Índice del Foro Foro de Hislibris Foro de Hislibris
Libros de Historia, libros con historia
 
 F.A.Q.F.A.Q.   BuscarBuscar   Lista de MiembrosLista de Miembros   Grupos de UsuariosGrupos de Usuarios   Regí­streseRegí­strese 
 PerfilPerfil   Conéctese para revisar sus mensajesConéctese para revisar sus mensajes   ConectarseConectarse 
El pequeño Pataxú, Tristan Derème

LA GUERRA DE HITLER DE DAVID IRVING
Ir a página Anterior  1, 2, 3 ... , 16, 17, 18  Siguiente
 
Publicar Nuevo Tema   Responder al Tema    Índice del Foro Foro de Hislibris -> Libros de Historia
Ver tema anterior :: Ver siguiente tema  
Autor Mensaje
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Jue Feb 11, 2010 3:44 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Blanco.

Sobre el capítulo dedicado a la campaña de Polonia (pags 33-49 de mi edición) encuentro muchos puntos discutibles. Me referiré a algunos.

Para empezar –no puedo resistirme- hay que incluir a Irving, que tanto habla de la seriedad de sus fuentes y de las leyendas que deben desmentirse, entre los que se tragan la historia de la caballería polaca cargando con lanzas contra los carros alemanes. (“Los polacos, convencidos al parecer de que los tanques alemanes eran de hojalata, los atacaron con su caballería, lanza en ristre” pag 35).
Y es que Irving no es nada suave con los polacos.

El siguiente punto tiene que ver con el orden de la exposición. Irving va exponiendo la campaña de Polonia, especialmente los movimientos de Hitler, y en la página 37 se enfrenta a las primeras atrocidades. ¡Cometidas por los polacos!: matanza de varios millares de residentes alemanes en Bydgoszcz, fusilamiento de paracaidistas y empleo de gases vesicantes. A lo que hay que sumar una guerra de guerrillas protagonizada por civiles. Posteriormente (39) Irving expone la opinión de Hitler sobre el campo polaco: “¿Era aquello todavía Europa?”.

Finalmente pasa a las atrocidades alemanas. Es un tema que Irving no soslaya. Sin embargo el enfoque es de lo más curioso. Para empezar son sus militares los que hablan, sobre un “asunto tan secreto que no se puede escribir ni media palabra al respecto”.
Continuando. Toda la narración de las atrocidades alemanas en Polonia se basa en los siguientes puntos (resumidos):
- La actitud de los militares, que no quieren enterarse ni verse salpicados. Mayormente pretenderán que se retrase todo hasta que abandonen la zona. Dejando la tarea a funcionarios civiles, las SS y el SD.
- Hitler, que pretende eliminar a toda la clase dirigente e instruida polaca. Este punto parece bastante claro. Pero no a los judíos.
- La actitud de Heydrich y Himmler, que quieren extender esta orden a los judíos. Hay una frase muy interesante sobre esto. “El jefe (Heydrich) habló extensamente del problema judío en Polonia y expresó sus opiniones al respecto. El reichsführer (Himmler) hará ciertas propuestas al führer sobre asuntos en los que sólo este puede decidir, ya que también tendrán considerables repercusiones en el extranjero” (42).

Así pues. Por un lado volvemos a un intento de exculpación de Hitler en el caso de los judíos (hasta cierto punto con razón, pues en esas fechas la dinámica tiende mas hacia su concentración en campos y ghettos que hacia su exterminio).
Y por otro lado, el texto transcrito me parece una prueba de que en ese momento (sept 39) ni Hitler era un dictador débil, ni eran otros quienes tomaban las decisiones sobre el destino de los judíos.
Por cierto que abundando respecto a la debilidad del führer, que no querrá bombardear Londres, queda su actuación respecto al bombardeo de Varsovia. Muy interesante, aunque Irving lo narra de un modo un tanto complejo.

