MEMORIA DE CENIZAS – Eva Díaz Pérez

MEMORIA DE CENIZAS. Eva Díaz PérezAquellos que anuncian que luchan a favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales, tienen oídos sordos para toda palabra de humanidad. Stefan Zweig.

Cuando los turistas pasean por la sevillana Plaza de San Francisco para admirar la maravillosa fachada plateresca del Ayuntamiento, pocos pueden imaginar que hace quinientos años este hermoso lugar era el emplazamiento de los populares y estremecedores Autos de Fe del Santo Oficio.

Mientras retumban los cascos de los coches de caballos rebosando de extranjeros colorados y sonrientes, en los cimientos del actual mercado de abastos del barrio de Triana aún resuenan los gritos de los torturados, perdidos en el laberinto de pasadizos del antiguo Castillo de San Jorge, pesadilla de herejes y alumbrados.

Solo los más conocedores de las luces y de las miserias de esta ciudad babilónica y ramera sabrán que en los actuales jardines de El Prado de San Sebastián se encontraba el Quemadero de la Santa Inquisición, en el mismo emplazamiento en que –paradójica ironía del destino- la ciudad celebró durante tantas décadas su universal Feria de Abril.

Cuando los visitantes del Monasterio Jerónimo de San Isidoro del Campo –levantado en las inmediaciones de la romana ciudad de Itálica- admiren sus bóvedas, las tumbas de Guzmán el Bueno y su esposa o el maravilloso retablo de Martínez Montañés, no se percatarán de que, entre los muros de este cenobio que rezuma Historia –con mayúsculas- por sus húmedas paredes, surgió a mediados del siglo XVI uno de los mayores focos reformistas que más quebraderos de cabeza produjo en el Rey Prudente, Felipe II. En sus bellos claustros, en sus umbrías celdas y en el recogimiento de los rezos, se insuflaron frescas corrientes de pensamiento humanista, que alumbraron –entre otras obras- la notable Biblia del Oso, producto del minucioso trabajo de Casiodoro de Reina, quien tradujo directamente al castellano las Santas Escrituras basándose en los textos originales.

Cipriano de Valera, Antonio del Corro o Garci Arias acompañaron a Reina por las viejas estancias y por el nuevo mundo del pensamiento religioso, alimentado por libros prohibidos, por lecturas heréticas traídas de países lejanos y cuya venida era esperada con impaciencia, como la brisa que aleja los efluvios pestilentes e insalubres que el Guadalquivir esparcía sobre una ciudad ávida del oro de las Indias, que acudía con recogimiento a los Oficios de Tinieblas y con regocijo y expectación al tormento del fuego en las carnes de los condenados.

Memoria de cenizas respira el aire de la capital hispalense en todas sus páginas. Eva Díaz Pérez –Sevilla, 1971- no puede esconder sus orígenes, y despliega con oficio sus artes narrativas para mostrar la más negra historia de la ciudad que la vio nacer y que vio gestarse en su seno la semilla maldita de la reforma. Su elaborada prosa, su rico vocabulario y la elegancia de sus descripciones conforman el estremecedor retrato de un pueblo zarandeado por la encrucijada que le tocó en suerte, refulgente de oro y plata del Nuevo Mundo, casi obsceno en sus manifestaciones religiosas y ansioso de espectáculos macabros que castigaban con el suplicio, la vergüenza y la más atroz de las muertes a sus propios hijos.

En esta novela, el lector será testigo excepcional de la Procesión del Corpus; de las crecidas de un río que invadía con sus aguas y sus hediondos cadáveres las calles; del olor del miedo y el del roble que impregnaba las páginas de los textos ocultos en los vientres de las barricas de vino. Oirá pasos apresurados en la noche en busca de compañeros clandestinos y tertulias cálidas a la luz de las lámparas, en unas casas amparadas tras la pátina de la decencia, la normalidad y la ortodoxia. Rebuscará entre las tablas del suelo y bajo las escaleras para encontrar dibujos antipapistas y volúmenes condenados, y su corazón se desbocará imaginando encontrar el terrible hábito dominico –precursor de los más execrables horrores- al abrir la puerta. Palpará las inmundas paredes de la celda del Castillo de Triana, verá su cuerpo doblegarse ante las torturas, el hambre y la enfermedad, se sentirá menos solo al intuir una respiración agitada al otro lado del muro y soñará que un día el hombre será dueño de su razón y su libre albedrío.

