versiones en castellano ya constituyen un indudable mérito, así que creo que como aproximación…

    PD: Aunque ahora que lo pienso, como estaré en Madrid el día 25 de este mes, te los acerco personalmente. Eso si, en ediciones Destino. ¿Qué me dices?

  33. pepe dice:

    Jerufa: me parece magnífico que nos veamos el miércoles, ahora mismo te pongo un correo electrónico para que acordemos detalles.
    Tu oferta de prestarme los libros es muy generosa pero no puedo aceptar porque no sé cuándo empezaré a leerlos ni cuánto me llevará hacerlo. Pero no te preocupes que los leeré, si Dios quiere, y volveremos a hablar de ellos.

  34. Ariodante dice:

    Me alegro que te hayan servido de algo los enlaces. Nunca se sabe…Si, las entrevistas a veces nos descubren algunas cosas que no nos gustan, de los autores. A mi me ha pasado mucho; pero tambien hay que separar la obra del autor, que, aunque tenga mucho de él, no es él. Es difícil encontrar un personaje público que no diga en algún momento alguna chorrada…porque todos lo hacemos. Sólo que los de apie, como nuestra opinión no nos la pide nadie, pues de igual lo que digamos, jajajaja.
    Intentaré localizar al que ha escrito el otro texto. Y si no, lo copio y abro un hilo.
    Saludetes.

  35. Ariodante dice:

    Pepe: el comentario lo hace un tal Pirítoos, al que he localizado e invitado a venir…luego ya es cosa suya. Yo cumplí.

  36. pepe dice:

    Excelente, Ariodante, espero que acepte tu invitación. He estado echando un vistazo muy por encima a sus artículos de opinión en ciao y hay cosas muy interesantes. Tiene uno sobre Suite francesa y otro sobre Seda. Ojalá se anime a participar en Hislibris porque me parece que podría aportar mucho a nuestra comunidad.

  37. Ariodante dice:

    Por si acaso no se decide a participar, ahi va el texto que tiene en Ciao sobre Seda, que también es lustroso…
    «Entre tanto premio circunstancial, finalistas sobrevenidos, autores de colegueo y contubernio político, pedantes y manidos pseudoautodictas y best-sellers con precuelas que enfilan directamente a la cartelera es difícil rescatar algún que otro libro actual tratando de conseguir nuevos clásicos para un futuro próximo.
    Seda podría ser candidata a este rescate. Es una novela pequeña, con ciertos toques de poema en prosa en algunos de los capítulos, con una trama ligera y comprensible que a veces se llena de agujeros y de incógnitas, de pasajes rápidos y de lugares comunes, pero que pese a todo ello se vuelve firme y manejable, no un gran libro, pero si uno que el tiempo y las lecturas van mejorando.

    No es el argumento donde reside el auténtico valor del libro, sino en el poder del autor para abandonar los excesos y los detalles y darnos una lectura fina y transparente, cuidada y delicada como una seda o un papel de arroz.
    El enfoque es un giro hacia oriente, contar una fábula sobre el amor y el poder al estilo de las viejas leyendas que han perdido ya a su dueño y, a través de una labor de desnudez de la palabra donde Baricco no trata de alardear de su bagaje cultural ni de las posturas lingüísticas que es capaz de hacer.

    A través del personajes de Hervé Joncour, comerciante de seda, traza una finísima ruta entre Japón y Francia que es, a su vez, una ruta entre lo cotidiano y lo extraordinario, entre el amor real y el loco amor. Cada paso es un puntada y la trama un bordado delicado y preciso.
    Hay una frase en el libro que actúa como un agujero negro y te absorve hacia las páginas, te atrapa dentro de él, resumiendo todo el contenido y la intención: «Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca»

    Leer este libro desde el enfoque de la literatura actual o de nuestro mundo de hoy nos dejará la insatisfacción de una lectura incompleta, pero si lo entendemos desde el punto de vista estético, del placer por el placer, del exótico camino que nos dibuja el autor con las palabras mientras nos cuenta un cuento de sombras y una fábula oriental, entonces vale, tendremos esta obra constantemente pegada a las manos o la mente e iremos viendo que la propia historia es una crisálida que eclosiona y comienza a retorcerse lentamente sobre sí misma. Como un gusano de seda. »
    Bien, ¿no?

  38. pepe dice:

    El comentario es magnífico, Ariodante, yo no me animé a ponerlo porque no sabía si éso le parecería bien al autor/a y porque en él se desvelaban algunas claves que a mi juicio debieran permanecer ocultas y ser descubiertas por el lector. Y, para ser completamente sincero, porque hace palidecer a mi reseña. Si es capaz de escribir eso para una simple entrada de ciao, qué no será capaz de hacer si se pone a reseñar libros en Hislibris.

  39. jerufa dice:

    De eso nada, Pepe, que tú tienes mucho arte.

  40. Ariodante dice:

    Pepe: en absoluto hace palidecer tu reseña, ni lo pienses. Lo que hace es atraer nuevos comentarios y relecturas de tu reseña, en mi opinión.
    Y todo lo que sea mover un debate o ampliarlo, me parece beneficioso. De todas formas, quizás lo correcto por mi parte hubiera sido preguntártelo antes…pero nunca pensé que pudiera causarte un problema sino al contrario.

