LAS LEGIONES MALDITAS – Santiago Posteguillo

LAS LEGIONES MALDITAS. Santiago PosteguilloEmpezaré diciendo que disfruté mucho su primera parte, «Africanus, el hijo del cónsul«, pero que este segundo volumen es aún mejor.

Pese a ser ambos libros de unas 800 páginas los he devorado en cuestión de semanas, y con gran deleite por mi parte. En este volumen que reseño nos son narradas ya las grandes hazañas de Escipión, como la conquista de Hispania o su campaña en África que culmina en la batalla de Zama. Tenemos ahora un Escipión más maduro y que poco a poco va perdiendo la pátina de héroe perfecto que venía arrastrando desde el anterior libro y en el que empiezan a verse por fin algunos defectos como la ambición (aunque nunca desmedida), vanidad y arrogancia; defectos que no eclipsan su papel de protagonista ni las simpatías que pueda genera el personaje, sino que al darle más realismo lo acercan aun más al lector.

Cuando en el primer libro Escipión era todo pureza y motivaciones positivas, con el paso de los años y la guerra, con los reveses políticos que llegan desde Roma y con las discusiones con algunos de sus más fieles oficiales y amigos vemos como Escipión adquiere un lado sombrío. Sabemos que pese a las muchas luces con las que nos es presentado tenía también sus sombras.

Cierto es que los malos son muy malos (Quinto Fabio Máximo es un político despiadado que manipula el senado a su antojo para propio beneficio y para hundir a Publio Cornelio Escipión y encima es feo y maltrata a sus esclavos, Catón es un personaje odioso…) aunque el tópico se rompe con Anibal, al que podemos llegar a ver como el contrapunto cartaginés del propio Escipión y no como un villano despiadado que sólo busca destruir Roma, el cual tiene sus propios enemigos entre los suyos más que entre los romanos.

En el libro tenemos un poco de todo:

Tenemos un acercamiento a la sociedad, la vida cotidiana y el teatro por parte de Plauto, la vida política a través de intensos debates en el senado, amor (aunque por suerte las historias de amor son lo suficientemente secundarias para que no molesten y si añadan un contrapunto a las vidas de sus protagonistas) y guerra; al fin y al cabo es una saga sobre uno de los más grandes generales de Roma y uno de los enfrentamientos más épicos que el mundo antiguo recuerda. Las batallas y asedios están recreados magistralmente, con una acción muy fluida y una violencia realista, de tal modo que no es difícil para el lector verse transportado al conflicto y escuchar a su alrededor los gritos de su centurión en el fragor de la batalla.

El colofón de la novela es la batalla de Zama siendo una de las mejores batallas que he podido leer. Es realmente épica y está perfectamente descrita, y pese a saber bien cual era el desenlace real a veces uno no puede evitar pensar si realmente acabaría de igual forma la novela.

Por destacar algún aspecto “negativo” diré que echo en falta alguna descripción más del equipo defensivo de los legionarios (escudos, armaduras, protector pectoral) para que el lector pueda hacerse una mejor idea del conjunto (el armamento ofensivo está muy bien descrito). Más que nada para que el lector no identifique a los legionarios de Escipión con la armadura que aparece en la portada del libro, pues había momentos que cuando más enfrascado estaba leyendo los veía luchar con la lorica segmentata (y aun faltaban unos dos siglos y medio para verla por los campos de batalla). Como digo en ningún momento se nos dice que llevasen ese tipo de armaduras y si se describen los petos de cuero con protector pectoral de la época pero su mención solo ocurre una vez y a veces es difícil equipar mentalmente a los legionarios en nuestra imaginación.

Dentro del tema del equipamiento se nos dice de los jinetes númidas que no usaban ningún tipo de arreo para sus caballos-como realmente nos narran las fuentes- pero hay dos momentos en los que se nos menciona como usaban riendas y no deja de ser una contradicción.

Otra cosa que me llamaba la atención era el listado de los nombres de los oficiales de Publio Escipión, que nos es soltado de corrido en decenas de capítulos aunque al final es cierto que todos ellos tienen su pequeño papel en Zama y es bueno tenerlos bien localizados.

Estos pequeños puntos negros no afean para nada el conjunto y para mi gusto son de las mejores novelas históricas que he leído (de autores españoles «Salamina» de Negrete es algo muy similar pero desde el mundo griego); son muy “romanas”, realmente creo que consiguen captar la esencia de esa época y transmitirla y todo de forma clara y amena.

Así pues esperando al último volumen de la trilogía, que parece será titulado “El crepúsculo de los generales” me quedo.

Sobresaliente.

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