LA MARCHA DE LA LOCURA – Barbara Tuchman

LA MARCHA DE LA LOCURA - Barbara Tuchman«Mientras que todas las demás  ciencias han avanzado, el gobierno está estancado; apenas se lo practica mejor hoy que hace 3000 o 4000 años» (John Adams, cit. por la autora). 

¿Qué tienen en común la historia del Caballo de Troya, la política de los papas renacentistas, la de la Corona británica en las colonias americanas y la intervención estadounidense en Vietnam? Según Barbara Tuchman, constituyen ejemplos notorios de una especie de mal gobierno: el de las políticas contrarias al propio interés (de los electores, del gobierno, del Estado); justamente al tema al que se aboca en su libro La marcha de la locura, publicado la primera vez en 1985.

 
Barbara Tuchman (1912-1989), historiadora estadounidense de cuya obra tenemos noticia en esta página, distingue sucintamente cuatro especies de mal gobierno –de un modo un poco incoherente, a mi entender, puesto que a partir del segundo tipo parece referirse más bien a causas de mal gobierno-: 1) tiranía u opresión; 2) ambición excesiva; 3) incompetencia o decadencia; 4) insensatez o perversidad. En el estudio que reseño se ocupa del último caso, abordando manifestaciones de políticas contraproducentes para el interés o bienestar del cuerpo gobernado –los casos arriba mencionados-. Ya que estamos con (posibles) fallos: he echado en falta alguna precisión mayor con respecto al distingo entre el interés del gobernante y el de los gobernados, variable nada desdeñable. De todos modos, creo que el esquema resulta en principio válido.
 
Según la perspectiva asumida por la autora, para calificar como insensatez una política debe satisfacer tres requisitos: debe ser percibida como contraproducente en su propia época –por evitar distorsiones debidas a consideraciones extemporáneas y juicios retrospectivos-;  debe haber existido alternativas viables, otros cursos de acción; debe haber sido dictada por un gobierno de tipo colectivo o por una sucesión de gobernantes en un mismo cargo, tal el caso de los papas renacentistas –esto, para marginar la variable de la individualidad, decisiva en los gobiernos despóticos unipersonales-. 
 
En concordancia con la idea expresada por quien fuera el segundo Presidente de los EE.UU., John Adams (véase el epígrafe), la señora Tuchman piensa que, al parecer, en cuestiones de gobierno la humanidad ha mostrado peor desempeño que en cualquier otra esfera de actividad. Autoengaño y testarudez serían factores determinantes en la insensatez gubernamental, conforme el modelo forjado por nuestra autora. Una de sus marcas más típicas: la desproporción entre el esfuerzo realizado, enorme, y la posible ganancia, modesta. «La locura consiste en persistir», aun después de haberse revelado una medida o política implementada como ineficiente e incluso descabellada; mayor es la locura cuando quienes ejercen el gobierno se obcecan en no ver alternativas a las políticas aplicadas y, por tanto, se niegan a cancelarlas o a invertirlas en 180 grados: una de las peores categorías del autoengaño. «Si perseguir la desventaja después de que ésta se ha hecho obvia resulta irracional, entonces el rechazo de la razón es la primera característica de la locura».
 
¿Qué necesidad tenían los troyanos de introducir a su ciudad el caballo de madera aparentemente abandonado por sus enemigos, los aqueos?  Cual sea su grado de historicidad, en disputa con lo que deba al mito y la leyenda, el relato vale en tanto «prototipo de todos los cuentos de conflicto humano», y el que los troyanos mordieran el anzuelo establece, en concepto de la sra. Tuchman, el arquetipo primario de la insensatez.
 
En seis decenios (de 1470 a 1530), una sucesión de seis papas llevó a extremos alarmantes la depravación y la torpeza en el ejercicio del poder, plasmando una conducción que tendría resultados calamitosos para la cristiandad. Según la señora Tuchman, la locura de aquellos papas consistió no sólo en anteponer sus intereses personales al interés público, sino también en hacer oídos sordos al descontento expresado por la feligresía (negándose a admitir cualquier posible desafección), y en la ilusión de su presunta invulnerabilidad.
 
Diversos ministros de Jorge III, rey de Inglaterra en el siglo XVIII, se empecinaron en coaccionar a las colonias americanas –las que darían origen a los EE.UU.-, en vez de optar por conciliarse con ellas. Entre los factores que perjudicaron la política inglesa: el sentido de superioridad del que se imbuían sus dirigentes y la subestimación de la población colonial. El propio interés de la Corona aconsejaba retener las colonias en base a buena voluntad y espíritu de conciliación, pero fue precisamente esto de lo que carecieron las autoridades pertinentes.
 