  41. pepe dice:

    Pero Ariodante, reina mora, si no has causado ningún problema, ¡al contrario! Creo que Piritoo es un gran descubrimiento y confio en que se anime a participar. ¿No has entendido la ligera ironía de mi comentario anterior? (a ver si va a resultar que tengo que aprender a poner caras de esas que se ríen…). Que te quede bien claro, de ahora en adelante, que tus intervenciones (en este hilo o en cualquier otro) nunca me parecen mal, nunca están fuera de lugar y, además, las recibo siempre como un regalo.

  42. jerufa dice:

    un señó…este pepe…

  43. jerufa dice:

    Mmmmana, ¿tú me estás persiguiendo por los hilos esta mañana?

  44. Ascanio dice:

    Lalara laritaaaa…

  45. Ariodante dice:

    Bueeeno….¡aqui la reina mora, jajajaja! O sea, Pepe, que todos contentos. fenomenal.
    Ascanio, Jerufa, ¿…passsa con vosotros? ¿Día loco, para variar? Mmmm…

  46. Clío dice:

    Bueno, bueno, entre lo tuyo Pepe, y lo de Piritoo estoy «que vivo sin vivir en mí», como no compre rápido el libro para leerlo!, extasiadita me teneis!!!

  47. pepe dice:

    Compra el libro, Clío (por ejemplo en la colección de Anagrama que está en los quioscos Seda+Girasoles ciegos=10 euros) pero, antes de leerlo, espera un poco a que se te haya olvidado lo que hemos dicho unos y otros de la novela. De ese modo podrás disfrutarla con el gusto añadido de la sorpresa.

  48. Ariodante dice:

    …xactamente

  49. Terry Lans dice:

    Yo sí vi la película basada en la novela «Seda» y me sorprendió muy gratamente. Nunca pensé que una novela tan escueta a la hora de describir personajes, paisajes … fuera expresada tan magistralmente. A veces, cuando leo una novela que me gusta pienso en cómo se podría llevar al cine. Pues con «Seda» me parecía imposible. Por eso, repito, me sorprendió muy gratamente.

  50. pepe dice:

    Gracias por tu comentario, Terry, y, como no te había leído antes, bienvenido. No he visto la película pero lo haré si tengo posibilidad. Quizá sabes que ha recibido más críticas que elogios. De estos últimos, las críticas destacan que tiene una fotografía muy cuidada y, de las primeras, que no está bien narrada, que los personajes no trasmiten emoción y que el resultado no resulta convincente. Me alegra que te haya gustado y así tener una opinión a favor.

  51. Ariodante dice:

    Pues curiosamente, no sabía nada de que hubiera una peli. Lo veo difícil, pero habría que intentar verla…Nunca se sabe.

  52. pepe dice:

    Acabo de recibir la revista del Círculo de Lectores pero no la tengo a la vista y hablo un poco de memoria. En una de sus páginas, dice algo así como: Si te gustóNo te puedes perder y hay varios ejemplos de curiosa asociación: si te gustó Seda, no te puedes perder El secreto de la porcelana, de Emilio Calderón. Por cierto, ahora que lo menciono, no sé si el autor se ha pasado ya por el hilo de Clío…

  53. Clío dice:

    Pues que yo sepa, no, igual ya no se fía de esta página.

  54. pepe dice:

    Supongo que no estará al tanto de tu reseña, no creo que se le haya subido tan pronto la fama a la cabeza.
    http://www.youtube.com/watch?v=VGQfFkbJFuI

  55. Ariodante dice:

    ¡Qué jovencitos están los tres, Pepe! Sabina está casi irreconocible…aunque es ahora cuando está penoso, el pobre. La mala vida, ya se sabe.

  56. pepe dice:

    Ayer estuve apunto de ir a ver una exposición que tiene el hermoso título Orientando la mirada y que reúne en el Conde Duque 150 piezas de arte asiático procedentes de distintos museos y colecciones de Madrid. Si hay que hacer caso al artículo publicado por El Pais, la muestra la han preparado siete mujeres especialistas en Asia y contiene objetos de arte y de uso cotidiano, seda, marfil, porcelanas, grabados… Veré si consigo verla hoy.

  57. pepe dice:

    Apunto que antes estuve a punto de meter la pata, y la metí…

  58. Ariodante dice:

    Ya veo, y como no puedes editar….en fin, lo pasaremos por alto. Eso si no te lee Ascanio, o incluso Aretes. Yo miraré discretamente para otra parte.

  59. Ascanio dice:

    A punto he estado de no darme cuenta, pero como tú te has apuntado a ti mismo, te has puesto en el punto de mira.

  60. Aretes dice:

    Pues estará a punto de caramelo, pero no lo pillo.
    Ahora, Ariodante, ese «incluso» me ha llegado al alma.

  61. Clío dice:

    Pues es verdad Pepe, se me había pasado a mí comentar la exposición del Conde-Duque, entre otras cosas porque aún no he podido verla, pero creo que merecerá la pena, sobre todo por la comisaria de la muestra, que fue una de las mejores profesoras que he tenido en la carrera (si excluimos al esposísimo) Carmen García-Ormaechea, en sus clases nos abrió la puerta a un mundo desconocido y muy bello, ainsss! aquellos años universitarios….

    Por cierto ya he encargado Seda en la colección que ha lanzado Anagrama por su aniversario o algo así.

