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El pequeño Pataxú, Tristan Derème

'Gladiadores. El gran espectáculo de Roma', de Alfonso Mañas
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Carlos-foro



Registrado: 21 Abr 2013
Mensajes: 10

MensajePublicado: Jue May 09, 2013 6:16 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Entiendo que haya gente a la que aún le cueste aceptar que el combate de gladiadores sea considerado como un deporte, aunque en el ámbito de la historia del deporte es algo aceptado desde hace más de 70 años; Robert, en su excepcional Les Gladiateurs dans l’Orient grec (1940), ya apunta esto, señalando la estética y lenguaje similar que se usaba en las lápidas de gladiadores, luchadores, pugilistas y pancracistas... si se referían a todos del mismo modo sería porque consideraban que eran lo mismo (deportistas). Desde entonces la lista de historiadores del deporte que consideran la gladiatura como uno de los deportes de combate de la antigüedad es larga: Diem (1960-Historia de los deportes), Piernavieja (1977-Corpus de Inscripciones Deportivas de la España Romana), Guttmann (1981-“Sports Spectators from Antiquity to the Renaissance” y 1986-Sports Spectators), Mandell (1984-Historia cultural del deporte), Poliakoff (1987-Combat Sports in the Ancient World), Scobie (1988-“Spectator security and comfort at gladiatorial games”), Thuillier (1988-“Les sports de combat dans l'Antiquité classique” y 1996-Le sport dans la Rome antique), Kyle (1998- Spectacles of Death in Ancient Rome y 2007-Sport and Spectacle in the Ancient World), Crowther (2007-Sport in Ancient Times) o Mann (2009-“Gladiators in the Greek East: A Case Study in Romanization”).
Actualmente en el ámbito de la historia del deporte se da como un hecho aceptado que el combate gladiatorio era un deporte de combate de la antigüedad (esto es, no hay debate sobre esta cuestión). Y esto es una postura asentada ya desde hace más de 30 años, pues que figuras de la talla de Guttmann o Mandell (las vacas sagradas de la historia del deporte en el ámbito anglosajón, y por ende en todo el mundo) lo incluyeran en sus trabajos de principios de los 80s cerró la cuestión. Los otros dos grandes tótems de hoy de la historia del deporte, Kyle y Crowther, han venido a confirmar y dar continuidad y vigencia a esa interpretación con sus publicaciones más recientes.
Dejando a un lado a los especialistas en historia del deporte, y centrándonos en los autores más especializados en gladiatura, estos comparten también esta postura. Por ejemplo Ville, en su La gladiature en Occident des origines à la mort de Domitien (1981), lo apunta, en tanto en cuanto comparte ideas de Robert. Ya de un modo claro, adoptando la postura vigentemente hoy (la de Guttmann y Mandell), se manifiestan en este sentido Junkelmann (2000-en los 3 capítulos firmados por él en Gladiators and Caesars: The Power of Spectacle in Ancient Rome, que son “Familia Gladiatoris: The Heroes of the Amphitheatre”, “Greek athletics in Rome: Boxing, wrestling and the pankration” y “On the starting line with Ben-Hur: chariot racing in the circus Maximus”. Igualmente en 2008-Gladiatoren das spiel mit dem tod) y Carter (2009-“Gladiators and Monomachoi: Greek Attitudes to a Roman ‘Cultural Performance’”). Huelga decir quiénes son Junkelmann y Carter en el panorama actual de la cuestión gladiatoria.
Todo esto lo dice Mañas –en su libro (p.23 y ss.) y en su tesis– y por ello (y a la vista de lo que se ha escrito en este foro en comentarios recientes) creo que mucha gente de la que está opinando aquí sobre el libro y la tesis simplemente ni siquiera se los ha leído. No obstante se animan a opinar, con lo que evidentemente sabemos todos que supone opinar de algo sin ni siquiera conocerlo.
En su libro y en su tesis Mañas dice claramente que la consideración de la gladiatura como un deporte es un hecho aceptado desde hace décadas (p.23 libro). Su tesis, dice, no pretende mostrar eso por tanto, lógicamente, sino que el deporte gladiatorio (ya parte de ese punto, como es lógico, como hace todo historiador del deporte desde Guttmann y Mandell para acá) pueda ser considerado como uno de los orígenes (precursores, antecedentes, como quiera entenderse) del fenómeno deportivo llamado 'deporte espectáculo de masas' (también aceptado hoy en la historia del deporte desde Guttmann y Mandell). Pero vamos, que eso lo dice claramente el título de la tesis (Munera gladiatoria: origen del deporte espectáculo de masas). Algunos dan la impresión de no haber leído siquiera el título.
Al principio de la tesis analiza los elementos que presenta la gladiatura para ser considerada deporte antiguo (básicamente sigue a Guttmann punto por punto, demasiado en mi opinión) pero simplemente para delimitar el marco de estudio, no es eso lo que pretende demostrar.
Toda esta discusión sobre el deporte espectáculo de masas desaparece en el libro (como la mayoría de las 1.000 notas de la tesis, reducidas a 130), y aparecen capítulos nuevos como el de la vida de Cómodo y sus actuaciones en la arena, todo ello dejando ver claramente la intención de llegar a un público más amplio (probablemente imposición de la editorial porque si no sabemos todos que no se publica ningún libro a día de hoy). Es más, si se lee el libro se ve que aunque la estructura es similar a la tesis (tiene en esencia los mismo capítulos) el contenido varía bastante (o totalmente, como en el capítulo sobre las mujeres gladiadoras o en el del fin de la gladiatura): la tesis se entregó en 2011 y el libro es de 2013... es lógico pensar que en dos años de investigación más el autor habrá tenido lugar de hallar cosas nuevas y afinar sus ideas. Por ejemplo, su identificación de la estatua de la gladiadora es posterior a la tesis (nada se dice de ella en la tesis).
http://news.nationalgeographic.com/news/2012/04/120419-female-gladiator-statue-topless-science-ancient-rome/