La intervención de los EE.UU. en el conflicto desatado en Vietnam ilustra la posibilidad de que un país –su gobierno- pueda caer en la trampa tendida por medio de su propia propaganda, o cómo una encendida retórica acabe por embrujar a sus propios emisores (suerte de absurda autohipnosis). Pues locura debió ser el que se creyera amenazada la seguridad del país por el avance del comunismo en Indochina (teoría del dominó y otros aderezos ideológicos).
 
El libro cierra con consideraciones relativas a la sed de poder y a la inercia o anquilosamiento mental en quienes detentan facultades de gobierno.  Con respecto al último factor, la autora propone un sencillo modelo de progresión etápica: 1) el estancamiento mental fija principios y límites de un problema político; 2) apareciendo disonancias y fallas, los principios iniciales se vuelven rígidos, dificultando la realización de análisis sensatos y obstruyendo la enmienda de rumbos; 3) la insistencia en medidas fallidas multiplica los daños, tornándose en práctica autodestructiva.
 
Como no puede dejar de suceder, los planteamientos  de la señora Tuchman son susceptibles de discusión, sobre todo por quienes tengan mejores conocimientos históricos que los míos. A pesar de algunas posibles incoherencias e imprecisiones como las arriba aludidas, no creo que el libro abunde en simplificaciones ni reduccionismos  exorbitantes. Es un muy estimulante ensayo de interpretación, que por demás confirma las dotes expositivas y narrativas de las que su autora diera prueba (al menos dentro de lo que de su obra conozco).  
 
En suma: pienso que La marcha de la locura constituye un buen puntal para aquello de las «lecciones brindadas por la Historia», aserto tan manido como desatendido.  
 
-Barbara Tuchman. La marcha de la locura. Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México; segunda reimpresión, 2005. 369 pp.

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44 comentarios en “LA MARCHA DE LA LOCURA – Barbara Tuchman

  1. Urogallo dice:

    ¿Está publicado en España?. Yo la edición que ojeé hace tiempo y que tengo por ahí pendiente era de Méjico.

    Impresionante libro, que atesoro para disfrutarlo detenidamente más adelante.

  2. Rodrigo dice:

    Uro, creo que en castellano no hay más edición que la del FCE de México.

  3. Urogallo dice:

    Correcto entonces.

    Hablándo sobre el libro, que resulta interesante por los datos, pondría en cuestión muchas de sus afirmaciones. Llama «funcionario» por ejemplo a unos de los hombres de cámara de Felipe III, y asume que el deseo de Felipe II de conquistar Inglaterra estaba más allá de sus posibilidades.

    Le recomendaría ( Si no estuviese difunta) leer a Geoffrey Parker.

    Pero de todas formas resulta muy interesante y fundamentado. Más que el ejemplo del caballo de Troya ( Más clásico y elegante) prefiero el de la secesión entre Judá e Israel, como causa final de la catastrofe del pueblo judio. Un ejemplo perenne.

  4. JJSala dice:

    ¡J…r!.

    Leyendo la magnífiva reseña de Rodrigo no he dejado de pensar en lo que está ocurriendo actualmente en este país (España), parece que estuviera retratando a nuestros políticos.

    Salud

  5. Urogallo dice:

    Ya me he bajado la primera parte. Realmente agradable de leer, pero se le notan dos constantes:

    1- Irregularidad de los conocimientos: Apabullante en cuanto a la PGM, hasta con palabras textuales de los protagonistas, y muy superficial en cuanto a otros conflictos.

    2- Prejuicios culturales: Luis XIV fué un estupido por alentar la represión religiosa. Isabel Iª una gran reina por lo mismo. ¿?.

  6. Rodrigo dice:

    Ya decía que con mejores conocimientos históricos…

    Uro, no recuerdo lo relativo al segundo punto y no tengo el libro ni mis apuntes a la mano; los revisaré más tarde. Y sí, me pareció que trasluce mejores conocimentos de la PGM: nada de raro puesto que la autora había escrito «Los cañones de agosto». Pero ¿te refieres sólo a la parte introductoria? Ahí es lógico que no profundice demasiado en la variedad de ejemplos que considera.

    Pero está muy bien lo que haces. Me hacía falta un francotirador. :-)

  7. Urogallo dice:

    Nunca mejores, solo distintos.