Acompañan a los frailes de San Isidoro otros pensadores como Constantino Ponce de la Fuente –canónigo de la Catedral-, Juan Ponce de León –hijo del conde de Bailén-, Francisco de Zafra –doctor en leyes, beneficiario de la parroquia de San Vicente y calificador del Santo Oficio o la joven María de Bohórquez –noble sevillana, conocedora del latín, el griego y las Santas Escrituras- que también sufrieron el encarcelamiento, la humillación, la tortura y en muchos casos, la muerte. Una más que extensa galería de personajes que obligan a reducir -quizás en demasía- el papel de cada uno de ellos, radicando en ello la mayor limitación de la novela. Eva Díaz rescata del ostracismo y del olvido a estos grandes pensadores; y lo hace sin maniqueísmos innecesarios, dando a los católicos lo suyo, y a los luteranos y calvinistas lo propio. No cae en descalificaciones fáciles, porque no fueron unos años fáciles. Ninguno escapa a las críticas, porque ninguno estuvo libre de pecado ni de atrocidades cometidas en nombre de Dios, y todos contribuyeron por igual a configurar un siglo de luces y sombras.

La sala del tormento era una bóveda subterránea y muy oscura a la que se llega (para que de ninguna parte puedan oírse los gemidos y alaridos de los que allí se atormentaban) después de pasadas muchas puertas…

“Algunas artes de la Inquisición española, descubiertas y sacadas a la luz”, Reginaldo González de Montes (probable pseudónimo de Francisco de Zafra, miembro de la iglesia reformada de Sevilla, que consiguió escapar del Castillo de la Inquisición y fue quemado en efigie en el auto de fe de septiembre de 1559).

Carácterísticas técnicas: Editorial Andalucía Abierta, 1ª edición, abril 2005. 297 pp. 15€.

Para hislibreños curiosos:

Plaza de San Francisco (finales siglo XIX).
Jardines de El Prado de San Sebastián
Portada de la Biblia del Oso de Casiodoro de Reina.
Monasterio de San Isidoro del Campo

[tags]Memoria de cenizas, Eva Díaz Pérez[/tags]

 

ampliar 

Compra el libro
Ayuda a mantener Hislibris comprando «Memoria de cenizas» en La Casa del Libro.
 

     

48 comentarios en “MEMORIA DE CENIZAS – Eva Díaz Pérez

  1. Rodrigo dice:

    Pero qué gusto de reseña, Ascanio. ¡Espléndida!

    Se nota que la novela te ha causado una magnífica impresión. El equilibrio que la autora impone a su visión de un tema tan peliagudo (como es el de la obra) parece ser una de sus mejores prendas. Otra sería la de proporcionar un medio de aproximarse a la historia de tu ciudad, cosa nada despreciable para los aficionados a la historia en general y para quienes practicamos algo de ‘turismo virtual’, en particular (aunque ya nos gustaría hacer turismo del real, y ser viajeros mejor que turistas). Dan, pues, ganas de leerla.

    Saludos.

    (P.S.: Me gustó el turrón ‘La Bruja’, uno en forma de torta.)

  2. Ascanio dice:

    Muchas gracias por el piropo, Rodrigo (lo cual tiene más valor viniendo de quien viene).
    Es una novela muy interesante, que además te impulsa a buscar más información sobre un episodio de la Historia casi desconocido. A mí, al menos, me ha estimulado a conocer más datos sobre los protagonistas o sobre el mismo Monasterio. Es curioso que, a pesar de haber estado en San Isidoro dos veces, estoy deseando volver después de leer la novela, porque seguro que lo veré con otros ojos.
    Es curioso que algunas lecturas produzcan este efecto, el de ver lugares de manera diferente a como los habías visto hasta ese momento.
    PS: Hay un par de enlaces del final que no funcionan. Espero que el super-jefe lo arregle en cuanto pueda. Mis disculpas.

  3. Rodrigo dice:

    Es cierto, no funcionan. La foto del jardín es muy bonita.

