LAVINIA – Ursula K. Le Guin

LAVINIA - Ursula K. Le Guin

«-¿Por qué tiene que haber guerra?
– ¡Oh, Lavinia, ésa es una pregunta de mujer! Porque los hombres son hombres.»

Son muy escasos en La Eneida los episodios en los que Publio Virgilio Marón menciona a Lavinia: como madre del hijo póstumo del troyano Eneas; como hija de Latino, rey de Laurentum; como casus belli entre latinos y troyanos, o como arma blandida por los dioses para manejar la vida de los mortales a su antojo. Pero el poeta de Mantua nunca se refirió a ella como a una mujer, ni la dotó de vida, ni le infundió un espíritu, ni le regaló un alma inmortal y, por supuesto, jamás le concedió el don de la palabra. Pocas mujeres hay en la historia de la humanidad que tuvieran el honor de protagonizar las gestas de los hombres, de saborear la gloria del triunfo, de rozar el oro de las coronas o de compartir las proezas de los héroes, porque la literatura, a semejanza de la vida, las castigó con el olvido, les negó el honor, las despojó de su dignidad y las redujo a esclavas, a eslabones con los que forjar alianzas, o a malditos objetos de deseo desencadenantes de terribles calamidades.

Las mujeres de Eneas tampoco escapan a la fatalidad: la desgraciada Creusa, separada de su esposo y su hijo, muere a mano de los griegos; la hermosa, desventurada y opulenta reina Dido, abandonada y ardiendo de amor, se suicida; y la joven y dulce Lavinia, oscurecida por la sombra y el recuerdo de Helena, traerá la guerra a Laurentum por deseo de los dioses.

Sin embargo, Ursula K. Le Guin concede a la princesa latina una última oportunidad de resarcimiento con la historia. Desde la triste certeza que otorga conocer el propio destino y el de los demás, Lavinia relata su vida, desde su feliz infancia hasta su muerte. Ante los agonizantes ojos de Virgilio, que acude sumiso a postrarse ante ella, Lavinia emprende un vuelo metaliterario, se sacude la rigidez de la palabra escrita y abandona el pergamino para vengarse de su hacedor.  Sus palabras y sus recuerdos se entremezclan con las estrofas del poeta, ignorante de que, al dotarla de una vida literaria breve, a la postre le estaba regalando la inmortalidad. Ahogada por la fama de su creador, eclipsada por la gloria de Eneas, y oscurecida por la trágica leyenda del infortunio de Dido, Lavinia reclama una vida propia que la poesía le negó desde su origen. «Oh, Lavinia, vales por diez Camillas y nunca me di cuenta». Una vida dolorosamente entrelazada con la de su marido, Eneas, y que es la historia del nacimiento de una nueva civilización. «El poeta le dio una vida, una vida grande, así que debe morir. Yo, a quien el poeta dio tan poca vida, puedo seguir adelante. Puedo vivir y ver la nube que hay sobre el mar, en el fin del mundo».

Consciente de la certidumbre de su existencia irreal, Lavinia juega también con el héroe Eneas, desconocedor de su propia contingencia y de la inutilidad de su albedrío, y se distrae llevándole a su terreno de mujer hasta generar en él sentimientos de culpa y arrepentimiento. «Puede que las mujeres sean más complejas. Que sepan cómo hacer más de una cosa a la vez. Para los hombres, eso llega más adelante. Si es que llega. Yo no sé si lo he aprendido aún».

La mujer que fue menospreciada por la historia y la literatura, invoca la presencia de Virgilio, le arrebata la palabra, se erige ante él como poseedora de una existencia más real que la suya propia, osa desafiarlo y reescribe su corta historia ante un hombre arrepentido de su obra, deseoso de reconciliarse con su criatura y redimirse de su error, y que, entre lamentos, le suplica: «Mantenme aquí. Mantenme aquí, Lavinia. Dime que es mejor estar vivo, es mejor ser un esclavo vivo que un Aquiles muerto. ¡Dime que puedo terminar mi obra!»

