LA PEQUEÑA CRÓNICA DE ANA MAGDALENA BACH – Esther Meynell

La Pequeña Crónica de Ana Magdalena BachQuisiera hacer esta reseña desde el sentimiento de admiración que provoca en mí la música de Bach y la nostalgia. Nostalgia de aquellos primeros años universitarios cuando me ofrecieron leer la “pequeña crónica” de la que fue la segunda esposa del gran músico, convencida totalmente de que había sido escrita por ella. La supuesta autobiografía era tan creíble que no pensé más que en sumergirme en su lectura, tan rica en detalles sublimes sobre la figura de su adorado esposo, J. S. Bach, su vida en familia, su forma de componer, sus enfados con el Consejo de la escuela de cantores de Santo Tomás de Leipzig, etc… Por entonces era yo una ROMANTICA, así con mayúsculas. Cuando años más tarde se me reveló que la autora de esta biografía novelada era una profesora inglesa de música, llamada Esther Meynell, sufrí al principio una decepción, pero luego pensé que, incluso, a Ana Magdalena le hubiera gustado escribir este libro.

La confusión viene porque al parecer la Sra. Meynell publicó el libro en 1925 de forma anónima, y que tras el éxito de ventas, terminó firmándolo. Lo extraño y curioso es que este error no haya sido subsanado en las distintas ediciones españolas, al menos en la que yo poseo ( Ed. Juventud de 1983). En la edición cubana, de la editorial Arte y Literatura, de 1984, el profesor y musicólogo Ángel Vázquez Millares, que prologa el libro y realiza un estudio sobre el carácter apócrifo de la pequeña crónica, reconoce que este libro puede ser, de hecho, tan útil al estudiante de música como al lector común “siempre que la curiosidad y el afán de penetrar más en la creación de este compositor los lleve a consultar otros textos más profundos y analíticos”. La ambigüedad o falsificación pueden venir bien a la hora de las ventas, y a veces alcanzar grandes éxitos y celebridad cómo la famosa falsificación del curioso canto heroico, Ossián, supuestamente original del legendario bardo y guerrero gaélico del siglo III d.C, del mismo nombre, y publicado en 1760 por el poeta escocés Macpherson, como una traducción, cuando en realidad era una creación suya.

Es indudable que la Sra. Maynell, poseía los suficientes conocimientos musicales para comprender la grandeza de la obra de Bach y recrear unos personajes, con gran credibilidad y una poderosa carga emocional, que da origen al fuerte romanticismo que se respira en toda la obra. Como muestra, valga esta cita que, aunque larga, es bastante significativa del tono del libro:

“Una vez entré inesperadamente en su cuarto cuando estaba componiendo el solo de contralto ¡Oh Gólgota!, de la pasión según San Mateo ¡Cómo me conmoví al ver su rostro, en general tranquilo, fresco y colorado, de una palidez cenicienta y cubierto de lágrimas! No me vio; volví a salir silenciosamente, me senté en la escalera, ante la puerta de su cuarto, y lloré también. Los que oyen esa música, ¡qué poco saben lo que costó! Sentía deseos de entrar y echarle las manos al cuello, pero no me atreví. Había visto algo en su mirada que me produjo un sentimiento de veneración. Nunca llegó a enterarse de que yo le había visto en el dolor de la creación, pues eran momentos en los que sólo debía verle Dios”.

Siempre me ha impresionado este párrafo, quizás porque el aria al cual se refiere la autora es una de mis favoritas.

Por tanto, despejado ya el misterio de la autoría de este libro, todas las críticas leídas, en las cuales me incluyo, hemos llegado a la conclusión de que se trata de una biografía novelada y bien documentada, aunque la manera de escribir de la autora resulte algo empalagosa y romántica. Su lectura es, sin duda, aconsejable para quien quiera, en efecto, aproximarse un poco a la figura del gran cantor de Leipzig, a su vida y obra, que no siempre fue de color de rosa.

Nunca viene mal un poco de “romanticismo” en este mundo de guerras, antiguas y nuevas. Además, ya se sabe que la música, -y si es de Bach mucho mejor-, apacigua los ánimos y eleva el espíritu. Aquellos que hayan leído el libro sabrán de lo que hablo, y los que no lo conozcan, os aseguro, que nunca será un tiempo perdido.

