Foro de Hislibris

[Wilfred de Ivanhoe]

En esto momentos me entretengo leyendo los relatos recogidos en Indian Country, de Dorothy M. Johnson (Ed. Valdemar, colección Frontera, reed. 2017)

[sciurus]

Acabé El enano astrómomo de Chet Raymo. Una pena releer lecturas de años ha, cuando era joven. Lecturas que me gustaron y al que el paso del tiempo al ser leídas de nuevo no son degustadas sino leídas sin pasión. Está bien, pero para nada se asemeja a esa regusto afrutado que recordaba.

Me pondré un día de estos con Niebla de Unamuno.
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Pensad como hombres de acción, actuad como hombres pensantes.

Thomas Mann

[Marcos M.]

Uff, Niebla. Tiene partes muy buenas porque Unamuno fue un gran escritor; pero otras partes son un ladrillo de cuidado...

Al menos para mí, claro. No pretendo desanimarte: probablemente tú le veas el sentido que yo no super verle.

[sciurus]

Gracias por saber lo que me encontraré por wl camino. La verdad que si me deja los pies destrozados por tanto ladrillo, ya cambio de camino. Antes sufría sí o sí por acabar un libro. Lo sentía como un "fracaso" como lector. Ya no...
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Pensad como hombres de acción, actuad como hombres pensantes.

Thomas Mann

[juanrio]

Estoy con este libro que me tiene entusiasmado:
Simon Worrall
La poeta y el asesino
Traducción de Beatriz Anson
Un poema perdido de Emily Dickinson y un mormón renegado que se convierte en asesino. El trepidante relato real de una de las falsificaciones más famosas de la historia.
Cuando un poema desconocido de Emily Dickinson apareció en una subasta de Sotheby’s en 1997, un escalofrío recorrió el mundo del coleccionismo literario. Cuatro meses después, sin embargo, el poema fue devuelto por tratarse de una falsificación. La poeta: Emily Dickinson. Una mujer solitaria, que garabateaba versos en todo lo que tuviese a mano, para revisarlos, cada noche, frente a su escritorio. No vio ninguno publicado en vida, pero escribió más de mil setecientos mientras ayudaba a caminar a su madre por el jardín y cocía pasteles de jengibre. El asesino: Mark Hofmann. Un manipulador nato, un maestro de la psicología humana. Comerciante de documentos raros, creó una serie de sensacionales falsificaciones con las que pretendía socavar los principios de la Iglesia mormona, y también decidió «especializarse» en la obra de la poeta norteamericana. Un hombre que de ser uno de los más grandes falsificadores del siglo XX pasó a convertirse en un despiadado asesino.

Simon Worrall explora el filo que separa arte y artificio, genialidad y locura, en esta trepidante crónica sobre una de las falsificaciones literarias más famosas de toda la historia.

Simon Worrall
Nació en Inglaterra, y pasó su infancia entre Eritrea, París y Singapur. Periodista, escritor y aventurero, ha sido recolector de almejas con los inuit en la isla Baffin, jinete con los gauchos en la Patagonia, y ha seguido el rastro de un Rembrandt robado junto con un agente encubierto del FBI. Ha sido biógrafo de Hilary Clinton, Arthur Miller, Wynona Ryder, o Leonard Cohen. Su primer libro, La poeta y el asesino, fue un éxito de crítica y lectores, y hasta inspiró un documental de la BBC. Amante del tenis, los libros y de perderse en sitios salvajes, Simon Worrall divide su tiempo entre su Inglaterra natal y los Estados Unidos.
Beatriz Anson
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"Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás"

Pedro Casariego

«Quien se arrodilla ante el hecho consumado, es incapaz de afrontar el porvenir» (León Trotsky).

[INIGO]

Leí un artículo sobre este libro en Babelia del El País hace unos meses y me puso los dientes largos.
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[Antigono el Tuerto]

Acabado Conde Cero, y al igual que me sucedió con Neuromante, necesitaría un glosario para entender la jerga del autor, y qué dicen los personajes, porque a veces, uno se pierde, y las conversaciones no tienen sentido...hasta que se lo pillas
Ahora me pongo con un volumen de relatos titulado Callejones en Tinieblas y otras historias a puñetazos, de Robert E. Howard, una colección de relatos sobre un marinero con pocas luces, llamado Dennis Dorgan, que se dedica a participar en peleas de boxeo ilegales en los bajos fondos de los puertos del Extremo Oriente...bueno, y a meterse en líos con los matones/criminales del lugar
Entretenido, y fácil de leer, como todos los relatos de Howard.
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Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Proverbio Hindú.