Creo que esto es importante, y deberíamos en este foro comenzar a distinguir entre la tesis y el libro, pues son dos cosas distintas, tanto en contenido como en tono (más académica la primera y más divulgativa la segunda). Pero evidentemente hacer esta distinción es imposible si no se han leído ambos trabajos. Como dice Thersites, sin haber leído no es justo ni honesto opinar.
Como muy dice farsalia, "luego están las parafernalias del entrevistador", pues creo que se hace la picha un lio cuando dice los de las clausulas de rescisión y toda esa paja mental, también con la idea de llegar a un público más general (el que ve a Messi). No obstante hay una cosa que pilla muy bien Antón, explicándola perfectamente, que es cuando dice "Parte de la confusión se debe a que hemos metido en el mismo saco los combates de gladiadores con las ejecuciones ad gladium...". Evidentemente las segundas no pueden ser consideradas deporte, las primeras sí. Quizá algunos foreros que no comparten la idea de que los combates de gladiadores sean deporte deberían mirar antes los argumentos expuestos por Guttmann, Mandell, Kyle y Crowther (en las obras antes citadas, y que inserto abajo), o por Mañas muy escuetamente en su libro (p.23 y ss.).
Por cierto, sobre lo que dice Yeyo acerca de torneos y justas, puede leer los pasajes referentes a ellos en El Victorial (o Crónica de don Pero Niño, siglo XV), y si los términos en que el autor las describe no le parecen deporte pues quizá debiera cursar la asignatura 'Historia del Deporte' (que se imparte en las facultades del deporte de todo el mundo, incluida España. En la licenciatura de Historia no, y esto quizá ayuda a explicar porqué a los licenciados y doctores en historia, que no han tenido la inquietud por procurarse una formación más amplia, leyendo trabajos de disciplinas relacionadas como historia del deporte, teoría del juego, antropología social, etc. les cuesta tanto ver deporte donde es obvio que lo hay).
En este sentido debo decir que entre las grandes figuras de la historia del deporte arriba citados (desde Diem a Mann, 10 en total) más de la mitad no son licenciados en Historia. No quiero con ello decir que un licenciado en historia no esté preparado (por la nula presencia en el programa de su licenciatura de alguna asignatura que estudie el fenómeno deportivo) para realizar trabajos sobre historia del deporte. Comparto la visión abierta de farsalia, y creo (y las evidencias lo confirman) que cualquier disciplina (como la historia del deporte) se enriquece de las aportaciones de los expertos de otras disciplinas, pues lógicamente una sola persona no puede ser experto en todo, y así creo que la historia del deporte se beneficia y avanza gracias a las aportaciones de filólogos, arqueólogos, antropólogos, sociólogos, y demás investigadores, al igual que la historia avanza gracias a las aportaciones de historiadores del deporte, filólogos, antropólogos, etc. El único requisito es que esa persona tenga una mente abierta, lo que le habrá llevado a formarse de un modo pluridisciplinar... y a ver las cosas desde muchas perspectivas (en realidad una visión abierta debería ser un requisito para la vida en general). Uno evidentemente podrá escribir un mejor estudio sobre una materia (historia o historia del deporte) cuanto mayor sea su conocimiento (digamos formación) pero también es evidente que uno no puede hacer la licenciatura en historia, en ciencias del deporte (donde se imparten las asignaturas de historia del deporte), en filología griega y latina, en arqueología, etc... Haría falta toda una vida.
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Carlos-foro