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54 comentarios en “LA PEQUEÑA CRÓNICA DE ANA MAGDALENA BACH – Esther Meynell

  1. pepe dice:

    Estupenda reseña, Clío, y estupenda elección: en Hislibris es cada vez más dificil encontrar libros que causen sorpresa y el tuyo vaya si lo ha conseguido. El asunto de la autoría le ha dado además un toque de misterio que me ha gustado mucho. Se ve que las mujeres de músicos dan mucho de sí: ahí tenemos el ejemplo de Alma Mahler, mujer fascinante donde las haya.

  2. Aretes dice:

    Felicidades por la reseña, Clío. Nos olvidamos de todos los aspectos que incluye la historia. ¿Crees que la ambigüedad de la autora era intencionada para darle más veracidad al libro?. Si fuera así, no deja de ser un recurso que raya la fina línea de la ética.
    Por cierto, muy bien elegido ese párrafo, desde luego emociona y hasta estremece.

  3. Ireth dice:

    Enhorabuena Clío por la reseña, ya era hora de que te volvieras a animar a escribir una. Yo ya tenía fichado este libro desde que lo nombraste en su día por el foro, de hecho mandé un correo a la editorial para preguntar si se podía comprar todavía y me contestaron que sí. Pero por una cosa y por otra se me pasó volver a escribirles y mira por donde tú me lo has vuelto a recordar. Así que ahora que por fin salgo de mi autismo tras los exámenes me anime a leerlo. Además, me ha recordado a un libro que me gustó bastante, escrito por Rita Charbonnier sobre la hermana de Mozart.

  4. Clío dice:

    Gracias Pepe, aunque en honor a la verdad la idea partió de Anthos, cuando en no me acuerdo ya cual reseña, mencionamos la «pequeña crónica» y sugirió la idea de reseñarla, estoy de acuerdo en lo de Alma Mahler, que se enamoró de casi todas las disciplinas artísticas: pintores, arquitectos, músicos…..
    Gracias Aretes, yo mas bien lo veo como recurso de editores, y dado el éxito no hubo más remedio que firmarlo, lo peor es que en España, o en las ediciones españolas, hasta hace poco no se subsana el error (no he visto ninguna de las recientes, como comento en la mia del 83, se le sigue atribuyendo a Ana Magdalena), sí el párrafo es de lo mas sugerente, hoy diríamos que el libro es un poco «ñoño» pero indudablemente encantador.

  5. Clío dice:

    Ireth, nos hemos solapado en los comentarios, ya sabía yo que esto te iba a hacer salir de tu escondite, no lo dudes y leelo. El de Mozart lo tengo en el punto de mira, ya me contarás.

  6. sito dice:

    Es impresionante Clio el párrafo del libro que nos enseñas. No me extraña en absoluto que te causara impresión, a mi, al leer tu relato me ha pasado algo similar.

  7. Germánico dice:

    Vaya, el título parece una «réplica» literaria a una recopilación de obras de Bach (o de varios de los Bach, según he leído por algún lado) que se llama exactamente así, o de una forma parecida. Ya lo miraré en casa.

  8. Anthos dice:

    Todo un acierto la elección de este libro y toda una satisfacción la lectura de su reseña. Gracias por ambas cosas, Clío. En medio de tanta crónica belicista de la que se nutre la Historia, esta sosegante Crónica de Ana Magdaena Bach pone un punto de quietud y serenidad que las almas melómanas saben apreciar. Por eso no me queda sino aplaudir que de vez en cuando se orienten las propuestas bibliográficas hacia otras vertientes de la Historia, tales como la musical. Por mi parte ya lo intenté en su día con una reseña sobre LA MEJOR MÚSICA BARROCA de Roger Alier que dio pie a emotivos comentarios.

    Sobre la autoría del libro, si bien hoy tienden a atribuírsela a la musicóloga inglesa Esther Meynell, sigue habiendo indecisos y hasta reacios a admitirlo. El mismo Instituto Cervantes posee en su catálogo bibliotecario la «Pequeña crónica…» y en la ficha del libro figura como autora Anna Magdalena Bach. La versión que yo tengo es una traducción (ya clásica) del alemán, no del inglés, de Carlos Guerendiain realizada en 1940 (Die kleine Chronik der Anna Magdalena Bach); contiene un epílogo de la ensayista argentina Victoria Ocampo con reconocimiento expreso de haber sido Ana Magdalena Bach (Ana Magdalena Wilcken, de soltera) la que redactó la Crónica. Sea como sea, el libro resulta ser una biografía de Johan S. Bach visto con apasionada ternura que, si no lo fue, bien pudiera haber sido escrito por su amada segunda esposa Ana Magdalena.