Quedan por fin un par de párrafos que, comparados, llaman la atención. Se refieren al asunto de la eutanasia.
Por un lado está el párrafo que empieza “Allí, en Zoppot…” (pag 46) Se hace una reflexión sobre los motivos para la eutanasia. Un párrafo preocupante porque el autor no aplica ningún “según Hitler” o “según los nazis”. Simplemente un “La supuesta ocasión para tomar semejantes decisiones…” Es un párrafo muy interesante porque el autor no parece distanciarse de dichas explicaciones.
Ya se que puede decirse que lo analizo con excesiva suspicacia, o que le tengo manía al autor (cosa cierta, por otro lado, pues no comulgo con él). Sin embargo creo que determinados acontecimientos deben narrarse desde la distancia. Dejar perfectamente claro que son opiniones de una u otra persona o reflexiones contenidas en tal o cual documento. Que el autor tome su propia voz para explicar un razonamiento tan perverso es desazonador.
Sobre todo teniendo en cuenta que en otros párrafos si dice claramente “Desde los años veinte, Hitler había sido…”.
Seguramente exagero. En este caso concreto.
Curiosamente todo este asunto termina explicando que –en el asunto de la eutanasia- Hitler acabó por dar a Bouhler y Brandt (los dos criminales que debían llevar a cabo el programa) una “autorización verbal”. Lo que demuestra que era posible.

En fin.

Opino.
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Jaraiz



Registrado: 05 Feb 2010
Mensajes: 710

MensajePublicado: Jue Feb 11, 2010 4:54 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Urogallo escribió:
Jaraiz escribió:
Más que dirigente político débil, sería, en mi opinión, dirigente militar pésimo.


A Fuhrer muerto todo son lanzadas. ( Esta se la he robado a otro forista, pero no me delateís).

En la campaña, por no decir agresión, de Rusia metió la pata una y otra vez. Allí se demostró su inoperancia como jefe militar.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
JOSE MANUEL



Registrado: 03 Oct 2009
Mensajes: 2188

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 8:46 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Koenig escribió:
Blanco.

Sobre el capítulo dedicado a la campaña de Polonia (pags 33-49 de mi edición) encuentro muchos puntos discutibles. Me referiré a algunos.

Para empezar –no puedo resistirme- hay que incluir a Irving, que tanto habla de la seriedad de sus fuentes y de las leyendas que deben desmentirse, entre los que se tragan la historia de la caballería polaca cargando con lanzas contra los carros alemanes. (“Los polacos, convencidos al parecer de que los tanques alemanes eran de hojalata, los atacaron con su caballería, lanza en ristre” pag 35).
Y es que Irving no es nada suave con los polacos.

El siguiente punto tiene que ver con el orden de la exposición. Irving va exponiendo la campaña de Polonia, especialmente los movimientos de Hitler, y en la página 37 se enfrenta a las primeras atrocidades. ¡Cometidas por los polacos!: matanza de varios millares de residentes alemanes en Bydgoszcz, fusilamiento de paracaidistas y empleo de gases vesicantes. A lo que hay que sumar una guerra de guerrillas protagonizada por civiles. Posteriormente (39) Irving expone la opinión de Hitler sobre el campo polaco: “¿Era aquello todavía Europa?”.

Finalmente pasa a las atrocidades alemanas. Es un tema que Irving no soslaya. Sin embargo el enfoque es de lo más curioso. Para empezar son sus militares los que hablan, sobre un “asunto tan secreto que no se puede escribir ni media palabra al respecto”.
Continuando. Toda la narración de las atrocidades alemanas en Polonia se basa en los siguientes puntos (resumidos):
- La actitud de los militares, que no quieren enterarse ni verse salpicados. Mayormente pretenderán que se retrase todo hasta que abandonen la zona. Dejando la tarea a funcionarios civiles, las SS y el SD.
- Hitler, que pretende eliminar a toda la clase dirigente e instruida polaca. Este punto parece bastante claro. Pero no a los judíos.
- La actitud de Heydrich y Himmler, que quieren extender esta orden a los judíos. Hay una frase muy interesante sobre esto. “El jefe (Heydrich) habló extensamente del problema judío en Polonia y expresó sus opiniones al respecto. El reichsführer (Himmler) hará ciertas propuestas al führer sobre asuntos en los que sólo este puede decidir, ya que también tendrán considerables repercusiones en el extranjero” (42).