    (¿Y mi turrón?)

  4. Ascanio dice:

    Si es del duro…psá, psá. A mí me gusta más el blandito (el de Jijona) y el de chocolate, claro.
    En otros tiempos habrías ido a la hoguera por mentar a las brujas.

  5. pepe dice:

    Enhorabuena por la reseña que, de todas las tuyas, me parece, con diferencia, la más barroca. Tratando de un tema que es más bien (tardo) renacentista se hace necesario extraer alguna conclusión, tarea para la que no me veo capacitado. Al parecer, hay equilibrio, como dice Rodrigo, pero también se oyen gritos, se palpan humedades, y se huele a quemado de vez en cuando, todo ello escrito y descrito con elaborada prosa… pues sí que resulta interesante la novela, sí.

  6. Richar dice:

    Genial, Ascanio. Otro que va a la lista de adquisiciones. El tema, la época y la ciudad me gustan todo, así que es un buen aliciente para adquirilo. Y la reseña da gusto, chapó.

    Un saludo,
    Richar.

  7. Valeria dice:

    Sí, si, se nota que te ha gustado.
    Y digo yo ¿hay mucha sangre y mucho churrasco en la novela, o se puede resistir? Es que últimamente estoy un poco sensible, y las descripciones muy gráficas y abundantes de sufrimientos y torturas no suelen sentarme bien por las noches. Para sufrir ya voy al curro todos los días.

  8. Ascanio dice:

    Pues sí, pepe, la novela es interesante. Y además a un precio muy asequible. Por cierto, ¿barroca yo? ¿Te refieres a que he puesto un «hediondo» por aquí, un «execrable» por allá o algún «obsceno» por acullá?
    Gracias, Richar (con R). Y digo yo, si tanto te gusta Sevilla, a qué esperas para darte una vueltecita por aquí? ¿Ein?
    Valeria mía, no te preocupes, no es una novela que se regodee en las tripas, las vísceras o los coágulos sanguinolentos. Todo es bastante sutil y elegante, eso sí, llamando al pan, pan y al churrusco, churrusco.

  9. Richar dice:

    Pues hace tiempo que no voy por tierras sevillanas, pero los que van en breve son Anthos y Aldebaran, así que ya les digo que os avisen.

    Saludos,
    Richar.

  10. Derfel dice:

    Jolín, que reseña tal linda…

  11. ipi dice:

    Esto, esto es una reseña. Me encanta; el vocabulario, la sintaxis, los detalles, el hilo argumental, los personajes y lugares, la documentación, los enlaces… una gozada. Muchas felicidades Asca.
    Por otro lado, toda la ambientación de este libro me trae unos aromas tremendos a «el hereje» de mi idolatrado Miguel Delibes, salvando las distancias entre Sevilla y Valladolid, y algún que otro año, arriba o abajo, de finales del siglo XVI. No se si la prosa de esta autora se parecerá a la de aquel, pero desde luego tiene buena pinta.

    Pues nada, que me gusta muchísimo tu reseña. Saludos.

  12. ipi dice:

    «Moderao»…. ¿¿¿???.

    ¡¡¡ Leches con el censor !!!

  13. ipi dice:

    Pero si no he escrito una sola palabra soez ????????????

  14. Javi_LR dice:

    Ipi, uno tiene un límite. Pese a tu tercer mensaje, el segundo tiene la intención que tiene. Es la tercera o cuarta vez que me lo llamas sin ningún motivo, y no voy a consentir acusaciones falsas y estúpidas. Sabes que no envié tu texto a Reverte porque no contenía ni una sola pregunta. No he querido empezar ninguna polémica contigo, ni ganas que tengo de hacerlo; ni tiempo. Si lo quieres entender, es fácil; si no, pues allá tú.

    Siento que esto sea en tu reseña, Ascanio. Por mi parte, he acabado.

  15. ipi dice:

    Mi texto para reverte sí contiene una pregunta ¿para cuándo una saga marinera…? que usted eliminó por otros motivos que creo entender cuales son…lo que no consigo entender es porqué estoy aquí moderado.

    Yo tampoco quiero polémicas, mas que las estrictamente derivadas de los libros que leo, muchos de ellos aqui reseñados, como este último.