    El libro a que aludes, Ireth, diciendo «que me gustó bastante, escrito por Rita Charbonnier sobre la hermana de Mozart», se ha reseñado aquí hace algún tiempo. Se trata de NANNERL, LA HERMANA DE MOZART.

    Permíteme, Clío, que introduzca un matiz en tu comentario sobre Alma Mahler, pues cuando dices «que se enamoró de casi todas las disciplinas artísticas» yo más bien diría que se enamoró de quienes las practicaban, pues estuvo unida sentimentalmente con un músico (Gustav Mahler) por cuyo apellido se la conoce, con un arquitecto (Walter Gropius), con un pintor (Oskar Kokoschka) y con un novelista (Franz Werfel).

    Me parece, Germánico, que te estás refiriendo al «Álbum da Ana Magdalena», un libro recopilatorio de obras fáciles para clave que el propio Bach regaló a su esposa para que ésta pudiera interpretarlas con ese instrumento y que tituló «Clavierbüchlein von Anna Magdalena Bach». Es una preciosidad.

  9. Ireth dice:

    Hola Anthos. Tu reseña sobre Nannerl, la hermana de Mozart ya tuve el gusto de leerla anteriormente, de hecho, te dejé un comentario cuando terminé de leer la novela. La que sí que no conocía es la que apuntas más arriba sobre la música barroca, así que ahora mismo me pongo a leerla.

  10. clara dice:

    Lo prometido es deuda y me ha encantado, Clío. Espero impaciente el momento de leerlo. Una cita preciosa acorde con tu propio ángel.

  11. Germánico dice:

    Exacto, Anthos, aunque la versión que yo tengo dice «Pequeño libro de…» en lugar de «Album de…». ¿Sabes algo de eso que comento, de que la obra es de varios de los Bach? La verdad, algo leí al respecto, pero no recuerdo dónde.

  12. Valeria dice:

    Clío, bonita, acabar una mala semana, acercarse al ordenador y leerte hablando de Bach es un bálsamo. Gracias por la tirita espiritual, por la reseña, por la cita y por escribir de música.
    Saludos a todos.

  13. akawi dice:

    ¡Vaya! Pues hasta ahora no había pensado leer nada relacionado con la música, reconozco que no sé mucho sobre los grandes compositores y la verdad, ya va siendo hora de que les haga un hueco.

    Clío te agradezco tu didáctica reseña y tomo buena nota.
    No dejes de aportar esa faceta tuya tan romántica, musical y emotiva, que a todos nos hace falta de vez en cuando.
    Chica tú si que tienes Arte.

    Abrazos.

  14. Anthos dice:

    No es mucho lo que conozco al respecto, Germánico. Parece ser que existen varios «Notenbüchlein», que es el nombre genérico en alemán de estos cuadernitos, pertenecientes a (von=de o für=para) Anna Magdalena Bach. En el Barroco eran muy frecuentes estos libros en los que se recogían diversas partituras que su propietario podía interpretar por sí mismo, a falta de los actuales álbumes de discos en los que nos encontramos con la música ya prefabricada y lista para consumir. De Ana Magdalena existen varios de esos compendios musicales para clave cuya traducción al castellano se hace indistintamente como álbum, pequeño libro, cuaderno, …, y que tienen diferente origen. Alguno, en efecto, es una recopilación de obras familiares de los Bach, tanto del padre como de algunos de los hijos, regalado por todos ellos a su esposa-madre. Hay uno cuya confección se atribuye a la propia Ana Magdalena, quien transcribiría en él diversas piezas de su marido, de sus hijos y de otros compositores amigos o conocidos de la época, incluyendo arias para voz. Pero hay dos libros o álbumes que seguramente son obsequio directo de Johan S. Bach, uno de los cuales está fechado en 1722 y el otro en 1725. El primero contiene obras suyas para clave de fácil interpretación y el mismo Bach lo tituló «Clavierbüchlein von Anna Magdalena Bach»; el segundo incluye además algunas piezas de otros compositores del momento. Es el conjunto de estos dos cuadernos lo que se suele publicar como «Álbum de…» o «Pequeño libro de…». Yo lo tengo en adaptación para piano (las partituras) titulado como «Álbum».