  62. pepe dice:

    El nombre de la exposición ya resulta sugerente, con el juego de significados entre oriente y orientar. Etimológicamente, oriente tiene raíz latina: aparecer, nacer. El este, el levante, o el oriente, es un punto cardinal con tronío. El norte también tiene categoría: uno que no sabe por dónde anda se dice que está desorientado o que ha perdido el norte (esta expresión tiene un curioso origen). Y las brújulas apuntan hacia el norte. Los otros dos puntos cardinales parecen ser menos interesantes…

  63. Ariodante dice:

    Si, si, disimula…je je je.
    Aretes, no iba con intención, en fin…mejor que no lo pilles. Tampoco es tan importante. Fijate, Clío ni se ha inmutado. Asi que, bueno ¿que tal si seguimos hablando de Seda, que es de lo que toca?

  64. pepe dice:

    También podemos hablar de brújulas (de levante) …

  65. Ariodante dice:

    Si…dicen que son viéjulas montadas en unas escóbulas.

  66. Ariodante dice:

    y que haberlas, haylas.

  67. Ascanio dice:

    Hace rato que me he perdido y ahora estoy totalmente desnortá.

  68. pepe dice:

    Ariodante me acusa de intentar disimular mi metedura de pata hablando de etimologías y yo la he llamado, muy cariñosamente, bruja. Fuera de eso, no te has perdido nada. Ayer estuve en la presentación de El camino de los mitos II. Una persona preguntó por el juicio de Paris que, como es sabido, fue el origen de la guerra de Troya. No pude evitar recordar el chiste que nos mandó Laya el otro día: un hombre que tiene que decidir entre tres mujeres, entrega 5000 euros a cada una de ellas para que se los gasten en lo que quieran durante una semana. El final no hace al caso, en un hilo tan fino como éste. Baste saber que los mitos, en contra de lo que uno pudiera pensar, se reescriben continuamente. La presentación fue muy lucida, con los presentadores respondiendo con mucho ingenio a las numerosas preguntas del público que abarrotaba la sala. Estaba Garcia Gual, que no intervino. A mi, particularmente, este hecho me supuso una pequeña decepción. Apunto que estuve a punto de preguntarle: «maestro, ¿para cuándo una novela?»

  69. juanrio dice:

    Sentí mucho no poder acudir, Pepe, pero no siempre es posible abandonar las obligaciones.

    P.D. Ya he encargado el libro, Seda naturalmente.

  70. Clío dice:

    Pues no me extraña tu decepción, Pepe, ya te contaré! yo al final no pude ir, pues me han prolongado las sesiones de rehabilitación y me parten toda la tarde.

  71. Ariodante dice:

    Vaya, es un consuelo ver que no he sido la única que no ha podido ir…pero aun así, me hubiera gustado mucho. ¡Qué le vamos a hacer! Otra vez será…
    Tuviste suerte, Pepe, de poder asistir,¡qué envidia! Aqui a la brujita no le ha funcionado la escobita y se ha quedado en su cuevita.

  72. Ascanio dice:

    ¿En el juicio de Paris salen carretas?

  73. pepe dice:

    De los hislibreños sólo estaba Curistoria, que se fue pitando al acabar la presentación. Yo tampoco me quedé mucho más, mi natural timidez me impide mezclarme con gente tan desenvuelta como la que frecuenta estos actos del mundillo editorial…

  74. Ariodante dice:

    Pepe, ¿tu natural timidez? ¿he leído bien? ¡Anda ya!

    Ascanio, ¿qué tienen que ver las carretas con Páris(Le pongo el acento para diferenciar)? Ahora la que se ha perdido soy yo.

  75. Clío dice:

    ¿ A ti no te mandó ayer un chistecito Laya? pues repasa, y veras con que rima carretas.

  76. Clío dice:

    Y, ¿a quién eligió Páris? piensa, piensa….

  77. Ariodante dice:

    jajajajaaj

  78. Corto Maltes Petit dice:

    Baricco es muy, muy bueno.
    Yo lo defino como un tramposo de la literatura. Sabe qué tiene que escribir i como para encandilarnos.
    No os perdais Seta, se lee ràpido, demasiado ràpido. Es habitual encontrar lectores que lo han hecho dos, tres veces. Sabreis que pasa cuando el manco os gana al billar.
    Cuidado con Oceano mare i, entre otras cosas cuadros pintados con agua de mar, sin más (bueno hay una con un tono rosado robado de unos labios pintados).
    Questa storia….
    Muy bien Pepe, gracias.
    Voilà.

  79. pepe dice:

    Gracias por tu comentario, Corto. No tengo muy claro qué significa ser un tramposo en literatura. Igual que un mago, el autor de una novela siempre ejecuta algunos trucos bien para atraer, bien para distraer atenciones, provocar emociones, … Los buenos magos se diferencian de los malos en la calidad de sus trucos; a los últimos, se les descubren con mucha facilidad, no así a los primeros. Hay historias tramposas que, si uno consigue no molestarse mucho por lo burdo de los trucos, pueden llegar a ser apasionantes. Es el caso de La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Está llena de ingredientes reunidos un poco artificialmente para encandilar al más pintado: juventud, primer amor, verdadero amor, amistad amor filial y misterio. No creo, sin embargo, que Baricco sea un tramposo tan descarado.

  80. Jose Agustin Muñiz dice:

    Segundo libro que consulto para ver el «tono» y «ambiente» de este sitio y cada vez me gusta más. Gracias por mantener un nivel tan poco común en la red.
    Sobre Seda: Qué agregar. Que es tan atractiva como difícil de escribir una reseña sobre ella. Más difícil que embuchar una bola de billar a cuatro bandas (¿eran cuatro, no?). Es de los pocos libros que he prestado, me los han perdido y lo he vuelto a comprar sin molestarme, porque sé que alguien por ahí lo va a tomar.
    Sobre Baricco: Separar al personaje del autor y agradecer que no haya intentado escribir las aventuras de Joncour en cada uno de sus viajes a Japón. El 99% de los escritores habrían elegido aquello y por eso Seda pertenece -en mi opinión- al 1% de los mejores libros.
    Una observación: No conozco otro caso en que un título describa al mismo tiempo y con tanta precisión el tema del libro y la sensación que deja su lectura.