    Bueno, por supuesto me refiero solo a la introducción. Mientras tanto ya me he leído la parte de Troya, y no la entiendo. No tiene ningún sentido.

    ¿No es un libro histórico?.

    No me convenció lo más mínimo. No puede mantenerse la argumentación general sobre la historía utilizándo un caso que está basado en la hipótesis. Es imposible que no encontrase un caso más adecuado en la historía.

    He empezado la parte de los Papas, y ese tono moralista y protestante me encanta. En cualquier caso todos somos hijos de nuestro tiempo y nuestro lugar, y ella no puede dejar de ser una americana educada en la glorificación protestante. Y no digo con esto que se pudiese defender la corrupción de la época, pero no menos corrupta que otros tiempos y lugares. Habría que ver lo «decente» que podría ser la corte de Enrique VIII.

    Pero sigue resultando agradable de leer. Supongo que las dos últimas partes serán aplastantemente superiores ( Al menos a la vista del tamaño de la bibliografía).

  8. Rodrigo dice:

    Sí, hombre, sí: mejores.

    En cuanto a gustos… Mira, justamente ese tono moralista del segundo capítulo me resultó un poco desagradable, y no porque me identifique con una u otra postura religiosa. Pero la argumentación me pareció bastante objetiva, no especialmente perturbada por esa especie de escoramiento cultural que, ciertamente, supera el solo factor de la adscripción religiosa. (Barbara Tuchman era de origen judío, no sé si judía observante.)

    Lo del Caballo de Troya lo justifica en tanto arquetipo, con todo lo de literario, legendario y mitológico que supone. A mí me sigue pareciendo válido.

  9. Urogallo dice:

    No, mejores no.

    No seré yo quién critique introducir relatos troyanos en una obra ( Del tipo que sea) pero creo que hace flojear el argumento principal del libro.

    Lo de que sea judia me permite entender mejor su critica a los reyes Visigodos. Como si el anti-semitismo no hubiese sido una lacra medieval absolutamente extendida.

    La parte de los papas es anécdotica, chispeante y llena de curiosidades. Pero no sostiene una tésis generalista como la suya. Si los papas eran malos gobernantes temporales, su poder no se vió afectado hasta el Risorgimiento. Y si eran malos soberanos espirituales, su tesis se invalida, por que el poder territorial lo ostentaban otros. Incluso en el campo espiritual, la reforma en Alemania no fué un movimiento de masas generado por el desagrado del populacho, que llevaba rebelándose una y otra vez desde hacía siglos.

    Es más, cuando el populacho se rebela reclamando llevar hasta el límite la reforma religiosa, lo único que recibe es una generosa ración de acero nobiliario bendecida por Lutero.

  10. Rodrigo dice:

    Uro, igual lo criticas, y no es que te reproche el que lo hagas. Pero no se trata de esto, sino de que no comparto tu idea de que el libro resulte perjudicado porque tenga por prototipo del tema en cuestión la historia del Caballo de Troya. Según tú, ¿problema de semántica o de riesgo de confusión de planos? En lo que a mí respecta, creo que considerar dicha historia como prototipo es válido pero además congruente -en términos semánticos- con la índole protohistórica del tema de la Guerra de Troya. La propia Sra. Tuchman alude a la escasa historicidad del mismo y justifica su empleo basándose en su condición de “epopeya que pertenece a todos los pueblos y a todos los tiempos” , y afirma que “toda la experiencia humana se encuentra en el relato de Troya” (no remitiendo exclusivamente a la obra de Homero sino también a la “Eneida” y donde sea que se pueda rastrear el relato de la trampa tendida a los troyanos). O sea que para ella es un genuino compendio de lo concerniente a la humanidad: un arquetipo, como también hubiese podido llamarlo (hasta puede que hubiese sido más riguroso o acertado, por el matiz simbólico del concepto). Está claro que Barbara Tuchman se vale de su significado arquetípico, útil además por lo arraigado que está en un imaginario de amplio alcance. Creo que su misma aura legendaria y su componente mitológico fundamenta y multiplica el valor alegórico del relato, lo mismo que su aspiración de universalidad.

    Me parece legítimo recurrir a la historia del Caballo de Troya como punto de partida de un libro fronterizo como éste: de historia, sí, pero no un tratado ni una monografía sino un ensayo en sentido estricto, con todo lo de libre, tentativo, interpretativo y polémico que suelen tener los trabajos de este tipo. Un género muy amplio, el ensayístico, en que también gentes de otras disciplinas se juegan sus cartas con similares recursos básicos (cientistas políticos, periodistas, sociólogos, literatos, etc.). Se me ocurre que, lo mismo que una historiadora -como es el caso-, también un(a) profesional bien informado(a) de alguna de estas otras disciplinas hubiese podido escribir un libro como éste, y no por esta sola eventualidad iría a ser un mal libro.