  15. Germánico dice:

    Gracias por tu amable explicación, Anthos.

    Saludos.

  16. Cristina_H dice:

    Muy bonita tu reseña, Clío.
    Cuando escuche a Bach me acordaré de ese párrafo que has destacado.

  17. Ariodante dice:

    Clío: ¡qué idea más buena has tenido de hacer esta reseña! Como dice Anthos (que además da unas informaciones altamente interesantes), entre tanta reseña de guerras mundiales otros agobios, da gusto una biografía musical, una obra delicada y emotiva sobre un personaje del que no conocemos demasiado su vida privada y familiar, sólo su magnífica obra musical…Y a propósito de Alma Werfel-Mahler, yo me leí hace años su autobiografía y es sumamente interesante por las personas (artistas de muy diversa índole)con las que convivió y con las que se relacionó en la Viena de principios de siglo, una Viena explosiva de arte…
    En fin, Clío, que me voy a apuntar el libro a ver si lo sumo a mi lista de pendientes (¡otro más..!) Y enhorabuena por tu reseña.

  18. ignacio el dice:

    Muy linda reseña Clío!!!! Te felicito. Un saludo

  19. Clío dice:

    Muchas gracias a todos, me alegro que os haya gustado, nunca viene mal un poco de música, Anthos, gracias, precisamente fue en la reseña de La hermana de Mozart, donde sugeriste la idea de reseñar la pequeña crónica, con respecto a esta, casi todo lo que he leido por ahí, confirman como autora a Esther Meynell, la ambiguedad fue tanta que hasta hoy llegan las secuelas, puse como ejemplo el canto de Ossian, porque fue algo parecido. Tienes razón con lo de Alma Mahler, pero el escribir rápido conlleva eso, quise hacer un chiste pero no quedó claro, efectivamente fue amante o esposa de artistas varios, ella misma creo que tiene unos Lieder (canciones) que son bastantes buenos (yo no los conozco, pero el mélomano de la familia dice que sí). Efectivamente, el Albún o pequeño libro de Ana Magdalena es una delicia, se lo regala en el momento que ella está aprendiendo a tocar el clavecín en el libro precisamente destacan la Zarabanda y el pequeño Minué.
    Creo que este año han estrenado una película un tanto experimental llamada «el silencio antes de Bach» de Pere Portabella, todas las críticas la ponen bien, aunque hay que verla con la mente muy abierta. Saludos musicales

  20. Ireth dice:

    ¿Pero tú la has visto Clío? Yo es que sé de la película por un foro de música clásica que visité hace meses en el que hablaban de ella, pero si no recuerdo mal, en España no se había estrenado todavía y sólo se podía ver en alemán, creo.

  21. Clío dice:

    No Ireth, no la he visto, me he enterado hace poco, la ponen en un cine de version original subtitulada en madrid, y de momento no creo que pueda, si dura lo suficiente si que me gustaría, he visto algún trailer por internet, pero como te digo no es una película lineal, mas bien un conjunto de imágenes con la música de Bach, un tanto complicada y por supuesto, nada, nada convencional ni comercial. Saludos

  22. Jerufa dice:

    Beso sus pies ante tan hermoso y delicado «estreno».

  23. Clío dice:

    Muchas gracias, gentil caballero, aunque más que «estreno» es «reestreno», eso sí el otro fue más pictórico, busque, busque y encontrará.

  24. Jerufa dice:

    I don´t remember this!

  25. Ariodante dice:

    Aqui hay un enlace que habla de la peli en cuestión:
    http://www.labutaca.net/films/58/elsilencioantesdebach.php
    Si alguien sabe donde la hacen…

  26. Ariodante dice:

    Y mirad éste, son muy bonitas la imágenes: http://www.pereportabella.com/fla/die/home_esp.html
    Y ésta otra, con una larga crítica (ya no pongo más, tranquis):
    http://www.contrapicado.net/edm.php?id=7

  27. Clio dice:

    Veo que se han perdido algunos comentarios, Pepe queria , si era posible ir a Turingia si se organizaba un viaje, Rodrigo creo que está de vacaciones, y comentaba algo de que le cuesta entender la música, y yo te digo, que no hay que entender de corcheas y semicorcheas para leer este libro además la música de Bach llega al corazón aunque no leas música y pasatelo bien tú que puedes aquí ademas hace frío. Saludos

  28. Rodrigo dice:

    Ok, Clío, lo estoy pasando muy bien.
    En cuanto a la música, en lo que a mí concierne, la doy por causa perdida.
    Saludos.