  81. pepe dice:

    Gracias a ti por tu comentario, Jose Agustin. El propósito de esta página es muy simple: hablar sobre literatura e Historia (o al revés, dependiendo de los gustos de cada uno) y también sobre cualquier otra cosa que venga a cuento (música, arte, filosofía o educación, por ejemplo) siempre con respeto hacia los demás y, si es posible, con una pizca de buen humor. Coincido completamente con tus comentarios sobre Seda. Por cierto, ayer me decidí por fin a empezar otra novela de Baricco que tengo por casa: Tierras de cristal. Atención a cómo describe en la segunda o tercera página la belleza de una mujer (escribo de memoria): Dios dibujó la boca de Jun Rail y debió ser entonces cuando se le ocurrió esa extravagante idea del pecado

  82. Rodrigo dice:

    Genial. Una pildorita muy tentadora, Pepe.

    Aprovecho la reactivación de este hilo para formular una inquietud que se me había quedado en el tintero. Ariodante comentaba hace tiempo lo muy diferentes que son las novelas de Baricco, como si cada una de ellas fuese un experimento. Creo que el mismo Baricco ha declarado su intención de hacer cada vez algo radicalmente nuevo, distinto de lo que ya ha escrito, variando de registro, tema, estilo, etc. Sólo he leído tres de sus novelas pero, en lo que a ellas concierne, la premisa se confirma plenamente. “Seda”, “City” y “Sin sangre” son en verdad muy diferentes, al punto de no parecer escritas por un mismo autor. Supongo que se puede elogiar el virtuosismo técnico de Baricco, dejarse sorprender por este modo camaleónico de enfrentar la escritura –aparte de elogiar los resultados, porque al menos a mí me han gustado las tres novelas, no tanto “City”: su trama tiene mucho de esperpento-. Muy bien, pero, ¿qué hay de lo que suele llamarse la “voz personal” de un autor? ¿No pierde algo de autenticidad y profundidad un escritor, incluso seriedad, al hacer de cada nueva obra un desafío extremo en –prácticamente- todo lo concerniente a la concepción de una novela o relato, como si la novedad o la originalidad fuese lo primordial? Bueno, no estoy seguro de que sea esto lo primordial en el caso de Baricco. Puede sencillamente que el hombre tenga el caletre lleno de ideas, de nuevos temas, y que, llevado de su brillantez, se dé a trabajarlas cada vez de un modo diferente –digo esto sin dejar de considerar que también en la “forma” va una buena parte del “mensaje”-. De todos modos, ¿no sacrifica algo de sí un escritor al dejar de hacerse reconocible en cada nuevo título que publica? ¿No trasluce demasiada vanidad el (presumible) empeño en sorprender con algo que de pronto puede ser (o parecer) un volador de luces? (Nuevamente: tal vez no ocurra esto con Baricco; no he notado en esas tres obras suyas que conozco semejante trivialidad.) Supongo que hay algo de lúdico en lo de este autor, en el planteamiento de su trabajo literario, aunque me cuesta creer que de un afán lúdico resulte una pieza de tanta delicadeza como “Seda”, o una por momentos tan desgarradora como «Sin sangre». (Tal vez con demasiada suspicacia, alguien podría preguntarse si no es lo de Baricco una tomadura de pelo.)

    En fin, no sé si me he explicado. Lo que tengo claro es que debo leer otras cosas de Alessandro Baricco. Tal vez «Tierras de cristal», justamente.

  83. pepe dice:

    Muy interesante tu comentario, Rodrigo, creo que también Juanrío hacía cierta alusión a ese asunto. Ahora no puedo contestar como se merece esa cuestión pero lo haré, Dios mediante, dentro de una hora más o menos.

  84. José Agustín Muñiz V. dice:

    ¡Bah! Para que vean lo que son las percepciones, Rodrigo. A mí me ocurre al revés con Baricco. Entusiasmado por Seda me sumergí en varios otros títulos y, si bien son todos historias tan distintas, me parece que detrás de todos ellos es evidente que está la misma persona.
    Voz que se hace evidente por una cierta lúdica, una distancia irónica de las cosas, una levedad terrible. No sé, no veo euforias ni gritos en Baricco, siempre encuentro personajes que toman decisiones vitales y sorprendentes sobre la base de datos que a cualquier cristiano le pasan inadvertidos (no puedo dejar de pensar en el tipo que hace una enciclopedia de los límites y busca el límite del oceano en «Oceano Mar»).
    Quizás «Sin sangre» escape un poco a esta percepción mía, puesto que es una novela terrible, pero que tiene momentos extrañísimos -como sentarse a tomar un café con el asesino de tu padre y esas cosas.