Así pues. Por un lado volvemos a un intento de exculpación de Hitler en el caso de los judíos (hasta cierto punto con razón, pues en esas fechas la dinámica tiende mas hacia su concentración en campos y ghettos que hacia su exterminio).
Y por otro lado, el texto transcrito me parece una prueba de que en ese momento (sept 39) ni Hitler era un dictador débil, ni eran otros quienes tomaban las decisiones sobre el destino de los judíos.
Por cierto que abundando respecto a la debilidad del führer, que no querrá bombardear Londres, queda su actuación respecto al bombardeo de Varsovia. Muy interesante, aunque Irving lo narra de un modo un tanto complejo.

Quedan por fin un par de párrafos que, comparados, llaman la atención. Se refieren al asunto de la eutanasia.
Por un lado está el párrafo que empieza “Allí, en Zoppot…” (pag 46) Se hace una reflexión sobre los motivos para la eutanasia. Un párrafo preocupante porque el autor no aplica ningún “según Hitler” o “según los nazis”. Simplemente un “La supuesta ocasión para tomar semejantes decisiones…” Es un párrafo muy interesante porque el autor no parece distanciarse de dichas explicaciones.
Ya se que puede decirse que lo analizo con excesiva suspicacia, o que le tengo manía al autor (cosa cierta, por otro lado, pues no comulgo con él). Sin embargo creo que determinados acontecimientos deben narrarse desde la distancia. Dejar perfectamente claro que son opiniones de una u otra persona o reflexiones contenidas en tal o cual documento. Que el autor tome su propia voz para explicar un razonamiento tan perverso es desazonador.
Sobre todo teniendo en cuenta que en otros párrafos si dice claramente “Desde los años veinte, Hitler había sido…”.
Seguramente exagero. En este caso concreto.
Curiosamente todo este asunto termina explicando que –en el asunto de la eutanasia- Hitler acabó por dar a Bouhler y Brandt (los dos criminales que debían llevar a cabo el programa) una “autorización verbal”. Lo que demuestra que era posible.

En fin.

Opino.


Koenig, muy interesante tu análisis. Muy exhaustivo, voy por la pag. 100, y no he tomado notas, pero analizaré lo que dices. Casi voy a dejar que me adelantes, para de esta manera a tenor de tus comentarios mostrarme más crítico con lo que leo, o con lo que opinas. Por mi parte el libro me está gustando mucho, no encuentro una exculpación clara de Hitler en el autor, temas como el de los polacos, o la eutanasia lejos de disculparle, le culpan plenamente de tan repulsivas conductas. Debo reconocer que me salté el prologo, que también analizas. Me gustó de lo leído las negociaciones iniciadas por EUA. en orden a lograr la paz, luego abandonadas. De momento el libro me está gustando mucho, voy más o menos por marzo de 1940, cuando se prepara la intervención en Noruega. Saludos amigos.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 11:07 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

PROPUESTAS DE SONDEO.

El capítulo trata, precisamente, de los intentos de negociar la paz entre Hitler y los aliados occidentales tras la campaña de Polonia. Y desde mi punto de vista, es un capítulo extraordinariamente sesgado.

Lo primero que se me ocurre reseñar es una simple anécdota. Irving narra como Hitler, tras la visita a Varsovia, se niega a sentarse a la mesa de un banquete preparado para él en el aeropuerto. “…o bien su estómago se rebeló, o bien su instinto de lo que era mala publicidad le impidió sentarse a la vasta mesa con forma de herradura…” (52).
¿Habría que analizar con profundidad la reacción de Hitler o simplemente limitarse a recordar sus peculiares costumbres alimenticias? Irving no las menciona, tal vez dando a entender que Hitler se sentía mal por lo que había visto en Varsovia.