    (Javi, no te molestes en recuperar mis mensajes perdidos. Mil gracias.)

  29. Javi_LR dice:

    Ok, recibido. Ya que estoy, muy buena la reseña, Clío. Creo que este libro caerá, Bach es de mis favoritos.

  30. Ariodante dice:

    Hoy he conseguido el libro, en Crisol, les quedaba uno, pero es una edición donde no figura el nombre de la autora…espero que sea el mismo ¿no? Me lo llevaré a Javea para pasar las Fallas y la Pascua, entre otros miles que me llevo; son dos semanas de tranquilidad leyendo bajo los pinos y oliendo a mar…¡ya estoy deseándolo! A la vuelta os contaré qué me ha parecido.

  31. Ariodante dice:

    Aun no lo he acabado,aunque casi -y aun no he vuelto de Javea- pero por ahora me está pareciendo un libro muy tierno y delicado, es que parece realmente escrito en la época de Bach. Y ahora mi marido se ha bajado del e-mule las Cantatas de Bach (todas), asi que estoy ambientadísima…

  32. Gww dice:

    Acabo de leer la crítica gracias a la indicacion de una común amiga (Ariodante) y tengo que decir que me ha gustado mucho el tono subjetivo y personal que le has dado.

    Como amante de Bach creo que un poco de novelación sobre su vida puede resultar (casi) tan apasionante como una biografía canónica. En fin, creo que antes o después acabaré por leerlo.

    Muchas gracias!!!!

  33. pepe dice:

    Ayer tuve oportunidad de escuchar el famoso Doble Concierto de Bach (para dos violines en Re menor BWV 1043) en un arreglo hecho para diez violines y piano (Philharmonische Geigen Berlin) y no quedé muy convencido del resultado. Los violines no sonaban mal, por supuesto, se trata de un instrumento de gran expresividad y muy versátil, pero el piano como único acompañamiento parecía un poco «anacrónico». Es habitual encontrar versiones de una misma obra escritas para diferentes formaciones instrumentales (los propios autores lo hacían) pero unas suenan mejor que otras. Como curiosidad, y por su indudable valor literario, voy a trascribir la frase final de las Notas al Programa que nos entregaron: «Esta noche la música ahorrará al oyente el paso por el filtro de la razón, alejándonos de un acercamiento al hecho interpretativo enmarcado en una inconmensurable densidad intelectual, llegando hasta nosotros de forma inmediata, en un vaivén de innumerables guiños al oyente, reflejado en diversos estados de ánimo y basado todo ello simplemente en el gusto por tocar y, por ende, por escuchar». Ahí queda eso.

  34. pepe dice:

    eso no es una biografia nada pekeña petarda

  35. demetria dice:

    me gusta bach, pero me gusta mas demi lovato i miley cirus(hm)

  36. Arauxo dice:

    Querida cromática y polifónica Clío:

    Lamento (como Dido) no haber podido participar antes en este dolcissimo y piacévole rincón de Hislibris, pero otras obligaciones me lo impidieron. Así que, con tu permiso, me incorporo ahora, a contratiempo, como esas melodías impertinentes que parecen irrumpir de modo inoportuno en el pentagrama, asaeteando con disonancias los armónicos acordes del conjunto. Y, como no hay mal que por bien no venga, espero contribuir así a rescatar esta reseña de ese lacrimoso y doloroso averno de Hislibris que se llama olvido y a devolverla por unos instantes al mundo de los vivos, de donde nunca debió partir.

    Qué hermosa reseña, romántica Clío, qué appassionata. Me uno en consonancia armónica al resto de las voces (a Pepe, a Aretes, a Ireth, a Sito, a Anthos, a Clara, a Valeria, a Akawi, a Cristina, a Ariodante, a Ignacio, a Jerufa, a Rodrigo, a Javi y a Gww) que te han felicitado: un nutrido coro de voces mixtas entonando un merecido himno de alabanza. ¡Qué delicia para el paladar intelectual poder leer de vez en cuando una reseña tan emotiva, tan espressiva como ésta, querida Clío, una reseña con anima, embebida de emoción, de sentimiento, de nostalgia…