[farsalia]

Me puse con el primer tomo de Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós, en la edición crítica de Francisco Caudet de Crítica (1997):

[INIGO]

Disfrutando de "El tiempo de Shakespeare" de Frank Kermode... de muy grata lectura.


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[Balbo]

Yo estoy ahora con El asesinato de Sócrates, de Marcos Chicot
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Viento del Este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir (Mary Poppins)

[Sempiterna]

El recuerdo que tengo de El asesinato de Sócrates es que éste no alcanza verdadero protagonismo hasta la última parte del libro y que te sobran cientos de páginas hasta llegar a ese momento. Pero el autor, eso sí, domina la época.

[cavilius]

A mí me sorprendió; no me pareció mala del todo. Esto comenté hace 3 años (esto vendría a ser un destripe de esos):

Oculto: 

Ayer terminé El asesinato de Sócrates, de Marcos Chicot. Y la verdad es que me ha gustado: son cerca de 800 páginas y la novela no se hace interminable, lo cual ya es un mérito. No es una prosa virtuosa ni mucho menos (el estilo es bastante normalito y de andar por casa), y cae en ciertos errores propios de las novelas históricas como la pretensión de enseñar cómo vivían los griegos, por ejemplo (con cierto disimulo, es verdad, pero lo hace); creo también que no evoca bien la mentalidad de la época (algunos personajes tienen reacciones propias de gentes de veintitantos siglos por delante). Al margen de esto, que no es poco pero que a la inmensa mayoría de los lectores les importa un bledo, la novela es aceptable tirando a buena. Sucede que el título más apropiado para ella habría sido algo que tuviera que ver con la guerra del Peloponeso, pues tres cuartas partes de ella consisten en relatar hechos del conflicto fiándose de la obra de Tucídides (el propio autor reconoce que la Historia de la guerra del Peloponeso es el libro que tuvo siempre a mano mientras escribía, pero es que aunque no lo hubiera dicho era algo más que obvio). Esto no lo hace mal, y creo que es por eso por lo que me ha gustado. Lo de asesinar a Sócrates en cambio forma parte de una historia que también va fluyendo pero que no acaba de ser el argumento principal, e incluso a veces uno se olvida de que la novela, dado el título, va de eso. La historia que tejen los personajes principales es algo folletinesca y difícil de creer, pero en ficción, como en la vida, todo es posible, y es evidente que el autor lo ha tramado así en aras de la tensión argumental. Muchos, muchísimos personajes históricos representan un papel destacado en este libro: Pericles, Alcibíades, los reyes de Esparta —Arquidamo, Cleómenes, Agis, Pausanias—, el general espartano Brásidas, Sócrates y su mujer Jantipa, Critón, Querefonte, el acusador Anito... Es gratamente sorprendente que Sócrates, que aparece y desaparece en la novela como el Guadiana, no es visto solo como el sabio que va dejando en ridículo a sus conciudadanos con sus preguntas (el diálogo platónico Hipias es reproducido, muy resumido por supuesto, en unas cuantas páginas), sino también como un hoplita que lucha, sufre y mata por su ciudad. También es agradable ver que a Jantipa su mujer no se la pinta con el estereotipo de mujer desagradable y casi maltratadora de su marido sino más bien lo contrario. En cuanto a la técnica, los capítulos cortos al estilo posteguillense son un buen recurso para que el lector no se canse (de unas 3 páginas los más cortos y quizá 10 los más largos), y ayudan cuando uno lee con infinitas interrupciones exteriores, como es mi caso, pero a menudo agota tanta pausa capitular, a veces injustificada.

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Otros pueblos tienen santos, los griegos tienen sabios.
Friedrich Nietzsche
La vida solo puede ser comprendida mirando atrás, pero solo puede ser vivida mirando adelante.
Søren Kierkegaard

[Sempiterna]

Pues sí Cavilius, lo suscribo. Aprovecho para recomendar el libro Grandes juicios de la Historia, del juez Taín, y en el que se desmenuza el juicio a Sócrates.

[juanrio]

Maratón balcánico de Miguel Roán
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"Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás"

Pedro Casariego

«Quien se arrodilla ante el hecho consumado, es incapaz de afrontar el porvenir» (León Trotsky).

[rcornejo]