El escenario de leyenda en el que se desarrolla Lavinia es el marco ideal para que Ursula K. Le Guin (Berkeley, 1929), laureada escritora de ciencia ficción (La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos) y fantasía (ciclo de Terramar), se mueva con soltura por ese mundo fantástico con visos de realidad, lleno de paradojas temporales, guiños metaliterarios, leyendas inmortales y personajes mitológicos. Le Guin, considerada uno de los mejores autores de ciencia ficción, desplaza a Virgilio de la vida de Lavinia, la dota de una voz evocadora y sugerente, le devuelve una existencia preñada de poesía y regada por antiquísimas fábulas, y le concede la felicidad tras siglos de olvido: «Creo que si has perdido una gran felicidad y tratas de recordarla, sólo conseguirás llenarte de pesar, pero si no intentas aferrarte a la alegría, a veces descubres que mora en tu corazón y en tu cuerpo, silenciosa pero nutritiva. […] Haberla conocido es suficiente y lo es todo».

Lavinia, de Ursula K. Le Guin, no es una historia de héroes, ni de guerras, ni de la fundación de una ciudad. Es la historia de los hombres vista a través de los amorosos ojos de una mujer, devota hija, entregada madre y amante esposa, consciente de que «no es la muerte lo que nos permite entendernos, sino la poesía».

Y así sonaba en los oídos de Lavinia su primer poema, en boca de Virgilio, su padre imaginario: «No era una canción como los cantos de los pastores, los coros de los remeros o los himnos de Ambarvalia y Compitalia, ni como las canciones que entonan las mujeres todo el día mientras hilan, tejen, baten, cortan, limpian y barren. No tenía melodía. Las palabras eran su única música, las palabras eran el ritmo del tambor, el chasquido del telar, el ruido de los pasos, el golpe de los remos, el latido de los corazones, las olas que rompían en la playa de Troya, al otro lado del mundo».

Ursula K. Le Guin
LAVINIA
Minotauro 2009

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31 comentarios en “LAVINIA – Ursula K. Le Guin

  1. pepe dice:

    Estupenda reseña, Ascanio, es un poco sorprendente que Ursula K. Le Guin haya escrito sobre ese asunto. Aparte de las novelas de ciencia ficción y las de fantasía, la autora tiene una novela histórica -supongo que puede llamarse así aunque la acción transcurre en un imaginario pais de europa central- titulada Malafrena. Me gustó cuando la leí.

  2. Arauxo dice:

    Y las de ciencia ficción también son buenas, especialmente, La mano izquierda de la oscuridad y Los desposeídos. Una escritora que, en realidad, prestigia un género todavía más devaluado -y por propios méritos- que el de la novela histórica (que ya es un listón difícil de alcanzar).

    Recuerdos a todos. Y un abrazo, Pepe.

  3. ARIODANTE dice:

    ¡Qué bonita, qué preciosa reseña, Ascanio querida! Sólo la reseña ya merece la pena.Tu manera de exponerlo denota el disfrute que has tenido con su lectura, lo cual hace más apetecible el producto.
    Pero permíteme, como Pepe, mostrar mi extrañeza. Tenía encorsetada a Le Guin en el ciclo de Terramar, que leí hace síiiiglos, pensaba que era novelista de literatura fantástica. Pero esto son palabras mayores. Me ha interesado muchísimo leer este libro. Necesariamente he de ponerlo en la lista y pasarlo por delante de otros.

  4. ARIODANTE dice:

    Y una cabecera divina, Nuru.

  5. pepe dice:

    Diablos, Arauxo aquí, y yo sin arreglar, a ver si encuentro en el repertorio de «La Musiquilla» algo que sea (mínimamente) acorde con la ocasión…

    http://www.youtube.com/watch?v=Ozih9O4rhUY&feature=related

  6. Ascanio dice:

    Pepe, cuando Arauxo vea a la vaca-burra rubia que le has puesto, se te va a caer el pelo…

    (Ario, Pepe, me alegro de que os haya gustado la reseña, pero es que el libro me pareció muy bueno).