    Qué texto más hermoso el que reproduces, Clío: … en el dolor de la creación. Aunque sólo fuera por esa frase, merecería la pena leer el libro. Y poco importa que la crónica de Ana Magdalena sea o no apócrifa. Se non é vero…, é ben trovato. De hecho, estoy seguro de que Esther Meynell fue, durante un tiempo, la más íntima y devota amante del gran y genial viejo pelucas. Y ya sé que no fueron contemporáneos; pero, posiblemente, no hace falta haber vivido en el siglo XVIII para amar a Bach y para sentirte unido a su alma por un torrente de empatía, de admiración, casi de devoción espiritual y ciega entrega… Basta escuchar su música para escrutar el alma de un hombre que, pese a su extraordinario y arrollador derroche de talento, siempre tuvo de sí mismo una imagen humilde y sencilla.

    Debussy decía que Bach era el dios de la música, a quien todos los compositores debían encomendarse antes de empezar a trabajar. A Bach, muy posiblemente, no le hubiese agradado en absoluto ese cumplido, porque nunca dejó de considerarse a sí mismo como un mero instrumento al servicio de Dios y de su obra. Toda su música, de hecho, rezuma espiritualidad, profundidad, trascendencia, intimismo. Y es posiblemente esa hondura, ese yo íntimo, rico, diverso y complejo, que aflora a la superficie en forma de contrapunto, lo que enamoró a Meynell hasta los tuétanos y lo que la cautivó hasta jurar amor eterno al insigne maestro de capilla. Ana Magdalena amó al hombre; Esther Meynell -como tantos otros seres humanos que han quedado prendados de tanta belleza-, amó su alma a través de su música.

    Dice Ariodante que no conocemos demasiado la vida privada y familiar del compositor, y no le falta razón. Pero lo poco que conocemos apunta a un hombre de costumbres sencillas, con una vida consagrada a su familia y a su trabajo. Cuando invitaron a Milos Forman a presenciar la obra de teatro Amadeus (de la que después se enamoraría hasta el punto de llevarla a la gran pantalla y convertirla en una obra maestra del cine) de Peter Shaffer, el director exclamó“¿una obra de teatro sobre la vida de Mozart? ¡Pero si no hay cosa más aburrida que la biografía de un compositor!. El comentario es, probablemente, exagerado, pero podría aplicarse sin matices a la biografía de Bach, un compositor con una existencia seguramente plena, intensa y profunda, pero aburrida y monocorde para el biógrafo o el espectador. Por eso, cuando oigo decir a Ariodante que conocemos sólo su magnífica obra musical, no puedo sino preguntarme ¿Sólo, mujer? Pero, ¿hace falta algo más? Bach es, exactamente,… el Aria de la Suite en re o el coro final de la Pasión según San Mateo. Así que, nostálgica Clío, no hay decepción que valga: La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach es, en cualquier caso, auténtica; tan auténtica como pudo serlo, seguramente, el profundo amor que Meynell sintió hacia el compositor; tan auténtica como pueden serlo la admiración que despierta y la emoción que inspira hoy en el oyente la indescriptible y estremecedora música de Bach.

    (Cambio)

  37. Arauxo dice:

    (Sigo)

    Y bajando de esa celeste cima a la que con tanta facilidad te encumbran las corcheas de Bach a realidades más prosaicas, me veo obligado a reñir a Akawi y a Rodrigo, claro que sí. Qué excusas más falsas: “no sé mucho sobre los grandes compositores”, “me cuesta entender la música”, “la doy por causa perdida”… ¿Pero qué es lo que hay que saber o entender, criaturas del Señor? ¿Pero cuántas carreras hacen falta para gozar hasta el éxtasis con la cantata 140 o las suites para violoncello? ¿Acaso el espectador que disfruta contemplando el Partenón, el Cristo de Velázquez o el David de Donatello ha de saber gran cosa sobre arquitectura, pintura o escultura? ¿Y a quién le importa eso hombre? Dejaos de excusas, porque esto es bien fácil: se inserta un compacto con el Concierto para dos violines de Bach en el equipito y se sienta uno a escuchar. No a leer o a escribir o a ordenar o a cocinar o a limpiar mientras se oye el disco, no: eso es hacer trampas y engañarse uno mismo. Hay que sentarse a escuchar. Y así, relajadamente y dejando la mente en blanco y el espíritu abierto, justo cuando llega el movimiento central del concierto, el alma empieza a volar hasta donde sea capaz de llevarla la imaginación. Yo no sabía que se pudiera describir con blancas, negras y corcheas, sin una sola palabra, el amor entre dos seres, el diálogo espiritual entre dos almas, hasta que oí detenidamente ese largo ma non tanto. Y os aseguro, queridos Akawi y Rodrigo, que no hace falta saber ni lo que es un compás para llegar hasta los confines del universo en… apenas ocho minutos.