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MensajePublicado: Jue May 09, 2013 6:19 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Por ejemplo, incluyo aquí un trabajo de Carter (por cierto de formación principalmente filólogo latino), en que dice “I see no reason to reject the possibility that the Greeks might have seen gladiatorial combat as a sort of sport (no veo razón para descartar la posibilidad de que los griegos pudieran haber visto el combate gladiatorio como una especie de deporte” y otro de Kyle (este sí inicialmente solo historiador), en el que manifiesta "we can consider gladiatorial shows a Roman spectator sport (podemos considerar los espectáculos gladiatorios un deporte espectáculo romano”. Sobre las evidencias que muestran la visión griega de considerar a gladiadores, luchadores, pugilistas y pancracistas como lo mismo –deportistas– incluyo también un artículo de Mann, en el que concluye “the role of gladiators was quite similar to that of modern sports stars (el rol de los gladiadores era bastante similar al de las actuales estrellas del deporte)”

Carter:http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09523360802531621#.UYvAGcybvcs

Kyle:http://www.amazon.com/Sport-Spectacle-Ancient-World-Donald/dp/063122971X#reader_063122971X

Mann:http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09523360802513322?journalCode=fhsp20#.UYvD8cybvcs
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Carlos-foro



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MensajePublicado: Jue May 09, 2013 6:22 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Por cierto, a todos los escépticos de que la gladiatura sea un deporte (así como los torneos y justas) les gustará leer el artículo (ya un clásico) de Guttmann de 1981 que dejó resuelta ya la cuestión ("Sports Spectators from Antiquity to the Renaissance", este sí puede verse y descargarse completo).http://www.la84foundation.org/SportsLibrary/JSH/JSH1981/JSH0802/jsh0802b.pdf
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Carlos-foro



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MensajePublicado: Jue May 09, 2013 6:22 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

El contenido lo resume Mañas en pocas líneas en la p.367 de su libro.
Específico sobre las justas como deporte, el artículo de Rühl "Regulations for the Joust in Fifteenth-Century Europe: Francesco Sforza Visconti (1465) and John Tiptoft (1466)" http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/714001557#.UYvTaMybvcs

Me he extendido quizá mucho, pero para acabar quiero recordar simplemente y suscribir que mi ánimo es el abierto y conciliador de posturas expresado por farsalia, Thersites o Anraman: todos escribimos aquí porque nos apasiona la historia, hechos que ocurrieron hace miles de años y que, por eso, solo podemos tener un conocimiento muy fragmentado. En la labor por intentar reconstruir la verdad debemos estar abiertos a las aportaciones de todos... incluso un cocinero cualquiera podría sernos de enorme ayuda al intentar reconstruir cómo eran los platos que comían (y luego vomitaban) los romanos ricos (y que Apicio recoge con tanto detalle en sus recetas, pero que tan difícil y controvertido resulta reconstruir =cocinar hoy). Eso tampoco puede hacerlo un simple licenciado en historia.
Como dice farsalia, opino que Mañas nos ha dado su aportación (desde su visión como historiador del deporte) sobre la gladiatura, y conviene que al menos la conozcamos, para juzgar (con conocimiento de causa) si ciertamente aporta algo al mejor conocimiento del fenómeno gladiatorio. Aunque en sus 500 páginas de libro solo hubiese una línea en la que descubre algo nuevo (y acertado), ya supondrá un paso adelante en la búsqueda de la verdad sobre la gladiatura. Otros no hacen ni eso.
Él ha hecho el esfuerzo de estudiar la cuestión y de poner por escrito sus ideas (no todos son tan trabajadores) y además ha tenido la valentía de publicarlas para que puedan estar disponibles a la crítica de todos. Hay muchos que se las dan de expertos en gladiadores pero que en toda su vida no han publicado ni un solo libro sobre el tema (o un simple artículo en una revista de impacto), en primer lugar porque son demasiado vagos como para sentarse el número de horas necesarias para escribirlo y, segundo, porque en realidad son unos cobardes, y sienten pavor de que sus ideas lleguen a ojos de todos (y puedan criticarlas negativamente). Los departamentos universitarios están llenos de estos, muchos de ellos catedráticos.
En fin, como dice Anraman, "¡Está tremendo este debate!".
Sigamos escribiendo señores (y señoras), ese es el único modo de que –quizá– algún día podamos conocer algo de la verdad.
Vale.
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Carlos-foro



