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Foro Primigenio de Hislibris Archivo precioso de aventuras hislibreñas de 2006 a 2024
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Autor |
Mensaje |
Rodrigo
Registrado: 28 Nov 2007 Mensajes: 8545 Ubicación: Santiago de Chile
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Publicado: Dom Oct 25, 2009 2:44 am Título del mensaje: "Hitler y sus verdugos", de M. T. Allen |
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Hitler y sus verdugos, del historiador estadounidense Michael Thad Allen. Grupo Editorial Tomo, México. 2006. 440 pp.
El titulo original del libro es Hitler’s Slave Lords (Los amos de esclavos de Hitler) y resulta más acorde con el contenido; el título de la edición mexicana es un desastre. Publicado la primera vez en 2002, consiste en un escrutinio del papel desempeñado por altos funcionarios de un departamento de la SS llamada Oficina Principal de Administración de Negocios (o WVHA por su sigla en alemán), la que creó en tiempos de guerra una red de abastecimiento de trabajadores forzados para una parte significativa de la industria alemana. La WVHA fue creada en 1942 a partir de la fusión de organismos precedentes vinculados al área económica de la SS.
Más de 700.000 personas reducidas a verdadera esclavitud, provenientes en su mayoría de Europa oriental, trabajaron en multitud de plantas manufactureras coordinadas con campos de concentración; lo hicieron en condiciones infrahumanas, no pocos de ellos explotados hasta la muerte en los programas de construcción de “armas milagrosas” con que Hitler pretendía volcar el curso de la guerra. En su análisis de los procesos de administración de empresas por dirigentes de la SS y profesionales enmarcados en la WVHA, el autor ha encontrado que no hubo una distinción real entre nazis fanatizados de un lado y tecnócratas apolíticos y desideologizados, del otro. Postula que hubo en este ámbito un consenso ideológico tal que la administración y la racionalidad económica estuvieron supeditados a los principios rectores del régimen, fundamentalmente los concernientes a expansionismo y hegemonía racial. Se sabe bastante de gentes como Eichmann y Reinhardt Heydrich, pero no de individuos como Oswald Pohl, Wilhelm Bürbock, Gehnard Maurer, Hans Kammler o Kurt Wisselink, quienes ocuparon cargos importantes en la WVHA y fueron responsables por tanto del funcionamiento de “fábricas de exterminación” bajo control de la SS.
En lo que atañe a la WVHA, la ideología cuenta, asegura Allen; tanto como la competencia de unos profesionales que perfectamente encajarían en el perfil de ejecutivos diligentes, creativos e intervencionistas. Nada de simples “engranajes burocráticos” ni de “hombres unidimensionales”, sino seres plenamente conscientes y responsables de sus actos, orgullosos de su lugar en el Reich. Por tanto, Allen rompe con la perspectiva tradicional que tendiera a sostener que el trabajo técnico alejaba a profesionales y funcionarios de todo orden de consideraciones morales (más que perspectiva, un mito levantado por Albert Speer y secundado por algunos historiadores, según el autor). El tratamiento de la materia es bastante especializado, centrado en las intersecciones de administración e ideología; enfoque, pues, consecuente con la premisa sentada por la propia WVHA de recurrir a los servicios de profesionales comprometidos con el régimen.
“Los nazis ardientes no le servían de nada a la WVHA si carecían de conocimientos en el campo de la administración. Tanto los ideales como el conocimiento eran importantes, ya que ambos eran necesarios para apoyarse mutuamente” (p. 220).
El libro constituye un buen puntal para una fructífera tesis de Jeffrey Herf, historiador, que en lo medular caracteriza al III Reich como un exponente de “modernismo reaccionario”. Paradoja consistente en rechazar las doctrinas racionalistas e individualistas de la Ilustración al tiempo que se promociona el progreso material basado en la racionalidad científico-tecnológica. Es decir, irracionalismo y romanticismo más industrialización (en aras, recuérdese, de unos objetivos tan aberrantes como la mayoría de los del III Reich; la tesis de Herf, en su libro El modernismo reaccionario, FCE, 1990). De hecho, para hombres como Hans Kammler, ingeniero de la Fuerza Aérea que hizo carrera en la SS, tecnología, organización y supremacía racial alemana eran un todo. Algo en lo que destacados líderes SS como Odilo Globocnik estaban de acuerdo (no tanto un Heinrich Himmler, jefe supremo de la institución, quien se decantaba más bien por una utopía regresiva de tipo agrario); la diferencia residía en que Kammler y sus colegas de la WVHA sabían cómo mover al unísono dichos factores. Para Allen, la WVHA es un caso en que organización e ideología se refuerzan recíprocamente, configurando un modelo burocrático cuyo dinamismo se basa en la imbricación de consenso ideológico o identificación activa de los funcionarios con principios suprainstitucionales, y confianza de los mismos en la eficiencia de unas estructuras impersonales y jerarquizadas.
“Ya sea que se tratara de gerentes de nivel medio, de contadores públicos, de abogados o de ingenieros […], los funcionarios de la WVHA habían favorecido el trabajo de esclavos, el racismo más craso y el Nuevo Orden en los territorios ocupados del este, diciendo también que eran actitudes modernas; en pocas palabras, no habían visto contradicción alguna en considerar como algo moderno los ideales bárbaros que más tarde los historiadores intelectuales denominarían como “antimodernos”.[…] De la manera más perversa, habían ayudado a integrar la organización y la tecnología moderna al movimiento de extermino de Auschwitz y Birkenau” (pp. 342 y 343).
El cuadro ofrecido por Allen dista mucho de hacer tabla rasa de ciertas contradicciones de principios que regían el trabajo de la WVHA, por no hablar de las rivalidades personales entre sus directivos. Sin embargo, evidencia en sus filas una mixtura generalizada de fanatismo y pragmatismo; si no todo su personal profesaba una fe ardiente en el discurso racista del régimen, al menos cundía -sobre todo entre los funcionarios de rango inferior- una identificación pasiva con el mismo. Después de todo, se trataba de un organismo encuadrado en una institución radicalizada como la SS, especie de vanguardia de un régimen de suyo radical. |
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Hindenburg

Registrado: 06 Jun 2007 Mensajes: 934 Ubicación: Prusia Oriental Virtual
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David L
Registrado: 17 Oct 2006 Mensajes: 1638
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Publicado: Lun Oct 26, 2009 11:08 pm Título del mensaje: |
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Interesante reseña Rodrigo, veo que es una edición en español, pero mirando por internet parece que no se ha puesto a la venta en España.
Un saludo. _________________ En España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro.”
―Manuel Azaña |
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Rodrigo
Registrado: 28 Nov 2007 Mensajes: 8545 Ubicación: Santiago de Chile
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Publicado: Mar Oct 27, 2009 4:54 am Título del mensaje: |
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Mala cosa, creo yo. El libro vale la pena y merecía (merece) ser publicado por una editorial más importante, de mayor difusión.
El título es malísimo. |
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Germánico

Registrado: 14 Oct 2006 Mensajes: 11115 Ubicación: En el V Regimiento, a las órdenes de Lukánikos Aristós
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Publicado: Mar Oct 27, 2009 1:27 pm Título del mensaje: |
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David L escribió: |
Interesante reseña Rodrigo, veo que es una edición en español, pero mirando por internet parece que no se ha puesto a la venta en España.
Un saludo. |
Yo creo haberlo visto por aquí, David. Pero, claro, no estoy seguro. _________________ Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito. |
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