    Claro, eso siempre que uno no haga lo que hizo nuestro optimista, original, inquieto, curioso y siempre arriesgado Pepe. ¡¡Arreglo para diez violines y piano!! ¡Manda bemoles y becuadros…! ¿Pero a quién se le ocurre, hombre de Dios (que es mucho más conciliador que decir alma de cántaro)? ¡Si eso es una herejía, Joselito de mis encarnaduras! Y dices que no quedaste muy convencido del resultado y que te pareció anacrónico… ¿Muy convencido? ¡Pero si eso es como pintar de colorines El Guernica! ¿Anacrónico, dices? ¡Peor que leer a Lope en sms!

    Volviendo al principio para terminar y templando el ánimo de nuevo: da gusto, Clío, merendarse reseñas como ésta, aunque uno no pueda responder sino… pasado un año. Espero que sigas ilustrándonos y deleitándonos con más melodías semejantes. Y ponte ya a reseñar algo de Mozart, o de Beethoven, o de Purcell, o de Monteverdi… aun a riesgo de que Pepe nos relate alguna de sus sorprendentes experiencias musicales, como la de un concierto de Tomás Luis de Victoria interpretado con gaita escocesa, armónica de cambio, acordeón electromagnético y manojo de llaves hiperacústicas en sol menor.

    Un saludo muy musical y muy cadencioso. Y espero que perdonéis ésta breve participación que, más que sábana, parece, por sus dimensiones, mahleriana sinfonía u ópera wagneriana.

    Y ahora, impónese el silencio de redonda.

    (Cambio y corto.)

  38. Henry Higgins dice:

    Si te ha sorprendido la formación de diez violines y piano, quizá también te sorprenda la de ocho violonchelos que creó hace veinte años y dirigió hasta el año pasado Elias Arizcuren: el Octeto Ibérico de violonchelos. Yo los he oído y suenan bastante bien, porque el violonchelo es un instrumento poderoso. Por cierto, después de mi penúltimo comentario en este hilo, hay otros dos firmados con mi nombre que, obviamente, no he escrito yo. Quizá Javi debería borrarlos.

  39. pepe dice:

    Con mi nombre de verdad, quiero decir, no con el nombre que ha salido antes. Joder, que estrés…

  40. Arauxo dice:

    Eso te pasa por esquizofrénico, Pepe. Un día de estos vas a creer que eres Germánico y te vas a hacer daño con el hacha.

  41. Ascanio dice:

    Yo corroboro lo que dice Arauxo sobre «la ignorancia musical». Para muestra, un botón (o sea, yo): cuando empecé a oír a Bach no tenía ni idea de Música Antigua (bueno, como ahora, para qué negarlo), pero disfruto como una gorrina en un charco.
    Arauxo, qué comentario más bonito, jomío.
    Y Clío, qué reseña más tierna (yo también pido perdón por no haber participado antes).
    Y quiero este libro.

  42. Clío dice:

    Estimado Arauxo, aún estoy emocionada por tu comentario que me ha «tocado» el alma y el corazón, dos de las cosas que los maestros reseñadores de Hislibris siempre han puesto en sus reseñas. Alma y corazón, además de sabiduría, que estos mismos maestros ponen hoy en las novelas y ensayos que escriben y Evohé edita. Alma y corazón que me hicieron quedarme un dia enganchada a este blog……gracias hombrecillo azul por tus palabras, nunca es tarde si la dicha es buena.

  43. Argantonio de Carnestolendas y SoyincapazderepetirunsoloaliasdeJosep dice:

    Ni una sola palabra más de las que mereces, Clío. Gracias.

    (Maestros, sabiduría… Pero lo que a mí me emociona es eso de «hombrecillo azul». Snif)

  44. Ascanio dice:

    Clío, tú sí que sabes.

  45. Arauxo dice:

    ¿Quién será el nota ese con ese nombre tan largo que me ha suplantado?