    Discrepo del calificativo de “anecdótico”. Es que, Uro, el término sugiere o indica derechamente ausencia total de sistematicidad y de coherencia, como si dijésemos “esto es un montón disperso de historietas y de chascarrillos, por cuya falta no sólo de importancia sino también de ilación difícilmente se llegue a algo en concreto”. Bueno, yo creo que en la parte de los papas renacentistas hay mucho más que eso. Hay la articulación que le confiere la tesis del mal gobierno por causa de insensatez así como la sustancia del material que ilustra esta tesis, material que a mi entender está harto bien ensamblado. No le imputaría falta de rigor porque prescinda de una relación pormenorizada y en rigurosa secuencia cronológica de hechos puntuales, lo que por demás es característico de la ensayística.

    Me parece que la autora apunta a la dimensión espiritual del gobierno de los papas, teniendo en cuenta a la religión como el referente primero de comunidad supranacional en la Europa occidental del medioevo. En la perspectiva de la autora, lo relevante es que este referente se vino abajo por causa, en gran medida, de la inoperancia (por insensatez o locura) de los papas considerados. Lo que importa es el quiebre de la Cristiandad occidental como resultado del tipo de mal gobierno del que se ocupa el libro. Clave es, por ejemplo, lo que afirma Barbara Tuchman con respecto a que “la responsabilidad del poder requiere, a menudo, el resistir y redirigir una condición de la época. En cambio […], los papas sucumbieron a lo peor que había en la sociedad, y mostraron, ante desafíos sociales visibles u crecientes, una ilimitada tozudez” (p. 54).

    Lo de los reyes visigodos: Barbara Tuchman apenas se refiere a los judíos, muy de pasada y sólo como una de las varias aristas del asunto; más encima una arista secundaria. Lo principal aquí es la falta de un principio viable de gobierno y la falta de fusión de los gobernantes con sus súbditos.

    1. Buho lector de historietas dice:

      Ya me dieron ganas de leerlo

  11. Urogallo dice:

    Entonces podemos aceptar las dimensiones culturales del hecho, universales, pero muy dificilmente las políticas. ¿Priamo aceptó la entrada del caballo en función de condicionantes religiosos o personales?. Es interesante, y habría sido adecuado como introducción, pero creo que a la hora de plantear una tésis no se puede por un lado establecer que el Alto Estado Mayor Alemán había calculado que con 200 submarinos podría colapsar el comercio inglés, en función de calculos de cosechas futuras y de posibilidades de embarque, y luego empezar con divagaciones sobre posibilidades en función de la tradición legendaria de Troya.

    Luego respecto a los Papas. No puede ser sistemática una obra en la que la intervención española en Italia solo aparece como de pasada, y el cataclismo que supuso la marcha francesa hasta Napoles se menciona superficialmente. La vida de los papas se centra en cuestiones muy puntuales, donde se explaya generosamente ( La genealogia de las amantes de Borgia, el coste de los cargos vendidos por Francheschetto…) pero no incide con la suficiente profundidad en su política suicida de trazar alianzas cambiantes con los grandes poderes europeos.

    Respecto a esa cita, luego se vuelve mucho más condescendiente con los papas. Ya que ellos eran los cardenales fruto del nepotismo y la corrupción de los papas anteriores, parece dificil que pudiesen comportarse de otra forma. Además iban siempre en busca de su propio interés ( Amasaron grandes fortunas) y no se labraron la ruina ( El papado pervivió) .

    El tema de los judios en la Hispania Visigoda, ciertamente es solo una parte de las aristas, pero la principal. ¿Cuál era el problema?. ¿El Arrianismo, la conversión al catolicismo, la dificil evolución hacia un sistema hereditario, la poca integración de los hispano-romanos…?. Ataca la naturaleza misma del estado visigodo, por lo que no se trató de la locura de un solo gobernante, más bien de la de todo el sistema, y si hubiesen dejado de comportarse de ese modo tal vez nunca habría salido de los pantanos del Baltico.

    En resumen: Selecciona los datos y generaliza las consecuencias.