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MensajePublicado: Jue May 09, 2013 6:22 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

El contenido lo resume Mañas en pocas líneas en la p.367 de su libro.
Específico sobre las justas como deporte, el artículo de Rühl "Regulations for the Joust in Fifteenth-Century Europe: Francesco Sforza Visconti (1465) and John Tiptoft (1466)" http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/714001557#.UYvTaMybvcs

Me he extendido quizá mucho, pero para acabar quiero recordar simplemente y suscribir que mi ánimo es el abierto y conciliador de posturas expresado por farsalia, Thersites o Anraman: todos escribimos aquí porque nos apasiona la historia, hechos que ocurrieron hace miles de años y que, por eso, solo podemos tener un conocimiento muy fragmentado. En la labor por intentar reconstruir la verdad debemos estar abiertos a las aportaciones de todos... incluso un cocinero cualquiera podría sernos de enorme ayuda al intentar reconstruir cómo eran los platos que comían (y luego vomitaban) los romanos ricos (y que Apicio recoge con tanto detalle en sus recetas, pero que tan difícil y controvertido resulta reconstruir =cocinar hoy). Eso tampoco puede hacerlo un simple licenciado en historia.
Como dice farsalia, opino que Mañas nos ha dado su aportación (desde su visión como historiador del deporte) sobre la gladiatura, y conviene que al menos la conozcamos, para juzgar (con conocimiento de causa) si ciertamente aporta algo al mejor conocimiento del fenómeno gladiatorio. Aunque en sus 500 páginas de libro solo hubiese una línea en la que descubre algo nuevo (y acertado), ya supondrá un paso adelante en la búsqueda de la verdad sobre la gladiatura. Otros no hacen ni eso.
Él ha hecho el esfuerzo de estudiar la cuestión y de poner por escrito sus ideas (no todos son tan trabajadores) y además ha tenido la valentía de publicarlas para que puedan estar disponibles a la crítica de todos. Hay muchos que se las dan de expertos en gladiadores pero que en toda su vida no han publicado ni un solo libro sobre el tema (o un simple artículo en una revista de impacto), en primer lugar porque son demasiado vagos como para sentarse el número de horas necesarias para escribirlo y, segundo, porque en realidad son unos cobardes, y sienten pavor de que sus ideas lleguen a ojos de todos (y puedan criticarlas negativamente). Los departamentos universitarios están llenos de estos, muchos de ellos catedráticos.
En fin, como dice Anraman, "¡Está tremendo este debate!".
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Yeyo



Registrado: 11 Nov 2011
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MensajePublicado: Jue May 09, 2013 8:39 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Cualquier fenómeno es o deja de ser “algo” en función de la definición que se dé a ese “algo”. Ya he señalado la distinción que, dentro del ámbito de las artes marciales, se suele establecer entre actividad deportiva y disciplina marcial. Es un viejo debate dentro del mundillo y tiene infinidad de implicaciones, tanto a nivel de entrenamiento como de desarrollo técnico, que sería muy prolijo explicar. No dudo de que haya investigadores que consideren los munera como una especie de deporte, pero, cuando lo hacen, más bien parecen valorar su parafernalia y apreciación social (fácilmente comparable con la de los deportistas modernos), y no sus aspectos marciales.

Decir que la gladiatura era un deporte porque los gladiadores eran tan famosos como los actuales futbolistas, supone decir que el juego de la petanca no es un deporte. Por otro lado, los gladiadores caían en el estatus social de “infames” y eso no se cumple con los ídolos deportivos del siglo XXI. Hoy en día, a todo el mundo le gustaría que su hijo fuera un nuevo Cristiano Ronaldo, pero en Roma nadie deseaba que su hijo fuera un nuevo Hermes, por mucho que Marcial lo ensalzara.