    Me encanta esta página de hislibris, pero me sorprendió muchísimo que su moderador se dirigiese a mi en un privado para tirarme de las orejas por los términos que empleé precisamente en un libro reseñado de APR.

    Yo también lo siento Ascanio.

  16. Ariodante dice:

    Ascanio, ¡enhorabuena! Sigues manteniendo muy alto el listón reseñil. Cierto que hay lecturas que nos hacen volver a ver sitios o espacios o personajes de un modo distinto.
    …Y a mí también me gusta el turrón de Jijona.Del blando, claro.
    A ver cuando me puedo yo escapar por Sevilla…¡mira que me gustaría!

  17. Sertorio dice:

    Ascanio me ha encantado la reseña, y la verdad me ha impresionado que también seamos paisanos jajajajajajaja El libro lo leí hace tiempo, y tengo buenos recuerdos de él. Una vez que te lo has leido te sientes obligado a ir a Santiponce a visitar el monasterio, que por cierto, puedes ver dos frescos que por lo visto tiene uno connotaciones críticas hacia la Iglesia y el otro tiene un doble significado, una escena biblica que se referencia a la historia de los protestantes que vivieron alli. En fin la recomiendo a todos.

    Saludos :)

  18. Ascanio dice:

    Muchas gracias, ipi, me alegro que te haya gustado tanto. Debo reconocer que me lo he pasado muy bien escribiéndola, porque es un tema que se disfruta mucho. Pero te aseguro que en Hislibris hay reseñas más bonitas que la mía.
    Con respecto a las moderaciones, todos hemos sido «víctimas» de ellas. Es el filtro automático. Cuando te toca, tienes que esperar un poquito hasta que el jefe se da cuenta y te rescata del limbo.

    Ario, aquí te estamos esperando ansiosos. Y si vienes, te llevaremos a ver el Monasterio (¿o lo has visto ya?).

    Hola, Sertorio (creo que es la primera vez que hablamos). Es cierto que te entran ganas de volver al monasterio para pasear por los mismos sitios que los protagonistas, ver los mismos frescos, entrar en el refectorio e imaginar las lecturas «prohibidas» que hacían a las horas de las comidas…
    Con respecto a las pinturas, en la novela se comenta que hubo algunas en la Sacristía con motivos “sospechosos” de herejía, que fueron cubiertas para no despertar recelos en la Inquisición. He buscado por varios libros (uno de ellos amablemente prestado por Jerufa) pero no he encontrado datos al respecto.
    En el llamado Patio o Claustro de los Evangelistas (donde podremos encontrar, además del escudo de armas de Enrique de Guzmán, frescos de los Evangelistas, de San Jerónimo y otros santos) hay uno que destaca: “El árbol de la vida”, que refleja un barco que navega en medio de un mar agitado y que tiene un árbol a modo de mástil. En la copa del árbol aparece, en un nivel superior, el Papa rodeado del clero, y en el inferior, el Rey rodeado de la corte. A la derecha del árbol aparece un ángel, y a la izquierda, la Muerte que, armada de una guadaña, va dando caza a los personajes del árbol, cuyas coronas, tiaras, etc van cayendo a sus pies. Esta pintura mural está fechada antes de la Reforma, a mediados del SXV.

    No he encontrado ninguna imagen en Internet de esta pintura, así que le he hecho una fotillo a uno de estos libros. No sé qué tal se verá.
    El árbol de la vida.

  19. Sertorio dice:

    Magnífico!! Esas eran las que yo me refería pero la verdad no sabia ni como se llamaban ni describirlas puesto que hace un tiempo que fui. Por cierto en la base del árbol hay como unos animalejos qe corroen ese mastil no?? Bueno da igual jajajaja Creo que sí, que es la primera vez que hablamos y espero que no la última.