  85. pepe dice:

    Con respecto a lo comentado por Rodrigo, e independientemente de si es posible descubrir detras de sus otras obras al mismo autor, como afirma José Agustín, creo que ante la capacidad de escribir novelas con diferentes registros no cabe más que el elogio. En otras disciplinas esta capacidad es una muestra de talento poco común. En ciencia, por ejemplo, es muy raro el investigador que es capaz de cambiar su tema de investigación con alguna frecuencia. En pintura, en música, los grandes autores han atravesado por diversas épocas en las que su creatividad se manifestaba de modo diferente. Hay escritores que con un sólo registro alcanzan honradamente fama y reconocimiento. Tal puede ser el caso de Pérez-Reverte, por ejemplo. Para buscar una analogía gastronómica, vendría a ser como aquellos bares en los que sólo saben hacer una o tos tapas, pero las hacen tan bien que el bar está siempre lleno. La gente va una y otra vez contenta de saber lo que va a encontrar. Mucho más mérito tiene, a mi juicio, un bar que se arriesgue a intentar cosas nuevas y en el que los clientes, a la pregunta del camarero ¿qué va a ser? respondan sin dudarlo: lo que usted quiera.

  86. juanrio dice:

    Muy de acuerdo con lo que dices, pepe. Me encanta que me sorprendan y sobre todo que me sorprendan manteniendo el nivel. También es cierto que hay escritores que mantienen un hilo en toda su obra, podría ser el caso de Philip Roth, y no por ello dejar de hacerte abrir los ojos de par en par.

  87. pepe dice:

    De Philip Roth sólo leí, cuando era muy joven, El lamento de Portnoy y me pareció una aburrida serie de cochinadas con mucho trauma causado por la educación judia. Peor que Singer. A ver si encuentro el libro por casa y le vuelvo a echar una mirada, dado que tú lo recomiendas. Pero para cochinadas divertidas, prefiero las de Antonio Orejudo en Fabulosas narraciones, por ejemplo (aunque en la siguiente obra Ventajas de viajar en tren la cagó bien, con tanto gusto por la escatología).

  88. juanrio dice:

    Es cierto que Roth tiene una acentuada tendencia a caer en la cochinada judía, pero entre sus novelas siempre he encontrado cosas interesantes. El lamento de Portnoy no lo he leído, pero Elegía, Pastoral americana, La mancha humana o La conjura contra America, de la que hay reseña, merecen una lectura.

    De Orejudo os recomiendo a los amantes de la novela histórica, o simplemente de la novela, Reconstrucción. En esta no cae en la escatología y si en una buena trama en relación a Miguel Servet y Calvino.

  89. pepe dice:

    Juanrio, creo que Reconstrucción bien merece una reseña. El asunto de las guerras de religión tiene mucho interés y la figura de Miguel Servet también. Y todas las cuestiones relativas a los tipos de letra (el personaje principal se dedica a vender tipos de imprenta) que se tratan en la novela son, simplemente, apasionantes. Vendría bien además confrontar esta novela con «Q», de Luther Bliset. ¿Porqué no te animas?

  90. Rodrigo dice:

    Buen punto de vista, compañeros. Gracias.

  91. Clío dice:

    Pepe, ayer leí Seda, y digo ayer leí porque empecé y terminé pero lo curioso del caso es que siendo como eran las 12,30 de la noche, se me ocurrió quitar el plástico del libro y me dije, voy a «hojearlo» leí el principio y luego otra hoja y luego otra y así hasta la nº 65, todo esto de pie en mi despachito con los jarabes para la tos tomados y la cara lavadita, de pie, sin sentarme, absorta página trás página y de pronto se terminó, y yo continuaba de pie, encerrada en un capullo de seda, a 5 metros de mi cama, abducida totalmente, por fin logré cerrar el libro y dormir, soñar…..

  92. Koenig dice:

    …y luego yo tengo fama de raro…

  93. pepe dice:

    Clío, tanto la reseña como el hilo están llenos de comentarios que elogian la novela. Unos más líricos, otros más sobrios destacando ésto o aquello, casi todos emocionados. Espero que no se ofenda nadie si digo que el tuyo me parece el más hermoso.

  94. Ascanio dice:

    Qué casualidad, Clío, ayer yo también leí Seda. Pero no lo acabé, porque en 35 minutos sólo llegué hasta la página 70 (es que el trayecto en la lanzadera del AVE es muy cortito); espero terminarlo hoy.
    Sólo quiero comentar que la escena (es que parece una escena teatral) en que Hervé conoce a Hara Kei me parece maravillosa. La manera de describir la posición y la relación entre aquellos dos cuerpos (y no me refiero a Hervé) es preciosa, colorista, sensual y mágica.

  95. pepe dice:

    Ascanio, supongo que entonces quizá hoy termines el libro. Estoy, estamos, deseando conocer tu impresión final. Con respecto a la discusión de si Baricco se renueva en cada novela debo añadir un mínimo detalle porque avanzo muy lentamente con la novela de Tierras de cristal. El marido de Jun Rail, aquella cuya boca no puede uno quitarse de la imaginación, viaja bastante aunque, aparentemente, sin un propósito determinado. Es dueño de una fábrica de cristal y cuando vuelve de alguno de sus viajes trae a veces encargos fabulosos o nuevas ideas para la fábrica. No hace falta decir que el paralelismo con Seda es, de momento, ciertamente curioso…

  96. Ascanio dice:

    Ya la acabé, Pepe.
    Me ha encantado; es una novela sutil, suave, delicada y mágica. Aunque he de reconocer que el capítulo 59 me chocó bastante, porque me pareció algo «brusco» en relación con el resto de la novela; no sé si me explico. Me refiero al lenguaje que, aunque es delicado y evocador, me resultó «diferente». En fin, espero que me entiendas (es que no puedo decir más sin destripar el libro).
    Y he de decir algo más, que seguramente hará que los que hayan leído el libro levanten la ceja (de incredulidad, claro, no tiene ningún matiz político): al acabar el libro me ha venido a la mente la canción de «Un ramito de violetas», de Manzanita. ¿Alguien más encuentra alguna relación, como yo?
    Y por último, una reflexión acerca de las repeticiones que a Jerufa se le hicieron pesadas. A mí no; son lo suficientemente cortas (es poco más de un párrafo) para no hacerse pesadas; en mi caso consiguen todo lo contrario, porque me provocan una sensación de agilidad, y como dice Pepe, introducen cada vez un pequeño cambio que resulta divertido y lleva a la reflexión.
    Ea, que me ha encantado, jolines.

