LA PRIMERA CAMPAÑA ITALIANA DE NAPOLEÓN (1796-1797). LA FORJA DE LOS MARISCALES DEL IMPERIO – Javier Jose Guió Martín
“¡Soldados del ejército de Italia!»
General Buonaparte. Comandante de los ejércitos revolucionarios en Italia.
¿Quién era el desconocido General Bonaparte que recibió el mando del Ejército de Italia de manos del Directorio en 1796?
Un don nadie. Una más de tantas polillas atraídas por la luz del nuevo orden revolucionario que aseguraba promociones asombrosas (el día del asalto a la Bastilla, este Buonaparte era un simple teniente de artillería). Su hoja de servicios sólo contaba con servicios políticos y un breve paso por el asedio de Tolón, cuya participación ha sido tan deformada por la propaganda que apenas puede concretarse cuáles fueron sus auténticos méritos (seguro que limitados y nada por encima de lo que se esperaba de un capitán de artillería).
No obstante no recibe un mando vital para la supervivencia de la República. En absoluto. Su misión es encargarse de un ejército postergado en la recepción de suministros y reemplazos y del que sólo se espera una labor de diversión que distraiga, en lo posible, efectivos del frente fundamental: Alemania.
Pero ya sabemos, incluso sin leer el libro, que ese comandante desconocido es Napoleón Bonaparte.
Y eso es tanto como decir que ya sabemos que ese general no será nunca más un desconocido.
El libro constituye una visión muy completa de la campaña de Italia, con una introducción al escenario diplomático y una descripción de los ejércitos enfrentados que da paso a una narración de las sucesivas batallas/encuentros en que el ejército francés va a forzar una victoria decisiva en el frente italiano. Cada minúscula batalla de las muchas que van a tener lugar supone una muestra de atrevida movilidad, la movilidad que se convertirá en marca de fábrica del genio napoleónico (Pero que ya los ejércitos revolucionarios se esforzaban por imprimir a sus operaciones)
En estas pequeñas y rápidas batallas comenzarán a destacar los oficiales que Napoleón elegirá para organizar el futuro y enorme ejército con el que conquistará Europa entera. Esa Europa de la que este trozo del Norte de Italia sobre el que opera ahora es sólo un pequeño entremés.
Lo interesante y destacable del libro es su minuciosa documentación y el conocimiento profundo de las operaciones descritas, relatando cada uno de los encuentros en que los extendidos ejércitos rivales iban chocando como dos manchas sobre el espacio que tendían a colisionar en varios puntos. Aún no está Napoleón tan convencido de sí mismo como para forzar una única batalla decisiva con el grueso de su ejército, pero no cabe duda de que aprenderá a hacerlo gracias a la experiencia de esta campaña.
«Marengo fue la batalla en la que los austríacos se batieron mejor; sus tropas se comportaron de forma admirable, pero su valor quedó enterrado allí; no los hemos vuelto a ver igual.» Napoleón dixit.
Monsier Urogallo, como puede hacer una reseña si por estas tierras el libro aún no ha llegado???
¿De las campañas revolucionarias anteriores dice algo?
Ciudadano Balbo, vuestro fervor revolucionario os arrastra. ¡Antes de Marengo hubo un Rivoli!
Ciudadano Sanpifer, acertaís. Y la reseña la hace posible la gentileza del autor.
Ciudadano APV, en realidad muy poco. La labor del libro es introducir en el escenario de la campaña al lector, por lo que si hay una introducción muy detallada de la evolución política del Norte de Italia, pero no de las campañas revolucionarias anteriores en otros frentes.
Enhorabuena por la elección del libro Urogallo. Un tema apasionante y por lo que usted nos dice muy bien tratado por el autor. Esta editorial está siguiendo una línea de publicaciones muy original y en mi opinión acertada. Espero que continúe y que coseche el éxito que se merece.
Ciudadano Urogallo.
Me refería a las campañas italianas anteriores a Napoléon.
Pués sí ciudadano, pero sólo como introducción.
Antes de ser enviado a Italia no era un desconocido con un breve paso en el asedio de Toulon. Fue parte del estado mayor en el departamento de operaciones gracias al excelente y detallado proyecto para la campaña de Italia, lo que le valió dicho puesto. Luego fue nombrado Jefe del ejercito del interior gracias a haber dirigido las tropas de la convención y protegido al gobierno ante la revuelta de los pro realistas y la guardia nacional. Es decir, mérito de sobra tenía y era todo menos un desconocido en el escalafón militar.
Ademas hay un dato que a todas luces nos puede confirmar que su participación en el asedio de Toulon si fue determinante y fue el artífice de la estrategia con la que finalmente se logró la victoria absoluta: luego del asedio de Toulon fue nombrado General de brigada y no solo eso, le fue encargado el trabajo de fortificar toda la costa sur desde Toulon hasta Niza, trabajo que perdería al poco tiempo al ser derrocado Maximilien y Bonaparte acusado por su compatriota y otrora amigo y aliado Salicetti.
Deducir que había que tomar las alturas del «Pharaon» parece una obviedad. Hoy en día se considera que su participación en Tolón no fue tan decisiva como su propia propaganda indujo a creer.