    No dejan de ser datos interesantes, claro. Pero es que la corrupción del papado tampoco es cosa del Renacimiento solamente…

  12. Rodrigo dice:

    Pero si es un arquetipo, Uro. Precisamente lo que importa de los arquetipos es su universalidad cultural y su capacidad representativa, el hacer de modelo ideal de algún tipo de situación. Y justamente porque no es un estudio historiográfico al modo de “Los cañones de agosto” y “La torre del orgullo” es que, a mi entender, el empleo de este arquetipo me parece legítimo. Lo mismo hubiese podido recurrir a un mito y, por medio de su propiedad simbólica o alegórica, dejar sentada la premisa. Es el tipo de licencia que se puede permitir la ensayística.

    Otra cosa es que se objete el rigor de la parte propiamente histórica, y aquí entran a tallar los conocimientos de cada cual. Los tuyos, por ejemplo, que son formidables. Muy bien. De todos modos, hay que tener en cuenta que de ningún modo ha sido intención de la autora proporcionar un cuadro lo más completo posible de cada uno de los casos considerados, incorporando y analizando todas y cada una de las variables involucradas. Ciertamente se trata de un estudio deliberadamente parcial, y es en función de la tesis central que la autora selecciona la información que le parece útil –proceder característico de la ensayística y en el que, por cierto, residen muchas de sus debilidades-. No es que trate de establecer el panorama completo de los factores y variables que incidieron en el cisma de la Cristiandad, en la independencia de los EE.UU. y en la guerra de Vietnam. El mismo arranque del libro da la pista de que el libro discurre más por la senda de la crítica política que otra cosa; en este sentido no hay timo ni nada que se le parezca.

    Dices que se vuelve condescendiente con los papas. Lo que hace es reconocer las limitaciones inevitables que condicionaban su actuación, y esto como que atenúa en alguna medida la severidad del juicio al que los somete. Pero no deja de ser un juicio severo.

    Sobre los reyes visigodos: es sólo uno de varios ejemplos que considera someramente en la introducción, al que apenas dedica un par de páginas. Y sigo sin ver que la autora considere el tema de los judíos como el principal; ella misma señala como factores cruciales la ausencia de un principio viable de gobierno y la falta de fusión entre gobernantes y gobernados. En cuanto a que no competa a un solo rey sino a varios de ellos, creo que encaja lo más bien en el modelo establecido por la autora, que también considera casos de “sucesión de gobernantes en un mismo cargo” (lo decía en la reseña, y es el mismo factor por el que encaja el caso de los papas renacentistas).

  13. Urogallo dice:

    No entendamos mi visión como una critica destructiva, solo como una observación, como una forma de buscar el espiritu real que pretendía transmitir la autora. Incluso como una forma de encontrar argumentos más solidos, por que el sentido general de la obra me parece inatacable y basado en una reflexión solida y firme.

    Desde este posicionamiento, el arquetipo, que es muy real, que es permanente en nuestra cultura, me parece valioso. Pero ya digo que yo lo habría colocado al principio, y habría profundizado posteriormente en algunas de las cuestiones que lanza. No por que a mí no me resulte valida la cuestión del caballo de Troya, si no por que creo que en cuanto a difusión, posiblemente haya lastrado el potencial del ensayo. Yo, que valoro mucho el ejemplo troyano, no lo utilizaría para defender una tésis, en la medida que sería fácilmente atacable bajo el argumento de que se trata de una cuestión «mitológica».

    Entonces, en este punto, estamos de acuerdo.

    Y no lo estamos menos en el asunto del papado, pero es que me parece un ejemplo tan… No se, derivado de los condicionantes culturales…Y a lo mejor yo empleo los mismos, y estoy viéndo cosas que no son. ¿Por qué el papado?. El papado es un gobierno espiritual laxo y político restringido. ¿Pueden ser ejemplos de lo que la autora pretende?. Cierto que son el caso más acabado de sucesión de gobernantes ininterrumpida, y con una continuidad ideológica impecable…Pero aún así habría preferido otras dinastias.

    En todo caso recuerdo una tesis muy valida en un libro que leí hace siglos ( tengo que recordar el título). Los pueblos extra-europeos no cayeron victima de una tecnologia superior, si no de una cultura más capaz de aceptar la tecnología. ¿Que habría pasado si los Rajás de la India o los Mandarines chinos hubiesen copiado el modelo de los ejércitos europeos?.

    Que sus soldados habrían disparado primero contra ellos.

    ( Jojojo, me encantan este tipo de anécdotas).