  97. Clío dice:

    Ascanio, efectivamente es bueno el paralelismo con «un ramito de violetas» solo una apreciación la canción era de Cecilia, Manzanitas la versionó años más tarde.
    Pepe gracias por calificar de «hermoso» mi comentario, solo he contado lo que me ocurrió y lo que sentí casi fue, por seguir con otra canción, una «experiencia religiosa».

  98. Ascanio dice:

    Uy, pues sí que tienes razón, Clío. Se me había olvidado Cecilia, menudo fallo.
    Lo que pasa es que siempre me viene a la mente lo de «un rami-bibito de violetaaaas» de Manzanita.

  99. pepe dice:

    Ascanio: me alegra enormemente que te haya gustado. No me acuerdo qué era lo que había en el capítulo 59, lo miraré al llegar a casa. Cecilia es muy adecuada para poner algo de música a este hilo; sin embargo, yo elegiría otra canción: Nada de nada, creo que la letra le va mejor al relato. Hay varias versiones, además de la original: Amaral, Rosario, pero a mí me gustó mucho una de «La plata», con ligeros toques de reggae, de hace algunos años. Soy incapaz de encontrarla en la red y no es ésta la primera vez que lo intento.

  100. pepe dice:

    Ascanio, ya he visto el capítulo que mencionabas antes y a mi también me produjo la misma sensación de que aquello desentonaba un poco. No parecía, en la forma, algo que la mujer hubiera podido escribir, pero eso precisamente es lo que me dio la clave para encontrar una explicación satisfactoria: era madame Blanche quien la había ayudado a escribirlo…

  101. Ascanio dice:

    Ah, pues claro; con su inseparable anillo de flores azules.

  102. Clío dice:

    Pues yo creo que no, más bien me inclino a que fue Baldabiu quien le cuenta el secreto de su marido, sino,¿ porqué la despedida tan desconsolada? volved a leer la contestación de Mme. Blanche cuando él le pregunta, y no no me parece que el capitulo 59 esté desvinculado del resto, una mujer tiene muchos recursos y todo es tan sutil… y no sigamos o le destriparemos el libro a alguien.

  103. pepe dice:

    ¿Por qué leemos? Es bien sabido que no hay una respuesta única para esta pregunta. Una de las respuestas más simples es que somos capaces de percibir la belleza de lo que otros han pensado, sentido o imaginado y disfrutar con ella. Ayer, día del libro, mucha gente lo celebró de algún modo pero yo estuve casi todo el día de viaje; si hubiera tenido la oportunidad de reunirme con amigos quizá me hubiera animado a leerles un pasaje de la novela de Baricco con la que estoy ahora y que me ha parecido singularmente emotivo. Se me ocurre que tal vez sea una buena forma de desearos a todos salud y un año lleno de felices lecturas. Allá va.

    Y sin embargo, aun cuando indudablemente la luz de la tarde es hermosa, hay algo que todavía llega a ser más hermoso que la luz de la tarde y es, para se más precisos, cuando por incomprensibles juegos de corrientes, bromas de los vientos, rarezas del cielo, descortesías recíprocas entre nubes defectuosas y decenas de circunstancias fortuitas, una verdadera colección de casos, y de absurdos -cuando, en esa luz irrepetible que es la luz de la tarde, inopinadamente, llueve. Luce el sol, el sol de la tarde, y llueve. Eso es lo máximo. (…) Algo dificil de creer. Ni siquera el agua, la que te cae sobre la cabeza, en gotas menudas sesgadas por el sol bajo en el horizonte, parece agua de verdad. No habría que extrañarse si, al probarla, descubríeramos que está azucarada. Es un decir. En todo caso, no es agua reglamentaria. Es una general y espectacular excepción a las reglas, una grandiosa tomadura de pelo a todo tipo de lógica. Una emoción. Hasta el punto de que entre todas las cosas que acaban por dar una justificación a esta, por otro lado, ridícula costumbre de vivir, figura sin duda ésta también en cabeza de las más nítidas, de las más límpìdas: estar ahí cuando, en esa irrepetible luz que es la luz de la tarde, inopinadamente llueve.

  104. pepe dice:

    Hoy es un día triste para mucha gente de una generación, para todos los que sienten que la música de este hombre forma ya parte de su vida y que se han encontrado con la terrible noticia en periódicos y telediarios.

    http://www.youtube.com/watch?v=VIRX69FD2m0&feature=related

  105. Gww dice:

    Pepe, muy buena reseña, me gusta cómo la has dividido en secciones para analizar cada aspecto por separado. Y el estilo del autor es como dices: ondas (musicales o marinas, es lo mismo). En libros más extensos el estilo se relaja algio, no podría ser de otra manera, pero siguen manteniendo esa atmósfera especial.