    Saludos :)

  20. Ascanio dice:

    El monasterio de San Isidoro del Campo -erigido supuestamente sobre los restos de San Isidoro de Sevilla antes de su traslado a León- fue fundado por D. Alonso Pérez de Guzmán (Guzmán el Bueno) y por su mujer, gracias al Privilegio concedido por Fernando IV en 1298.
    El primer enterramiento fue, precisamente, el de su infortunado hijo Pedro Alonso de Guzmán, cuyo trágico destino ya se ha encargado de contar Arauxo varias veces en estas páginas.
    La construcción del monasterio no debe considerarse sólo un ejercicio de piedad, sino una demostración de poder, ya que los símbolos del linaje del predecesor de la futura casa ducal de Medina Sidonia están por todas partes: fachadas, claves de las bóvedas, enterramientos, claustros, etc. Los fundadores otorgaron una serie de bienes a la comunidad para llevar a cabo actividades religiosas a mayor gloria del Señor de Sanlúcar de Barrameda.
    Impresionantes son las estatuas orantes de Guzmán el Bueno y su esposa, María Alonso Coronel, realizadas por Martínez Montañés. El primero lo reproduzco aquí:
    Sepulcro de Guzmán el Bueno.
    Reproduzco un fragmento del epitafio (dedicado a pepe, a quien le encantan estas cosas, y que además sé que lo ha visto en persona):

    AQUÍ YAZE DON ALONSO PEREZ DE GUZMAN EL BUENO QUE DIOS PERDONE, QUE FUE BIENEVENTURADO Y QUE PUNIÓ SIEMPRE EN SERVIR A DIOS Y A LOS REYES Y FUE CON EL MUY NOBLE REY DON FERNANDO EN LA CERCA DE ALGECIRAS Y ESTANDO EL REY EN ESTA CERCA FUE EN GANAR A GIBRALTAR […]

    Y para no ser moderada, voy a cortar y sigo para comentar una curiosidad que hace referencia al rey Pedro I el Cruel.

    Sertorio, tienes buena memoria. En la base del árbol hay dos ratas royendo el tronco.

    Por cierto, no me atrevo a descifrar el significado oculto del comentario de Derfel. Miedo me da.

  21. Ascanio dice:

    Cachis, el enlace no funciona. Voy a hacer unas fotillos y ahora las cuelgo.

  22. Arauxo dice:

    (Si no fuera por lo antiestéticas que resultan las autoalabanzas, me atrevería a decir que reseñas y comentarios como estos son los que hacen de esta página un sitio muy especial. Pero como Ascanio es parte inseparable de Arauxo y viceversa… no puedo decirlo. Así que este mensaje se autodestruirá en 10 segundos, 9, 8, 7, 6, 5… PUM).

  23. Ascanio dice:

    A ver si ahora funcionan:
    Sepulcro de Guzmán el Bueno.

    Sepulcro de María Alonso Coronel.

    Arauxo, revisa la mecha.

  24. Ascanio dice:

    Ea, pues seguimos (a ver si publico este comentario antes de que salga la reseña nueva y la mía caiga en el olvido).
    Antes de pasar al asunto de Pedro I, se me pasó comentar que el epitafio de María Alonso Coronel pone lo siguiente:
    AQUÍ YAZE DOÑA MARIA ALONSO CORONEL QUE DIOS PERDONE MUJER QUE FUE DE D. ALONSO PEREZ DE GUZMAN EL BUENO Y MADRE DEL SEGUNDO ISAAC […]
    No deja de llamar la atención el nombre de “madre del segundo Isaac”, que hace referencia al sacrificio que hizo al ofrecer la vida de su hijo a los musulmanes durante el sitio de Tarifa.

    También se encuentra enterrado en este monasterio otro hijo de Guzmán el Bueno, Juan Alonso Pérez de Guzmán, junto con su esposa, Urraca Ossorio.
    El epitafio de Urraca reza así:
    AQUÍ REPOSAN LAS ZENIZAS DE D. URRACA OSORIO DE LARA, MUGER DE D. JUAN ALONSO PEREZ DE GUZMAN, ILLMO.SEÑOR DE SANLUCAR, MURIO QUEMADA EN LA ALAMEDA DE SEVILLA POR ORDEN DEL REY DON PEDRO EL CRUEL, POR LE QUITAR LOS TESOROS E RIQUEZAS. TAMBIEN SE QUEMO CON ELLA PORQUE NO PELIGRASE SU HONESTIDAD LEONOR DAVALOS LEAL CRIADA SUIA. AÑO DE 1367.