  7. Arauxo dice:

    No, hombre, no, Ascanio. Arauxo agradece que suene el Exsultate de don Wolfgangio Amadeo en su honor, aunque sea con la señora ésta. Pero puestos a escoger, prefiero… la siempre grandiosa Kirkby (teniendo en cuenta que hay que obviar los primeros 7 segundos):

    http://www.youtube.com/watch?v=FQedMXXchto

    Y que juzgue el personal (y lo siento, Pepe, de entrada ya has perdido).

  8. Pentesilea dice:

    «Desde la certeza que otorga conocer el propio destino y el de los demás».
    ¿En plan adivina cual Cassandra de Troya?.

  9. Ascanio dice:

    Hola, Pentesilea.
    Lavinia no posee el don de la adivinación, sino que, debido a sus encuentros con Virgilio, conoce algunos hechos revelados por éste, sobre todo los que se refieren a Eneas. A eso me refería con esa frase.
    Un saludo.

  10. cavilius dice:

    No, si al final tendré que leer la Eneida… y este libro también, claro.

    Es curioso que destacados escritores de ciencia ficción hayan sido capaces de crear excelentes novelas históricas: Gene Wolfe y su Soldado de la niebla, Marion Zimmer Bradley y La antorcha, y ahora Ursula K. Le Guin y esta Lavinia (que no he leído pero que si Ascanio dice que es buena, habrá que creérselo). Y en España tenemos el caso de Javier Negrete con su Salamina (aunque esté algún escalón por debajo de la de Wolfe y Bradley, en mi opinión) ¿Será que la ciencia ficción curte para hacer buena novela histórica? ¿Será el uno género preparatario para el otro? ¿Será como jugar en primera y descender a segunda? ¿Estará el futuro de la novela histórica en manos de los émulos de Asimov?

    Me da a mí, Ascanio, que el planteamiento de esta novela pueda ser parecido al de La antorcha de Zimmer Bradley, novela que leí hace unos cuantos años y que me gustó tanto que no creo que me atreva a releerla por si cambiara de opinión. Allí era Casandra la protagonista, y se relataba su vida (no recuerdo si en primera o tercera persona) desde la infancia hasta, si no estoy equivocado, la caída de Troya. Esa frase de tu reseña, que Pentesilea ha destacado, me ha hecho pensar en una posible conexión entre ambas obras. Además, resulta que La antorcha fue publicada en 1986, y Gene Wolfe publicó su Soldado de la niebla también en 1986. Si me dices que Le Guin publicó su Lavinia ese mismo año, empezaré a pensar cosas raras y a tratar de recordar dónde demonios estaba yo en el 86.

  11. Ascanio dice:

    Pues no, no pienses cosas raras (vamos, por lo menos no más raras de las que piensas habitualmente), porque te comunico que Le Guin escribió Lavinia en 2008.
    Mirad, os reproduzco un fragmento del Epílogo, en el que Le Guin justifica su obra; seguro que más de uno está de acuerdo con alguna de sus afirmaciones:

    La ambientación, el argumento y los personajes de esta novela se basan en los seis últimos libros del poema épico de Virgilio, La Eneida.
    Durante mucho tiempo, todos los europeos y norteamericanos que poseían cierta cultura conocían la historia de Eneas: sus viajes desde Troyoa, su historia de amor con la africana Dido y su visita al inframundo eran referencias compartidas y familiares y fueron fuentes argumentales para poetas, pintores o compositores. Desde la Edad Media en adelante, el latín, una lengua supuestamente muerta, ha estado, a través de la literatura, muy vivo, activo e influyente. Eso ya no es así. A lo largo del último siglo, la enseñanza y el aprendizaje del latín han comenzado a perder fuerza hasta acabar convertidos en una especialidad académica. De este modo, con la auténtica muerte de su lengua, la voz de Virgilio quedará finalmente silenciada. Es algo muy triste, porque se trata de uno de los mayores poetas de la historia.
    Su poesía es tan profundamente musical, su belleza está tan intrínsecamente ligada al sonido y al orden de las palabras que, en esencia, resulta imposible de traducir. Ni siquiera Dryden o FitzGerald pudieron capturar su magia. Pero el anhelo del traductor por identificarse con este texto es imposible de reprimir. Esto fue lo que me impulsó a tomar algunas escenas, algunos atisbos, algunas prefiguraciones de su épica y convertirlos en una novela, una traducción en otra forma, parcial, marginal, pero en última instancia fiel. Más que ninguna otra cosa, mi historia es un acto de gratitud hacia el poeta, una ofrenda amorosa.
    Ha habido uno o dos intentos de «completar» la Eneida, justificados por el argumento de que el propio Virgilio la consideraba incompleta (hasta el punto de que, cuando estaba agonizando pidió que la quemaran), y el de que termina con sorprendente brusquedad en una escena que parece poner en cuestión la famosa piedad de Eneas, e incluso su heroica victoria. Yo creo que el poema termina donde Virgilio quiso que terminara. Este relato no es un intento de cambiar o completar la historia de Eneas. Es una interpretación reflexiva sugerida por un personaje de menor importancia: el desarrollo de algo apenas insinuado.

  12. Ascanio dice:

    Oye, Cavi, se me olvidaba: ¿primera división es la ciencia-ficción y segunda división es la novela histórica? ¿Y eso por quéin?
    Y si es al revés, ¿eso por quéin?

    ¿Ein?

    ¿Requete-ein?

  13. cavilius dice:

    Bueno, hay quien dice que si no has jugado nunca en segunda no sabes lo que es el fútbol por muy jugador de primera que seas. También hay quien dice que si juegas en primera y luego lo haces en segunda, en segunda estás que te sales. También hay quien dice que las cosas que se dicen de buenas a primeras van con segundas. También hay quien dice «buenas» y luego se va a la primera, o quien dice «buenas, ¿el último?» y resulta que sólo hay uno delante que es el primero y entonces él es el segundo. También hay quien dice «buenas, un segundo» y mientras distrae al personal se pone el primero.

    A todo esto: ¿seguro que no hay alguna conexión cósmica entre 1986 y 2008?

  14. Ascanio dice:

    Sí, debe haberla seguro, porque una cagalera mental de ese calibre no creo que sea casualidad…

  15. cavilius dice:

    ¿Eso va con segundas?

  16. Ascanio dice:

    Sí, con segunda división.

  17. Ascanio dice:

    Me acabo de enterar de que Lavinia ganó el premio Locus 2009 en la categoría de novela de Fantasía. Curioso, porque yo no la habría encuadrado en novela de fantasía, sino más bien en histórica. Aunque, realmente, tampoco es histórica, sino más bien «pseudohistórica», aunque ¿esto de pseudohistórico podría ser una definición de fantasía? ¿O la fantasía podría definirse como pseudohistoria?

    Ay, Cavi, que creo que me has pegado algo de lo tuyo…

  18. Pentesilea dice:

    Gracias por la explicacion. Saludos

  19. juanrio dice:

    Me sumo a lo dicho, Ascanio, tanto sobre la bondad de la reseña, como sobre Doña Ursula, a la que yo también conozco por la Ciencia Ficción y Fantasia y añado otra obra suya no nombrada y que me gustó mucho cuando la leí, El nombre del mundo es bosque.