Pero vayamos a lo serio, el intento de mediación de Roosevelt, en primer lugar.
Irving es muy hábil al asociar el nombre de William Rhodes Davis con el del sindicalista John L. Lewis. Nótese que en este caso no nos engaña directamente. Nos dice que el sindicalista no era pronazi, y nos deja entender que Davis, consecuentemente tampoco lo era. Sin embargo no es así. Magnate del petróleo, William Rhodes Davis fue acusado después de la guerra de ser un agente nazi, y probablemente acudió a Hitler mas con la intención de salvar los negocios petrolíferos que tenía con Alemania que con un verdadero mandato de Roosevelt. (Dale Harrington; “MYSTERY MAN: WILLIAM RHODES DAVIS, NAZI AGENT OF INFLUENCE”)
Para entender esto hay que conocer cual era la forma de actuar de Roosevelt en los asuntos diplomáticos. Para desesperación de su Secretario de Estado, Roosevelt siempre tuvo la costumbre de enviar “delegados personales” a diferentes lugares y con misiones poco claras. Probablemente con intenciones mas de sondeo que de otra cosa. Delegados personales” a los que no tenía empacho en negar si luego era necesario.
Así, no es imposible que Davis se entrevistara con él, y que tuviera cierto mandato extraoficial de Roosevelt, o simplemente que se lo adjudicara. Pero de ahí a pensar que el presidente estadounidense estaba realmente interesado en ponerse, diplomáticamente, del lado de Alemania, hay un abismo. Un abismo que Irving pretende hacer cruzar a sus lectores.
Otros ejemplos de la forma de actuar de Roosevelt podemos verlos en que mantuviera una embajada en Vichy mientras apoyaba a Churchill, que mantuviera a Darlan en el África del Norte Francesa una vez conquistada (incluso se mantuvieron las leyes antisemitas de Vichy durante varios meses, y bastantes miembros de la resistencia gaullista fueron encarcelados o mantenidos en prisión), en su condescendencia hacia los soviéticos o en su apoyo a la China Nacionalista a pesar de los constantes consejos en contra del General Stilwell, allí destacado.

En resumen y para no extenderme la característica principal del capítulo es presentar los intentos de paz exclusivamente desde el punto de vista alemán. Así nos cuenta las ofertas de Hitler, los “sacrificios” a los que estaba dispuesto a llegar, y como los británicos fueron quienes se negaron a firmar la paz con el dictador alemán a pesar de las generosas ofertas que les hizo por medio de Dahlerus. Así, carga la responsabilidad de la continuación de la guerra en los británicos. Curiosamente también, ignora por completo a los franceses.
Para cualquiera que desconozca la historia de esta época, queda claro, sin que Irving tenga que decirlo, que Hitler quiso la paz a toda costa. Que incluso estaba dispuesto a renunciar a algunas de sus conquistas territoriales, y que no tenía la más mínima intención de seguir expandiéndose.
Y es que lo que Irving no menciona en ningún momento el hecho de que Hitler incumplía sistemáticamente los tratados que firmaba.
Este simple dato cambia por completo el significado de las ofertas de paz de Hitler. Por mucho que Irving quiera hacerlas pasar por sinceras. Desde la violación del Tratado de Versailles (cierto que no fue el primero en violarlo, y que es una violación que puede atraer cierta simpatía, pero no deja de ser una violación de un tratado internacional), la anexión de Austria, el pacto de Munich, violado meses después al anexionarse Chequia y convertir a Eslovaquia en un estado satélite, pasando por la invasión de Polonia y, finalmente, llegando hasta la violación de todos los pactos firmados con la Unión Soviética; Hitler incumplió todos los tratados internacionales que le convino incumplir en el momento en que dejaron de serle útiles.
¿Qué objeto tenía pues firmar un tratado de Paz? Para Hitler ganar tiempo hasta su siguiente golpe, y para los aliados occidentales, ser cómplices de un nuevo “contubernio de Munich”, que los debilitaría frente a la siguiente exigencia del dictador alemán.
Visto así, la negativa de Chamberlain (el mismo, por cierto, que junto a Daladier se bajó los pantalones en Munich), “…, hechos y no sólo palabras es lo que debe ofrecer…” (57), es plenamente coherente y comprensible.