    Un saludo.

    PD. Me uno en tu recuerdo y homenaje.

  106. pepe dice:

    Gracias por el comentario, Gww. Es un placer leerte por aquí, a ver si te animas a participar de vez en cuando. Del mismo modo, los lectores de Hislibris pueden darse una vuelta por tu página web (que yo descubrí gracias a Ariodante) y que estoy seguro de que no les decepcionará.

  107. Ascanio dice:

    Por cierto, en el hilo de «La mujer de Andros» también se hace referencia a Antonio Vega; incluso hay una estrofilla comentada por Pepe.

  108. Richar dice:

    saludos,

    he leído Seda este fin de semana y para mi ha sido un poco de «ni fú ni fá». Bien escrito, de lectura amena, pero poco más. Cierto es que me considero bastante simplón (en la vida en general) y a veces me cuesta ver más allá de lo que está escrito, pero el caso es que no me ha llegado demasiado.

    Sí que me resultó curioso el detalle que menciona pepe, acerca de que los párrafos que se repiten constantemente sobre los viajes de ida y vuelta, siempre cambian algún pequeño detalle. Eso me gustó.

    Y destacar también (me parece que nadie lo ha hecho) el que ha sido mi personaje favorito: Baldabiou. Tiene un par de perlas geniales.

    Un saludo,
    Richar.

  109. pepe dice:

    Gracias por tu comentario, Richar. Un poco más atrás se mencionaba la opinión de Carlos Boyero, que tenía algo que ver con la tuya. Un artificio primorosamente construido, decía él. Puede que ambos tengáis algo de razón y que la historia sea un tanto fría y el argumento un poco artificial.
    Por cierto, él también estaba intrigado con la figura de Baldabiu y se preguntaba si no sería el diablo. Lo que yo aprecio más de este relato no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Tú mismo reconoces que no eres del todo insensible a ciertos recursos formales, como el de la repetición, y eso quiere decir que no estás aún perdido para la causa de la literatura. Estoy seguro de que pronto las barreras de escudos empezarán a parecerte infantiles. Aleluya.

  110. Richar dice:

    jajaja… eso será… en cualquier caso, sigo reivindicando el papel de Baldabiou, quien debería tener sin duda su propio libro.

    Un saludo,
    Richar.

  111. pepe dice:

    Magnífica idea. Propongo que Javi se ponga en contacto con Baricco para hacerle una entrevista y le sugerimos que escriba un libro para contar la historia de Baldabiou. La última, si no recuerdo mal, fue la del ínclito Pérez- Reverte, de modo que estaría bien ir pensando en preparar otra. Si Baricco resulta inaccesible, entonces sugiero un objetivo más fácil: que Juanrio utilice su influencia en el mundillo editorial, sector distribución, para entrevistar a Salinger.

  112. juanrio dice:

    O a Pynchon, ya puestos. Podías pedir un autor más facil, como por ejemplo Faulkner o Hemingway…

  113. pepe dice:

    A Pynchon estaría muy bien, podría pedirle que me enviara un ejemplar de Mason y Dixon dedicado… Pero no nos desviemos del asunto, Juanrio: Javi y tú tenéis talento suficiente para conseguir una entrevista de Baricco.

  114. Aretes dice:

    Pues ya te podías poner, hombre.

    A mí me gustaría Lope de Vega. Por pedir….

  115. juanrio dice:

    La verdad es que no se si sería muy difícil entrevistar a Baricco. Supongo que hablando con Jorge Herralde, que es su editor en España, seguro que tirábamos del hilo y….Todo es cuestión de abrir un idem para las preguntas.

  116. Aretes dice:

    ¿Ves? Si todo es ponerle algo de voluntad.

  117. juanrio dice:

    Por cierto que buscando en google (entrevista Baricco) he encontrado algunas entrevistas, una de ellas en particular me ha gustado. Es de Claudio Magris, un autor admirable también aunque con otro concepto de la literatura, pero me temo que o se corta abruptamente en el original del Corriere de la Sera o a mí me ha dejado a medias. Buscad y leed.

  118. pepe dice:

    Hablando con Jorge Herralde, ¿veis cómo tengo razón y este hombre sabe lo que se hace? Por cierto, Juanrio, ¿has leído alguno de los libros que ha escrito Herralde relacionados con su oficio?

  119. juanrio dice:

    Libro no, he leído algun artículo y siempre me ha parecido interesante lo que escribe. Además Anagrama me parece una gran editorial, con criterio y gusto.

  120. juanrio dice:

    Estoy leyendo Seda en el ordenador, en el horario de «trabajo». Hasta ahora tiene una música propia, un ritmo perfecto. Apunto esta frase que me ha parecido muy hermosa:

    «Iba lloviendo su vida frente a sus ojos, sereno espectáculo»

  121. pepe dice:

    No recordaba esa frase pero, en efecto, me parece un buen apunte. Está claro que es una novela que hay que leer con mucha calma, para poder disfrutar y saborear cada frase como se merece. Me alegra que te esté gustando.

  122. Ascanio dice:

    Oíd, juanrio y pepe, ¿ya no vais a seguir la historieta del librero? Jo, menudo chasco; con lo bien que me lo estaba pasando; eso es dejar al personal con la miel en los labios.
    Por cierto, creo que es la primera vez en mi vida que escribo «oíd», y me he tirado un rato mirándolo para ver si estaba bien escrito…

  123. pepe dice:

    Ascanio: la historieta del librero tiene gracia si contribuimos todos, empezando por ti. Como el inicio de la historia estaba en un hilo de Urogallo, que no ha dado su conformidad con la performance, y a Germánico no le acababa de gustar, podemos trasladar aquí la historia. Voy a continuarla un poco pero espero que después lo hagas tú, y Clío, y todo el que quiera.