    Se cuenta que, cuando el cuerpo de Doña Urraca estaba siendo quemado por orden de Pedro I el Cruel, un viento repentino amenazó con levantarle las faldas. Para que su honra quedase a salvo, su fiel criada se arrojó sobre su cuerpo para evitarlo, muriendo así quemada con su señora. A los pies de Urraca aparece una figura pequeña, tirando de sus faldas, que corresponde a la criada. Os pongo una foto del sepulcro y un detalle de la figura:

    Sepulcro de Urraca Ossorio.
    Detalle de Leonor Dávalos al pie del sepulcro de su señora.

  25. Valeria dice:

    Este Pedro I El Cruel es el que otros también llamaban «El Justo» ¿me equivoco? Es que he leído hace poco una novelilla muy interesante, escrita en 1848, en cuyo preámbulo el autor cuestionaba la mala prensa del rey Pedro (se titula «La Marquesa de Camba»)

  26. Ascanio dice:

    Sí, Valeria, algunos le llaman “el Justiciero”. Ahora bien, si le preguntaran a Dña. Urraca, o a Dña. María Coronel (no la de Guzmán el Bueno, sino otra) qué adjetivo le pondrían, dudo que lo llamaran así.
    Dña. María Coronel ingresó en un convento para escapar del acoso de Pedro I. Y como esto no fue obstáculo para que él siguiera con sus pretensiones, se arrojó aceite hirviendo en la cara. Evidentemente, después de aquello, Pedro I perdió el interés.
    El cuerpo “incorrupto” (ejem…) de María Coronel está en el convento de…de…(Arauxo, échame un cable, hombre, que se me ha olvidado).

    Oye, ¿de dónde has sacado esa novelita?

    Y ya por último, y antes de que me mandéis a freír espárragos, os muestro algunas joyas más del monasterio.

    Retablo mayor de Martínez Montañés.
    Retablo.

    A san Jerónimo sólo le falta hablar:
    Detalle del retablo.

    Una preciosa escultura del siglo XV. Mirad que delicadeza:
    Virgen con Niño.

  27. Ascanio dice:

    Vaya, está visto que siempre me falla algo. A ver si ahora sale la escultura:
    Virgen con Niño

  28. Clío dice:

    Estupenda reseña Ascanio y buena documentación gráfica posterior, me he metido en el blog de la autora y parece tener un curriculum interesante, su última novela sobre la Sevilla de los años 20 parece tener buena pinta, ¿conoces alguna de sus otras novelas?.
    Aunque conozco Itálica no conozco el monasterio de San Isidoro, pero queda pendiente…

  29. Ascanio dice:

    No, Clío, es la única que he leído. La última novela no trata de una época que me llame mucho la atención, la verdad.
    Sin embargo, sí he leído de vez en cuando alguna columna suya en «El Mundo», y recientemente también una crítica-reseña de la última novela de Carmen Posadas, «La cinta roja», reseñada por Aretes.
    Y cuando dejes de estar «escalabrá» ponte de acuerdo con Ariodante y os pegáis un saltito.

  30. Arauxo dice:

    Santa Inés, Ascanio, Monasterio de Santa Inés, uno de los más antiguos de Sevilla.

    Y vaya lección de sevillanía en que se está convirtiendo esta página. Menos mal que se conduce de la mano de una onubense, porque así nadie podrá acusar de chovinismo a ningún sevillano, lugar común harto recurrente en determinadas latitudes.

  31. Valeria dice:

    La saqué…. de una librería. Me gustó la portada, y cuando leí: «El editor Xosé Ramón Fandiño ha recuperado del olvido la novela de Antonio Neira de Mosquera titulada La marquesa de Camba, retirada por la Iglesia en 1884, año de su publicación, y que se creía perdida» pos me la compré.
    Pero ya puestos a meter cizaña: ¿cuánto habrá de leyenda y cuánto de verdad en estas historias de damas castas acosadas por reyes, nobles, obispos o donjuanes en general?

  32. juanrio dice:

    Cierto, Arauxo. Creo que, para los andaluces, sois los madrileños de allí, con todo lo que implica. Es lo que tiene ser la capital.