  46. Benjamín dice:

    Saludos a todos. En efecto, La pequeña crónica es uno de las obras emblemáticas de la ficicón biográfica. El original se publicó en 1925, al mismo tiempo en Inglaterra y Estados Unidos (tengo la fortuna de poseer la primera edición) y ahí se señala que el libro está dedicado «A todos los que aman a J S. Bach». Ante la falta de datos se creyó en verdad que la obra había sido escrita por Anna Magdalena y hasta se le tradujo del alemán (como es el caso de Carlos Guerendain y de la única traducción latinoamericana que conozco: la del escritor chileno Alone, publicada en 1940 por la editorial Zig-Zag). ¿Por qué escribo todo esto? Pues porque en 1989 realicé la edición de esta obra, con pròlogo, notas de identificación de personajes y otras anexos en beneficio del lector. Sin embargo, el libro se quedó en negativos y no alcanzó la bendición del papel impreso. Once años más tarde la editorial española Plaza y janés se interesó en publicarlo. Preprá una mejor edición incluida la primera biografía que se hizo de Bach (la escrita por su hijo Carl Philippe Emanuel) y ¿qué pasó? Se quedó en la imprenta y jamás salió a la luz pues Random House compró la editorial y todo se eprdió. As í las cosas mi edición aún espera tiempos de siembra patra que pueda llegar a los lectores. Sirva esto para que si alguien desea saber más sobre esta obra lo ponga aquí y trataré de responder. Saludos

  47. Julieta dice:

    Clío, buscando reencontrarme con una lectura de mi adolescencia, «La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach» llego a tu comentario.
    Leí ese libro siendo estudiante de violín y amante de la música de Bach.
    Creí que era de Ana Magdalena y lo disfruté muchísimo. Ese momento en que ella describe cómo encuentra a su marido en una situacíon de dolorosa exaltación, producto de la creación, me causó también una conmocionada impresión. Sea quien sea la autora sabía de lo que hablaba.
    Recuerdo que en un momento ella comenta cómo debe hacer callar a los niños para queBach pueda crear en silencio. Y cuando cuenta que su marido se despertaba para ir al clave, en medio de la noche, para no olvidar la nueva música que tenía en su mente.Presté ese libro hace años y no lo he vuelto a ver. Recién hoy, leyéndote me entero que Ana Magdalena nu fue la autora. Pero, tal vez no importa. Al fin de cuentas, cual es el límite entre la realidad y la imaginación?

  48. Clío dice:

    Bienvenida Julieta! me alegro que la «Crónica» te haya hecho recordar buenos momentos, efectivamente cuando te enteras de su autoría verdadera quedas un poco impresionado, pero no creo que importe mucho en este caso.
    Bienvenido también, Benjamin, y gracias por los datos que aportas!

  49. Luiza dice:

    Estoy haciendo perimero de bachillerato en Catalunya. Quiero hacer mi trabajo de recerca sobre este libro.
    Me podrias decir como enfocar este trabajo.
    gracias!

  50. Es increible que durante años en España se le siga denegando la gloria a ALice Maynell con este libro. En Cuba Vaszque Millares lo publicó con su nombre y en España hasta los profesore de Música creen que este libro ha sido escrito por Anna Madgalena, la fiel y siempre ayudante esposa de Juan Sebastian Bach. Pero no: la autora es Alice Maynell. Alberto Lauro

  51. Benjamín: Lo que Ud dice es patético por la ley del comercio. Pero Ud, ponga aqui un enlace y los admiradores de esta obra la editaremos por nuestra cuenta y riesgo como hacían siempre los editores, como, más cercano a nosotros Manuel Altolaguirre con su imprenta de tipos configurados a mano. Saludos. Albero Lauro.

  52. Josep dice:

    No es Alice, es Esther. Y estoy muy de acuerdo con la reseña: por más ficticia que sea, según parece los «hechos» a los que alude son correctos (probablemente había leído la gran biografía de Spitta, o la primera de Forkel), inventando sólo la psicología de los personajes, etc.

  53. alberto sierra mejia dice:

    Clio, soy investigador pedagógico y productor radiofónico. Hago una serie de música para radios campesinas en América Latina. Buscando historias encontré su reseña.

    Este libro lo había leído en mi niñez con mi madre, fue maravilloso y sí, sabía que no era de Ana, igual es luminoso, sacar a la luz la mujer que inspiró a Bach, es hacerla grande, tal y como es.
    Quiero saber si aun su blog, funciona y enviarle este programa, inspirado en su comentario y dedicado a Ana Magdalena.
    saludo
    alberto

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