No quiero terminar sin hacer alguna mención a la forma en que Irving narra las justificaciones de Hitler para atacar Bélgica y Holanda. “…Hitler estaba convencido de que la ocupación de Bélgica y Holanda forzosamente tenía que formar parte de los planes aliados…” (5Cool.
Sinceramente creo que un historiador serio hubiera pasada de inmediato a explicar que Hitler estaba en un error. Es mas, una breve descripción de los constantes y fracasados intentos diplomáticos de los aliados occidentales para convencer a los belgas de que se unieran a ellos antes de que fuera demasiado tarde hubiera sido un signo de objetividad. Por no hablar de la negativa holandesa a participar en cualquier tipo de plan militar conjunto, ya fuera sólo sobre el papel, antes de la guerra.

Opino.

Saludos.
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 11:11 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Buenos días.

José Manuel. Aprecio tu idea de dejar que me adelante, pero por otro lado y en aras a la objetividad no se si es buena idea.
Me explico. Yo tengo una idea bastante clara de quién es Irving, y, por descontado, mi análisis de su obra va a venir marcado por ella.
Así, creo que puede ser mas interesante, para ambos, que vayas leyendo por delante y saques tus propias conclusiones, que luego podremos comentar, en vez de verte influido por las mías.
Así siempre puede surgir un debate enriquecedor para todos.

Por supuesto lo mismo digo a cualquiera que quiera apuntarse.

Opino.

Saludos.
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
JOSE MANUEL



Registrado: 03 Oct 2009
Mensajes: 2188

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 1:36 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Koenig escribió:
Buenos días.

José Manuel. Aprecio tu idea de dejar que me adelante, pero por otro lado y en aras a la objetividad no se si es buena idea.
Me explico. Yo tengo una idea bastante clara de quién es Irving, y, por descontado, mi análisis de su obra va a venir marcado por ella.
Así, creo que puede ser mas interesante, para ambos, que vayas leyendo por delante y saques tus propias conclusiones, que luego podremos comentar, en vez de verte influido por las mías.
Así siempre puede surgir un debate enriquecedor para todos.

Por supuesto lo mismo digo a cualquiera que quiera apuntarse.

Opino.

Saludos.


No te preocupes Koenig, más allá de 10 ò 15 pag. día no me da tiempo, así que posiblemente me superes de inmediato. Tus comentarios me ilustran en profundidad, y te lo agradezco, pero te observo que yo no veo el extremismo de Irving de la manera que tú lo ves, al menos no de momento. Y creo importante señalar, que como indica el título, la guerra es vista desde el cuartel general de Hitler. No digo que este bien cercenar elementos de las cuestiones tratadas, vistas desde el lado aliado, pero creo que el autor se centra en el día a día de Hitler. Puede que sea un defecto, pero no por eso solamente sea malintencionado. Saludos.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 4:23 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Precisamente por eso te sugerí que marcaras tu el ritmo.

Con respecto a tu apreciación, creo que uno puede centrarse en el día a día de Hitler sin olvidar detalles importantes.
Voy a centrarme en un pasaje concreto.