  33. Ascanio dice:

    Uf, Valeria, pues yo qué sé.
    Pero lo que sí es curioso es que no sea sólo una, sino varias, las leyendas que hablan de diferentes damas que sufrieron los ardores del rey. La verdad es que cuando el río suena…

    Ah, y yo también me hubiera comprado la novelita.

  34. Arauxo dice:

    Pues sí, señor, sí.

    Y, querida Valeria: qué más quisiera yo que tener algo de tiempo para poder debatir sobre el interesantísimo asunto que pones encima de la mesa, en torno a las leyendas de acosos (o incluso para cualquier otro). Pero me temo que, en lo que a Doña María Coronel se refiere, no hay leyenda, sino verdad histórica como un piano de grande.

  35. Arauxo dice:

    (Estooooo: el «pues sí, señor, sí» era para el Juanrío, no para la Ascanio. Uds. perdonen)

  36. sertorio dice:

    No se, fue una cosa que me llamó la atención.

    Saludos :)

  37. Ascanio dice:

    Copio una noticia publicada en el periódico El Mundo (edición Andalucía) este miércoles:

    La novelista y periodista Eva Díaz Pérez ha ganado el Premio Unamuno de la comunidad protestante por su libro Memoria de cenizas, que recrea su vida en el siglo XVI.

  38. Derfel dice:

    Copio una noticia publicada en el periódico «El sol de TAmpico» (edición Tampico) este jueves:

    «La reseñista y polemista Ascanio Grunemberg ha perdido el Premio Emilio Calderón de la comunidad evangélica por su reseña sobre Las Páginas Amarillas, que recrea las veces que Telefónica le cortó la línea por impago»

  39. Ascanio dice:

    Porque tu madre es una santa, que si no…
    (Y además has escrito mal el apellido, cateto).

  40. jerufa dice:

    Felicidades, Ascanio.
    Entrañable reseña, llega muy, muy dentro.
    Cuando pise de tu verita ese Monasterio, prepárate. Porque el mamotreto que te has llevado en prenda de casa pasa saber más, justifica de sobra esa excursión cultural que tenemos pendiente con Arauxo. Excursión por la que más de un@, pongo la mano en el fuego, daría dinero.
    Me encanta leerte. Y… perdona la demora.

    PD: estoy deseando pisar esa mazmorra en las entrañas de la tierra.

  41. jerufa dice:

    Por cierto, Derfel, ¿que es eso de Grunemberg?
    ¿A ver, a ver?

  42. Rodrigo dice:

    Ascanio, había olvidado preguntarte esto: ¿de dónde proviene la frase del epígrafe?

  43. Derfel dice:

    Nada, pretensiones de rancio abolengo que se da la gente…

  44. Ascanio dice:

    Rodri, la frase está seleccionada de un diccionario de citas que tengo en casa. No sé el origen, quizás sea simplemente un pensamiento de Zweig.
    Cuando acabe el libro que estoy leyendo ahora voy a empezar el ensayo «Castellio contra Calvino». Quizás esté extraída de ahí. Si la encuentro te lo digo.
    Jerufoide, tienes el librito a tu disposición para cuando quieras leerlo. Ni caso al Derfel. Recuerda que la raíz de todos sus males es la envidia.

  45. Rodrigo dice:

    Mil gracias.

  46. Ascanio dice:

    Rodri, acabado el libro de Zweig (hace tiempo, pero me acabo de acordar de tu pregunta) tengo que contestarte que no, que la frase de mi epígrafe no es de Castellio contra Calvino.

  47. Rodrigo dice:

    Ah, qué pena.

    Muchas gracias por acordarte, Ascanio.

  48. Carmen Muñoz dice:

    Me gustaría saber de donde es la foto en que aparece una figura pequeñita, en color, de Leonor Dávalos, porque de la tumba no es. Me parece interesantísima. Gracias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hislibris te informa de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Ediciones Evohé, S.L. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos (nombre y correo electrónico) es únicamente gestionar los comentarios que realices en este blog y jamás serán compartidos con terceros (salvo requerimiento legal). Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad. Como usuario e interesado te informamos de que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Factoría Digital (proveedor de hosting de Hislibris) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Factoría Digital. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hislibris@hislibris.com e info@edicionesevohe.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.