  14. Rodrigo dice:

    ¡Qué gran ensayista podrías ser, Uro! ;-)

    A propósito: algo que me llama la atención es el uso indiscriminado del término “ensayo”. Los libros de Crítica, por ejemplo. Los de la colección Memoria, o los de la Serie Mayor: suelen ser estudios, monografías, a veces tratados, raramente ensayos. En rigor, algo como “Stalingrado” de Beevor no es modo alguno ensayo (carece de la osadía propositiva o exploratoria, de lo tentativo, incluso de la tendencia a la instrumentalidad y a la polémica de la ensayística), pero a éste y similares acostumbramos despacharlos en la categoría ensayo, sin más.

    Esteee… ¿Más capaz de aceptar la tecnología o de crearla y desarrollarla, Uro?

  15. Urogallo dice:

    En realidad este libro me deja claro que habría sido un gran cardenal…

    Vivimos, como los soviets, en la época de la lengua de madera, solo que con propositos simplificadores. Ensayo ya es una categoría de deshecho: En las librerías uno ya solo encuentra «Ficción» y «No ficción». Y «No ficción» abarca Ensayo/Biografía/Libro útil.

    Bueno, eso ya sería tema para todo un «ensayo» independiente. Además me he explicado mal:

    Por ejemplo, los reinos asiaticos, que habían tenido acceso practicamente ilimitado a la tecnología occidental desde el siglo XVI, apenas la habían aprovechado, y eso que los europeos les vendía encantados sogas con las que ahorcarles. Pero a pesar de contar con esa tecnología, ¿Cómo ponerla en manos del populacho?. Los asiaticos jamás estuvieron dispuestos a terminar con su forma de vida y con el predominio militar de la nobleza como habían hecho los europeos dándoles arcabuces a los campesinos. ( Que los usaron para matar a otros campesinos, en una muestra más de lo original del pensamiento occidental).

  16. Rodrigo dice:

    Comprendo, Uro. Propones un gran tema.

    Decía que “carece”, cuando lo que quise decir es que el libro de Beevor tiene otras características y pertenece a otro ámbito. El ensayo de tipo clásico discurre más bien por la senda de la especulación y la proposición de tesis o de imágenes totalizantes, generalmente arriesgadas. Muy cultivado en Latinoamérica.

    Buena imagen, la de la “lengua de madera” con propósitos simplificadores.

  17. Urogallo dice:

    Opino lo idem. La defensa de una tesis, mejor si es novedosa, debería ser lo que definiese al ensayo.

    Y hablándo de este que tratamos ya estoy con la tercera parte. Por cierto que el clasismo del que habla la autora sigue existiéndo en Inglaterra. El otro día leía una estadistica donde se establecía que los minoritarios colegios privados seguían educando a la mayoría de los cargos de la administración y la justicia.

  18. Rodrigo dice:

    Eso me suena taaan familiar…

  19. Urogallo dice:

    Interesante el capítulo del Rey Jorge. Pero como siempre, todo depende de con quién se compare.

    Los 245.000 votantes de la cámara de los comunes, de los que detalla que 160.000 estaban comprados de antemano, eran poco en un país de más de 8.000.000 de habitantes, pero muchísimos comparados con los 0 de Rusia, Francia o España.

  20. ARIODANTE dice:

    Bueenooo…¿cómo se me ha pasado leer esto hasta ahora? Lo siento Rodri, una reseña estupenda, ha sido un despiste por mi parte, y me parece un tema interesantísimo, que al parecer estais llevando tu y Uro, que debe ser de los pocos que no se han ido de vacaciones (o se ha llevado el portátil).

    Coincido con JJ Sala en su brevísima intervención, jajaja.

    Por lo demás, bueno, necesito leerlo con calma, porque os habeis metido en una discusión muy interesante que me supera un poco en cuanto a los datos.
    Uro, ¿me puedes pasar, porfa, el enlace de donde te has bajado el libro?

    Respecto a lo del clasismo en Inglaterra, por supuesto que continúa, aunque no tan abiertamente como en siglos pasados. Aunque por otra parte ¿donde creeis que se educan los hijos de las llamadas «clases dirigentes» en todos los países?¿ junto a los hijos de las llamadas «familias humildes»? En España, por poner un ejemplo, los jesuítas han sido uno de los sectores típicos para esa función, y luego, el recurso al Colegio Alemán y al Liceo Francés ha sido muy recurrido para escapar del marasmo general.
    Y si en Inglaterra no entran más en los Public Schools es porque hay trabas infranqueables para ello, no porque no lo deseen para sus hijos, porque el resto de la enseñanza en ese país -como en casi todos en Europa hoy en día- es absolutamente infumable. Evelyn Waugh ya escribió algunas sarcásticas novelas sobre el tema de la enseñanza británica fuera de los elitistas Public Schools, y es para morirse de risa o llorar.