En Combat sports in the Ancient World, Michael Poliakoff desarrolla muy bien el conflicto que existió sobre utilidad de las disciplinas de lucha griegas (lucha, pankration y pugilato): mientras que la mayor parte de la Hélade las consideraba un modo de preparación para la guerra, íntimamente asociado al gimnasio como centro cultural, los lacedemonios eran más escépticos al respecto, al igual que más tarde lo fue Alejandro Magno. Los romanos, por el contrario, consideraban a esos “deportes” griegos un modo de vida decadente, asociado a la pederastia, y creían más útiles los entrenamientos con rudis en el campus martius, al igual que las marchas con la impedimenta a la espalda. En realidad, en Roma los “deportes” griegos nunca fueron excesivamente populares, a pesar de que en el siglo II a.C. se incorporaran a algunos ludi o festividades en el Circo Máximo. El factor cultural subyacente en su percepción social era importante.

Vuelvo a insistir en que resulta imposible comparar fenómenos tan dispares como son la gladiatura, los torneos medievales o los deportes modernos, a causa del abismo que separa a las sociedades que los crearon y concibieron. En su obra Tournaments, Richard Barber y Juliet Barker consideran que las Justas fueron un medio gracias al cual la aristocracia mostraba ante el pueblo su habilidad marcial y riqueza: es decir, en una sociedad feudal, era una escenificación de los fundamentos del orden social. Esto, lógicamente, no se ajusta al fenómeno deportivo del siglo XXI, al igual que hoy tampoco se los considera una preparación para la guerra. No obstante, si relacioné a los torneos medievales con las actividades deportivas fue, como dejé bien claro, por el uso de un armamento simulado, no letal, y la existencia unas reglas “artificiales” para ganar. En otras palabras: eran combates que no tenían como finalidad matar o incapacitar al contrario.

A nivel histórico, creo que existe una gran confusión al valorar fenómenos formalmente semejantes, pero sociológicamente muy distintos, a nivel estructural. Es algo que también sucede entre los citados torneos medievales, los duelos judiciales y los realizados por cuestiones por honor. Aunque, en apariencia, sean similares (dos personas enfrentándose con espadas), se trataba de fenómenos distintos. En el caso de los torneos, eran entrenamientos marciales surgidos a principios del siglo XII, que pronto se convirtieron en espectáculos con una orientación festivo-deportiva. Los duelos judiciales, por el contrario, son de carácter ordálico y hunden sus raíces en el derecho germánico, basado en la idea de que una deidad revelará, a través de una prueba, la verdad sobre lo ocurrido. Los duelos por cuestiones de honor carecen de esa dimensión social y poseían un carácter netamente privado; se mantuvieron hasta principios del siglo XX.

Si relacionar estos tres fenómenos casi coetáneos ya es complicado, meter en un mismo saco a la gladiatura romana con la esgrima deportiva moderna es, más allá de centrarse en lo anecdótico, bastante descabellado. En todo caso, lo que sí se puede constatar es el horror que produjo a muchos maestros de esgrima del siglo XIX el que su actividad se reconvirtiera hacia eso que los ingleses llamaban “sport”. Hubo muchos que no quisieron pasar por el aro. En España, no faltó quien llamó a los primeros juegos olímpicos modernos “una mamarrachada impropia de caballeros”. Si hace algo más de un siglo se produjo ese choque de mentalidades, qué diferencias no habrá si nos remontamos veinte siglos atrás.
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farsalia



Registrado: 07 Nov 2007
Mensajes: 39623

MensajePublicado: Jue May 09, 2013 10:09 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Esto sí es un debate... ¡gracias a ambos! Y a ver qué nos cuenta Thersites más adelante... o los que leáis el libro y/o la tesis. Wink
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Yeyo



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Mensajes: 46

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 7:28 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Otra cosa, por sí no ha quedado claro: yo sí he leído el libro de Mañas. Y desgraciadamente los problemas de esa obra van mucho más allá del debate en torno al concepto de deporte, algo que creo se ha pasado por alto...
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Trecce



Registrado: 21 Feb 2007
Mensajes: 6252
Ubicación: Lejos.

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 9:04 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Yeyo escribió:
Otra cosa, por sí no ha quedado claro: yo sí he leído el libro de Mañas. Y desgraciadamente los problemas de esa obra van mucho más allá del debate en torno al concepto de deporte, algo que creo se ha pasado por alto...