    En el mostrador había una bolsa grande en la que se adivinaban unos bultos que probablemente fueran libros. También había unos papeles que, por lo que pude ver de ellos según ojeaba un viejo tratado de botánica medieval, eran partituras de música. No siendo yo ningún maestro del disimulo, no pude evitar que el librero comprendiera que el objeto de mi curiosidad no estaba en las hierbas y recogiera la bolsa y los papeles con alguna precipitación para encerrarlos enseguida en un cajón con llave. Vaya, pensé, «quizá después de todo el negocio de estos dos no fuera de índole tan galante, como había temido al entrar», con cierto alivio por mi parte, porque ya dejé dicho antes que la joven no me era del todo indiferente…

  124. Ascanio dice:

    Pepe, el último minicapitulillo de juanrio dejaba una frase en el aire…

  125. pepe dice:

    Llevas razón, Ascanio, no recordaba que había una frase en el aire, rehago entonces el nuevo capítulo:

    solo acerté a decir…
    -Hola, Jakob, quería saber si ya tienes ese viejo tratado de herbología medieval que llevo semanas esperando.
    -Lo tengo, pero no ha sido fácil conseguirlo. Como te dije, sólo se conocen dos ejemplares en la ciudad, ambos de imposible acceso incluso para mi.
    -¿Incluso para ti? No creo que nadie en su sano juicio te deje acceder a su biblioteca. ¿Cómo te has hecho con él?
    -No hagas preguntas cuya respuesta no quieres conocer, amigo. Mira y dime si es lo que estabas buscando. El precio, me temo, se ha visto ligeramente incrementado…

    Mientras consultaba el mamotreto, reparé en una bolsa grande que había en el mostrador, en la que se adivinaban unos bultos que probablemente fueran libros. También había unos papeles que, por lo que vi de ellos, parecían partituras de música. Siempre he fingido mal y no pude evitar que el librero adivinara pronto que el objeto de mi curiosidad no estaba en las hierbas y recogiera bolsa y papeles con mal disimulada precipitación, para encerrarlos enseguida en un cajón con llave. Vaya, pensé, “quizá después de todo el negocio de estos dos no fuera de índole tan galante, como había temido al entrar”… Con cierto alivio por mi parte, debo añadir, porque ya dejé dicho antes que la joven no me era del todo indiferente…

  126. juanrio dice:

    Una delicia de libro y eso que no lo he leído en las mejores circunstancias, en el trabajo y directamente en pantalla. Como bien se ha dicho tiene música en su interior y uno puede imaginarse perfectamente lo que describe. Voy a tener que leer algo más de este tipo.

    Y ahora sólo falta que alguien más se anime a seguir con la historia del librero de Berlín. Está resultando un experimento muy especial.

  127. Ascanio dice:

    Tan especial que hay que tener tiempo para escribir algo que esté a vuestra altura.

  128. lector dice:

    una de las peores novelas jamás leídas en mi vida, por desgracia fué el regalo de una amiga y como soy totalmente honesto debí decírselo, Baricco no trae nada nuevo en su pluma, la pastelada es irreal, sobrevaloradísimo, otro producto sin valor literario alguno aclamado sobre todo por los consumidores femeninos…. pero paso de entrar en planos políticamente incorrectos, sólo diré, para todos los lectores, tan larga vida no casa para con tan pocas letras, esto no es LITERATURA, no me hagais reir, ¿sabiais que estábamos ya en el siglo XXI?

  129. lector dice:

    por cierto, lo peor, la sensación continua de que el autor escribe tan pedestremente como la mayoría de «prisanos» españoles (incapaces, dicho sea de paso, de resucitar la literatura española que franco asesinó), las palabras podían estar puestas de ese modo como de otro, las riega tan mal, no encajan como la de los grandes de la literatura, todo un especialista vendehumos para paladares muy poco exigentes, en lo estétetico y en lo conceptual, porque lo que es pensar, cierto es, no se necesita pensar nada para leerlo, saco más chicha de la carta de ajuste o de un acuario sin peces, sigan remando, queda mucho para la excelencia

  130. Publio dice:

    Enhorabuena por la estupenda reseña, Pepe.

    Con respecto al libro es una delicia, sutil, suave como un fular de seda. Baricco crea una atmósfera nostálgica que te envuelve. Y las variantes en esos párrafos que se repiten no son otra cosa que las variaciones de una pieza musical.

  131. pepe dice:

    Gracias por el comentario, Publio. La «eidesis» es un recurso estilístico que inventó Jose Carlos Somoza en su novela «La caverna de las ideas». Viene a ser una manera de sugerir algo en cierta forma independiente al argumento a través de metáforas y descripciones dentro del texto. En este caso, lo suave y sutil que tú señalas hace (al menos para mi) siempre alusión a la idea de «seda». Y, en efecto, el ritmo y las repeticiones son constantes, consiguiendo un efecto muy poético y musical. Y sobre lo que señala el comentarista anterior (lector) en cuanto a que la novela es una pastelada … pues quizá no le falte algo de razón, pero en todo caso es una pastelada muy bien hecha que, por momentos, emociona al lector (incluso al masculino). Gracias también por su comentario.

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