1.- En la página 59 Hitler recibe de Dahlerus las condiciones "que la Gran Bretaña imponía (notesé la palabra imponer) a la celebración de una conferencia de paz: además de insistir en la formación de un nuevo Estado polaco, la Gran Bretaña deseaba que todas las armas de guerra fueran inmediatamente destruidas; y en Alemania debía convocarse un plebiscito acerca de ciertos aspectos de su política exterior".
2.- Mas adelante. "Sin embargo, el día diez Dahlerus recibió instrucciones de comunicar a Londres que Hitler estaba dispuesto a aceptar (la cursiva esde Irving) esas condiciones en principio"
3.- Después añade que tras la entrevista con Hitler Dahlerus comentó ante un funcionario alemán (no desvela quien) que "Alemania podía tragar incluso condiciones mas duras, siempre y cuando fueran formuladas de manera agradable"
4.- Y sin embargo un poco antes (entre los puntos 2 y 3), explica que Dahlerus marchó a Holanda para entrevistarse con un emisario inglés, "con una carta oficial de Göring y la lista de las propuestas de Hitler, que incluían un nuevo Estado polaco; el derecho de Alemania a fortificar su nueva frontera con Rusia; garantías amparadas por un plebiscito nacional; pactos de no agresión entre Alemania, Francia, Gran bretaña, Italia y la Unión Soviética; desarme; y devolución de las anteriores colonias alemanas o territorios equivalentes, a falta de aquellas, a Alemania".

Para empezar no coinciden del todo las condiciones del punto uno, que según el punto dos Hitler acepta, con las mas duras que aceptaría del punto tres y con las que finalmente propone en el cuatro. Así que el texto de Irving es, cuando menos, confuso. (Además tampoco explica que puede ser eso de pedir "de manera agradable")
Pero además cita personas (y no es la primera ni la última vez) que no identifica (también lo hace con algunos textos).
Podemos añadir que si se va a formar un nuevo Estado polaco ¿Porqué iba a tener Alemania fronteras con la Unión Soviética? ¿No deberían ser con Polonia?

Pero el caso es que Irving enuncia todo esto como bueno, sin hacerse preguntas que todos los historiadores serios se han hecho. ¿De verdad estaba Hitler dispuesto aceder parte de sus conquistas? ¿De verdad iba a desarmarse? ¿Estaba dispuesto a cumplir sus pactos de no agresión? ¿Tenía valor un plebiscito para el dictador? ¿Y Checoslovakia? ¿Y Austria?
En resumen. ¿Se trataba tan sólo de un engaño para ganar tiempo? Desde luego esto es lo que mas concuerda con el Hitler que la inmensa mayoría de los historiadores han descrito.

Como ves, sin salir de Hitler y de su entorno, Irving se deja importantísimos temas que tratar, y acaba dando la imagen de que Hitler estaba dispuesto, y fueron los ingleses los que no quisieron. Así, prosigue:"Sin embargo, en Holanda, Dahlerus esperó en vano al emisario británico". "El Ministerio de Asuntos Exteriores de la Gran Bretaña pidió a Dahlerus que comunicara las propuestas de Hitler al jefe de la misión británica en la localidad" Y termina con el discurso de Chamberlain que "aniquiló la confiada esperanza de Hitler de que la paz descendería sobre Europa".

Y es que Irving es un maestro a la hora de, sin decirlo, empujar al lector en determinadas direcciones.
¿Malintencionadamente? Eso es objeto de otro debate.

Opino.

Saludos.
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
JOSE MANUEL



Registrado: 03 Oct 2009
Mensajes: 2188

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 7:48 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Tu disección me deja sin palabras. Volveré a leer la pag. 59, pero más adelante.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 8:53 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

A ver si te voy a estresar Laughing Laughing
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Balbo



Registrado: 02 Mar 2007
Mensajes: 12113
Ubicación: Gades in pectore

MensajePublicado: Vie Feb 12, 2010 9:51 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando


_________________
Viento del Este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir (Mary Poppins)
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Lun Feb 15, 2010 10:55 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

INCIDENCIAS.

Se trata a mi entender de un capítulo de transición, con poca chicha salvo algún detalle con el que me he topado.