    En cuanto a la «división» en que juegan la CF, la Fantasía y la novela histórica, para mí está clara, tercera división. Por alguna extraña razón, y puede que la culpa sea de los que gustamos de estas novelas, todas aquellas novelas a las que se les adjudica un género, acaban por parecer «menores» en relación a las que no llevan apellido después del nombre novela. Digo esto, de nuestra presunta culpabilidad, porque los que amamos un determinado tipo de novelas, incluyase en este grupo la novela negra o la romántica, tendemos a «tragarnos» casi todo lo que se publica y, claro, entre ese casi todo se nos cuelan truños del tamaño de la catedral de Burgos, por poner una grande. El otro día leí un artículo sobre una novela de género negro, ambientada en nuestra guerra civil, una sarta de estupideces y errores de todo tipo, que te hace pensar que nos tragamos cuando no conocemos mínimamenten los hechos. En este caso, comentaba el autor del artículo, el novelista, Alan Furst, decía que el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) era anarquista (toooommaaaaa…) y que los Servicios de Inteligencia de la República, o algo así, estaban en Tarragona para investigar en Madrid. O que se podía ir de Madrid a la frontera francesa, la de Irún, pasando por Burgos, en manos de los alzados…en fin, una sucesión de tontás.

    Esa es una de las labores de Hislibris, separar el grano de la paja en la novela histórica, para que no nos cuelen esa sucesión de tonterías.

  20. cavilius dice:

    Juanrio, tú lo menos debes de ser de la FIFA…

  21. juanrio dice:

    ¿No lo sabías, Cavilius?

  22. Akawi dice:

    ¡Fijaos que la reseña es muy buena! Pues bien, me he decidido por este libro por los comentarios que añaden Cavilius y Ascanio, unos buenos expertos en estos temas y en Hislibris.
    Tomo nota.

  23. ARIODANTE dice:

    Bueno, yo…confieso que me he perdido con lo de la FiFa, la primera y la segunda división, que no es mi fuerte. Pero he vuelto a leer el primer comentario de Cavi y veo su referencia a La Antorcha, de Zimmer Bradley, y concuerdo por completo; los años ochenta fueron años donde la literatura de este estilo, una mezcla de fantasía y mitología clásica, brilló enormemente. Se publicó mucho autor, se re-publicó a Tolkien, y surgieron miles de autores es esa línea.

  24. Ascanio dice:

    Pues muchas gracias, Akawi chatunga, por la parte que me toca.
    Y voy a tener que mirar eso de La antorcha… Seguro que se lo comento a Arauxo y me dice: ¡»Pero si lo tenemos y está aquí, tontona!»
    (No es la primera vez que pasa, ya ocurrió con La tienda roja; resulta que estaba delante de mis narices y ni me había dado cuenta).

  25. juanrio dice:

    Seguro que lo tienes en la estantería, Ascanio.

    Que razón tienes, Ariodante, cuanto le debemos a la labor de la Editorial Miraguano en la publicación de CF y fantasía, luego llego Timun Mas y todo lo que vino detrás.

  26. JJSala dice:

    Pura poesía. (me refiero a la reseña)

    Ascanio, se nota tu vinculación filial con Eneas.

  27. JJSala dice:

    Me olvidaba, felicidades por tán hermosa reseña

  28. Ascanio dice:

    Gracias, JJ, eres muy amable.
    Lo cierto es que el libro es muy «inspirador».
    Un veraniego saludo.

  29. Akawi dice:

    Ni tomé nota, ni nada por el estilo, lo pedí directamente.

    Ayer es que me dio un pequeño ataque de consumismo e hice un pedido de varios libros. ¡Total ya que me ponía!

    No, no preocupaos, aún no estoy contagiada por la enfermedad que sufre el compañero Balbo. jijijiji…

  30. Ascanio dice:

    ¡Caramba, menudo arrebato!
    (Que le guste, que le guste, que le guste…)

  31. Jan Delors dice:

    Magnífica reseña, enhorabuena!

    Y maravillosa novela. La despedida perfecta de la novela de esta grandiosa autora…

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