  21. ARIODANTE dice:

    Una pregunta, Rodri: es que ya me he leído toda vuestra discusión, pero no sé si he comprendido: las tesis de Tuchman son sobre el mal gobierno ¿no?…
    Y exactamente se concentra en el gobierno insensato, ¿voy bien?
    Lástima que no haya vivido en estos días, habría tenido unos cuantos ejemplos más de insensatez y de prórroga de insensatez…

  22. Urogallo dice:

    Ario, por favor, ¿Bajarme el libro?. Que blasfemia.

    El problema del elitismo es que se perpetua más allá de los colegios. En Inglaterra es más un efecto que un simbolo en sí mismo. Por ejemplo, aparte de Montilla, yo conozco a gente que realiza un gran esfuerzo por enviar a sus hijos al colegio Alemán…Y eso no les va a asegurar, ni mucho menos, un futuro prometedor.

    Hacen falta además las conexiones, las recomendaciones, las amistades…

  23. Rodrigo dice:

    Pues sí, Ario. Específicamente, sobre un tipo de mal gobierno.

  24. ARIODANTE dice:

    Si, yo tambien conozco casos de gente que tira la casa por la ventana para llevar a sus hijos al Colegio Alemán. Generalmente una gran parte de profesores de la escuela pública, que conocen el horror de cerca….Y por supuesto, hoy en día se ha generalizado tanto que las élites han de irse a otros lugares para educar a sus retoños. Y ciertamente, al salir han de encontrarse con los respaldos adecuados, que los pertenecientes a las clases privilegiadas ya tienen, por nacimiento. Con lo que volvemos a lo mismo.
    Pero bueno, la sociedad británica ha asumido durante siglos las distancias entre clases sociales como la India asume sus castas. Quizás el amor de la Corona Británica por su Joya, tenga, en el fondo, un paralelismo con la estructura íntima de sus sociedades…habría que ver si algún investigador ha ido por esa línea.

  25. JJSala dice:

    Ario, todo ello es lógico.

    La democratización de la enseñanza es un espejismo, un acto, más de buena voluntad (?), que de realidad.

    En los años sesenta el 99% de los estudiantes universitarios perteneccían a las clases pudientes (baja y alta burguesía) y menos de un 1% a las clases sociales bajas (obreros).

    A partir de mediados de los años setenta, los hijos de clase obrera empezaron a acudir a la Universidad, gracias al mejor nivel de vida de los padres y…. a una «rebajada» de los requisitos, no sólo económicos, sino también de preparación de los estudiantes.

    A partir de este momento, las clases acomodadas abandonan la Universidad pública y se desplazan hacía los colegios privados.

    Esto es un efecto indeseable pero lógico. Se ejerce presión desde abajo y todo sube, así que el que está posicionado en la parte superior tiende a seguir en esta posición, con lo que queda anulado el efecto democratizador de la enseñanza pública en beneficio, tal como sucede actualmente, de la vulgarización de la enseñanza en general.

    Salud

  26. Urogallo dice:

    Yo en cambio soy bastante más positivo. Mucho del desarrollo contemporaneo al que asistimos tuvo que ver con la generalización de la enseñanza…Y en un curioso efecto, la decadencia de nuestro modo de vida también tendrá que ver con la sobre-abundancia de titulados en humanidades ( Yo mismo).

  27. ARIODANTE dice:

    Yo no veo mal que se generalice la enseñanza, JJ, pero hemos de admitir que todo lo que se masifica se desvirtúa, lógicamente. Y tampoco me parece mal que quien pueda buscarse un tipo de enseñanza mejor se lo busque. Lo que parece penoso es que se pretenda ya, de principio, generalizar los niveles más bajos, en vez de tratar de generalizar los altos. es decir, ¿por qué tratar de nivelar a todos por lo más simple y no por lo más complejo?
    Uro, nuestros recién titulados actuales en Humanidades ( y lo peor no es eso, son los titulados en Medicina o Ingeniería, por decir algo francamente problemático) me temo que deberían empezar una segunda carrera porque si les hicieran una reválida (=examen general) su nota no sería muy alta. Bueno, pero creo que me estoy yendo del tema.

  28. Urogallo dice:

    Pués hay que volver a la cuestión. Hay que tener en cuenta que a pesar de los intentos de la autora cuesta entender como una potencia imperial como era Inglaterra podía tener en cuenta los deseos de sus lejanas colonias sin que eso afectase a la propia estabilidad en Europa.