No, Yeyo, al menos en mi caso, sigo con interés tus reflexiones (y las de los demás queridos compañeros) y queda claro que tus objeciones a la obra en cuestión van más allá de lo anecdótico, aunque por avatares del debate, ahora se haya centrado en su concomitancia o no con las actividades deportivas, algo que, por otra parte y guiándome de quienes habéis leído la obra, tiene su importancia (lo del deporte, digo) en el libro de Mañas.
De cualquier modo y llegados a este punto y, por si en algún momento se va la cosa por los Cerros de Úbeda, quiero manifestar mi respeto absoluto por Alfonso Mañas y su trabajo en el que, independientemente de otras consideraciones, ha invertido tiempo y conocimientos, una tarea disciplinada y no siempre agradable y agradecida, que merece el más cálido de los elogios.
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Yeyo



Registrado: 11 Nov 2011
Mensajes: 46

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 9:46 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Con lo de "pasar por alto" me refería a Carlos. Alfonso Mañas aborda la identificación de la gladiatura con el deporte en las páginas 23-28 de su libro; no le otorga, por tanto, una gran trascendencia. Mis comentarios surgieron a raíz de la entrevista en el País, y eran casi reflexiones en voz alta. En todo caso, no parece que tenga mucho valor realizar una argumentación ad catedra, citando las opiniones de Kyle o Junkelmann en ese punto, cuando a lo largo del resto de la monografía obvia o contradice abiertamente las opiniones de estos investigadores en infinidad de aspectos de la gladiatura, sin tomarse la molestia de rebatirlas. Esto creo que trasciende los problemas del formato de “alta divulgación” y la inexistencia de notas a pie de página. Y también es aplicable a la intervención de Carlos en esta tira.

Con todo, he tratado de manifestar mi respeto al colosal trabajo que supone redactar una obra de estas características y, de hecho, he restringido mis críticas a ciertos aspectos concretos de la monografía. Lo que está claro, para todos los que hayamos publicado un libro o artículo, sea de la naturaleza que sea, es que al poseer esa dimensión pública, está sujeto a las críticas, y eso es algo que debemos aceptar. En especial en un foro de debate.
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Lopekan



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MensajePublicado: Vie May 10, 2013 10:58 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

De nuevo son certeras las estocadas expositivas de Yeyo. Cada párrafo es una de ellas. En la distancia justa.
¿Piensa como combate, o combatirá como piensa?
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Yeyo



Registrado: 11 Nov 2011
Mensajes: 46

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 11:19 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Mis comentarios sobre la entrevista surgieron porque me parece obvio que Mañas destaca sólo aquellos aspectos que le interesan de los munera, para poder establecer esa identificación con los deportes modernos. Al centrarse, por ejemplo, en la existencia de los auctorati o gladiadores voluntarios, que eran una excepción y no la norma. O al hablar de un “deporte de riesgo, pero no una orgía homicida de muertes sin sentido ni una carnicería sin más”, algo que obvia la existencia de los noxii o ejecuciones públicas vinculados a los munera, o la existencia de gregatim y naumaquia, pequeñas batallas campales. Lógicamente, no protagonizadas por luchadores de renombre, pues el editor tenía que pagar el coste del gladiador muerto al lanista, pero que se desarrollaban dentro del mismo espectáculo y obedecían a una querencia por la sangre que destacan las fuentes coetáneas.

La esperanza de vida de la que nos hablan los estudios forenses realizados a los gladiadores inhumados en el cementerio de Éfeso no es precisamente alta: “All individuals found turned out to have been males aged between 20 and 30 years, except for one female associated with a female slave gravestone, and one male aged 45–55 years.”

http://his.library.nenu.edu.cn/upload/soft/haoli/111/42.pdf

Y es que, a pesar de que, según Junkelmann, “sólo” uno de cada cuatro gladiadores derrotados moría, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Especialmente en una época sin antibióticos, en la que cualquier herida podía enviarte al otro barrio.

