Foro Primigenio de Hislibris

[Davout]

- He visto con poca diferencia de tiempo dos películas donde el ejército japonés de
la segunda guerra mundial era protagonista.

En la primera Ciudad de vida y muerte (producción china) se les presenta como unos sádicos sin sentimientos y
que trataban al pueblo chino como animales. Un auténtico genocidio.

En la segunda, que da título al hilo, (producción japonesa) se les presenta como unos héroes entregando su vida por la patria,
con el respeto y el cariño de sus familiares y amigos.

Comentando con un amigo me dice que ese sentimiento de culpa occidental (por la religión ?) por ejemplo
sobre el lanzamiento de las bombas atómicas, no existe en el lejano oriente. La mayoría de los japoneses piensan que las
muertes ocurridas en China fueron como se dice ahora "bajas colaterales", inevitables en el transcurso de la guerra.

Es posible que ese estoicismo oriental les haga insensibles al dolor causado por sus antepasados ?
No sé si alguien ha leído alguna obra sobre el tema, le agradecería su colaboración.
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LA PATRIE EN DANGER

[toni]

[Davout]

[juanrio]

Según sostiene Hastings en Némesis y Rees en El holocausto asiático, el número de crimenes en oriente fue terrible y la brutalidad de los japoneses también. De hecho, los nazis más o menos respetaron las convenciones con los prisioneros de guerra pertenecientes a ejercitos occidentales, no así con los rusos, pero para los japoneses los prisioneros eran despreciables por esa misma condición y por lo tanto tenían que redimir su culpa con el trabajo como esclavos. La película El puente sobre el río Kwai está basada en hechos reales y da una idea de por donde iban los tiros. Conozco a un japones, aunque no hemos hablado demasiado del tema, y no parece sentir ninguna sensación de culpa con respecto a lo hecho por los suyos en la II guerra mundial, de hecho hablando sobre los chinos y los coreanos el los comparó con gitanos y gente sin valor.
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"Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás"

Pedro Casariego

«Quien se arrodilla ante el hecho consumado, es incapaz de afrontar el porvenir» (León Trotsky).