  29. ARIODANTE dice:

    Explícate un poco, Uro. Cuando dices «podía tener en cuenta sus deseos», ¿te refieres a sus deseos de independencia? ¿Cómo no iba a afectar a Europa? De hecho, afectó: en ambas guerras I y II, entre otras cosas, lo que se barajaba era el poder sobre las colonias. ¿o no? Conste que yo sólo soy una aficionada, Uro, me interesa el tema, pero los datos los teneis los especialistas…

  30. JJSala dice:

    Creo que se me interpreta mal. Yo no estoy contra la generalización de la enseñanza, faltaría más y sería ridículo por mi parte, hijo como soy de la clase obrera con menos recursos.

    Lo que quiero decir es que las clases más pudientes siguen y seguirán manteniendose en su nivel ya que tiene la opción de acudir a las mejores escuelas y Universidades.

    Mejora el nivel general, cierto, pero ello no produce la permeabilidad social que sería de desear, sino, únicamente mano de obra mejor cualificada.

    Salud

  31. ARIODANTE dice:

    (Respuesta por alusiones) En ningún momento he dicho que tú lo veas mal, sino que «yo no lo veo mal», respecto a la generalización de la enseñanza. Quizás no me he explicado adecuadamente. Creo que estamos diciendo lo mismo. Y respecto a la bondad o no de que la sociedad se equilibre…en fin, si quieres, JJ, lo discutimos aparte, para no desvirtuar la trama de este hilo.

  32. Urogallo dice:

    En el momento que las colonias americanas piden la independencia ya es lógico que se recurriese a la fuerza. Lo que la autora destaca es la incapacidad del gobierno inglés de llegar a un acuerdo con sus subditos coloniales para mantenerlos como ciudadanos leales.

  33. Rodrigo dice:

    (Yo no tengo problema alguno con que el debate prosiga en ese mismo hilo. En sus dos tramas, quiero decir.)

  34. JJSala dice:

    Yo he utilizado la palabra «permeabilidad» en el sentido de movimiento, fusión y/o sustitución de y entre clases sociales.

    Dudo absolutamente que la generalización de la enseñanaza, a fin de cuentas un logro de la sociedad democrática surgida de la revolución francesa, haya triunfado en ese aspecto.

    Si observamos los grupos y los individuos que constituyen la «alta sociedad», salvo contadas excepciones, se trata de familias que la conforman desde varias generaciones, incluso siglos, en el caso de la nobleza y de la plutocracia más rancia.

    Creo que únicamente las revoluciones clásicas producen la permeabilidad social a la que me refiero, en este caso por aniquilamiento y sustitución.

  35. ARIODANTE dice:

    ….lo cual, supongo, que no consideras deseable ni admisible hoy por hoy.

  36. JJSala dice:

    No. Por supuesto que no.

  37. Urogallo dice:

    Como siempre ha ocurrido, conservar el cargo
    fue la preocupación principal.

    Revelador como algunas cosas no cambian nunca.

  38. ARIODANTE dice:

    Muy agudo, sí, señor. Los cargos, si ¡menudas cargas!

  39. Urogallo dice:

    Bueno, ya hemos llegado a los tiempos de Lord North. La verdad que me parece, con mucho, el mejor ejemplo de la tésis de la autora. Además aclara mucho sobre el sistema de gobierno británico. ( Lord North tenía asegurada su acta en el parlamento gracias a los 13 votos de un burgo que ya se pasaba de podrido).

  40. Enrique dice:

    Necesito una ayuda y esta és donde podría comprar éste libro en Alicante lo he buscado en las principales lkibreria de la cuidad y no lo he encontrado,estare muy agradecido

  41. juanrio dice:

    Me temo, Enrique, que está descatalogado y no es fácil de conseguir ni siquiera de segunda mano. Te dejo un enlace a una página en la que puedes pedir que te avisen si aparece en alguna librería de segunda mano. Suerte

    http://www.iberlibro.com/

  42. juan fco. Montelongo Gamez dice:

    Pienso que la cultura política debe ser tomada en cuenta lo suficientemente, por la razón de que los políticos obligatoriamente deben de entender a sus gobernados.

  43. Fernando salomon licona dice:

    Donde. O en que librerias puedo encontrar una copia de este libro. Ya que la e buscado en la capital del estado de veracruz. Y en el puerto. Sin ningun exito. Gracias.

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