Foro de Hislibris

[momper]

Mao Zedong, primogénito de un acomodado campesino, fue uno de tantos jóvenes reformistas que vivieron la caída de la dinastía manchú en 1911. Enfrentados al peso de las tradiciones confucianas, buscaron un «ismo» que proyectara la imaginación del pueblo hacia el futuro y se dejaron seducir por los cantos de sirena (y los dólares) de Moscú. En los años de lucha armada contra Chang Kai-shek, Mao se convirtió en su más audaz líder guerrillero y, gracias a la sagacidad de sus juicios, terminó por imponerse a los demás prohombres de la Revolución. Este fue su momento en la Historia: su efigie todavía impresiona en la proclamación de la República o, poco después, en el Kremlin, en medio de otros dirigentes comunistas de aspecto completamente vulgar.
Pero una vez en el poder su inteligencia pragmática desapareció (quizá bajo el peso de su imagen mitificada). Carente de una buena formación económica, se entregó a delirantes planes de industrialización que involucraron a millones de campesinos, ocasionaron millones de muertos por hambre y supusieron una catastrófica política natalista cuyas consecuencias aún se están pagando. En los años sesenta, cuando se le intentó arrinconar para poder racionalizar el desarrollo del país, respondió desatando la Revolución Cultural, una especie de huida hacia adelante en busca de la revolución permanente, que sólo sirvió para que los jóvenes del momento se entregaran a sus peores instintos.
En los regímenes comunistas era corriente que los dirigentes caídos en desgracia se retractaran de sus supuestas heterodoxias. Pues bien, el derrotero que tomó China después de Mao parece la retractación de los más lúcidos de sus compañeros.

[farsalia]

Hay una edición en bolsillo de este libro - un mamotreto poco útil - pero sensiblemente más barata.


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¡¡El Mesías!! ¡¡El Mesías!! ¡¡Muéstranos al Mesías!!

[Historiamilita]

He escuchado mucho sobre este libro ¿Realmente es recomendable?

Saludos!
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Soldadito del mes de agosto, con tu pantalón rojo vivo intentas pasar inadvertido, pero detrás de las amapolas no hay mucho sitio