Por otro lado, no es cierto que “para los romanos, el combate de gladiadores, estaba en la misma categoría que el pugilismo, la lucha (en esa época, ciertamente, más duros que ahora) o el pancracio, y todos los que los practicaban eran athletae, deportistas.” El deporte griego era una práctica socialmente admitida, considerada incluso necesaria en los tratados médicos, y la visita al gimnasio era una cita diaria casi obligada, donde también se impartían clases (la Academia y el Liceo de Atenas eran gimnasios). El símil más evidente con respecto al mundo romano son las termas. Sin embargo, las ludus gladiatoria eran lugares infames, a los que sólo iban esclavos, criminales u hombres libres que prostituían su virtus al luchar por dinero en la arena. Los lanistas estaban socialmente a la altura de los proxenetas.

La gladiatura no era, en definitiva, una práctica socialmente admitida, y los especialistas coinciden en una visión ambivalente hacia los gladiadores: por un lado, se les empleaba como ejemplo de valor, en efecto, pero al mismo tiempo se los consideraba inferiores. Esto es algo que también ocurría en el mundo romano con los actores, ídolos de masas que eran admirados y despreciados al mismo tiempo: en definitiva, infames. Algo que no sucedía en la Grecia clásica, pues los actores procedían de la clase media, pero sí en Roma, pues, en su mayoría, eran esclavos o libertos.

Hoy en día, el deporte se considera una práctica útil para la realización personal y el mantenimiento físico. Esto es algo común con los deportes de la Grecia clásica, pero no con la gladiatura romana. Una diferencia esencial, si realmente se desea comprender ese fenómeno desde una perspectiva sociológica.
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Valeria



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Mensajes: 5480
Ubicación: Al otro lado del Limes

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 4:18 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Me encanta leer estas cosas. Hacía mucho tiempo que no se tenía en este foro un debate de este nivel.
No soy licenciada en Historia ni me he leído el libro ni la tesis (ya lo adelanto yo antes de que nadie me lo recrimine).

Pero reconozco que mi opinión es más cercana a las tesis de Yeyo que a las expuestas por el Sr. Mañas en su libro, a tenor de lo aquí comentado. No por el mayor o menor valor de sus estudios, sus aportaciones, sus investigaciones, que nunca podré discutir, sino porque para mí lo básico es esta idea:

Cita:
Vuelvo a insistir en que resulta imposible comparar fenómenos tan dispares como son la gladiatura, los torneos medievales o los deportes modernos, a causa del abismo que separa a las sociedades que los crearon y concibieron.
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Agías



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Mensajes: 17

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 5:19 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Magnífica exposición, Yeyo. Excelente debate, caballeros.
_________________
No plan survives contact.
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Lopekan



Registrado: 16 Nov 2011
Mensajes: 2258
Ubicación: ILTVRIR

MensajePublicado: Vie May 10, 2013 5:58 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

A pesar de la popularidad alcanzada por los espectáculos de masas, había algo en ellos que merecía la reprobación de los propios moralistas romanos. Según estos, fomentaban una terna de bajas pasiones, alejadas de la ejemplar virtus romana a la que referirse:

• El circo o hipódromo, con sus apuestas en las carreras, estaba asociado a la codicia.
• El teatro, ensalzando a actores de vida disipada, correspondía con la lujuria.
• El anfiteatro, la arena que absorbería la sangre de los gladiadores, excitaba la sed de sangre.

Es innegable la abismal diferencia cultural que en muchos aspectos media entre Roma y nosotros, por más que nos consideremos sus herederos, y sigamos mojando el pan en el vino y untándonos con aceite (¿lo seguimos haciendo?). Hace no mucho, en páginas paralelas a ésta, nuestro frater Urogaius Achaicus ponía en evidencia nuestra actual y cómoda incapacidad para entender, ni siquiera empezar a concebir, la auténtica realidad del fenómeno de la esclavitud en la antigüedad (él un poco menos, a juzgar por un reciente relato suyo).
De forma parecida, no creo que seamos capaces de entender las implicaciones del antiguo fervor levantado en los idos para siempre tiempos romanos por el espectáculo de unos gladiadores. Quizá el festín de sangre alimentaba el orden impuesto por Roma: una orgía de poder emborrachaba al pueblo romano cuando acudía a la arena a ver luchar y morir disciplinada y obedientemente a sus enemigos: el galo, el samnita, el tracio, el hoplita…
En fin, pienso que el motivo de que la pasión por los juegos de gladiadores fuera tan consustancial durante todo el extenso devenir de la república e imperio romano era que mostraba a las claras, ejemplarmente, el denigrante destino de todo aquel que no quedaba bajo el amparo del derecho romano: morir para divertir al pueblo de Roma.
No tanto matar, como morir.
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