Para empezar la supuesta movilización del ejército Belga en la frontera con Alemania (70).
Si no me equivoco dicha movilización fue mas tardía, y tuvo que ver con el incidente de Mechelen. A esto hay que añadir el hecho de que los belgas eran plenamente conscientes de lo sucedido en 1914, cuando sus fronteras fueron violadas por Alemania para atacar a Francia.
Es mas, uno de los grandes quebraderos de cabeza de los aliados occidentales fue que Bélgica (a pesar de lo que sostiene y sostendrá Irving en su libro) mantuvo defensas fronterizas en la linde franco-belga hasta el mismo momento en que fue invadida, principalmente con la intención de no provocar a los alemanes. Del mismo modo, en ningún momento permitió la entrada preventiva de fuerzas armadas aliadas en su territorio hasta el minuto de la invasión.
Con respecto a los holandeses, en el mismo párrafo Irving habla de sus simpatías prooccidentales.
Hay un detalle que Irving nunca cita al hablar de estos países (incluiré además Dinamarca o Noruega). Cuando habla de sus simpatías a favor de los aliados occidentales, lo presenta como un antigermanismo potencialmente hostil. Sin embargo en ningún momento habla de que el país mas hostil de Europa era en ese momento Alemania, y que estos países mantenían regímenes democráticos, consecuentemente mucho mas afines a los aliados occidentales, que a la dictadura de Hitler.

Hay una frase muy cómica, lo siento, en la página 74: “El general Halder, que ignoraba que el führer jamás había consultado horóscopos, propuso sobornar al agorero de Hitler, puesto que este no hacía ningún caso de las profecías de sus generales”.
Genial. ¿Para qué tiene un agorero quien jamás consulta horóscopos? ¿O será que lo suyo es mas bien la bola de cristal?

En fin.

Opino.

Saludos.
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Koenig



Registrado: 10 Dic 2006
Mensajes: 4759
Ubicación: No muy lejos.

MensajePublicado: Lun Feb 15, 2010 11:13 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Y como son cortitos, hoy dos por uno.

BALDEO DE LAS CUBIERTAS

Dentro de los detalles de este capítulo, que tiene algo mas de enjundia, ya se nos empieza a presentar (77, donde habla del apoyo soviético a formar una legión polaca en Francia) la necesidad de Hitler de declarar la guerra a la Unión Soviética.
Curiosamente es un detalle que se opone a lo que relata Anders (general polaco) en sus memorias, que cuenta que los polacos prisioneros en la unión soviética (los que sobrevivieron) no fueron liberados hacia occidente hasta mas tarde. Por lo que yo se sobre la legión polaca en Francia, fue compuesta por polacos que escaparon por el sur del país, hacia los Balcanes.
Pero de todos modos apreciamos aquí otro de los “leitmotivs” de Irving. Hitler jamás invadió un país mas que forzado por las circunstancias, que suelen concretarse mayoritariamente en dos tipos: que los aliados occidentales están a punto de invadirlo antes que él; o que es un país hostil a Alemania que la invadirá en el momento mas delicado. Es decir, todas las invasiones de Hitler fueron preventivas.

Sobre el asunto del Graf Spee. (82). Tenemos una nueva prueba –según Irving- de la debilidad de Hitler.
Primero nos explica que Hitler quería ordenar al Graf Spee abrirse camino a la fuerza: “Herr Grossadmiral…”
Después que Raeder le enseña el mensaje que piensa enviar a Langsdorff (capitán del barco), según el cual “El Graf Spee debía quedarse en Montevideo todo el tiempo que las autoridades lo permitieran; el intento de ir a Buenos Aires sería “aprobado”, el internamiento en el Uruguay no. “Caso de hundir el buque, antes destrúyase todo concienzudamente” ”. Hitler permite que el mensaje se envíe a Montevideo. Este es el momento, según Irving, en que Hitler muestra su debilidad. Se me ocurre que mas bien lo que muestra es su completo desconocimiento de la estrategia naval.
Sin embargo, cuando el buque es hundido y la tripulación trasladada en mercante a Buenos Aires, a Hitler le da un ataque de rabia.
¿Autorizó o no autorizó el mensaje de Raeder?
Cuando menos es otro párrafo confuso.

Mas adelante, en la página 84 volvemos a la dualidad malo/bueno comentada antes, en lo referente a la germanización de determinados territorios polacos. Siendo Himmler el malo (claro) e Hitler el mas moderado.
En la misma línea tenemos la frase de la página 85. “El léxico empleado en esta nota, que habla de “reasentamiento”, puede muy bien significar que, en aquellos momentos, la suerte real de los judíos era ocultada el führer”. A Irving no se le ocurren otras opciones, por ejemplo el empleo de eufemismos (como “solución final”) o el hecho de que en ese momento el exterminio masivo de judíos no estaba aún en marcha (de hecho, uno de los planes que surgieron fue enviarlos a todos a Madagascar para reasentarlos).

Hay otros párrafos interesantes, como los supuestos perdones a criminales que pretenden, una vez mas, mostrar la “debilidad” de Hitler, aunque desde mi punto de vista demuestran mas bien que el personaje fue un auténtico monstruo.

En fin. Opino.

Saludos.
_________________
Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
JOSE MANUEL



Registrado: 03 Oct 2009
Mensajes: 2188

MensajePublicado: Lun Feb 15, 2010 6:02 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Sobre el comportamiento de Hitler en el asunto de Noruega, creo que Irving no deja en buen lugar a Hitler, lo que supone algo negativo de Hitler. En cuanto a su eficaz comportamiento en Francia, lo presenta como el protagonista absoluto de la campaña exitosa en el Oeste, lo que despues de su descripción del nerviosismo con que se comportó en Noruega, me hace dudar del mismo. No puedo comprender que un mero sargento se convierta de la noche a la mañana, por muchos libros que leer, en un eficaz estratega. Saludos

Pd. Koenig, no me estresas, lo que ocurre es que cuando acebes con el libro, es posible que no llegue ni al año 42.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
JOSE MANUEL



Registrado: 03 Oct 2009
Mensajes: 2188

MensajePublicado: Vie Feb 19, 2010 9:01 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Continuo con el libro, y me estoy acercando a los preparativos de la operación "Barbarroja". He llegado a la invasión de Grecia por los italianos. De momento muy entretenido.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
JOSE MANUEL



Registrado: 03 Oct 2009
Mensajes: 2188

MensajePublicado: Jue Mar 04, 2010 9:01 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Aproximadamente a la mitad del libro, y después de un mes con el libro, creo que me voy a dar un descanso de quince días. Voy más o menos por el mes de octubre de 1941 (Operación Tifón), y debo manifestar que el libro me gusta. Aprecio las críticas de Koenig, pero dado los debates que ha originado este libro, no advierto en el autor una defensa de Hitler en el sentido de eximirle del exterminio judío. Desde mi opinión, que Hitler no siguiese el día a día del programa de exterminio de judíos y otros grupos, puede ser normal teniendo en cuenta su dedicación cuasi exclusiva a la guerra, pero ello no excusa su responsabilidad como autor intelectual y material por sus opiniones y manifestaciones completamente racistas, además de no parecerme posible que no estuviera al tanto de la actuación de sus adlateres. Increíble que un chiflado sargento hubiera generado tanta destrucción y sufrimiento. Saludos.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
Mostrar mensajes anteriores:   
Publicar Nuevo Tema   Responder al Tema    Índice del Foro Foro de Hislibris -> Libros de Historia Todas las horas están en GMT + 1 Hora
Ir a página Anterior  1, 2, 3 ... , 16, 17, 18  Siguiente
Página 17 de 18
 

 
Saltar a:  
No puede crear mensajes
No puede responder temas
No puede editar sus mensajes
No puede borrar sus mensajes
No puede votar en encuestas


Powered by phpBB © 2001, 2005 phpBB Group

eXTReMe Tracker